Los erizos pueden ser mascotas únicas y geniales. El New York Times reporta que la popularidad de estos animales como mascotas se disparó entre 50 % y 70 % en los últimos tres años.[1] Sus características son adorables, pero sus mordidas no lo son. Hay muchas maneras de identificar por qué un erizo muerde y de prevenir que esto pase.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Reaccionar frente a una mordida

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    Intenta no reaccionar de manera violenta. Si reaccionas con fuerza, puedes hacerle daño a tu erizo sin querer. Puedes llegar a soltarlo o a lanzarlo. Es más fácil decir esto que hacerlo, pero inténtalo y mantén la compostura.
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    Nunca golpees o le des capirotazos a tu erizo. Esto no solo le hará daño, sino que le enseñará a que te tenga miedo.
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    Evita tener una reacción verbal. Una reacción verbal como "¡auch!" o "¡ah!" (o hasta decir alguna palabrota) condicionará de manera verbal al erizo, él recibirá una respuesta de tu parte a causa de una mordida. Esto le enseñará a morder para que obtenga una respuesta.
    • Una respuesta verbal fuerte puede asustar a tu erizo.
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    Sóplale una ráfaga de aire después de que te muerda.[2] Esta es una manera cuidadosa de disuadir el comportamiento de tu erizo. Esto no le hará daño al animal y le enseñará que no debería morder.
    • Si tu erizo te está mordiendo, intenta distraerlo. Puedes hacerlo moviendo tu mano con cuidado o tratando de llamar su atención con una señal verbal suave. Recuerda que los erizos son curiosos y que lo que pueden estar haciendo es explorar, no morder.
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    Compórtate de manera normal. No pongas al erizo en su jaula inmediatamente.[3] Esto le enseña que puede regresar a su lugar seguro después de hacer algo malo.
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    No le retengas comida o agua a manera de castigo. Hacerle esto a tu erizo es cruel y, además, puede afectar su salud. Siempre aliméntalo y dale de beber de manera adecuada.
    • Tu erizo siempre debe tener agua limpia.
    • Debes alimentarlo con una dieta rica en proteínas y baja en granos.[4]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Entender la conducta del erizo

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    Tienes que saber cuándo tu erizo no se siente bien. Si el animal se siente mal, te puede morder.[5] Aprende a reconocer si tu erizo está enfermo con estos síntomas:
    • letargo
    • púas sueltas
    • bultos en la piel o debajo de la piel
    • andar tambaleante
    • pérdida de apetito
    • excremento verde
    • piel rojiza o picazón
    • orejas andrajosas
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    Reconoce las respuestas emocionales. Un erizo puede morder porque está mal emocionalmente. Hay muchos estímulos que pueden sobresaltar a tu erizo y hacer que este muerda:
    • ruidos fuertes o repentinos
    • olores nuevos o extraños (lociones, otros animales, perfumes, etc.)
    • mala hora del día (los erizos son más nocturnos; si lo despiertas durante el día para sostenerlo, te puede morder)
    • miedo (puede que no esté bien domesticado o que no se acostumbre a ti)
    • cambio de temperatura repentino (los erizos deberían estar en un ambiente cálido de 75 u 80 grados Fahrenheit, o de 23 o 26 grados Celsius)[6]
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    Entiende las respuestas conductuales. Un erizo puede "aprender" a morder si está condicionado a hacerlo. Ten cuidado de no enseñarle a morder sin querer.
    • Si respondes verbalmente después de que tu erizo te mordió, el animal puede aprender a que puede obtener una respuesta similar si vuelve a hacerlo.
    • Si lo alimentas intentando entrenarlo, el erizo puede morder para que le des un premio. Ten cuidado de no premiarlo si tiene una mala conducta.
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    Entrena a tu erizo para domesticarlo. Si haces que tu erizo se sienta más cómodo contigo, puedes reducir el riesgo de que te muerda.
    • Cuando lo sostengas, habla bajito y haz movimientos lentos.
    • Evita movimientos rápidos y erráticos que pueden sobresaltarlo.
    • Dale premios si se está comportando de la manera adecuada. No lo premies por su mala conducta, pero engríelo (con un gusano de harina, por ejemplo) para hacer que confíe en ti.
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    Reconoce la diferencia entre un mordisco y una mordedura. Los erizos son criaturas curiosas que usan su gran sentido del olfato y gusto para conocer el mundo. Una de las maneras en que haces esto es mordisqueando o lamiendo un área desconocida. Saber la diferencia entre estas dos acciones es importante para el entrenamiento conductual.[7]
    • Un mordisco es cuando no hace presión con los dientes y lame el área.
    • Una mordida puede ser rápida, aguda y dolorosa. Puede ser generada por un estímulo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Prevenir futuras mordidas

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    Asegúrate de que tu erizo esté bien alimentado. Si el animal ha comido y bebido bien, es menos probable que muerda por hambre o por sed.
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    Mantén a tu erizo saludable. Mantener al animal saludable reduce el estrés en ti y en él. Tendrá una razón menos para morder.
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    Sostén a tu erizo con cuidado. Siempre sostén al animal suavemente. No lo aplastes ni lo aprietes. No lo sostengas muy alto en el aire porque puede caerse y hacerse daño.
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    Respeta a tu erizo. Estos animales también tienen estados de ánimo. Es posible que el tuyo quiera dormir, comer o ejercitarse. Asegúrate de no interrumpir su rutina diaria solo porque quieres sostenerlo. Esto lo puede irritar y hacer que muerda.
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    Considera cambiar tu loción de manos o jabón con aroma. Los erizos tienen un gran sentido del olfato. Lo más preferible es que evites usar jabones, lociones o geles para baño con mucho olor para facilitarle las cosas a la nariz de tu erizo.
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    Aprende a leer el lenguaje corporal de tu erizo. Si usas los consejos de arriba, sabrás qué hace tu erizo antes de morder. Mira a tu erizo y aprende sus rasgos conductuales personales para saber cuándo es el mejor momento para sostenerlo.
    • Un consejo es ver sus púas. Cuando un erizo está en una posición relajada, sus púas estarán como recostadas en tu mano y no estarán afiladas. Si está en una posición de defensa, sus púas estarán paradas y afiladas.[8]
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Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 30 286 veces.
Categorías: Mascotas y animales
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