La bilis es un líquido producido por el hígado para ayudar en la digestión de las grasas en el duodeno, que es la primera parte del intestino delgado.[1] Cuando la comida se mueve a través de tu cuerpo, pasa a través de dos esfínteres que actúan como válvulas: una que ingresa al estómago y otra que sale.[2] A veces, la bilis fluye hacia atrás a través de estas válvulas, lo que produce síntomas como dolor abdominal superior, acidez estomacal, náuseas e incluso vómitos. Estos síntomas pueden reducirse haciendo cambios en la dieta, alterando tu estilo de vida y buscando tratamiento de parte de un médico.

Método 1
Método 1 de 3:
Cambiar tu dieta

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    Come alimentos de fibra soluble con cada comida. Los alimentos con fibra soluble absorben líquidos como la bilis a medida que se mueven a través del estómago y los intestinos. Cada vez que comas, incluye alimentos como salvado de avena, cebada, nueces, guisantes, frijoles, plátanos, duraznos o manzanas.[3] También puedes incluir vegetales que contengan fibra soluble, que suele ser más fácil de digerir. Algunas verduras para incluir son:[4]
    • calabaza de verano e invierno
    • zanahorias
    • ñames, batatas, papas
    • nabos
    • pastinacas
    • nabo sueco
    • plátano macho
    • hayas
    • yuca
    • malangas
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    Limita los alimentos grasos. Los alimentos con alto contenido de grasa aceleran la digestión, lo que funciona en contra de los alimentos de fibra soluble de movimiento lento que intentan absorber el exceso de bilis. Elimina o limita los alimentos grasos y procesados como hamburguesas, perros calientes, alimentos fritos, batidos, helados y cualquier cosa que tenga una salsa rica.[5]
    • Elige carnes magras y grasas saludables como el aguacate, las nueces y el yogur griego.
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    Come cinco o seis comidas pequeñas al día. Las comidas más pequeñas ejercen menos presión sobre la válvula pilórica (esfínter entre la parte inferior del estómago y la parte superior del intestino delgado) que las comidas grandes y pesadas.[6] Cambia tu horario de comidas para que tengas cinco o seis comidas pequeñas cada día en lugar de tres grandes.[7]
    • Intenta dividir tus porciones normales por la mitad y guarda la mitad por un par de horas más tarde.
    • También es importante masticar bien la comida, beber algo no carbonatado con las comidas y salir a caminar o al menos sentarte en posición vertical durante 2 horas después de la comida. No te acuestes justo después de comer.[8]
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    Bebe bebidas no alcohólicas. El alcohol puede contribuir al reflujo biliar porque relaja el esfínter esofágico inferior, lo que permite que el contenido biliar y gástrico retroceda hacia el esófago.[9] Elimina la mayor cantidad de alcohol posible de tu dieta y reemplázalo con agua o jugos no cítricos como el jugo de zanahoria, o un jugo recién exprimido hecho de pepinos, remolachas, espinacas, sandía o peras.[10]
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    Reduce el consumo de café y té con cafeína. Tanto el café como algunos tipos de té (con cafeína) relajan los músculos del esfínter esofágico inferior, lo que permite un mayor reflujo biliar. Si no puedes eliminar el café o el té por completo, limítate a una taza al día.[11]
    • La cafeína puede afectar el esfínter esofágico inferior, así que opta por café o té descafeinado.[12]
    • Algunas opciones de té que no relajarán el esfínter incluyen manzanilla, regaliz, olmo resbaladizo y malvavisco. Estos tés pueden ayudar a calmar los síntomas del reflujo gastroesofágico (GERD, por sus siglas en inglés).[13]
    • Evita el té de menta porque puede relajar el esfínter esofágico inferior.

Método 2
Método 2 de 3:
Cambiar tu estilo de vida

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    Deja de fumar. Fumar aumenta el ácido en el estómago, lo que provoca más molestias por la bilis. Investiga métodos para dejar de fumar, únete a un grupo de apoyo y solicita el consejo de tu médico. También puedes probar terapias de reemplazo de nicotina como parches, chicles o pastillas.
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    Pierde el exceso de peso. El reflujo biliar es más común si tienes presión adicional sobre el estómago, como por el exceso de peso. Usa una calculadora de IMC en línea o habla con tu médico para averiguar cuál es tu peso saludable. Luego comienza un programa de dieta y ejercicio para reducir esos kilos de más.[14]
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    Permanece erguido después de comer. No subestimes el poder de la gravedad: mantener tu cuerpo en posición vertical dificulta que la bilis se mueva hacia atrás a través de tu sistema digestivo. Después de comer, espera dos o tres horas antes de acostarte o recostarte.[15]
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    Levanta el ángulo de tu cama. Dormir en ángulo puede ayudar a reducir los síntomas del reflujo biliar. Procura que la parte superior de tu cuerpo esté entre 10 a 15 centímetros (4 y 6 pulgadas) por encima de la parte inferior de tu cuerpo. Levanta la cabecera de tu cama con bloques o trata de dormir en una cuña de espuma.[16]
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    Practica la meditación y otras actividades para aliviar el estrés. El estrés puede aumentar la cantidad de ácido biliar en el estómago, así que encuentra formas todos los días para reducir los niveles de estrés. Intenta meditar para relajarte, solo o con otras personas en una clase de meditación.
    • Otras actividades para aliviar el estrés incluyen leer en una habitación tranquila durante una hora, salir a caminar o realizar algún ejercicio ligero como trotar o bailar durante 20 a 30 minutos.
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    Mantén un diario de alimentos. Registrar todo lo que comes y bebes puede ayudarte a identificar qué puede causar el problema. Escribe todo lo que comes y bebes junto con la hora y los síntomas que experimentas después de comer o beber. Luego, revisa el registro al final de cada semana para verificar los patrones.
    • Por ejemplo, si notas que tienes problemas una o dos horas después de tomar un vaso de jugo de naranja, este puede ser uno de los factores desencadenantes. Intenta evitar el jugo de naranja durante una semana y ve si eso ayuda.

Método 3
Método 3 de 3:
Buscar tratamiento médico

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    Llama a tu médico si los síntomas persisten. Si intentaste remedios caseros y nada te ayuda, llama a tu médico para programar una cita. El ácido biliar no solo es incómodo, sino que también puede dañar las células de la piel del esófago con el tiempo, por lo que es importante buscar tratamiento si no observas ninguna mejora.
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    Haz una lista de preguntas para hacer en la cita. Escribe una lista de preguntas que le gustaría hacerle a tu médico en la cita para que no olvides nada mientras estés allí. Pregunta sobre otros cambios en la dieta o el estilo de vida que no consideraste, qué opciones de tratamiento recomiendan y cuáles pueden ser algunos de los posibles efectos secundarios de esos tratamientos.[17]
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    Anota cualquier medicamento que tomes. Haz una lista de todos los medicamentos y suplementos que tomas ahora para poder compartirlos con tu médico. Incluye las dosis y cuánto tiempo los has tomado. También escribe los medicamentos, suplementos o tratamientos que tomaste para tratar de reducir la bilis que no tuvieron éxito.[18]
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    Sométete a pruebas si el médico lo recomienda. Es posible que tu médico quiera realizar una o más pruebas para verificar si hay inflamación en el esófago. Esto puede involucrar un endoscopio o una sonda que pasa por la nariz o baja por la garganta.[19]
    • Es posible que el médico también quiera usar la monitorización del pH esofágico. Para esta prueba, se pasa un tubo por la nariz o la boca hasta el estómago. Luego, el tubo se introduce en el esófago. Está conectado a un monitor que controlará cuánto ácido hay en el esófago. Usa el monitor durante 24 horas y registra cualquier síntoma que tengas, así como la actividad durante ese tiempo. Luego, se retira el tubo y la información del monitor se comparará con el registro de síntomas y actividad.[20]
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    Toma los medicamentos recetados por el médico. El médico puede recomendar medicamentos para ayudar a promover el flujo de bilis, o un inhibidor de la bomba de protones, que puede disminuir los síntomas del reflujo biliar, pero no bloqueará la producción de bilis.[21] En casos extremos donde la medicina no es efectiva, la cirugía puede ser necesaria. Asegúrate de discutir los pros y los contras de todas estas opciones de tratamiento con el médico.[22]
    • Aunque el beneficio ha sido modesto, puedes considerar preguntarle a tu médico acerca de la procinética. Puede ayudar aumentando la movilidad del estómago y acelerando el vaciado gástrico. También puede ayudar a reducir el reflujo biliar.[23]
    • También puedes considerar buscar un profesional de medicina funcional, que es un médico que se enfoca en tratar la causa de una enfermedad.[24]
    • Aunque, mientras el nivel de ácido estomacal por lo general disminuye con la edad, la frecuencia de acidez estomacal y reflujo aumenta con ella. La disminución de los niveles de ácido puede provocar gastritis y alteración de la movilidad intestinal.[25] [26]

Consejos

  • Ten en cuenta que existe una diferencia entre el contenido biliar y el contenido gástrico. El contenido biliar y gástrico ingresa al esófago al mismo tiempo, por lo que no es posible distinguir entre el reflujo biliar y el reflujo ácido.[27]

Acerca de este wikiHow

Sarah Gehrke, RN, MS
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Sarah Gehrke, RN, MS. Sarah Gehrke es enfermera registrada y terapeuta de masajes licenciada en Texas. Sarah tiene más de 10 años de experiencia enseñando y practicando flebotomía y terapia intravenosa (IV) utilizando apoyo físico, psicológico y emocional. Recibió su licencia de Terapeuta de Masajes en el Instituto de Terapia de Masajes de Amarillo en 2008 y un master en Ciencias de Enfermería en la universidad de Phoenix en 2013. Este artículo ha sido visto 2142 veces.
Categorías: Salud