Los gases y la inflamación se presentan como un resultado natural del sistema digestivo al descomponer la comida. Cuando los gases no salen del cuerpo a través de eructos o flatulencias, se acumula en el tracto digestivo y generan inflamación. Sigue leyendo para obtener información sobre cómo reducir los gases y la inflamación a través del cambio de los hábitos en la dieta y el tratamiento de los síntomas con medicamentos.

Método 1
Método 1 de 3:
Obtener alivio inmediato

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    No mantengas los gases adentro. Muchas personas tienden a forzar sus cuerpos para aguantarse los gases y evitar la vergüenza, pero liberar los gases es una función corporal necesaria que ocurre para facilitar la liberación de un producto derivado de la digestión. Evitar liberar los gases solo te generará más dolor e incomodidad. En lugar de mantenerlos adentro, encuentra un lugar cómodo para liberarlos.
    • Si estás en público cuando se presente un episodio de gas o inflamación, encuentra un baño en el que puedas permanecer hasta que el dolor haya cedido.
    • Si te es difícil liberar el gas, intenta ajustar la posición de tu cuerpo a fin que el gas pueda salir. Acuéstate y relaja por completo tus músculos hasta que haya desaparecido la presión de tu estómago e intestinos.
    • Ponerte en movimiento también puede ayudar. Da una vuelta a la manzana, o sube y baja unas escaleras, para ayudar a los gases a encontrar su camino de salida.[1]
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    Usa un paño o compresa caliente. Para un alivio rápido de la presión abdominal causado por los gases y la inflamación acuéstate y acomoda una botella de agua caliente o una compresa caliente a través de tu estómago. Deja que su calor y peso ayude al gas a abandonar tu cuerpo y a que ceda la presión.
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    Toma té de manzanilla o de menta. Tanto la menta como la manzanilla tienen propiedades que ayudan a la digestión y al alivio de los dolores estomacales.[2] Compra bolsitas de té de menta o manzanilla, o usa hojas frescas de menta o flores secas de manzanilla. Infusiona los ingredientes en agua caliente y disfruta para un alivio inmediato de la inflamación y los gases.
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    Consume un suplemento de carbón activado. Este puede reducir los gases y la inflamación en algunas personas. Asimismo, puede aliviar los cólicos provocados por estos malestares.[3]
    • Sigue todas las indicaciones en el envase, incluidas las recomendaciones de las dosis.
    • Consulta con el doctor antes de tomar algún suplemento, en especial si ya estás tomando medicamentos.
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    Consume un poco de ajo. El ajo también tiene propiedades que estimulan el sistema gástrico y ayudan a liberar los gases y la inflamación. Los suplementos de ajo están disponibles en las tiendas naturistas, pero el ajo fresco puede aportar un alivio más rápido.
    • Prueba con sopa de ajo, ya que el agua caliente ayuda a que el ajo llegue a tu sistema más rápido. Pica unos pocos dientes de ajo y sofríelos en aceite de oliva. Añade caldo de verduras o pollo, déjalo hervir a fuego lento por unos pocos minutos y disfrútalo caliente.
    • Evita comer ajo con otros alimentos que puedan causar más gas e inflamación. Para lograr mejores resultados, consúmelo solo o en una sopa.
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    Toma un medicamento para el alivio de gases de venta libre. Si ya estás sintiendo la presión de los gases y la inflamación, los medicamentos destinados a prevenir estas condiciones no funcionarán. Escoge un medicamento pensado para romper las burbujas de gas y reducir la presión en tus intestinos y estómago.
    • Los medicamentos de venta libre que contienen simeticona son para aliviar la acumulación de gases.[4]
    • Se dice que el carbón activado también ayuda a aliviar los gases. Este producto se vende en las tiendas naturistas y en las farmacias.[5]

Método 2
Método 2 de 3:
Hacer cambios en tu estilo de vida

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    Evita los alimentos que hacen que tu cuerpo produzca gas excesivo. El gas se forma cuando los carbohidratos no son digeridos en tu intestino delgado y son fermentados por las bacterias en tu colon.[6] Los alimentos que causan esto afectan más a algunas personas que a otras. Si padeces de gases e inflamación a menudo, tal vez quieras limitar, o evitar totalmente, el consumo de los siguientes alimentos:
    • Frijoles y otras leguminosas. Los frijoles negros, garbanzos, alubias, habas, chícharos y otras leguminosas, son conocidas por hacer que se formen gases. Contienen un azúcar llamado oligosacárido que el cuerpo no puede romper. El azúcar sin digerir permanece intacto durante el proceso de digestión y resulta en la producción de gas en el intestino delgado.
    • Frutas y verduras fibrosas. La fibra tiene muchos beneficios para la salud, pero no puede ser completamente digerida y es una de las principales culpables de la formación de gas e inflamación. Trata de detectar qué frutas y verduras fibrosas te generan los mayores problemas. La col, el brócoli y otras crucíferas tienden a causar más producción de gases que las hojas para ensalada.
    • Productos lácteos elaborados de leche de vaca. La leche de vaca contiene lactosa, que no se lleva bien con los sistemas digestivos de mucha gente. Evita la leche, el queso, el helado y otros productos lácteos hechos con leche con lactosa. Se dice que la leche de cabra es más fácil de digerir para mucha gente, así que pruébala como alternativa.
    • Aditivos artificiales. El sorbitol, el manitol y otros edulcorantes artificiales causan inflamación en mucha gente.
    • Refrescos y otras bebidas carbonatadas. Las burbujas de aire en las bebidas carbonatadas producen inflamación, ya que el aire queda atrapado en tu estómago.
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    Evita los lácteos si eres intolerante a la lactosa. Los lácteos pueden provocar gases e inflamación dolorosos en algunas personas. Para evitar estos problemas, consume alimentos lácteos sin lactosa.[7]
    • Por ejemplo, podrías consumir leche de soya o almendra.
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    Limita los carbohidratos simples y los azúcares. Podrías sufrir una inflamación extrema luego de comer carbohidratos simples y azúcares, ya que tu cuerpo no puede digerirlos de forma apropiada. Si este es tu caso, podrías aliviar los síntomas con una dieta sin azúcar.[8]
    • No reemplaces los azúcares con edulcorantes artificiales, ya que estos también pueden causar inflamación.
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    Evita el gluten si tienes alergia o intolerancia. El gluten es una proteína que se encuentra en determinados productos de granos. Si eres sensible al gluten, podrías sufrir de inflamación y gases luego de consumirlo. La manera más eficaz de evitar estos malestares será reducir los productos que contengan gluten.[9]
    • Por lo general, este elemento se encuentra en los panes, los alimentos horneados, las pastas, los aderezos y otros similares. Lee las etiquetas para identificar los productos clasificados como “libres de gluten”.
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    Cambia el orden en el que consumes los alimentos. El cuerpo produce naturalmente ácido clorhídrico, que descompone las proteínas, cuando comienzas a comer una comida. Si inicias una comida con carbohidratos, el ácido clorhídrico se utiliza antes de que las proteínas que comerás después en el curso de la comida lleguen a tu sistema. Entonces, las proteínas poco digeridas se fermentan, y esto da lugar a los gases y la inflamación.
    • En lugar de iniciar tus comidas con pan y ensalada, come primero unos pocos bocados de tu carne, pescado, u otras proteínas.
    • Si digerir las proteínas parece ser un problema continuo, considera tomar suplementos de ácido clorhídrico, mismos que podrás conseguir en muchas tiendas naturistas. Tómalos después de la comida, mientras todavía estás digiriendo tus alimentos.
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    Mastica bien tus alimentos. Masticar tu comida es la primera parte del proceso digestivo, cuando tus dientes y saliva comienzan a descomponer la comida. Asegurarte de masticar bien cada bocado antes de tragarlo hará que tu estómago e intestinos tengan que trabajar menos, reduciendo así las posibilidades de que la comida fermente y cause gases.
    • Trata de masticar cada bocado 20 veces antes de tragarlo. Deja a un lado el tenedor entre bocado y bocado para darte tiempo.
    • Hacer más lento el proceso de comer también evitará que tragues tanto aire como cuando comes rápido, así que la inflamación y los eructos no se presentarán con tanta frecuencia.
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    Come alimentos que han sido fermentados. La digestión apropiada requiere de una cantidad de bacterias sanas. Las personas han suplementado a sus cuerpos con alimentos que contienen bacterias por muchos siglos.
    • El yogur que contiene probióticos que son una fuente común de bacterias que ayudan a la digestión. El kefir es otro producto lácteo cultivado que al cuerpo le resulta fácil de digerir.
    • El chucrut, el kimchi, y otras verduras fermentadas también son buenas opciones.
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    Usa enzimas digestivas. Los suplementos de enzimas digestivas pueden ayudar a tu cuerpo a descomponer los componentes no digeribles de los frijoles, las fibras y grasas que podrían estar causando tus gases o inflamación. Trata de identificar qué tipo de alimento está causando el problema y escoge el suplemento correcto.
    • Si tienes problemas para digerir frijoles, prueba el Beano u otro medicamento que contenga la enzima necesaria para digerir oligosacáridos.
    • Las enzimas digestivas deben tomarse antes de las comidas, no después, a fin de que tu cuerpo esté listo para digerir los alimentos a medida que lleguen a tu sistema.

Método 3
Método 3 de 3:
Tratar los problemas digestivos

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    Conoce la frecuencia y severidad de tus síntomas. Es natural que los gases y la inflamación se presenten de vez en cuando, especialmente después de comer uno de los culpables típicos, como frijoles o helado. Sin embargo, si tienes inflamaciones dolorosas o un exceso de flatulencias todos los días, el problema podría extenderse más allá de lo que puedes solucionar cambiando tus hábitos dietarios.
    • El síndrome de colon irritable (SCI) afecta tu colon y causa retortijones y diarrea cuando se consumen ciertos alimentos.[10]
    • La celiaquía es una enfermedad digestiva producida por la ingestión de gluten, una proteína que se encuentra en el pan y en otros productos alimenticios que contienen trigo, cebada o centeno.[11]
    • La enfermedad de Crohn es un problema gastrointestinal que se puede volver bastante severo si no se trata con efectividad.
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    Busca atención médica. Si tienes un problema de gases e inflamación diarios que te causa dolor o que interfiere con tu vida cotidiana, llama a tu médico para hablar de posibles causas y soluciones. Dado que los gases y la inflamación a menudo están directamente relacionados con lo que comes, prepárate para hablar de tus hábitos dietarios y tu estilo de vida con el médico.

Consejos

  • El ejercicio regular ayuda a aliviar los gases y la inflamación y a prevenir futuros brotes. Camina, corre o nada todos los días para darle a tu cuerpo la oportunidad para liberar los gases.
  • Trata de comer plátano, melón y mango. Evita el consumo de las sodas.
  • Intenta recostarte con tus piernas arriba.

Advertencias

  • No elimines enteramente un grupo de alimentos de tu dieta sin consultarlo antes con tu médico.

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