Cómo reflexionar

La reflexión es el arte de pensar en tus virtudes y defectos. También es la habilidad de reflexionar sobre el aquí y ahora, sobre tus sentimientos y pensamientos. También incluye la reflexión acerca de los pensamientos, emociones y sentimientos de los demás. La reflexión puede ser una manera útil de hacer cambios positivos en tu vida a medida que evalúas las decisiones que tomaste en el pasado. Para esto, es posible que sea necesario que te alejes de algunas personas, maneras de pensar y que dejes de retener a alguien. Aprender cómo reflexionar sobre tu vida, experiencias y las vidas de los demás puede ayudarte a crecer como persona y a tomar decisiones informadas para darle forma a tu futuro.

Parte 1

Parte 1 de 3:
Aprender a reflexionar

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Encuentra tiempo para reflexionar. Si te cuesta balancear tu vida laboral y personal, podría parecerte imposible sacar tiempo para reflexionar. Sin embargo, puedes reflexionar en cualquier lugar y momento. Algunos especialistas de la salud mental recomiendan tomarte el tiempo para reflexionar al realizar tus tareas cotidianas, en caso de que no puedas hacerlo por un largo periodo de tiempo. La clave está en identificar pequeños periodos de tiempo que de lo contrario los perderías a diario, y usar ese tiempo para reflexionar, independientemente de lo corto que pueda ser ese lapso.^{[1]
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Fuente de investigación}
- Reflexiona cuando estés en tu cama, ya sea antes de levantarte después de apagar tu despertador o antes de quedarte dormido cuando te acuestes en la noche. Puede ser un momento muy valioso para prepararte para el día (en la mañana) o para procesar los acontecimientos del día (en la noche).^{[2]
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- Reflexiona en la ducha. Es un momento ideal para reflexionar, ya que puede ser una de las pocas oportunidades que tienes para estar solo en el día. La ducha también es un lugar cómodo para muchas personas, lo que hace que te sea fácil reflexionar acerca de los acontecimientos o recuerdos que te molestan o que son desagradables.^{[3]
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- Aprovecha tu trabajo. Si conduces para ir al trabajo y te quedas atrapado en el tráfico, tómate algunos minutos para apagar la radio y reflexionar acerca de cualquier cosa que te haya estado preocupando o causándote ansiedad. Si usas el transporte público, cierra tu libro o sácate los auriculares por algunos minutos y reflexiona acerca del día que está por venir o que acabas de tener.^{[4]
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Quédate quieto. Es posible que sea más fácil decirlo que hacerlo, pero uno de los factores más importantes para tomarte el tiempo de reflexionar debe ser la quietud y, si fuera posible, la soledad. Relájate, siéntate, respira a conciencia y bloquea cualquier distracción que te rodee. Eso puede ser algo tan simple como apagar la televisión o tan difícil como bloquear una cacofonía de sonido y caos. Independiente de lo que te rodee, date tiempo para permanecer quieto y solo, aunque solo puedas estar solo con tus pensamientos y no físicamente.^{[5]
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Fuente de investigación}
- Algunos estudios han demostrado que tomarte el tiempo de permanecer quieto puede influenciar de manera positiva en tu salud y niveles de energía, y puede mejorar tu productividad.^{[6]
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Reflexiona acerca de ti y tus experiencias. Cuando permanezcas quieto, es posible que tus pensamientos empiecen a acelerar por las cosas que debes hacer o que deberías haber hecho de una manera diferente. Esos pensamientos no necesariamente son malos, ya que podrían ser una parte importante de reflexionar al inicio o final de tu día. Sin embargo, si vas a reflexionar sobre tu vida, es posible que necesites guiar tus pensamientos, usando una serie de preguntas. Pregúntate:
- Quién eres y qué tipo de persona eres.^{[7]
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- Qué has aprendido acerca de ti por medio de lo experimentas cada día.^{[8]
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- Si te has retado para crecer al cuestionar tus pensamientos, creencias y nociones acerca de tu vida.^{[9]
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  Fuente de investigación}

Parte 2

Parte 2 de 3:
Usar la reflexión para mejorar tu vida

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Evalúa tus valores fundamentales. Tus valores fundamentales son los valores y creencias que al final le dan forma a cada aspecto de tu vida. Reflexionar sobre ellos puede ayudarte a identificarte con quién eres como persona y por lo que has trabajado toda tu vida. La manera más fácil de acceder y evaluar tus valores fundamentales es reflexionando sobre la pregunta “¿Cuál es tu característica más importante como persona?”.^{[10]
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Fuente de investigación} Esto puede ayudarte a cortar camino en los problemas de autoestima o de dudas personales, y de llegar a lo que te motiva en un nivel básico.
- Si no sabes con seguridad cuáles son tus valores fundamentales, piensa en cómo te describiría en pocas palabras alguien que te conozca bien (un hijo, un padre o tu pareja). ¿Diría que eres generoso? ¿Desinteresado? ¿Honesto? En este ejemplo, la generosidad, el desinterés y la honestidad podrían ser algunos de tus valores fundamentales.^{[11]
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  Fuente de investigación}
- Evalúa si permaneces fiel a tus valores fundamentales en los momentos duros. Estar en contacto con tus valores fundamentales significa permanecer siempre fiel a quién eres y a lo que valoras como persona.^{[12]
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Analiza tus metas. Algunas personas pueden no pensar en reflexionar cuando piensan en sus metas, pero algunos estudios han demostrado que la reflexión es un componente importante en cualquier búsqueda de una meta.^{[13]
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Fuente de investigación} Puede serle fácil a una persona quedarse atrapada en los hábitos cotidianos y las rutinas sin nunca tomarse el tiempo de evaluar el esfuerzo que ha dedicado para conseguir sus metas. Sin embargo, sin esa evaluación, muchas personas se salen de su camino y dejan de perseguir su meta.^{[14]
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Fuente de investigación}
- La reflexión es una parte fundamental en la búsqueda de una meta precisamente porque muchas personas se motivan al darse cuenta de que no están alcanzando sus metas. En vez de dejar que eso haga que te sientas apático, puede traerte ventajas al cambiar la forma en que abordas ese fracaso. En vez de sentirte impotente, oblígate a demostrarte que puedes conseguir tus metas.^{[15]
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  Fuente de investigación}
- Si te cuesta conseguir tus metas, considera reevaluarlas. Los estudios indican que las metas más exitosas son las SMART, sigla en inglés que se refiere a metas “específicas, medibles, que se pueden alcanzar, orientadas a resultados y con plazos específicos”.^{[16]
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  Fuente de investigación} Asegúrate de que cualquier plan de metas que desarrolles incluya un buen componente de reflexión y autoevaluación.
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Cambia tu manera de pensar. La reflexión puede ser una herramienta valiosa para cambiar los patrones de pensamiento y respuestas de una persona frente a las situaciones. Muchas personas se comportan como autómatas en su vida cotidiana al lidiar con personas, lugares y situaciones. Sin embargo, sin reflexionar con frecuencia y evaluar la manera en que reaccionas a estos estímulos externos, puede ser fácil caer en estos patrones de comportamientos improductivos o que incluso pueden ser dañinos. La reflexión puede ayudarte a evaluar de forma activa tu situación y reevaluarla para sentirte más optimista y con un mayor control.
- Las situaciones estresantes o complicadas por lo general son con las que te cuesta más sentirte optimista. Sin embargo, muchas situaciones difíciles al final te beneficiarán.
- En vez de sentir ansiedad o ira por situaciones incontrolables (por ejemplo, tener que pasar por un procedimiento odontológico), reformula tu percepción acerca de la situación para reflexionar en los cambios positivos que vendrán de ella. En ese marco hipotético, el procedimiento será un inconveniente temporal y saldrás con una mejor sonrisa, menos dolor y una mejor salud.

Parte 3

Parte 3 de 3:
Reflexionar sobre el mundo que te rodea

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Analiza tus experiencias. Tendrás tantas experiencias todos los días que en el trascurso de tu vida puede serte difícil evaluar todo lo que significan. Sin embargo, si te tomas el tiempo de reflexionar todos los días sobre el significado de una experiencia determinada, puede serte más fácil procesar el acontecimiento y tu reacción frente a ella.^{[17]
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Fuente de investigación}
- Piensa en tu reacción frente a la experiencia. ¿Cómo sientes que fue la experiencia? ¿Eso va de acuerdo a la forma en que creíste que sucedería? ¿Por qué sí o por qué no?^{[18]
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- ¿Aprendiste algo de esa experiencia? ¿Hay algo que puedas sacar de esa experiencia que te ayude a comprenderte mejor a ti, a otras personas o al mundo que te rodea?^{[19]
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- ¿Esa experiencia cambió tu manera de pensar o la forma en que te sientes? ¿Por qué y de qué manera?^{[20]
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- ¿Qué puedes aprender de ti por medio de la experiencia y por la forma en que reaccionaste frente a ella?^{[21]
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Evalúa tus relaciones con los demás. A algunas personas les parece difícil cuestionar por qué son amigas de ciertas personas o cuál es el significado de esas amistades o relaciones. No obstante, es fundamental que reflexiones acerca de tus relaciones con los demás de vez en cuando.^{[22]
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Fuente de investigación} De hecho, algunos estudios indican que reflexionar acerca de tus relaciones pasadas puede ser incluso útil al ayudarte en tu habilidad de superar la pérdida de esa relación y aprender cuál fue el problema.^{[23]
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Fuente de investigación}
- Lleva cuenta de la manera en que las personas te hicieron sentir. Esto puede incluir a las personas que están en la actualidad en tu vida o a las personas que has tenido que sacar de tu vida por alguna razón. Anota esas observaciones en un diario para que te ayude a procesar esas observaciones y aprender de ellas a medida que desarrolles relaciones futuras.^{[24]
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  Fuente de investigación}
- Cuando reflexiones acerca de tus relaciones, evalúa si alguna relación con un amigo o pareja en realidad es buena. Por ejemplo, es posible que quieras preguntarte si confías en tu pareja, si son sinceros el uno con el otro, si se comprenden, si se hablan y tratan con respeto, y si ambos están dispuestos a llegar a un acuerdo en cuanto a los problemas que causaron las peleas.^{[25]
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Usa la reflexión para no discutir. Ya sea que pases tiempo con tu pareja, un amigo o un familiar, es muy probable que hayan discutido por algo en algún momento de su relación. Por lo general, las discusiones aparecen porque dos o más personas permiten que sus emociones dirijan el tono de la conversación. Sin embargo, al dar un paso atrás y reflexionar antes de hablar, puedes mitigar esas discusiones o eliminarlas por completo.^{[26]
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Fuente de investigación} Si crees que puedes empezar a discutir con alguien, tómate el tiempo de formularte las siguientes preguntas:
- ¿Qué sientes en este momento y qué necesitas?^{[27]
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  Fuente de investigación}
- Si fueras a indicar cómo te sientes o qué necesitas, ¿cómo reaccionaría la otra persona involucrada?^{[28]
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- ¿Qué es lo que necesita la otra persona en ese momento y cómo esa necesidad puede influir en la forma en que esa persona comprenda lo que necesitas?^{[29]
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- ¿Cómo podrían verse tus palabras y acciones, tanto frente a otra persona como frente a un espectador?^{[30]
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- ¿Cómo has resuelto los conflictos pasados en los que pudiste llegar a un acuerdo con alguien? ¿Qué dijeron o hicieron para ayudar a mitigar el conflicto y permitir que todos se sientan felices y justificados?^{[31]
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  Fuente de investigación}
- ¿Cuál es la forma ideal de resolver el conflicto y qué debes decir o hacer para llegar a esa solución?^{[32]
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  Fuente de investigación}

Consejos

Concéntrate en usar tus sentidos y la emoción que sientas en ese momento.
Mientras más reflexiones, lo harás cada vez mejor.
Si tienes muchos pensamientos negativos, esfuérzate por convertirte en una persona más optimista.

Advertencias

Sirve de ayuda estar en un entorno controlado (como los consultorios de los terapeutas o de los psicólogos) cuando menciones recuerdos negativos o inquietantes.
Si un pensamiento sobre el cual estás reflexionando es muy dañino, debes hablar con un amigo al respecto o buscar una terapia. Termina eso y sigue adelante, lejos de esos pensamientos y sentimientos dañinos.