Con el tiempo, la pintura puede mancharse o dañarse y debe retocarse. Si el daño no es grande y la pintura tiene menos de 1 año, puedes retocar fácilmente el área afectada en lugar de pintar toda la pieza. Aunque puede resultarte difícil combinar perfectamente el color existente, la limpieza y el uso de la misma técnica de aplicación pueden ayudar a que esa sección se camufle. Si necesitas retocar la pintura de un automóvil, el proceso es ligeramente diferente pero aun así sencillo de completar. Después de realizar los retoques, la pintura lucirá limpia y consistente.

Método 1
Método 1 de 3:
Limpiar y preparar el área

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    Coloca una tela protectora debajo del área que vas a pintar. Mueve los artículos que no deseas ensuciar con pintura para que puedas acceder fácilmente al objeto que vas a retocar. Coloca una tela protectora en el piso de manera que se extienda al menos 30 cm (1 pie) desde los lados del objeto para evitar que la pintura se derrame en el piso. Utiliza una capa doble de tela protectora para evitar que la pintura penetre o manche el área.[1]
    • Puedes conseguir telas protectoras en tiendas de suministros de pintura o ferreterías.
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    Limpia cualquier marca o suciedad alrededor del área que vas a retocar. Mezcla 4 litros (1 galón) de agua tibia, ½ taza (120 ml) de vinagre blanco y ¼ de taza (60 g) de bicarbonato de sodio en un balde. Sumerge una esponja en la solución de limpieza y escúrrela de manera que quede húmeda al tacto. Restriega ligeramente el área que vas a pintar para eliminar las marcas o la suciedad adherida. Evita aplicar demasiada presión, ya que puedes hacer que parte de la pintura existente se desprenda. Una vez que restriegues el área, debes limpiarla con otra esponja empapada en agua limpia.[2]
    • También puedes utilizar un producto limpiador suave multiuso para lavar los artículos.

    Consejo: si la pintura se está desprendiendo, debes raspar las áreas elevadas con una espátula antes de la limpieza.

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    Rellena todos los agujeros con masilla o un compuesto para parchar.[3] Debes revolver la masilla para que se mezcle bien y sea fácil de esparcir. Aplica un poco sobre una espátula flexible y aplícala en el agujero. Presiona la masilla en el agujero para que se rellene por completo y luego raspa el exceso con el borde recto de la espátula. Espera a que se seque por completo antes de continuar.[4]
    • Puedes conseguir masilla en una ferretería local.
    • También puedes presionar masilla en los agujeros si son pequeños y menos notorios.
    • Si vas a pintar muebles de madera, puedes utilizar relleno para madera en lugar de masilla.
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    Lija la superficie que vas a retocar para alisarla. Utiliza papel de lija de grano 180 o 220 sobre el área que vas a pintar y aplica una ligera presión mientras lijas. Debes trabajar con movimientos circulares pequeños para que la pintura se adhiera bien al objeto que vas a pintar. Si detectas abolladuras o áreas elevadas, debes lijarlas suavemente para que consigas una superficie de pintura plana y nivelada.[5]
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    Aplica una capa de imprimación si el punto que vas a retocar está por encima de los 20 cm2 (3 pulgadas cuadradas). Consigue una imprimación que tenga la misma base y brillo que la pintura que utilizaste anteriormente. Por ejemplo, si tienes una pintura mate a base de látex, debes utilizar una imprimación mate de látex. Utiliza un rodillo o una brocha pequeña para aplicar una capa fina de imprimación sobre el área que vas a retocar. Asegúrate de que la imprimación cubra por completo el área de manera que la pintura presente una aplicación uniforme.[6]
    • Si tuviste que aplicar imprimación, asegúrate de lijarla nuevamente después de que se seque de manera que quede suave al tacto.
    • No necesitas aplicar una capa de imprimación si vas a retocar un área más pequeña que 20 cm2 (3 pulgadas cuadradas).

Método 2
Método 2 de 3:
Cubrir pequeñas imperfecciones

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    Consigue una pintura que coincida con el color y el acabado de la pintura actual.[7] Utiliza la pintura que utilizaste originalmente si te sobró un poco, ya que será la que coincida mejor. Si no te queda nada de pintura original, puedes utilizar muestras para conseguir el color que mejor se adapte. Asegúrate de que la pintura que utilices presente el mismo acabado para que el retoque no se vea mate o brillante en contraste con el resto del artículo.[8]
    • Si la pintura tiene más de 1 año, el color no coincidirá y el retoque se hará evidente.
    • Reúne fotos o muestras de pintura y llévalas a una tienda local de suministros de pintura para verificar si los empleados pueden ayudarte a conseguir el color correcto.
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    Pasa un hisopo sobre el área si se trata de un retoque muy pequeño.[9] Sumerge el extremo de un hisopo en la pintura y elimina el exceso. Debes aplicar la pintura sobre las áreas que vas a retocar de manera que imite la textura de un rodillo. Debes trabajar desde el centro del área que vas a retocar hacia los bordes para conseguir una transición suave entre los colores.[10]
    • También puedes utilizar un pincel pequeño de punta roma para conseguir un patrón y una textura similares.
    • Solo debes utilizar un hisopo si el retoque es de 7 cm2 (1 pulgada cuadrada) o más pequeño.
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    Pinta las esquinas estrechas con una brocha de esponja o de cerdas.[11] Sumerge los extremos de la brocha en la pintura y elimina cualquier exceso para que no se quede demasiado espesa. Solo debes utilizar la cantidad de pintura que necesites. De lo contrario el retoque se hará evidente. Toca ligeramente o arrastra la brocha por el área que vas a pintar para conseguir una aplicación con textura o lisa.[12]
    • Utiliza brochas de esponja con moderación, ya que es probable que no coincidan con la textura de la pintura original.
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    Aplica la pintura con papel absorbente arrugado para que coincida mejor con la textura. Toma de 1 a 2 hojas de papel absorbente del rollo y arrúgalas para formar una bola. Sumerge un lado de la bola en la pintura y aplícala sobre el área que vas a retocar. Continúa trabajando en el área para integrar la pintura nueva con la pintura que ya se encuentra sobre las paredes.[13]
    • Utiliza la pintura que se encuentra sobre la tapa de la lata para que no utilices demasiado por accidente.

Método 3
Método 3 de 3:
Pintar un área más grande

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    Utiliza la misma técnica de aplicación que empleaste la primera vez. Si no utilizas el mismo método para aplicar la pintura, la textura y el acabado lucirán diferentes en comparación con el resto de la pieza. Si anteriormente utilizaste una brocha, entonces debes utilizar una brocha similar para el retoque. Si utilizaste un rodillo, asegúrate de utilizar uno del mismo tamaño y mecha que el que utilizaste anteriormente.[14]
    • Es difícil retocar la pintura que se aplicó originalmente con un rociador, ya que este dispositivo afecta el color final de la pintura. Si utilizaste un rociador de aire al pintar, es probable que tengas que volver a pintar todo el objeto para que la aplicación se vea uniforme.
    • Si vas a pintar el área de las paredes cerca del techo o a lo largo de las tablas del suelo, puedes utilizar un aplicador diferente sin notar las diferentes texturas.
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    Cubre el rodillo o la brocha con la menor cantidad de pintura que necesites. Revuelve o agita la pintura para que se mezcle bien antes de verterla en una charola. Sumerge el rodillo (o la brocha) en la pintura para cubrirlo ligeramente y elimina el exceso para evitar que gotee. Solo debes utilizar la cantidad de pintura necesaria para que se aplique y se seque de manera uniforme.[15]
    • Si utilizas demasiada pintura, entonces el retoque puede volverse más notorio una vez que se seque.
    • Si tuviste que cambiar el color de la pintura, puedes probar una pequeña cantidad sobre el objeto para verificar si coincide con la original.
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    Comienza en el centro del retoque y avanza hacia los bordes. Coloca el aplicador de pintura en el centro del área que vas a retocar y pinta hacia afuera. De esta manera, la brocha o el rodillo comenzarán a secarse mientras trabajas y la pintura no tendrá un borde duro. Continúa trabajando en el área que vas a retocar hasta que quede completamente cubierta con una capa delgada de pintura.[16]
    • Evita difuminar los trazos, ya que tampoco se integrarán con la pared.
    • Solo es necesario que apliques una segunda capa de pintura después de que la primera se seque y si no presenta una aplicación uniforme.

    Consejo: debes revisar el retoque desde múltiples ángulos mientras te paras a 1 m (3 pies) de distancia. De esta manera, lograrás verificar si se nota desde un punto de vista diferente.[17]

Consejos

  • Solo debes retocar la pintura si tiene menos de 1 año. De lo contrario, es probable que el brillo y el color no coincidan.[18]
  • Si necesitas realizar varios retoques en una sola pared, es mejor que pintes toda la pared para que se integre bien.[19]

Cosas que necesitarás

  • tela protectora
  • una esponja
  • vinagre blanco
  • bicarbonato de sodio
  • un balde
  • masilla
  • una espátula
  • papel de lija
  • imprimación
  • pintura
  • un hisopo
  • papel absorbente
  • un rodillo o una brocha
  • una charola de pintura

Acerca de este wikiHow

Ryan Owsiany
Coescrito por:
Especialista en pintura y paneles de yeso
Este artículo fue coescrito por Ryan Owsiany. Ryan Owsiany es especialista en pintura y paneles de yeso, y propietario de Patch and Paint Pros en Conshohocken, Pensilvania. Con más de dos décadas de experiencia, Ryan se especializa en pintura de casas interiores y exteriores, así como en paneles de yeso y reparación de daños por agua. Tiene una licenciatura en ingeniería industrial de la Penn State University. Los profesionales de Patch and Paint solo emplean pintores experimentados y amigables que entienden que se requiere una preparación adecuada para garantizar la satisfacción del cliente en cada proyecto de pintura. Este artículo ha sido visto 22 937 veces.