El mundo de hoy en día te ofrece tantas oportunidades y opciones que no es fácil saber lo que quieres. A veces, puedes confundir lo que quieres con lo que los demás quieren de ti. Para descubrir lo que realmente quieres, necesitarás autoanalizarte y tomar algunas decisiones.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Descubrir lo que no quieres

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    Separa las "obligaciones" de los "deseos". La mayoría de las personas tienen una idea de las cosas que creen que los demás esperan de ellas en comparación con las cosas que en realidad quieren. Tal vez crees que debes ser más organizado, volver a la universidad o sentar cabeza y casarte. Pero todas esas obligaciones no te llevarán a ningún lado si no tienes el deseo de realizarlas. Si logras cumplirlas, tu energía decae y luego vuelves al punto de partida 5 o 10 años más tarde. Deshazte de tus obligaciones ahora mismo para que puedas centrarte en lo que quieres.[1]
    • La mayoría de las personas tienen problemas para distinguir entre qué necesidades son obligaciones y cuáles, deseos. Dedica un momento a averiguar cuál es cuál. ¿Qué es lo que realmente quieres? ¿Qué crees que el resto del mundo quiere de ti? ¿Sientes presión de tus padres, tu comunidad, sociedad o amigos para hacer algo que ellos creen que debes hacer, pero eso no te entusiasma?
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    Elabora una lista de lo que harías si vivieras sin temores. Todo el mundo tiene temores intangibles y abstractos. Muchas personas tienen miedo de no gustarles a los demás o de perder su respeto, quedarse en bancarrota, no encontrar un trabajo, no tener amigos o de terminar solos. Para descubrir lo que quieres, olvida todo eso por un instante. El temor puede controlarte e impedir que descubras lo que quieres.[2]
    • Elabora una lista de todas las cosas que deseas, a pesar de tus temores. ¿Qué harías si no tuvieras miedo de lo que piensan los demás, del dinero o de salir lastimado?
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    Averigua qué te hace sentir insatisfecho. Probablemente ya sabes qué te provoca insatisfacción. Somos mejores para quejarnos que para solucionar las cosas. Si identificas los aspectos de tu vida con los que no te sientes satisfecho, podrás empezar a elaborar estrategias para cambiar o eliminar dicha situación. Elabora una lista de lo que te hace infeliz. ¿Por qué no estás satisfecho? ¿Qué es lo que deseas? ¿Qué mejoraría las cosas en tu vida? Escribe las respuestas a dichas preguntas.
    • Por ejemplo, piensa en tu trabajo. Si detestas tu trabajo, es posible que no detestes realmente tu trabajo, sino más bien ciertos aspectos de él. Debes aislar dichos aspectos. ¿Qué cosas cambiarías si pudieras? ¿Cómo cambiaría eso tu perspectiva?
    • Simplemente identificar los elementos de tu vida que no te satisfacen no los mejorará. Una vez que hayas elaborado esta lista, piensa en si son cosas que puedas controlar y en qué puedes hacer para cambiarlas o eliminarlas de tu vida. Si detestas tu trabajo, tal vez debes empezar a averiguar cómo encontrar un nuevo puesto. Pero si solo detestas ciertos aspectos de tu trabajo, piensa en formas de mejorarlos y habla con tu jefe para implementar nuevas ideas.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Aclarar tus valores

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    Elabora una lista de lo que es importante para ti. Cuando no sabes lo que quieres, es útil formarte una idea clara de cuáles son tus valores. Empieza elaborando una lista de lo que es importante para ti. Puedes incluir ideas abstractas como el amor o cosas concretas como la comida.[3]
    • Para ayudarte a identificar tus valores, hazte las siguientes preguntas:[4]
      • ¿Qué momentos de tu vida hasta ahora han sido los más satisfactorios o gratificantes? ¿Qué fue lo que te hizo sentir satisfecho respecto a dichos momentos?
      • Si tu casa se estuviera incendiando y solo pudieras salvar 3 objetos (todos tus mascotas y familiares ya están a salvo), ¿cuáles serían? ¿Por qué? ¿Qué representan estas cosas para ti?
      • Piensa en dos personas que respetes y admires. ¿Qué características admiras más de ellas? ¿Por qué?
      • ¿Qué temas te entusiasman más cuando hablas de ellos? ¿Podrías hablar horas sobre política exterior, moda o derechos de los animales?
    • Analiza tus respuestas a dichas preguntas y pregúntate si algún tema, principio o creencia surgen de ellas.[5]
    • Una vez que hayas identificado tus valores, debes darte cuenta de que tomar decisiones acorde con dichas creencias te ayudará a sentirte satisfecho y feliz.[6]
    • Los valores pueden parecer muy vagos o filosóficos para serte útiles, pero pueden darte indicios sobre qué decisiones y resultados serían más satisfactorios.
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    Elige valores que provoquen una respuesta emocional. Los valores pueden describirse como la combinación de objetivos, creencias y actitudes emocionales positivas o negativas. Los valores desempeñan una parte importante en la salud emocional, debido a que pueden producir fuertes reacciones emocionales en función de si nuestras conductas van acorde con nuestros valores o no. Al momento de hacer tu lista, no pongas simplemente lo que crees que debes poner. Piensa en las cosas que te hacen sentir emociones.[7]
    • Por ejemplo, si valoras más el tiempo que pasas con tu familia, pero decides trabajar 80 horas continuas por semana, te sentirás culpable o avergonzado porque has violado un valor que es importante para ti.
    • Si valoras el tiempo en familia, esfuérzate por siempre estar en casa para las 5 p. m. y nunca trabajes durante dicho tiempo. De este modo, te sentirás orgulloso y satisfecho porque tus conductas reflejan tus valores.
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    Interrógate. Saber lo que valoras te permitirá tomar decisiones respecto a lo que quieres y no quieres en la vida. Si nunca has pensado en lo que valoras, te será difícil averiguarlo. Hazte las siguientes preguntas para ayudarte a empezar a pensar en lo que valoras:[8]
    • Al final de tu vida, ¿qué quieres que las personas recuerden de ti? ¿Quieres que recuerden que contribuiste a la ciencia, que amaste a tu familia o que eras honesto?
    • Si tuvieras que elegir entre el trabajo y la familia, ¿cuál sería lo más importante?
    • ¿Qué temas te apasionan o entusiasman? ¿El ambientalismo? ¿Los derechos de las mujeres? ¿Las finanzas? Usa tus pasiones para ayudarte a limitar lo que es más importante para ti.
    • Si solo pudieras salvar unos cuantos artículos de una casa en llamas, ¿cuáles serían estos? ¿Qué de dichos artículos te da indicios sobre algunos de tus valores fundamentales?
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    Usa tus valores para hacer cambios. Escribe las respuestas a dichas preguntas para que puedas verlas. Estas respuestas te darán un esquema general de lo que quieres en la vida. Incluso puedes añadir a esta información a medida que sigues pensando en lo que es importante para ti. Una vez que tengas una idea de lo que valoras más en la vida, podrás empezar a construir un panorama más claro de lo que quieres. Luego, podrás empezar a tomar decisiones que vayan acorde con tus valores.[9]
    • Por ejemplo, si valoras mucho la energía verde y el reciclaje, pero la compañía para la que trabajas trata principalmente con petróleo, podrías sentirte insatisfecho con tu trabajo o incluso frustrado y enojado porque gran parte de tu trabajo apoya algo con lo que no estás de acuerdo. Ahora puedes reconocerlo y esforzarte por encontrar un trabajo que también valore la energía verde para que vaya acorde con tus valores.

Parte 3
Parte 3 de 4:
Determinar lo que quieres

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    Céntrate en el presente. No saber lo que quieres o no ser capaz de decidir generalmente provoca sentimientos de preocupación o incomodidad. Gran parte de esta preocupación proviene del temor a tomar una mala decisión.[10] A medida que empiezas a tomar decisiones sobre tu vida, mantén tu atención en el presente o el presente cercano. Pensar en un futuro muy lejano solo te provocará estrés.
    • Las investigaciones demuestran que nuestra capacidad de predecir lo que queremos en el futuro es distorsionada, así que solo puedes tomar decisiones que son adecuadas para ti en el presente, con la información que tienes ahora. No te centres mucho en hacer las cosas bien para tu futuro yo.[11]
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    Empieza tomando pequeñas decisiones. Tomar decisiones puede ser difícil y atemorizante. Tal vez necesitas decidir lo que quieres de la vida o cómo obtener lo que quieres después de saberlo. Pero si no sabes lo que quieres, te será difícil tomar decisiones. Aprender a tomar decisiones puede ayudarte a ser mejor a la hora de decidir lo que es adecuado para ti. Empieza con decisiones pequeñas, de modo que te sientas más cómodo y confiado en tu capacidad de tomar decisiones para ti mismo.[12]
    • No tomar ninguna decisión también es una elección decisiva. A veces, no tomar ninguna decisión provoca más remordimientos que tomar cualquiera.[13]
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    Declara la decisión que necesitas tomar. Ser capaz de tomar decisiones informadas es útil debido a que las malas decisiones o no tomar ninguna decisión a veces puede producir sentimientos de dolor o remordimiento.[14] Empieza a desarrollar dicha capacidad declarando específicamente la decisión que deseas tomar.
    • Puedes escribir la decisión o declararla en tu mente. Necesitas indicarte a ti mismo qué decisión debes tomar para que puedas empezar a trabajar hacia lo que quieres.
    • Por ejemplo, si tratas de decidir qué carrera elegir, podrías escribir “Decidir entre ingeniería y enfermería”. Si tratas de decidir cómo lidiar con un amigo, escribe “Decidir cómo lidiar con mi amigo que a veces me hace sentir mal”.
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    Reúne más información. En esta etapa, debes reunir la mayor cantidad posible de información sobre tus opciones. Tomar una decisión informada es muy importante porque te permitirá sentir que has tomado la decisión adecuada. Asegúrate de incluir información que sea importante para tus valores. Puedes hacer un cuadro de ventajas y desventajas, enumerar los detalles sobre cada opción y tomar nota sobre cómo cada opción influirá en tu vida, tu futuro y las vidas de los demás.[15]
    • Por ejemplo, podrías investigar sobre salarios, oportunidades laborales y el tiempo que debes pasar en la universidad si vas a elegir una carrera. Podrías considerar que las enfermeras ayudan y tratan con las personas todos los días, mientras que los ingenieros lidian con números y planos de construcción.
    • Haz una lista de toda la información que es importante para ti.
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    Busca alternativas. En esta fase del proceso de la toma de decisiones, debes preguntarte si hay opciones en las que aún no has pensado o considerado. Esto podría tomarte unos días. Puedes investigar, hablar con las personas o pensar en el tema por unos días. Pregúntate si estas son las únicas opciones que tienes en la decisión. ¿Has sido justo contigo mismo? ¿Existe otra decisión que puedes hacer que no hayas escrito? Asegúrate de que todas tus opciones estén enumeradas en tu lista antes de tomar la decisión.[16]
    • Por ejemplo, tal vez te has limitado mucho en solo decidir entre ingeniería y enfermería. También podrías considerar una carrera de comercio, bellas artes, una carrera como contratista o incluso medicina.
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    Evalúa tus opciones. En esta etapa, examina toda la información y posibilidades que has reunido. Ahora imagina que cada posibilidad se lleva a cabo hasta el final y qué implicaría eso. Imagina el resultado de cada decisión y evalúa tu respuesta emocional. ¿Te sientes satisfecho con esta imagen? ¿El resultado va acorde con tus valores? Las respuestas a dichas preguntas pueden ayudarte a tomar tu decisión.[17]
    • Por ejemplo, imagínate que estás en las clases de ingeniería trabajando con computadoras y números y luego visualízate en tu primer trabajo en una empresa de ingeniería. Imagínate haciendo este tipo de trabajo todos los días y evalúa tu respuesta emocional. ¿Estás satisfecho con esta imagen? ¿Tu trabajo va acorde con tus valores? Luego, sigue el mismo proceso con la carrera de enfermería.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Tomar tu decisión para obtener lo que quieres

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    Pon en marcha tu elección. Revisa toda tu información y realiza la mejor elección posible que sea adecuada para ti, que cumpla con tus valores y que se adapte a tus objetivos profesionales. Luego, pon en marcha tu elección. Esta es la parte activa de saber lo que quieres. Aquí es donde empiezas a ir en búsqueda de lo que quieres.[18]
    • Por ejemplo, puedes ir donde tu consejero académico o el decano y cambiarte formalmente de carrera. Luego, puedes inscribirte en las clases adecuadas.
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    Debes estar dispuesto a cometer errores. En ocasiones, saber lo que quieres no estará claro hasta que hayas probado algo. Una vez que lo hayas hecho, podrás averiguar si eso no es para ti o si es perfecto para ti. Por lo tanto, si no sabes si eso es lo que quieres, ve y pruébalo. Cometer errores forma parte de aprender y de descubrir lo que queremos.
    • Los estudios demuestran que no saber un resultado genera más ansiedad o molestia que saber que el resultado no será favorable.[19]
    • Por ejemplo, si aún no te has decidido por la enfermería o la ingeniería, toma medidas activas para decidir cuál te gustará. Busca la posibilidad de hacer prácticas en una oficina de ingenieros para familiarizarte con el ambiente laboral. Pídele a un ingeniero que te muestre lo que hace todo el día. Haz preguntas para entender más sobre lo que conlleva dicho trabajo y qué debes esperar. Puedes acompañar a una enfermera y seguirla durante su servicio para ver lo que hace una verdadera enfermera.
    • Otra posibilidad sería tomar una clase específica para ingeniería y al mismo tiempo ofrecerte como voluntario en un hospital. Tal vez al final del semestre te darás cuenta de que en realidad no puedes soportar trabajar con computadoras todo el día y que tienes un don para calmar a los pacientes en tu trabajo de voluntariado. Aun si no optas por la ingeniería, la clase no será una pérdida de tiempo, ya que te ayudará a tomar una decisión más informada y probablemente aprenderás mucho de ella.
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    Reevalúa tu decisión cada cierto tiempo. Solo porque quieres algo en un momento de tu vida no significa que no quieras otra cosa más adelante. Cada cierto tiempo, vuelve a revisar tus elecciones y decide si siguen siendo lo que quieres.[20]
    • Reflexiona sobre la decisión que has tomado para determinar si aún va acorde con tus objetivos y valores. Si es así, continúa con tu rumbo actual. Pero si no es así, podría ser hora de reevaluar tu decisión y volver a pasar por el proceso de la toma de decisiones y eso es válido.

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 50 267 veces.