Las alergias a los alimentos son más comunes en los bebés que en los adultos, pero las intolerancias a los alimentos son más propensas a afectar a los primeros. Para determinar si tu bebé tiene una alergia a un alimento, debes identificar los síntomas comunes. También debes prestar mucha atención a los alimentos que son más propensos a causar reacciones alérgicas, como los mariscos, los huevos, las nueces y la leche. Por último, si determinas que el bebé presenta los síntomas de una alergia, debes conversar con su pediatra para desarrollar un plan de acción.

Parte 1
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Identificar los síntomas

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    Busca los síntomas luego de que coma. Los síntomas de las alergias a los alimentos suelen aparecer en la hora posterior a la alimentación. En ocasiones, pueden aparecer tan solo unos minutos después de que empiece a comer un determinado alimento, si es muy sensible a él.[1]
    • Los síntomas podrían tardar unos días en aparecer.[2]
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    Observa si tiene urticaria. Un síntoma de la alergia a un alimento son las erupciones cutáneas enrojecidas, a las que se les conoce comúnmente como urticaria. Por lo general, la urticaria desarrolla ronchas en la piel. Los bordes exteriores de las ronchas están enrojecidos, mientras que el centro suele ser de color blanco o rosado. Podrías notar que el bebé trata de rascar estas áreas, ya que pueden causarle comezón. Estas pueden aparecer en cualquier parte de la piel del bebé.[3]
    • Las alergias a los alimentos hacen que el cuerpo libere histamina, la cual a su vez puede causar urticaria.
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    Nota si tiene un eczema. Hay otros problemas que también pueden indicar la presencia de una reacción alérgica. Por ejemplo, los eczemas son un síntoma común.[4] En general, los eczemas lucen como piel enrojecida y escamosa. Podrías notar que tu hijo trata de rascarse. Además, a veces estos producen ampollas.[5]
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    Observa toda hinchazón. Otro indicador común de una alergia a un alimento es la piel hinchada. Por ejemplo, podrías notar que el bebé tiene los labios hinchados. Este síntoma, en conjunto con otros, podría indicar la presencia de una alergia a un alimento. También identifica los síntomas como una hinchazón en la lengua.[6]
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    Presta atención a los vómitos. Otro síntoma de una alergia a un alimento son los problemas estomacales cada vez que el bebé coma un determinado alimento. Si vomita cada vez que come fresas, esto podría indicar que tiene una alergia o intolerancia a este alimento.[7]
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    Determina si tiene diarrea. Al igual que los vómitos, la diarrea puede ser un signo de que el bebé tiene problemas estomacales. A su vez, esta podría indicar que tiene una alergia a un alimento en particular. Debes tomar nota de los alimentos que ha comido si tiene diarrea, para determinar cuál podría ser la causa.[8]
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    Identifica otros signos de problemas estomacales. Hay otros síntomas que pueden indicar la presencia de problemas estomacales, pero no son tan evidentes como la diarrea o los vómitos. Ambos son síntomas graves de la alergia a un alimento.[9]
    • La sangre en las deposiciones también puede ser un signo de la alergia a la leche.
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    Nota si tiene problemas para respirar. Una alergia más grave puede causar problemas respiratorios en el bebé. Por ejemplo, podrías notar que tiene sibilancias. Los estornudos también pueden ser un síntoma de una alergia, tal como otros problemas respiratorios.[10]
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    Observa si está quisquilloso o irritable en general. Los bebés no pueden hablarte sobre sus síntomas, pero pueden comportarse de forma quisquillosa o irritable debido a ellos. Si notas que tu bebé está quisquilloso o irritable, y no puedes reconocer el motivo, podría deberse a los síntomas de la alergia.
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    Solicita atención médica inmediata para otros síntomas graves. Hay otros síntomas graves de la alergia que requieren atención médica inmediata. Por ejemplo, podrías notar que el bebé se pone pálido de un momento a otro o que pierde el conocimiento.[11] Si esto ocurre, solicita atención médica de inmediato.

Parte 2
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Prestar atención a los alérgenos comunes

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    Determina si es alérgico a la leche de vaca. Hasta el 7 % de los bebés tienen problemas para digerir las proteínas en la leche. Las personas de toda edad pueden ser alérgicas a la leche, pero es más común en los bebés. Aproximadamente, el 2 o 3 % de los bebés son alérgicos a la leche, y hasta el 7 % tienen algún tipo de intolerancia. En general, son las proteínas en la leche a lo que los bebés son alérgicos, así que nota cómo reacciona el tuyo a la leche, en particular cuando empieces a darle leche en fórmula.[12]
    • Ten en cuenta que, si el bebé tiene problemas con la leche en fórmula, esto podría deberse a algo diferente a una alergia o la intolerancia, como no mezclar la fórmula en la proporción correcta. Si lo alimentas demasiado o si sufre de reflujo gástrico, esto también puede causar problemas.
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    Reconoce si es sensible al gluten. Algunos bebés tienen alergias a los alimentos con gluten, como los alimentos con centeno, trigo y cebada. Por ejemplo, si empiezas a darle cereales, podría notar una intolerancia debido al gluten.[13]
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    Presta atención a las nueces. Otra categoría común de la alergia a los alimentos son los frutos secos y los manís. Los manís en particular se están volviendo una alergia más común. Las nueces se incluyen en muchos alimentos, por lo que puedes tener dificultades para aislar esta alergia, sobre todo si es grave. Algunos bebés podrían tener una reacción incluso si su alimento tan solo ha entrado en contacto con una nuez o un maní.[14]
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    Identifica las alergias a los huevos y a la soya. Los huevos y la soya también son alérgenos comunes presentes en muchas comidas. Estos alimentos podrían ser más difíciles de aislar (sobre todo la soya), debido a lo comunes que son. Sin embargo, leer las etiquetas puede ayudar a determinar si tu bebé es alérgico a uno de ellos.[15]
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    Sé cuidadoso con los mariscos y el pescado. Los peces y mariscos son otro alérgeno común. Los peces (como el salmón, el atún y el bacalao) y los mariscos (como los camarones, las langostas y los cangrejos) pueden causar una reacción alérgica en el bebé. Presta atención si empiezas a darle estos alimentos.[16]

Parte 3
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Lidiar con las alergias a los alimentos

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    Llama a los servicios de emergencia. Llama a los servicios de emergencia de inmediato si notas que tu hijo tiene problemas para respirar, pierde el conocimiento o los síntomas se intensifican de un momento a otro. Sus vías respiratorias podrían cerrarse y, si tratas de llevarlo a la sala de emergencia por tu cuenta, podría ser demasiado tarde.[17]
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    Conversa con su doctor. Él podrá evaluar si el bebé tiene una alergia o si la causa principal es algo más. Además, podrá ayudarte a desarrollar un plan de acción, para poder mantenerlo seguro y saludable.[18]
    • Un especialista en alergias podrá realizar una prueba en la piel o la sangre para determinar qué alergias podría tener el bebé.
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    Mantente alejado de los alérgenos alimenticios durante los primeros 6 meses. Antes de que el bebé cumpla los 6 meses de edad, lo mejor será evitar los alimentos que comúnmente causen alergias en los bebés. Cuando incluyas estos alimentos en su dieta, trata de hacerlo uno a la vez, así podrás notar si alguno causa una reacción.[19]
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    Elimina los alimentos de su dieta. Una manera de determinar qué le causa problemas al bebé es empezar a eliminar de su dieta a los culpables comunes uno por uno. Por ejemplo, podrías empezar dejando de darle leche de vaca. Si sigue teniendo problemas, prueba otro alérgeno común, como el gluten. Sigue eliminando los alimentos hasta que el bebé deje de mostrar síntomas, así identificarás el alimento culpable.[20]
    • Solo debes probar este método siguiendo las indicaciones del doctor.
    • Si das de lactar, el doctor podría recomendar que empieces a eliminar los alimentos de tu dieta.
    • Una vez que identifiques qué alimentos causan la alergia, tendrás que evitarlos. La medida principal para tratar la alergia a un alimento es eliminarlo de su dieta por completo. El doctor puede ayudarte a identificar alternativas al alimento si es algo común, como la leche en fórmula. Cuando elimines los alimentos, ten en cuenta que tendrás que leer las etiquetas con cuidado para buscar el alérgeno.[21]
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    Vuelve a probar el alimento en unos meses (en algunas situaciones). Si el bebé tiene una alergia grave, como al maní, es probable que no sea una buena idea que vuelvas a incluir el alimento. Sin embargo, una intolerancia leve (como los gases luego de comer el alimento) podría desaparecer, ya que los bebés suelen perder su intolerancia con el tiempo. Con una intolerancia leve, es muy seguro volver a incluir el alimento en un par de meses para determinar si el bebé reacciona a él, pero siempre debes consultar antes con el pediatra.[22]
    • Conoce la diferencia entre una alergia y una intolerancia. Una alergia alimenticia afecta al sistema inmunitario del bebé, lo que la vuelve más grave. Por otro lado, una intolerancia alimenticia solo afecta al sistema digestivo del bebé. Las alergias a los alimentos no son tan comunes como las intolerancias alimenticias.[23]
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    No asumas que el bebé no es alérgico a cierto alimento. Podrías darle un alimento por semanas y sin ningún problema, y de un momento a otro podría empezar a tener síntomas relacionados con dicho alimento. El simple hecho de que le des un alimento en el pasado no significa que no haya desarrollado una alergia a él recientemente.[24]
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    Consulta con el doctor sobre los inyectores de epinefrina. Si el bebé tiene reacciones graves, el doctor podría recomendar que tengas inyectores de epinefrina a la mano por si sufre una anafilaxis, el cual es un tipo de reacción alérgica grave. Un inyector de epinefrina puede salvar al bebé si llega a tener esta reacción.[25]
    • La anafilaxis se caracteriza por los síntomas de una reacción alérgica grave, incluidos los problemas para respirar, la pérdida del conocimiento, la hinchazón de la lengua, los vómitos y ponerse pálido o débil.[26]
    • Incluso si usas un inyector de epinefrina, aun así tendrás que llamar a los servicios de emergencia si el bebé sufre una anafilaxis.

Acerca de este wikiHow

Corey Fish, MD
Coescrito por:
Pediatra y director médico de Brave Care
Este artículo fue coescrito por Corey Fish, MD. El Dr. Corey Fish es un pediatra activo y director médico de Brave Care, una compañía de atención médica pediátrica con sede en Portland, Oregon. El Dr. Fish tiene más de 10 años de experiencia en atención pediátrica y es miembro de la Academia Estadounidense de Pediatría. El Dr. Fish recibió una licenciatura en Biología en la Pacific Lutheran University en 2005, un doctorado en Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en 2009, y completó su residencia pediátrica en la Facultad de Medicina del suroeste de la Universidad de Texas en 2012.
Categorías: Bebés