Si no recibe tratamiento, una uña del pie encarnada puede infectarse. Algunas señales de infección son dolor palpitante, secreción y mal olor. Si consideras que tienes una uña encarnada infectada, entonces debes acudir a un médico. Si notas la uña encarnada en una etapa temprana, puedes evitar que se infecte si la remojas en agua salada tres veces al día. En el futuro, para evitar este problema córtate las uñas correctamente, compra zapatos que te queden bien y deja que los dedos respiren después de practicar deporte y realizar actividades.

Método 1
Método 1 de 3:
Comprobar los síntomas

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    Permanece atento a un aumento del enrojecimiento alrededor de la uña. Un síntoma temprano de una uña del pie encarnada es la piel roja y sensible. Sin embargo, verás un aumento considerable del enrojecimiento alrededor de la zona si la uña desarrolla una infección.[1]
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    Ten en cuenta si sientes caliente la piel. Tal vez tengas una sensación entre tibia y caliente alrededor de la uña si se infecta. El aumento de la temperatura alrededor de la uña también puede ir acompañado de un dolor palpitante. Si la infección empeora o no recibe tratamiento, puedes presentar fiebre.[2]
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    Ten cuidado con el pus de color amarillo o verde. Busca pus debajo de la piel cercana a la uña. Esta es una señal clara de infección. Una uña infectada que secreta pus también puede ir acompañada de mal olor.[3]
    • Una uña encarnada infectada puede verse como si piel roja rodeara una zona de la piel de color claro (de color blancuzco).
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    Comunícate con un médico. Si tienes una infección, entonces debes ponerte en contacto con un médico, quien podrá diagnosticar y tratar la infección. El tratamiento está supeditado a la gravedad y puede consistir en remojar los pies en agua tibia, tomar antibióticos o extraer la uña encarnada si la infección es grave.[4]
    • Comunícate con un médico o un podólogo de inmediato si tienes diabetes o SIDA, sufres de una circulación sanguínea mala, recibes quimioterapia o tienes un sistema inmunitario debilitado.
    • Otras motivos para acudir al médico incluyen problemas crónicos persistentes con uñas encarnadas, tener diabetes, un sistema inmunitario comprometido o una enfermedad que afecte los nervios o la sensibilidad en los pies o tener signos de infección, tal como pus, enrojecimiento, dolor o inflamación.[5]
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Método 2
Método 2 de 3:
Tratar una uña encarnada no infectada

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    Remoja el pie en agua tibia durante 10 minutos. Agrega sales de Epsom o un jabón suave al agua para limpiar la zona. Remojar el dedo aliviará el dolor y disminuirá el enrojecimiento. También suavizará la uña y la piel alrededor de ella.[6]
    • Asegúrate de que la zona esté completamente seca antes de continuar con el siguiente paso.
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    Enrolla un pedazo pequeño de gasa o de algodón entre los dedos. Enróllalo hasta que forme una mecha o un rollo pequeño. Luego, presiona hacia abajo la piel que crece sobre la uña y coloca el rollo pequeño de algodón entre la piel y la uña. Esto mantendrá elevada la uña y evitará que crezca más dentro de la piel.[7]
    • Envuelve la uña con una gasa para mantener el rollo en su lugar.
    • Esta parte puede ser dolorosa, pero es necesaria. Puedes tomar analgésicos de venta libre como ibuprofeno o Tylenol para controlar el dolor.
    • Puedes aplicar un antibiótico tópico como Neosporin para prevenir aún más una infección.
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    Remoja el dedo entre dos y tres veces al día. Cada vez que remojes el pie, deberás cambiar el rollo de algodón. Cada día, trata de introducir el rollo un poco más. Repite este proceso hasta que la uña haya crecido y sobrepasado la punta del dedo. Esto puede tomar entre una y dos semanas.[8]
    • Si no ves ninguna mejoría o si se desarrolla una infección, tal vez necesites ponerte en contacto con un médico.
    • Tal vez debas usar sandalias hasta que el dedo mejore.
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Método 3
Método 3 de 3:
Evitar las uñas encarnadas

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    No te cortes demasiado las uñas de los pies. Además, tampoco te cortes las uñas demasiado redondeadas en los extremos. En cambio, córtalas de manera recta a lo largo y no cortes los extremos. Las esquinas de las uñas deben estar visibles por encima de la piel.[9]
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    Compra zapatos que te queden bien. Los zapatos (y los calcetines) que aprietan los dedos pueden provocar que una uña se encarne. Asegúrate de puedas mover los dedos en los zapatos. Si no puedes, compra zapatos nuevos o elige otro par.[10]
    • Los zapatos ajustados como los de taco alto y en punta también pueden provocar uñas encarnadas.
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    Deja que los dedos respiren. Las personas que se ejercitan con frecuencia o practican deportes, en especial aquellos en que los pies y los dedos soportan traumas como el fútbol y el ballet, son más propensas a desarrollar una uña encarnada. Después de estas actividades, quítate los zapatos y los calcetines y deja que los pies respiren entre una y dos horas. Para hacerlo usa sandalias o camina descalzo después.[11]
    • Además, también puedes disminuir el riesgo de desarrollar una uña encarnada si te limpias y secas completamente los dedos y los pies después de realizar actividades físicas extenuantes.
    • Usar calcetines de algodón en lugar de material sintético puede ayudar a que los dedos y los pies respiren mejor.
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Acerca de este wikiHow

Mark Co, DPM
Coescrito por:
Podólogo
Este artículo fue coescrito por Mark Co, DPM. El Dr. Mark Co es un podólogo que dirige su propia práctica privada en San Francisco, California. El Dr. Co se especializa en tratamientos para juanetes, uñas encarnadas, hongos en las uñas, verrugas, fascitis plantar y otras causas de dolor en el pie. También ofrece ortesis personalizadas para el tratamiento y la prevención de problemas de pie y tobillo. El Dr. Co completó un máster en Administración de Empresas (MBA) en la Universidad de Nueva York y una maestría en Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación en la Universidad Johns Hopkins. El Dr. Co también completó su diploma en Medicina Psicológica en la Escuela de Medicina Podiátrica de California y una residencia y pasantía en el Centro Médico Kaiser Permanente, Santa Clara, California. El Dr. Co fue galardonado como uno de los 3 mejores podólogos de San Francisco en 2018, 2019 y 2020. El Dr. Co también es miembro de la Asociación Americana de Medicina Podológica (CPMA, por su siglas en inglés). Este artículo ha sido visto 53 485 veces.
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