Tú puedes aprender sobre Jesús y forjar una relación personal con Él, en otras palabras, puedes seguirlo. Si quieres profundizar tu entendimiento y buscar una comunión con Cristo y otros seguidores, podrás decidir cuánto quieres que Él moldee tu vida en maneras nuevas y satisfactorias. Podrás tener la experiencia (y vivir como parte de la familia de Dios) de caminar física y espiritualmente la vida de Cristo en tu propia vida y compartir en comunidad con los demás.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Cambiar tu vida a la imagen de Cristo

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    Practica la amabilidad, franqueza y humildad. Cristo y sus seguidores eran hombres comunes y corrientes, se asociaban con los de la clase trabajadora, ayudaban a los marginados como los leprosos y llevaban esperanza a otros miembros de la sociedad condenados a la soledad. Vivían viajando, casi siempre sin ningún techo sobre sus cabezas y pasaban gran parte de su tiempo aprendiendo, contemplando en silencio y preparándose para llevar las buenas nuevas a todo el mundo. Si bien no tendrás necesariamente que lanzarte a la autopista y vivir como un ministro ni ser un discípulo, estudiante o misionero a tiempo completo para seguir a Jesús, es importante que tengas en cuenta que tampoco tienes que ser necesariamente una persona adinerada, con un buen estatus social, con grandes dotes de orador ni haber alcanzado otros logros. Dios usa lo más básico: la verdad, palabras y mensajeros sencillos. Entre menos ensimismado estés del mundo material, menos te distraerás del mensaje de Jesús: el camino, la verdad y la vida. Cuando Jesús dice “Yo soy el camino”, se refiere al cielo. Tendrás que clamarle para que te perdone y puedas ir al cielo.
    • Toma pasos pequeños para simplificar las cosas. No tienes necesariamente que adoptar la vida de una misión ni unirte a un ministerio, solo tendrás que conseguirte una Biblia y escudriñarla para estudiar a Cristo, los Hechos de los apóstoles y las cartas de Pablo (casi todo el Nuevo Testamento). En vez de entretenerte o mirar televisión en la noche, lee un pasaje en particular con el que te sientas identificado, ora sobre ese pasaje, piensa más y haz más por Cristo y sus seguidores.[1]
    • Un área en común en la que muchos cristianos (dentro de tradiciones religiosas) deben tener cuidado es el sentirse moralmente superiores y la vanidad. Los seguidores de Jesús no deben enorgullecerse de su humildad ni hacer alarde de su vida “espiritual”. Tú, como seguidor de Cristo, simplifica y centra tu vida, no para que te “creas mejor” que los demás, más bien, podrás elegir la manera de seguirlo porque te “acerca” más a Dios y a otros creyentes agradecidos como la “familia de Dios” y amigos; tú eres uno de los hermanos y hermanas de Jesucristo, coherederos con Él.
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    Habla más sobre Jesús. Él, pese a que casi siempre se comunicaba con historias enigmáticas (parábolas) al público en general, con sus seguidores era directo y completamente franco, no tenía nada qué esconder, confiaba plenamente en sus palabras y estaba lleno del Espíritu Santo en un grado superlativo. Con tus amigos, colegas, familiares y seres queridos, sé directo y franco. Como consecuencia, verás que tu vida será menos complicada.
    • Hablar con segundas intenciones y tratar de manipular a los demás es un comportamiento muy común en el trabajo, en casa y en muchas relaciones interpersonales. Aunque vayas a estar en desacuerdo cortésmente, expresa tu opinión con amor. La mayoría respeta la honestidad y la decencia.
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    Ama a tu prójimo como a ti mismo. Por eso, no seas severo ni juzgues a los demás innecesariamente, porque existe solo un único Juez. Como el “amor jamás se extingue” y “¡Dios es amor!”, busca la amabilidad en las personas, sé su amigo, espera lo mejor y cultiva relaciones positivas con ellas. No tengas un concepto más elevado de ti mismo por encima de otros. Lleva tu carga y ayuda a otros a llevar la suya, di la verdad, escucha la verdad procurando estar contento, ser paciente y amable. Dedícate activamente a hacerte de tiempo para aquellas personas que sean diferentes a ti y quienes quizá tengan otras creencias, así tendrás experiencias diferentes. Escúchalas con un corazón abierto como diciendo lo siguiente: “Te entiendo, pero ¿alguna vez has considerado que___?”.
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    Aprende un oficio o profesión. Antes de que Jesús se fuera a predicar el evangelio, pasó muchos años dedicándose a la carpintería, el oficio de José, esposo de María. Dedicarse a un oficio o habilidad podría ayudarte a adoptar una actitud humilde y vivir de una manera más sencilla. Sé bueno en lo que hagas y dedica parte de tu vida a brindar servicios a tus compañeros, sean cristianos o no. Sé una persona útil y confiable.
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    Identifica y apoya a los desfavorecidos de la sociedad. ¿Quién no tiene voz en tu mundo? ¿Quién necesita experimentar canales reales y abiertos de comunicación y comunión con otros en circunstancias menos privilegiadas? Jesús buscó a los marginados y se asoció con los parias para compartir su mensaje y ayudarlos de maneras tangibles, no solo con palabras sino con acciones.
    • Para expandir tu mente y tu capacidad de empatía, pasa tu tiempo con aquellos menos afortunados que tú. Quizá consideres la posibilidad de ofrecerte como voluntario en los comedores de beneficencia, refugios o donar tu tiempo a otras organizaciones que ayudan a los necesitados. Pasa tiempo, sé amigable y aprende de ellos. No seas un turista durante sus tiempos difíciles y su sufrimiento, ayúdalos.
    • Caridad: no tendrás que ser un gran donante, es más, tu regalo no tiene que ser dinero necesariamente.
    • Ayuda a los demás a desplazarse, regala un pasaje de autobús, ofrécete a llevar a alguien en tu auto, acompaña a una persona mayor o vecino enfermo al médico o ayuda a un desempleado a encontrar alimentos a un precio bajo o gratis.
    • Visita a las viudas y a los huérfanos en su necesidad. Sorprende a tu abuela con una llamada o visita, pero dale indicios de que lo harás.
    • Prepárale la cena a un amigo que esté pasando por un mal momento, pídele a alguien que se lo envíe de manera anónima y nunca lo menciones.
    • Redacta cartas de apoyo a niños o soldados en el extranjero y demuestra tu cariño con regalos pequeños.
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    Busca una iglesia que vaya acorde con tus deseos de creencia, participación y caridad. Colabora con las organizaciones benéficas de las iglesias. Algunas hacen mucho énfasis en las donaciones, trabajo de misiones y otras operaciones a nivel comunitario.
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    Carga tu propia cruz. No tendrás necesariamente que ser mártir de una gran causa para seguir a Jesús, pero tendrás que combatir tus luchas por tu cuenta, aunque nunca estarás solo. Renuncia a cualquier llamado que sobrepase tus capacidades. Cuando sea el caso, defiende los beneficios de los demás en la “buena batalla”, la batalla espiritual. Sé un defensor de los estándares de tu comunidad.
    • Los creyentes cristianos experimentarán la duda, absolutamente todos. Incluso Cristo resistió 40 días de tentación en el desierto, cubierto por la duda humana. Él era 100% hombre y fue tentando como nosotros, pero nunca falló. Incluso Cristo gritó a viva voz en la cruz: “Padre, ¿por qué me has abandonado?”, “¡Todo se ha cumplido. En tus manos encomiendo mi espíritu!”. El conflicto había terminado, le subsiguieron las victorias sobre el pecado, la muerte y la tumba. Te enfrentarás con la debilidad, la tentación y la duda con paciencia, pero al final saldrás como oro refinado de la prueba de tu fe, cubierto por la gracia de Dios.
    • Enfrenta las dificultades y luchas con persistencia y enfoque: esto definirá tu vida como persona y como seguidor de Cristo.[2]
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    Busca sabiduría y brinda a otros los dones que Dios te dio. Dale equilibrio a las vidas de aquellos cristianos serios. Defender una devoción ciega a la tradición o al dogma mientras solo calientas la silla de la iglesia no te hará un cristiano verdadero. Reflexiona para respaldar tus creencias, sopésalas constantemente agradeciéndole siempre a Dios. Lucha y defiende las enseñanzas de Jesús y conviértelas en parte integral de tu vida diaria.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Unirte a una iglesia

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    Busca una iglesia que te ayude a desarrollar tu relación con Cristo. Para la persona común y corriente, la gran cantidad de iglesias, ramas, doctrinas y denominaciones podría ser muy abrumadora. Existen diversas doctrinas específicas para distinguir la formas de pensamiento básicas, sin embargo, podrás empezar a explorar las opciones disponible y visitar las iglesias locales para encontrar una comunidad de la cual te gustaría ser miembro.
    • Iglesia protestante. Si estás interesado en las enseñanzas de Cristo, en cultivar una relación personal con Jesús, pero no estás tan interesado en la tradición ni en la formalidad, quizá te interese la rama protestante de la Iglesia. Las denominaciones protestantes más comunes, las cuales tienen sus propias costumbres y mensajes, son, entre otras: las ramas metodista, bautista, presbiteriana, luterana, episcopal y las Asambleas de Dios. Las iglesias cristianas no confesionales también son muy comunes, sobre todo en Estados Unidos.
    • Iglesia católica romana. Si estás interesado en la tradición, los rituales y la ceremonia formal, podrías explorar las iglesias católicas de tu área. Las iglesias protestantes se separaron de la Iglesia católica en el siglo XVI a causa de diversos desacuerdos teológicos.
    • Iglesia ortodoxa. Si estás interesado en los lazos tradicionales e históricos a Cristo, la Iglesia ortodoxa es conservadora y seria. Conocida también como católica ortodoxa, esta Iglesia está principalmente radicada en Europa del Este, el Medio Oriente y en Rusia. Según ella, está directamente unida a los primeros apóstoles.
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    Comunión con otros seguidores. Procura asistir a varias iglesias y habla con los miembros que conozcas. Uno de los aspectos más importantes para seguir a Jesús y desarrollar una relación personal consiste en compartir creencias y relaciones con otros. Buscar una comunidad de creyentes de la misma opinión será reconfortante para los seguidores de Jesús, pues les dará un sentido de comunidad, familia y tradición.
    • No tengas temor de vistas muchas iglesias. Tendrás que sentirlo. Averigua si los ministros o predicadores trabajan en horarios de oficina abiertos durante los cuales podrás visitar y hablar sobre tu deseo de pertenecer a la comunidad. Pide orientación, verás que las iglesias con gusto darán la bienvenida a nuevos miembros.
    • Cuando hayas decidió cuál te gusta, habla con otros miembros y el personal de la iglesia sobre el proceso de unirse a ella. Normalmente, quizá tengas que asistir a una clase corta y bautizarte.
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    Bautízate. Dependiendo de la iglesia a la que quieras unirte, es probable que el símbolo de tu membresía sea un bautizo público. El proceso en sí es relativamente sencillo: el pastor te sumergirá bajo agua (algunas denominaciones solo te rocían agua en la cabeza). El bautizo simboliza una vida nueva, además bautizarse al igual que Jesús tiene un gran significado para seguirlo, lo cual es importantísimo para los cristianos. Es un compromiso poderoso y conmovedor de tu vida para Jesús. Si quieres seguirlo, el bautizo será un paso importante para tu travesía.
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    Sé más que un miembro de tu iglesia. Después de inscribirte, bautizarte y obtengas la credencial de miembro, las cosas no quedarán ahí, porque si bien es un gran logro, recién será el principio de tu vida en Cristo. Te recomendamos ir a la iglesia dos veces a la semana, orar antes de dormir y leer la Biblia. No obstante, seguir a Jesús es una vida plena indefinible por ninguna rutina.
    • Solo tú podrás desarrollar una relación personal y seguir los pasos de Jesús. Dedica parte de tu tiempo a contemplar profundamente sus enseñanzas. Lee extensivamente y textos diversos, predica, vive los desafíos de tu nueva vida en Cristo y deja que tu mente se transforme.

Parte 3
Parte 3 de 4:
Estudiar las enseñanzas de Jesús

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    Aprende más sobre el Jesús de la Biblia. En ella, la historia de Jesús aparece en los cuatro Evangelios (los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan), los cuales cuentan la vida de Jesús en un orden y con un contenido ligeramente distintos. Según estos Evangelios, Jesús es el hijo de Dios, fue concebido inmaculadamente de una virgen (María) y nació en un pesebre (establo). Juan el Bautista lo bautizó en el río Jordán y después se convirtió en un profeta de Dios y líder de los hombres. Lo crucificaron en el Gólgota, fue puesto en una tumba y volvió a nacer después de tres días para ascender al cielo. Los cristianos creen que Cristo pagó por los pecados de la humanidad para que pudiésemos ser salvos al creer en su sacrificio. La mayoría de teologías y doctrinas cristianas separan la vida de Cristo en cinco etapas:
    • El bautizo de Cristo según Mateo 3, Marcos 1, Lucas 3 y Juan 1. El bautizo es importante, pues marca el inicio de la vida pública de Cristo como profeta y maestro.
    • La transfiguración hace referencia a uno de los milagros más importantes de Cristo. En este, sus seguidores observaron que irradiaba una luz santa en la cima del monte de la transfiguración, luego Moisés, Elías y Dios se comunicaron con él. El pasaje aparece en Mateo 17, Marcos 9 y Lucas 9, pero no aparece en el Evangelio de Juan.
    • La crucifixión hace referencia al arresto, tormento y ejecución de Cristo. Lo arrestaron en Getsemaní, lo encontraron culpable de blasfemia, le pusieron una corona de espinas, le golpearon y clavaron sus manos y pies sobre una cruz de madera, le perforaron el cuerpo con una lanza y por último, murió. Los cristianos creen que su crucifixión fue voluntaria o al menos estaba dispuesto a entregar su vida por la humanidad y por toda la Tierra, no solo por una nación o pueblo. La crucifixión aparece en Mateo 27, Marcos 15, Lucas 23 y Juan 19.
    • La resurrección hace referencia al momento cuando Cristo se levantó de su tumba, tres días después de haber sido sepultado. Apareció ante sus seguidores durante el transcurso de 40 días y durante ese periodo de tiempo, su cuerpo ya no estaba sujeto a las leyes de la naturaleza. Los cristianos celebran este acontecimiento el domingo de Semana Santa y lo podrás leer en Mateo 28, Marcos 16, Lucas 24 y Juan 20.
    • La ascensión hace referencia al acontecimiento en el que Jesús llamó a sus discípulos al monte de los Olivos, que se encuentra en Jerusalén, habló con ellos y ascendió al cielo, mientras les prometía regresar y restablecer el Reino de los Cielos. Ese acontecimiento está registrado en Marcos 16, Lucas 24, Hechos 1 y el primero libro de Timoteo, en el capítulo 3.
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    Aprende lo que Jesús enseñó. Durante su vida, Jesús viajó y sirvió a públicos de miles de personas y personas en particular. Sus enseñanzas se encuentran en los Evangelios y en otros libros de la Biblia. Sus enseñanza aparecen mayormente en forma de parábolas e historias, que por lo general son enigmáticas, poéticas, complejas y hermosas. El libro de Mateo es el libro de la Biblia en el que aparece hablando y enseñando más.[3] Algunas de las enseñanzas más importantes de Jesús son:
    • El sermón del Monte, que aparece en Mateo del 5 al 7. En él se encuentran el Padre Nuestro y las bienaventuranzas, las cuales se resaltan en un lugar prominente en los discipulados cristianos en términos de teología y creencias. Si quieres saber lo que creían Jesús y sus seguidores, tendrás que leer ese capítulo importante.
    • Bautízate con el Espíritu Santo: Hechos 1:4 “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí; 1:5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”.
    • El discurso de la misión, que aparece en Mateo 10. En este discurso, Cristo describe el comportamiento que espera de sus discípulos, les enseña a comportarse y a adorar. Es un capítulo muy importante para aprender a ser un buen seguidor de Cristo.
    • Las parábolas, que aparecen periódicamente a en todos los Evangelios canónicos, sobre todo en Mateo 13, Marcos 4, Lucas 12-18 y Juan 15. Las parábolas a simple vista parecen historias sencillas, pero en realidad contienen metáforas complejas y tratan sobre una gran diversidad de temas. Algunas de las más conocidas son la del buen samaritano, la de la levadura y la de los dos deudores.
    • La despedida, que aparece en Juan del 14 al 17. Estos capítulos contienen las palabras que Cristo les dijo a sus discípulos la noche anterior a su muerte, después de la Última Cena. Esos pasajes son unos de los más conmovedores y poderosos de la Biblia. Él prometió permanecer a tu lado siempre, Juan 14:16-17 “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre; 14:17 el Espíritu de verdad (y recibe el Espíritu Santo), al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”.
    • La profecía del monte de los Olivos, que aparece en Marcos 13, Mateo 24 y Lucas 21. Cristo mismo anunció esta profecía, en la cual predice el fin de los tiempos, los tiempos de la gran tribulación y describe su segunda venida, aunque las interpretaciones de esta profecía son diversas.
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    Aprende más sobre el Jesús histórico. Jesús, líder de origen humilde, aparece no solo en la Biblia cristiana, sino también en otros registros históricos y de tradiciones religiosas. Los historiadores romanos Josefo y Tácito registraron su existencia y de los primeros cristianos, discípulos que formaron y enseñaron poco después de su muerte. Josefo escribió que Jesús era un “hombre sabio” y un “maestro erudito”. Ambos historiadores registraron su ejecución como un gran acontecimiento histórico.[4]
    • Jesús de Nazaret nació entre 2 y 7 A.C. en un pequeño pueblo de Nazaret, llamado Galilea. La mayoría de historiadores concuerda que muy probablemente era carpintero y que experimentó visiones y fue aceptado como maestro y sanador en la comunidad.[5] Su bautizo y crucifixión son aceptados globalmente como históricos.
    • Cristo también aparece en otras tradiciones religiosas. El Islam afirma que Jesús es uno más de la línea de profetas de Mahoma, mientras los practicantes del Hinduismo afirman que Jesús es una de las encarnaciones terrestres de Visnú, dependiendo de la tradición específica en práctica.
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    Pon a Cristo en el contexto de tu realidad. Uno de los puntos más difíciles para entender las enseñanzas de Jesús es tratar de comprender el mundo antiguo descrito en la Biblia. Debido al lenguaje un poco arcaico, el mensaje podría perderse un poco. Por eso es importante tratar de poner a Jesús en tu contexto, de imaginar lo que diría de tu vida y del mundo en general. Jesús se refirió mucho a la manera en que el mundo puede y debe tratar la avaricia, caridad y sobre todo, el amor.[6]
    • Se puede afirmar que, más que cualquier otro personaje a lo largo de la historia, las enseñanzas de Jesús de Nazaret han sido citadas, interpretadas y representadas erróneamente. Si quieres seguir a Jesús y dejar que esa devoción cambie tu forma de vivir a la imagen de Cristo, tendrás que aprender sobre su persona en la Biblia misma, no en los documentales de televisión, los panfletos de la calle o los sermones de un predicador. Ve a la fuente original, estudia sus palabras, trata de comprenderlas y de adaptarlas a tu vida.
    • La Biblia cristiana, la cual la mayoría de cristianos considera la “Palabra de Dios”, es un documento con una historia fascinante que vale la pena estudiar. No apareció de la nada en español latinoamericano en el siglo XX. Entre más leas las traducciones anteriores, más cerca estarás de los mensajes originales de Cristo. Eso sí, ten cuidado de qué revisiones (traducciones) aceptas y crees.
    • Las elecciones lingüísticas de los traductores podrían cambiar el sentido, la apreciación y el impacto de los textos cruciales, por lo que podrían parecer textos más casuales. ¿Quieres nuevas traducciones subjetivas, que tienen cambios de significado, o quieres traducciones objetivas y confiables? ¿Jesús no tenía malicia o falsedad en Él (o los traductores)? Las Escrituras nos hablan de un Jesús que dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida” y que también prometió paz y libertad diciendo “La verdad los hará libres”.
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    Desarrolla una relación personal con Cristo mediante la oración. Si acabas de empezar a aprender más sobre Jesús y quieres profundizar tu entendimiento y tu relación, deberás orar.
    • No existe una única manera correcta de hacerlo: no tendrás que hacerlo en voz alta, aunque lo podrás hacer si te sientes cómodo. Si te gustan las oraciones formales, podrías buscar un libro de oraciones cristianas, pero explora la meditación y conversa con Jesús para que veas lo que se siente. Confía, comunícate y pregunta.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Predicar

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    Enseña a los demás sobre Jesús, cuando estés preparado. Cuando te sientas más confiado y conozcas más de tus creencias, compártelas con otras personas. No las escondas, muéstralas como una insignia.
    • Si los demás no quieren escucharte ni aprender, no les impongas tus creencias. Muchos discuten por no querer escuchar. No tendrás que convencer a nadie de que tienes la razón o que esa persona está equivocada. Habla sobre tu relación con Jesús y lo que hayas aprendido de tus estudios. Es lo mejor que podrás hacer y el enfoque más sincero de todos.
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    Ofrece tu tiempo y recursos a tu iglesia. Las iglesias subsisten y florecen gracias a las pequeñas donaciones de los miembros. Trata de compartir un poco con tu iglesia y dónale tu tiempo para ayudarle a que prospere.
    • Invita a otros a tu iglesia para que crezca. No tendrás que obligar a nadie, más bien muéstralo como si fuera una actividad divertida e invita a los que conozcas: “¿Te gustaría ir conmigo la iglesia este fin de semana? Me encantaría que fueras conmigo”.
    • Si tienes un oficio, considera la posibilidad de donar parte de tu tiempo al mantenimiento de la iglesia. Si conoces de electricidad, será un gasto menos. Si puedes liderar un grupo de oración, será una preocupación menos para el pastor. Hazte a cargo de ciertas responsabilidades para ser un miembro más sólido de la iglesia.
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    Viaja y considera la posibilidad de dedicar tu tiempo a las misiones. A medida que tengas creencias y una relación con Jesús más sólidas, será importante que tu manera de vivir no se estanque. Es fácil pensar que sabemos todo y que todos nuestros problemas están resueltos, porque ¡creemos en Jesús! Es muy fácil convertirse en un creyente de mente estrecha.
    • Para evitar quedarte estancado, sal de tu zona de confort de vez en cuando. Ve a otros lugares, lee otro tipo de libros, aprovecha los argumentos contrarios y otros modos de pensamiento. Sé una persona reflexiva y recta en el mundo.
    • Muchas iglesias organizan viajes misioneros, a menudo con Hábitat para la Humanidad, construyen casas o realizan otro tipo de servicios en muchas partes del mundo. Podrías organizar un viaje misionero en tu iglesia o ser parte de uno. Podría ser una experiencia conmovedora.

Consejos

  • Podrás estar orgulloso de tu fe, pero no lo exhibas a los demás.
  • Desarrolla una rutina de oración diaria. Procura orar cada vez que puedas, formal y informalmente.
  • Sé firme en tus creencias. Cuando cometas algo indebido, pide perdón. Recuerda que tienes un abogado con el Padre que intercede por ti todos los días.
  • Habla sobre tus creencias con tus familiares y amigos.
  • Dar dinero a la iglesia es una buena manera de ser caritativo.

Advertencias

  • Al seguir a Cristo podrías sentir el llamado a tener una vida de aventura con grandes sacrificios en los campos misioneros del extranjero o podría exponerte a daños físicos a manos de los que están en contra de ti en tu propia jardín, así que acepta el reto.


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Categorías: Filosofía y religión