¿Alguna vez te has preguntado si puedes tomar las semillas de una manzana y sembrarlas en tu jardín? La respuesta es sí, ¡claro que puedes hacerlo! Sin embargo, para que puedas obtener manzanas de las semillas necesitarás esfuerzo, paciencia y un poco de planificación. Continúa leyendo para aprender a cultivar y cuidar tu propio árbol de manzanas.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Simular el invierno

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    Reúne dos tipos diferentes de semillas. El árbol de manzana se debe sembrar en grupos de a dos para que dé frutos, porque el árbol de manzana no se autopoliniza, así que necesitará un tipo diferente de árbol de manzana para polinizar. Puedes obtener las semillas de una manzana que vayas a comer o también puedes comprarlas en la tienda. Ten en cuenta que si siembras el árbol con las semillas que obtuviste de una manzana, no necesariamente garantizará que el árbol nacido de estas semillas dé frutos. Recoge o compra semillas que se adapten a tu zona, sino el árbol podría morir muy rápido.[1]
    • Se recomienda que compres en el vivero un árbol de manzana joven en lugar de tratar de sembrarlo desde su semilla. Para aprender a trasplantar un árbol joven, haz clic aquí.[2]
    • Si quieres sembrar un árbol de manzana desde su semilla, también debes tener en cuenta que puede crecer muy alto (unos 9 metros o 30 pies en su máxima altura). Si crees que tienes suficiente espacio en tu patio para un árbol de ese tamaño, ¡perfecto! También debes tener en cuenta que los árboles que nacen de la semilla podrían tardar entre 8 a 10 años en dar frutos, mientras que un árbol joven trasplantado dará frutos en un periodo de tiempo mucho menor.[3]
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    Pon a secar las semillas. Cuando hayas extraído las semillas de la fruta y hayas eliminado cualquier trozo de fruta adherido a estas, será hora de ponerlas a secar. Esto significa secarlas al aire hasta que no quede humedad en la cáscara.
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    Cubre las semillas con una toalla de papel húmeda. Pon la toalla de papel y las semillas en una bolsa de plástico con cierre hermético, en un frasco con tapa o en una tartera. Sea cual sea el recipiente, asegúrate de que puedas cerrarlo.[4]
    • También puedes utilizar turba de musgo húmeda en lugar de toallas de papel.
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    Pon las semillas en la nevera. Las semillas necesitan de un periodo de exposición a temperaturas frías llamado “post-maduración”. Básicamente, es un invierno simulado. Durante este tiempo, las semillas empezarán a brotar y echar raíces. Deberán permanecer en ese entorno durante 8 semanas o más. Mantén las semillas a una temperatura entre 4,4 °C a 10 °C (40 °F a 50 °F), siendo la temperatura óptima 4,4 °C a 5 °C (40 °F a 41 °F).[5]
    • Si es posible, realiza este procedimiento cuando realmente sea invierno para que cuando saques las semillas de la nevera estén alineadas con las estaciones reales. Plantar los brotes de las semillas en los primeros días de primavera después de las últimas heladas te permitirá obtener mejores resultados.
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    Revisa de vez en cuando para asegurarte de que la toalla siga húmeda. Después de 8 semanas, las semillas deberán haber brotado y desarrollado pequeñas raíces que salen de la parte inferior de la semilla. Cuando las semillas broten, sácalas del refrigerador.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Plantar las semillas

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    Prepara la maceta y la tierra. Las semillas se deben plantar en una maceta pequeña. Utiliza una buena mezcla de tierra. Las semillas de manzana crecen mejor en la tierra con un nivel de pH neutro. Llena la maceta de tierra y crea un agujero dos o tres veces más grande que la semilla.
    • No utilices fertilizante. En esta etapa no es necesario, aunque si lo deseas puedes utilizar mantillo o abono para darle a las semillas un impulso extra.
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    Coloca la semilla en la tierra dentro del agujero. Asegúrate de manipular las semillas con mucho cuidado, ya que sus raíces son muy delicadas. Coloca la semilla en la tierra y luego cúbrela, asegurándote de acomodar la tierra dándole palmaditas. Riega la semilla de inmediato para que la tierra se asiente a su alrededor y permanezca húmeda.[6]
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    Mantén la maceta a temperatura ambiente. Mientras permanezca en la maceta, la semilla y la tierra deben permanecer a temperatura ambiente (o a una temperatura ligeramente superior). La semilla debe tener acceso a la luz solar durante buena parte del día, así que te recomendamos ponerla cerca de una ventana que reciba buena luz del sol.[7]
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    Vigila el crecimiento de la semilla. Algunas semanas después de que las siembres, las semillas empezarán a desarrollar hojas pequeñas. A partir de este punto crecerán más grandes y más fuertes. Mantén las semillas en las macetas hasta que se vean bien fuertes y haya pasado el peligro de las heladas. Si la maceta es muy pequeña para el crecimiento de la semilla, trasplántala a una maceta más grande y continúa regándola todos los días.[8]
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Sembrar las semillas en el exterior

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    Escoge una ubicación para tu árbol de manzana. Hay varios factores que determinan el lugar donde debes plantar uno. Dichos factores incluyen la luz solar, la tierra y el espacio disponible.[9]
    • Luz solar: el árbol de manzana necesita de una total exposición al sol. Esto significa que debe recibir 6 o más horas de luz solar al día. Si es posible, siembra el árbol mirando al este o con una pequeña inclinación hacia al norte.
    • Tierra: no es bueno sembrar el árbol de manzana en terreno pantanoso. Eso significa que debes plantarlo en un terreno que retenga bien la humedad pero que tenga buen drenaje. La tierra debe ser moderadamente rica en nutrientes y tener un nivel de pH relativamente neutro.
    • Espacio disponible: debido a que tu árbol de manzana nació de una semilla, crecerá a su tamaño completo (lo que significa que puede alcanzar hasta 6 metros (20 pies) o 9 metros (30 pies) de altura). Debes asegurarte de que haya suficiente espacio para que crezca su sistema de raíces. Siembra el árbol de manzana con al menos 4,5 metros (15 pies) de distancia de cualquier otro árbol, en especial si vas a sembrar dos árboles de manzana en un mismo terreno.
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    Aprende cuándo es buen tiempo para trasplantar el retoño de manzana al exterior. Cuando tu retoño sea lo suficientemente grande como para que nadie lo pise o piense que es pasto, trasplántalo cuidadosamente sin cortar ninguna de sus raíces. La mejor época del año para sembrar el retoño en el exterior depende de tu ubicación, en la zona 8 y cualquier otra zona más cálida (según el sistema de zonas climáticas en EE. UU.), plantar en otoño puede resultar muy beneficioso. Si vives en cualquier otra zona diferente a la 8 (en EE. UU.), siembra en primavera, cuando haya pasado el riesgo de las heladas.[10]
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    Elimina la maleza en un diámetro de 1 metro (4 pies) del lugar de plantación. Cava un agujero que tenga el doble de diámetro que el sistema de raíces del retoño de manzana. Asegúrate de que el agujero tenga unos 60 cm (2 pies) de profundidad. Cuando hayas hecho el agujero, afloja la tierra de las paredes del mismo, esto ayudará a que las raíces del árbol penetren en el suelo.[11]
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    Trasplanta el retoño de manzana. Riega abundantemente las raíces del retoño para que no se enreden ni se amontonen en el agujero que hiciste. Empieza a remplazar la tierra alrededor de las raíces. Cuando las raíces estén cubiertas, palmea con firmeza la tierra para eliminar cualquier burbuja de aire que pueda haber alrededor de las raíces del árbol. Llena el resto del agujero con la tierra que haya suelta.[12]
    • No añadas fertilizante o abono fresco a la tierra alrededor del árbol. El fertilizante podría “quemar” la raíz.
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    Riega bien el árbol para eliminar las burbujas de aire. Después de regar el árbol, riega el mantillo para ayudarlo a retener la humedad. El heno, la paja o las virutas de madera orgánica funcionan igual de bien que el mantillo hecho de árbol de manzana. Debes regar el mantillo en un círculo de 90 cm (3 pies) alrededor del árbol. Esto sirve para retener la humedad y evitar que el césped crezca y compita por agua y nutrientes con las raíces del árbol.[13]
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Cuidar el árbol

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    Riega el árbol. Mientras el árbol sea pequeño (aproximadamente de 15 cm o 20 cm de altura), debes regarlo cada 10 a 12 días. Sin embargo, a medida que crezca, podrás dejar de regarlo con tanta frecuencia, siempre y cuando la tierra permanezca húmeda (pero no empantanada). Mientras más crece, debes regarlo con menos frecuencia. Sin embargo, en verano, riega el árbol cada 1 o 2 semanas.[14]
    • Durante las demás estaciones del año, puedes dejar que la naturaleza haga el resto, a menos que vivas en un área extremadamente seca. En ese caso, ten en cuenta que el equivalente de 2,5 cm (1 pulgada) a 5 cm (pulgada) de agua a la semana es lo ideal para el primer año de crecimiento del árbol. Asegúrate de darle una buena cantidad de agua.
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    Protege el árbol de las plagas. Si vives en un área con ciervos, debes proteger el árbol mientras esté joven. A los ciervos les encanta pacer los brotes de árbol de manzana, en algunos casos llegando incluso a dañar el tronco del árbol. Cercar el terreno con una malla más grande que el árbol asegurada a postes funciona en la mayoría de casos. En las áreas con baja presión rociar el árbol con cerveza de la tienda o cerveza casera también puede funcionar.[15]
    • En las áreas de baja presión, rociar el árbol con un espray comercial o casero también podría resultar efectivo.[16]
    • Mantén alejados a los conejos y ratones colocando malla de alambre alrededor de la base del árbol.
    • Aleja a los insectos. Los insectos pueden afectar negativamente la salud de las frutas. Puedes comprar un insecticida en el vivero o en la tienda de jardinería más cercana.
    • Combate el gusano de la manzana. Este tipo de gusano es una de las plagas más comunes que afecta al árbol de manzana. En junio, cuelga 1 o 2 pelotas rojas del tamaño de una bola de béisbol de las ramas del árbol. Recubre las pelotas con un material pegajoso como Tangle Trap (recubrimiento para atrapar insectos disponible en los EE.UU.) o cualquier otro producto similar que puedas adquirir en tu tienda de jardinería.
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    Fertiliza el árbol cuando haya crecido. Debes fertilizar tu árbol de manzana cada primavera. Fertilízalo cuando haya pasado la última nevada (si nieva en tu área), pero antes de que empiece a producir retoños. Debes utilizar un fertilizante con contenido de nitrógeno y óxido de 10-10-10, de acuerdo al índice NPK. Debes poner el fertilizante debajo del dosel del árbol, aplicando ½ gramo de fertilizante por cada 2,5 cm (1 pulgada) de diámetro del tronco.[17]
    • Siempre realiza una prueba del suelo antes de agregar el fertilizante. Dependiendo de los resultados de dicha prueba, probablemente necesites utilizar uno orgánico de liberación lenta. Ten en cuenta que una gran cantidad de nitrógeno dará lugar a un crecimiento excesivo de las verduras y una producción de frutas limitada.
    • No utilices fertilizantes de crecimiento y control de plagas, los fertilizantes con este tipo de combinación pueden dañar las manzanas.
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    Evita podar el árbol mientras esté joven. En los primeros años, poda el árbol lo menos posible para que no retrases el crecimiento de la fruta. Debes podar solo las ramas muertas o enfermas. Un árbol de manzana necesita crecer mucho antes de que decida producir fruta (su forma de reproducirse), así que déjalo crecer hasta que empiece a dar fruto.[18]
    • Recorta los brotes del árbol que estén fuera de lugar antes de que crezcan y se conviertan en ramas que de todos modos debes podar.
    • También necesitarás podar el árbol para establecer un “líder central”. Si hay dos ramas que crecen verticalmente, poda la más pequeña o la que menos desees con la finalidad de que el árbol pueda concentrar toda su energía en el líder central.
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    Direcciona el árbol. Puede sonar raro, pero se debe dar forma a las ramas del árbol para maximizar la producción de fruta. Cualquier rama que tenga un ángulo de 35° o menos desde el tronco, debe ser direccionada en un mejor ángulo (cualquier ángulo mayor a 35° desde el tronco). Dobla la rama para que esté casi completamente horizontal y átala con cuerda a palos clavados en el suelo o a otras ramas que se encuentren más abajo. Deja la rama atada durante varias semanas.
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    Reduce el exceso de fruta. Producir mucha fruta puede convertirse en algo dañino para el árbol, porque puede doblar las ramas del árbol, reduciendo así la calidad de las manzanas que produce. Debes reducir la fruta de modo que haya 1 o 2 manzanas por racimo, con unos 15 cm a 20 cm de distancia entre sí. Te alegrarás de haberlo hecho cuando finalmente le des una mordida a las deliciosas manzanas que produce tu árbol.[19]
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    Cuando el árbol madure, pódalo cada año. Cuando el árbol haya producido fruto y se haya vuelto a llenar, deberás empezar a podarlo una vez al año. Hazlo cuando esté inactivo. Corta las ramas fuertes que crezcan hacia arriba (se encuentran normalmente en la parte más alta del árbol). También debes podar las ramas partidas, muertas o enfermas, al igual que las ramas que crezcan hacia el árbol o que se crucen entre sí.[20]
    • Corta cualquier rama que esté muy cerca al suelo, en general, las ramas del árbol deben empezar a crecer a 45 cm (18 pulgadas) o más del suelo.
    • También debes eliminar las ramas débiles, que por lo general crecen alrededor de las ramas más fuertes.
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Consejos

  • Coloca una sola semilla en cada maceta para que no tengan que competir por los nutrientes y la luz solar.
  • Mantén el retoño de manzana en la maceta hasta que tenga 40 cm a 60 cm (1,3 pie a 2 pies) de altura.
  • Antes de comer la fruta, revisa que no tenga insectos o magulladuras.
  • Investiga en Internet para obtener más información sobre el cuidado general que debe darse a las manzanas, o lee un libro de los muchos que hay disponibles en tu biblioteca más cercana.
  • Nunca dejes que el árbol se seque.
  • Deberás estar al tanto del nivel de lluvias de tu zona y vigilar el árbol de manzana. Si las hojas empiezan a marchitarse y se supone que no va a llover durante un buen tiempo, deberás regar el árbol con la manguera.
  • Si conoces a alguien que tiene un árbol de manzana, hazle preguntas porque posiblemente tenga mucha experiencia
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Advertencias

  • Las manzanas que nazcan de las semillas no se parecerán a sus padres, de hecho, cada semilla dentro de una manzana producirá un árbol diferente. Los programas universitarios dedicados a la investigación y producción de frutos siembran miles de árboles para encontrar una o dos nuevas variedades comerciales de manzana.
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Cosas que necesitarás

  • semillas de diferentes tipos de manzana
  • tierra
  • maceta
  • suficiente luz
  • agua
  • toalla de papel
  • espacio grande para sembrar el árbol de manzana
  • mantillo

Acerca de este wikiHow

Andrew Carberry, MPH
Coescrito por:
Especialista en sistemas alimentarios
Este artículo fue coescrito por Andrew Carberry, MPH. Andrew Carberry ha estado trabajando en sistemas alimentarios desde 2008. Tiene una maestría en Nutrición de Salud Pública y, Planificación y Administración de Salud Pública de la Universidad de Tennessee-Knoxville. Este artículo ha sido visto 525 515 veces.
Categorías: Cultivo de árboles
Resumen del artículoX

Para sembrar un árbol de manzana desde la semilla, primero saca las semillas de 2 tipos diferentes de manzanas y sécalas por completo. Luego, cúbrelas con papel toalla húmedo y ponlas en un envase con tapa. Refrigéralas para que les crezcan raíces. Revísalas a diario y atomiza el papel toalla con agua cuando sea necesario para que siempre esté húmedo. Después de 70 a 80 días, saca las semillas del refrigerador y plántalas en una maceta. Tenlas en un lugar soleado de la casa y mira si le salen las primeras hojas al cabo de unas cuantas semanas. Si quieres más consejos de nuestro experto sobre cómo sembrar un árbol de manzana desde la semilla, por ejemplo, para plantar la plántula en exteriores, ¡sigue leyendo!

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