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Según diversos estudios, las personas optimistas tienden a gozar de mejor salud, cumplir con una mayor cantidad de objetivos y en general ser más felices que las personas pesimistas.[1] Sin embargo, este tipo de optimismo involucra también tener una perspectiva sobre el mundo que sea más realista en lugar de color de rosa. A esto se le conoce como optimismo realista e involucra una combinación de un enfoque más práctico y una mentalidad esperanzada que puedes usar para lograr tus objetivos y alcanzar el éxito, ya sea en el trabajo, en tus estudios o en tus relaciones. Para ello, debes fomentar tu sentido del optimismo a la vez que aprendes a adquirir una perspectiva más realista y a combatir los pensamientos pesimistas.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Fomentar el optimismo
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1Identifica tus valores. Saber cuál es tu valor es esencial para cultivar la esperanza. Tómate un tiempo para pensar en cómo sería tu vida si el dinero no fuese un factor y si nada se interpusiera en tu camino. Describe por escrito cómo serían tus relaciones, tu vida laboral y tu entorno en un mundo ideal. Esto te dará una dirección y un objetivo que te ayude a cultivar la esperanza.
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2Ten presente que tú mismo tienes la capacidad de moldear tu propia vida. Reconocer que tú mismo tienes el control de tu futuro y de decidir qué es lo que lograrás es una buena forma de adquirir una mentalidad más optimista.
- Tómate un tiempo para pensar en cómo quieres que sea tu vida dentro de un año y darte cuenta de que podrás hacerlo realidad con solo esforzarte para conseguirlo.
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3Mantente atento a las posibilidades. Esto es lo que alimenta a una mentalidad optimista. Por tanto, siempre debes mantenerte atento a todas las oportunidades que se te podrían presentar. Cada una de ellas representa una opción y una decisión diferente mediante la cual tendrás acceso a recursos nuevos que te ayudarán a lograr tus objetivos.[2]
- Para esto, lo más importante es tener la mente abierta. Por ejemplo, puedes entablar una conversación con un desconocido, salir a caminar sin saber a dónde vas o empezar a tomar clases de algo que siempre hayas querido aprender.
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4Establécete objetivos inspiradores. Los objetivos alcanzables y motivadores te dan la posibilidad de tener un futuro más positivo, lo cual puede ayudarte a ser más optimista. Imaginarte logrando uno de tus objetivos de la forma más detallada posible te permitirá determinar los pasos que debas seguir para lograrlo.[3]
- Por ejemplo, imagina que tu objetivo es viajar por el mundo. Por tanto, lo primero que debes hacer es ahorrar el dinero que necesites para el boleto de avión y tus demás gastos. Luego, puedes imaginarte vívidamente llegando a tu destino y pensar en todo lo que podrás ver, escuchar y oler para que te sea lo más real posible. De esta forma, te sentirás inspirado a invertir el tiempo y el esfuerzo necesarios para cumplir con tu objetivo.
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5Busca motivos para reír. Se dice que la risa es un remedio infalible, y es verdad. De hecho, ciertos estudios han demostrado que reír diariamente ayuda a las personas a tener una perspectiva más optimista sobre su futuro. Esto se debe a que la risa estimula las emociones positivas a la vez que inhibe los pensamientos negativos, fomentando un estado mental más optimista.[4]
- Algunas opciones para reír con regularidad son ver películas o videos cómicos, pasar más tiempo con amigos o compañeros cuyo sentido del humor aprecies u ofrecerte a cuidar de tu sobrino de 5 años.
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6Enfócate en la gratitud. Esta es una buena forma de mantenerte optimista incluso en los momentos difíciles. Si te enfocas en los aspectos positivos de tu vida y las cosas por las que te sientas agradecido, independientemente de lo insignificantes que sean, acostumbras a tu mente a buscar situaciones más positivas y a mantenerse optimista.[5]
- Puedes llevar un diario de gratitud para ayudar a que este enfoque se convierta en un hábito. Por ejemplo, puedes tomarte unos minutos cada noche antes de dormir para anotar los eventos del día por los que te sientas agradecido.
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Parte 2
Parte 2 de 3:Ser realista
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1Identifica las distorsiones cognitivas. Estos son patrones de pensamiento ya sea negativos o poco realistas que te ocasionan estrés o depresión porque distorsionan tu percepción de la realidad. Esto ocasiona que reflexiones constantemente sobre tus experiencias negativas o que te obsesiones con ellas. Estas son algunas de las distorsiones cognitivas que reconoce la psicología popular:[6]
- El pensamiento en blanco y negro o de "todo o nada": esto quiere decir pensar en absolutos que no admitan términos medios (por ejemplo, "Si no me ama, eso quiere decir que me odia").
- El razonamiento emocional: esto quiere decir que percibes tu propia realidad con base en tu estado emocional (por ejemplo, "Hoy me siento bajo de ánimo, así que seguro que nadie va a querer pasar tiempo conmigo").
- La aplicación de etiquetas: esto quiere decir identificar en exceso tus propios defectos (por ejemplo, "Soy un perdedor").
- Las conclusiones apresuradas: estas se obtienen por medio de una falsa lectura de la mente de los demás o de una falsa clarividencia que solo predice un futuro negativo (por ejemplo, "Hoy me encontré con Celia y no me habló, así que seguro que ha dejado de ser mi amiga" o "No participaré en la presentación de talentos porque ya sé que haré el ridículo").
- La magnificación: esto conlleva exagerar desmesuradamente las situaciones (por ejemplo, "Desaprobé mi ensayo de Lengua, por lo que seguro también desaprobaré la materia y tendré que repetir el año").
- Las afirmaciones que emplean el verbo "deber": esto se refiere a hablarte a ti mismo usando verbos como "deber" o "tener que" (por ejemplo, "Debí haber sabido que yo no le gustaría a ese chico").
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2Enfrenta los patrones negativos de pensamiento. Después de aprender a identificar las distorsiones cognitivas, el siguiente paso es desmontar su "lógica" para poder tomar el control de tus propios pensamientos. Esto, además, te permite monitorear constantemente lo que ocurre en tu mente. Cada vez que sientas que sucumbes a los patrones negativos de pensamiento, puedes emplear las siguientes estrategias:[7]
- Determina en qué medida tus pensamientos son verdaderos. Por ejemplo, si piensas que no le agradas a nadie, debes establecer si esta es una afirmación verdadera o falsa dentro del contexto de tu vida.
- Examina la evidencia. Determina si siempre estás solo o si has notado que la gente busca motivos para estar contigo o comenta sobre cuánto disfruta de pasar tiempo a tu lado.
- Practica la consciencia plena. Los patrones negativos de pensamiento pueden ser agotadores, por lo que puedes practicar la respiración profunda y la consciencia plena cada vez que sientas que sucumbes a ellos. Al respirar, imagina que inhalas lo positivo y exhalas lo negativo y piensa en las distorsiones cognitivas como barcos que llegan al puerto de tu mente, los cuales puedes guiar de forma que lo único que pueda atracar sea lo positivo.
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3Responsabilízate por tus acciones. Para ser un optimista realista, debes tener presente que alcanzar tus objetivos implica seguir ciertos pasos en lugar de esperar que las cosas buenas simplemente te ocurran sin hacer ningún esfuerzo. De hecho, muchas investigaciones han demostrado que las personas con una mejor capacidad para superar las dificultades son las que se responsabilizan por sus acciones y están conscientes de su propio autocontrol.[8]
- Sin embargo, esto no quiere decir que debas esforzarte por controlar cada aspecto de tu vida sino simplemente responsabilizarte por las acciones que puedas tomar y aceptar aquello que no puedas controlar.
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4Sé honesto contigo mismo. Parte de ser realista involucra tener una visión más clara de tus propios prejuicios, defectos y suposiciones para poder determinar los rasgos y creencias que te sean más útiles y los que más te perjudiquen.[9]
- Pregúntate cuáles son tus creencias sobre el mundo (ya sea que estés consciente de ellas o no) y si estas te enaltecen como persona o te perjudican. Por ejemplo, si tu pareja te fue infiel y esto te ha conducido a creer que nadie es capaz de ser fiel en una relación, debes preguntarte si este es un patrón de pensamiento útil y si contribuirá de una forma positiva a tu próxima relación sentimental. Lo más probable es que la respuesta a estas preguntas sea negativa.
- También puedes pedirle a un amigo que te brinde su propia perspectiva de tu personalidad, defectos y rasgos positivos si necesitas una evaluación más objetiva.
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5Evalúa los desafíos a los que debas enfrentarte. Para tener una perspectiva más precisa sobre tu propia vida, debes asumir la realidad de tu situación, ya sea negativa o positiva. Por tanto, debes tener en cuenta tanto lo bueno como lo malo de tus circunstancias actuales de forma que puedas optar por cambiar lo malo o buscar la forma de adaptarte a ello.[10]
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6Elabora un plan. Para poder hacer realidad tus objetivos, lo mejor es tener un plan concreto y factible. Un plan puede ser efectivo sin ser muy complejo, pero de todas formas debe mencionar cuándo y dónde realizarás ciertas actividades. De esta forma, tendrás una mejor posibilidad de cumplir con tus objetivos.[11]
- Por ejemplo, tu plan puede ser "Iré a estudiar a la biblioteca a las 7 p.m." en lugar de simplemente "Estudiaré esta noche".
- Una buena estrategia que puedes emplear para asegurarte de ceñirte a tu plan es formular las actividades condicionalmente; es decir, "Si X sucede, debería suceder Y". X puede representar una hora, un lugar o un evento e Y representa la acción que realizarás a causa de X. Por ejemplo, el lunes a las 7 p.m. (X) debes ir a la biblioteca de la universidad a estudiar durante dos horas (Y). Según diversas investigaciones, este método puede hasta triplicar tus probabilidades de tener éxito.[12]
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7Prepárate para los obstáculos. La forma como los manejes puede condicionar en gran medida tu éxito o tu fracaso. Por ejemplo, si de entrada asumes que te enfrentarás a diversos obstáculos y, por tanto, planificas de forma adecuada para sortearlos, es más probable que tengas éxito a que si de entrada asumes que te será fácil lograr tu objetivo.[13]
- Asumir que las cosas pueden salir mal no quiere decir que seas pesimista sino simplemente realista. Lo cierto es que las cosas salen mal todo el tiempo y muchas veces por razones que no podemos controlar. La diferencia es que ser pesimista conlleva pensar que los obstáculos serán imposibles de superar, mientras que ser realista conlleva encontrar la forma de sortearlos.
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8Evalúa tus expectativas. Si tus expectativas son poco realistas, esto podría hacerte sentir decepcionado en ocasiones. Determina si tus expectativas son realistas. Si no lo son, piensa en cómo podrías modificarlas para hacerlas más realistas.
- Por ejemplo, si siempre esperas obtener calificaciones perfectas en cada prueba que haces, podrías decepcionarte increíblemente si obtienes un punto menos. No obstante, esto sigue siendo una buena calificación, de modo que quizás quieras modificar tus expectativas para aceptar un rango de calificaciones más amplio.
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Parte 3
Parte 3 de 3:Superar el pesimismo
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1Vuelve a analizar tus creencias. Las creencias y patrones negativos de pensamiento suelen dar lugar al pesimismo. Por tanto, cuando sientas que sucumbes a él, toma un poco de distancia para poder examinar tus emociones y determinar el origen de tus sentimientos negativos.
- Quizás te hayas aferrado a ciertas ideas contraproducentes o negativas sobre la imagen que tengas de ti mismo, por lo que debes recordarte que estas no son racionales y que no debes sentirte constreñido por ellas.
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2Combate los pensamientos negativos con la lógica. Aborda cada pensamiento negativo preguntándote "¿Esto es cierto?". Por lo general, el pesimismo surge a partir de emociones poco realistas, por lo que mantener una perspectiva racional te ayudará a darte cuenta que estos pensamientos son solo ilusiones.[14]
- Por ejemplo, si crees que no le caes bien a uno de tus colegas, pregúntate por qué lo crees en lugar de obsesionarte con esta idea como si fuera verdad. Luego, determina si hay alguna otra causa más probable para su comportamiento, como el que haya tenido un mal día o que esa sea su forma de ser con todo el mundo.
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3Ten presentes tus éxitos. El pesimismo hace que te olvides de los aspectos positivos de tu vida y que solo puedas enfocarte en lo negativo. Por tanto, para adquirir un estado mental más saludable, siempre debes tener presente todo lo que hayas logrado en el pasado.[15]
- Recuerda todos tus logros y todos los obstáculos que hayas superado en tu vida en la medida en que lo necesites. Por ejemplo, felicítate nuevamente por haber terminado la universidad o por haber podido distanciarte de una relación tóxica.
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4Combate el patrón del pensamiento absoluto. Pensar que todo puede ser únicamente blanco o negro puede contribuir a desarrollar una mentalidad más negativa, ya que hará que consideres a todos tus errores, por insignificantes que sean, como fracasos rotundos. Siempre ten presente que, en realidad, nada ni nadie es perfecto.
- Por ejemplo, este patrón de pensamiento puede ocasionar que tu perspectiva sobre las relaciones involucre la idea que las personas solo pueden amarte u odiarte. Sin embargo, lo cierto es que no tienen que gustarte todos los hábitos o cualidades de una persona para que te sea posible amarla.
- Identifica las ocurrencias de este patrón de pensamiento y cuestiona siempre cuán realista es. Luego, puedes deshacerte de él enfocándote en progresar y no en ser perfecto en todos los aspectos, trabajando para mejorar tus defectos pero siempre teniendo presentes tus logros.[16]
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5Pide ayuda. Es muy fácil desarrollar una mentalidad pesimista cuando te sientes solo y desamparado. Por tanto, hablar con un amigo, un colega o un miembro de tu familia en estos casos podría ayudarte a alejarte de los pensamientos negativos.
- Tener apoyo social es muy importante para fomentar la esperanza y el optimismo, así que no dudes en pedir ayuda a los demás si la necesitas.[17]
- Puede serte útil incluso simplemente llamar a un amigo y decirle: "He estado bajo de ánimos desde hace un tiempo. ¿Crees que podríamos hablar un momento?".
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Referencias
- ↑ http://www.health.harvard.edu/heart-health/optimism-and-your-health
- ↑ http://tinybuddha.com/blog/50-ways-to-open-your-world-to-new-possibilities/
- ↑ https://www.mentalhelp.net/blogs/how-to-be-more-hopeful/
- ↑ https://www.sciencedaily.com/releases/2005/04/050413091232.htm
- ↑ http://www.intuition-physician.com/7-ways-to-feel-hopeful-even-under-incredible-stress/
- ↑ https://www.apsu.edu/sites/apsu.edu/files/counseling/COGNITIVE_0.pdf
- ↑ https://www.psychologytoday.com/blog/in-practice/201301/cognitive-restructuring
- ↑ http://www.livescience.com/39128-optimistic-realists-do-best.html
- ↑ http://psychcentral.com/lib/realism-and-optimism-do-you-need-both/
- ↑ http://www.emotionalcompetency.com/hope.htm
- ↑ http://jamesclear.com/implementation-intentions
- ↑ https://www.psychologytoday.com/articles/201101/the-science-success-the-if-then-solution
- ↑ https://hbr.org/2011/05/be-an-optimist-without-being-a
- ↑ http://psychcentral.com/lib/how-to-beat-negative-thinking/
- ↑ http://www.workingresources.com/articles/the-essentials-self-esteem.html
- ↑ http://www.cognitivetherapyguide.org/negative-thinking-patterns.htm
- ↑ http://www.lifeoptimizer.org/2008/02/01/being-optimist-ways-to-overcome-pessimism/
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