La expresión "políticamente correcto" quizás sea un poco inapropiada o confusa, dado que no se refiere a ser correcto en sí, sino a ser respetuoso y considerado con los demás. Para lograrlo, evita las expresiones y acciones que excluyan, marginen u ofendan a un grupo de personas. El término "políticamente correcto" se ha hecho popular por primera vez durante la década de los setenta y los ochenta.[1] . Este concepto tiene una gran importancia dado que promueve la igualdad al demostrar que todas las personas y los grupos específicos son importantes, independientemente de la etnia, la cultura, la religión, el género y la orientación sexual.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Ser una persona más comprensiva

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    Reflexiona acerca de tu forma de pensar. ¿Por qué es tan importante para ti? ¿Qué consideras que significa el término "políticamente correcto"? Escribe tus pensamientos o haz una lista mental para explorar tu razonamiento, y decidir y descubrir cuáles son tus prioridades.
    • Nadie “gana puntos” automáticamente por ser "correcto". No se trata de un examen de Matemática.
    • Tienes derecho a decir lo que quieras, pero los demás también pueden expresar su desacuerdo. Esta libertad no significa que no tengas que enfrentar las consecuencias de lo que dices. Tú decides qué palabras usar.
    • Nadie es perfecto. Todos se equivocan de vez en cuando; esto es normal. Lo importante es que hagas un esfuerzo y te disculpes si lastimas a alguien. Además, procura ser un buen oyente.
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    Enfócate en ser amable y bondadoso, no en ser "correcto". La expresión "políticamente correcto" puede ser un poco confusa, dado que se trata de respetar a los demás y de ser amable, no de imponer reglas. Comprende que tus palabras pueden herir a los demás, y relacionarse con las experiencias dolorosas que puedan haber sufrido a lo largo de sus vidas.[2] [3] Enfócate menos en ti mismo y en tus palabras, y más en el impacto que las mismas tienen en los demás.
    • El objetivo no es censurar a las personas, sino animarlas a ser amables.
    • Lo importante no es ser correcto, sino no ser malvado, en especial con aquellos que estén enfrentando situaciones difíciles o lidiando con personas crueles.[4]
    • En vez de preguntarte si eres políticamente correcto, pregúntate si eres amable y respetuoso con los demás.[5]
    • Comprende que la libertad de expresión debe ser recíproca. Tu profesor tiene derecho a hacer comentarios racistas en internet, y tú tienes derecho a hacer una captura de pantalla, publicarla en las redes sociales y escribir que debería ser despedido. Así como las personas tienen derecho a ser crueles o malvadas, tú tienes derecho a responder a sus agravios.
    • No es que las personas sean "demasiado sensibles"[6] , sino que es importante ser amable. Después de todo, existe una diferencia entre "No lo molestes porque es sensible y llorón" y "ten cuidado porque se siente muy mal cuando alguien lo molesta, dado que las personas suelen herirlo muy seguido. Dale un respiro".
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    Reflexiona acerca de tus prejuicios. Evalúa tus prejuicios conscientes o inconscientes. Esto incluye los estereotipos con relación a determinados grupos de personas. Si reconoces que sientes cosas negativas acerca de distintas personas o grupos específicos, procura adaptar tu forma de expresión y tu comportamiento para comenzar a respetar a los demás.
    • Existen muchas formas de reflexionar acerca de los prejuicios propios. ¿Qué piensas cuando oyes un apellido étnico? ¿Cuál es tu primer instinto al descubrir que alguien es homosexual o transexual? Identifica tus prejuicios al ser honesto en cuanto a tus reacciones iniciales.[7]
    • Además de reconocerlos, una excelente herramienta para identificar cualquier sentimiento negativo es el test de asociación implícita (TAI). Búscalo en alguna página web de psicología en internet para poder determinar cuáles son tus prejuicios.[8]
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    Aprende más acerca de los distintos tipos de prejuicios. Entender los prejuicios de la sociedad y del mundo entero puede ayudarte a abrir los ojos. Comprende que las personas tienen problemas distintos a los tuyos para reflexionar acerca de tus prejuicios. La educación es una excelente forma de superarlos, comprender que existe una gran diversidad de personas, y volverse alguien más políticamente correcto.
    • Las personas y los grupos sufren discriminación por diversos motivos, ya sea por la etnia, la religión, el género, la orientación sexual, la cultura y la situación socioeconómica. Si no sabes identificarlos fácilmente, estudia e infórmate más con materiales de derecho humano o habla con personas que hayan sufrido discriminación.
    • Inscríbete en un curso en la universidad o haz una investigación en internet para aprender más acerca de los prejuicios.
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    Interactúa con personas diferentes. Salir de la zona de confort es un paso muy importante a la hora de ser más consciente acerca de las diferencias. Ser políticamente correcto no significa tan solo escoger las palabras correctas para expresarte, sino aprender a respetar las diferencias. Demuestra interés, interactúa, conversa y haz amistades nuevas con personas distintas a ti.[9]
    • Busca compañeros de trabajo o de estudio que sean distintos a ti. Invita a almorzar a alguien que sea diferente desde el punto de vista de la etnia, religión, sexualidad o país de procedencia. Si el vínculo no es muy cercano, comienza iniciando una conversación. Si bien pueden hablar acerca de las diferencias, te sorprendería la cantidad de puntos en común que seguramente tengan.
    • Vive experiencias y asiste a eventos culturalmente diversos. Desarrollar el pensamiento y la compresión de que todas las personas son iguales a través de un aprendizaje interactivo te ayudará a adoptar una actitud más respetuosa.
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    No tengas miedo de preguntar. Las personas, en especial aquellas que son parte de un grupo privilegiado, no siempre logran comprender las experiencias de aquellos que han sido o son oprimidos. Escucha sus respuestas con atención para contrarrestar esta dificultad.
    • Haz preguntas en algún motor de búsquedas para ver si alguien las ha respondido.
    • No hagas preguntas irrespetuosas o demasiado personales. "¿Qué pronombres debo usar para referirme a ti?" y "¿Puedes recomendarme algún recurso en internet para aprender más acerca de la transexualidad?" son preguntas totalmente aceptables. "¿Cómo lucen tus genitales?" es una pregunta demasiado privada, y solo sería aceptable en el caso de que quisieras tener sexo con la persona en cuestión, o si eres médico y necesitas esta información por motivos de salud.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Escoger un lenguaje respetuoso

Habla con miembros de distintas comunidades para determinar qué es aceptable y qué es ofensivo.

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    Presta atención y reflexiona acerca de las expresiones, los pensamientos y las acciones irrespetuosas. Al instruirte y controlar tus pensamientos, serás capaz de controlar y modificar tu lenguaje y comportamiento. Las personas pueden interpretar y realizar inferencias a partir de tus palabras. Al interactuar con los demás, lo ideal es que seas abierto, respetuoso e informado, en lugar de ser imprudente e irrespetuoso.
    • Evita los chistes racistas, sexistas, homofóbicos, etc., dado que podrían herir a los demás.
    • Si te encuentras pensando ideas negativas acerca de las personas, no te regañes. En cambio, pregúntate "¿Por qué he pensado eso?", "¿Estoy de acuerdo con esa idea?" o "¿Qué es lo que más reflejaría la actitud que quiero adoptar?".
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    Respeta a las personas de distintas etnias. Comprende el origen racista de las palabras que sean muy ofensivas como negro, o más sutiles, como ilegal.
    • Muchas expresiones comunes están asociadas con la discriminación histórica, debido a la arrogancia cultural y la falta de exposición a la diversidad de algunos grupos sociales. Los términos como "venta china", "dador indio", "regateo judío" (negociar) y "gitanear" (un negocio malo, derivado del término "gitano") son racistas.
    • Muchas palabras comunes también tienen orígenes discriminatorios y son considerados ofensivos como, por ejemplo, "gitano" y "oriental", ambos despectivos. En vez de usar el término "gitanear", prueba decir "un negocio malo", en vez de decir "oriental", di "asiático".[10]
    • Algunas acciones comunes, como usar determinados disfraces para la Noche de Brujas, comprenden una apropiación cultural, es decir, cuando se toman elementos culturales de las minorías sociales (muchas veces, de la población de tez oscura) y se transforman en tendencias o una especie de juego. Por ejemplo, esto incluye usar peinados o plumas como los que utilizaban los americanos nativos, usar maquillaje negro para representar a una persona de tez oscura, o maquillaje amarillo para imitar a una persona asiática, y otras acciones afines que representan versiones extremas.
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    Utiliza expresiones que incluyan a la comunidad LGBTQIA+. Algunas personas son bisexuales, transexuales, asexuales o de fluido genérico, etc. Es importante que comprendas que todas merecen respeto e inclusión. Aprende a utilizar expresiones neutras para incluir a aquellos con distintas orientaciones sexuales e identidades de género.
    • Por ejemplo, en vez de preguntar "¿Tienes novio o novia?", prueba decir "¿Tienes pareja?".[11] No supongas que estas personas son heterosexuales o monógamas.
    • No hagas generalizaciones en cuanto a los genitales. Algunas mujeres tienen pene, y algunos hombres tienen clítoris. Además, existen personas que son intersexuales.
    • Respeta la identidad de género. Existen más de dos géneros: sin género, fluido genérico, etc. El verdadero nombre de las personas es aquel que aceptan que se corresponde con su género.
    • En el caso de que tengas dudas acerca de cómo respetar la identidad de alguien, sé honesto y pregunta. Las personas valorarán tus buenas intenciones.
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    Evita las expresiones que excluyan a las personas de géneros específicos. Estas frases pueden ser muy hirientes. El sexismo (es decir, la discriminación contra la identidad de género de una persona marginada) es muy común (y, a veces, se utiliza de forma inconsciente). Por lo tanto, es muy importante que evites asignarles géneros específicos a las cosas en tu mente o en voz alta, como los empleos. Además, no digas que cierto objeto, ocupación o actividad es exclusivo de los "hombres" o las "mujeres".
    • Utiliza títulos neutrales para los cargos cuando no estés hablando de alguien en especial. Por ejemplo, "la persona a cargo de la presidencia", en lugar de decir "presidente", "la persona encargada de la dirección", en lugar de decir "director", "auxiliar de vuelo", en lugar de "azafata", etc.[12] La situación cambia al referirse a una persona determinada. Por ejemplo, si estás en una reunión y quieres presentar al Sr. Juan García, el presidente de la empresa, puedes decir "Por favor, démosle una cordial bienvenida al Sr. García, presidente del Consejo".
    • Utilizar términos como "trabajo de mujer" o "secretaria" (en vez de decir "asistente de administración") también es discriminatorio y despectivo.
    • Llamar a las mujeres "chicas" (en vez de "señoritas") las infantiliza y descarta el hecho de que el lugar de las mujeres en el mundo es el mismo de los hombres.
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    Apoya a las víctimas de abuso, acoso sexual y violación. La violencia es un problema grave que muchas personas utilizan como chiste en muchas conversaciones casuales, alienando a las víctimas y haciendo que les resulte más difícil pedir ayuda. Para ayudarlas, comienza a respetarlas y a tomarte el problema en serio.
    • Reconoce que la mayoría (¡pero no todas!) las víctimas son mujeres. Utiliza un vocabulario inclusivo al hablar acerca de estos problemas sociales.
    • Hacer comentarios como "Ella se lo ha buscado" acerca de las víctimas de violencia, o frases relacionadas con el aspecto físico de las mujeres es una actitud cruel y despectiva.
    • Evita los chistes relacionados con la violación, dado que pueden ser muy hirientes para las personas que han sobrevivido a este tipo de situaciones.
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    No utilices términos religiosos específicos cuando estés con personas de distintas religiones. Existen muchas creencias religiosas diferentes, y no todas las personas comparten las mismas ideas. Al hablar con un grupo de personas, recuerda que algunas podrían ser religiosas, agnósticas o ateas. Limita el uso de expresiones religiosas, en especial al hablar en conversaciones grupales.[13] Guarda tus comentarios para compartir con personas de tu misma religión.
    • No utilices términos religiosos al hablar con personas no religiosas o cuya creencia desconozcas. Por ejemplo, en vez de decirle a una persona atea que está enferma que rezarás por ella, dile que tus pensamientos están con ella y su familia.
    • También puedes evitar los términos "Dios" o "dios". Cada grupo religioso tiene nombres distintos y reglas para recurrir a ellos. Los judíos no dicen el nombre de dios, los musulmanes se refieren a su dios como "Alá", los hindúes adoran a varios dioses.[14]
    • Evita hacer preguntas como "¿Qué es lo que Jesús haría?" a una persona cuya religión no conozcas, o a un grupo que no sea cristiano.
    • Existe una excepción a esa regla: cuando quieres describir ciertas características específicas o académicas de un grupo religioso. Por ejemplo, puedes decir "los cristianos evangélicos tienen ciertas creencias" o "los miembros de la fe judía celebran el Yom Kipur".
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    Evita expresiones que menosprecien a personas con discapacidades físicas o mentales. Algunas personas prefieren ciertos términos específicos como "discapacitado", mientras que otras prefieren la expresión "persona con discapacidad". Lo mejor es respetar la preferencia individual. Asegúrate de no utilizar términos despreciativos como "retrasado" o "enano". Evita utilizar cualquier palabra que refiera a una discapacidad como un insulto.
    • Ciertas palabras, como "bobo", "tullido", "deficiente" o "psicópata" son ejemplos de ofensas o insultos basados en discapacidades[15] que insinúan que dichas discapacidades son humillantes y que las personas que las padecen no estarían de acuerdo con tu opinión.
    • Trata a las personas con discapacidades como a cualquier otra persona, adaptándote a sus necesidades sin resistencia y tratando la situación como algo natural. Ofrece tu ayuda en caso de ser necesario, y no insistas si dice que no la necesita.
    • Coloca siempre a la persona antes de la discapacidad. Por ejemplo, es mejor decir "persona con síndrome de Down", en vez de decir "persona Down". Las comunidades de autistas, ciegos y sordos son algunas excepciones a la regla (por ejemplo, "persona autista").[16] [17] En caso de dudas, pregúntales a las personas cuál es su preferencia.
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    Respeta a las personas de todos los tamaños. Las personas más pesadas, especialmente las mujeres, sufren discriminación y dificultades a causa de la perspectiva social en cuanto al peso. Sé consciente de los estereotipos hirientes que acompañan a una persona con sobrepeso, como ser perezosas, poco saludables, glotonas, etc. Las personas flacas, en especial los hombres, también sufren discriminación por parte de la sociedad.
    • No le digas a alguien que tiene que ganar o perder peso, ni ofrezcas consejos y órdenes para lograrlo. Lo mejor es no hablar del asunto directamente. Su cuerpo no es tu problema.
    • No supongas que una persona flaca sufre un trastorno alimenticio.
    • Presta mucha atención a tu forma de expresarte. Algunas personas, en especial aquellas que luchan por el fin de la discriminación, se identifican como "gordas" y promueven la desestigmatización del término. Otras personas podrían sentirse heridas con este adjetivo.
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    Practica. Familiarízate con los términos que las comunidades sociales utilizan, y los que consideran inapropiados o hirientes. Luego, incorpora los primeros en tu vocabulario.[18] Cuanto más practiques, más sencillo te resultará respetar a los demás. Además, será muy poco probable que los ofendas.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Hablar con las personas o los grupos

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    Pon tu conocimiento en práctica. Al conversar o discutir con personas y grupos, recuerda que has aprendido a trabajar con tus palabras. El objetivo es no herir a nadie con tu lenguaje o acciones.
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    Comprende la situación. ¿Estás en tu lugar de trabajo? ¿En una conferencia? ¿En la fiesta de un amigo? ¿En una cena familiar? Cada una de estas situaciones tiene reglas sociales diferentes para un comportamiento educado. Sé consciente de las circunstancias para utilizar las palabras y acciones apropiadas.
    • Las situaciones formales (como en el trabajo o en eventos profesionales) suelen tener los máximos estándares y las mayores consecuencias.[19] Las situaciones informales y privadas suelen ser más relajadas, pero igual es importante respetar a los demás. Independientemente de si estás hablando con una persona que pertenece a un grupo oprimido o no, las actitudes privadas determinan la reacción de las personas a las minorías.
    • Piensa en las personas o los miembros del grupo. Por más que no sean o pertenezcan a una minoría, quizás tengan amigos, familiares y conocidos que sí lo sean. ¿Quieres mostrar empatía o desprecio? ¿Compasión o falta de respeto?
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    Evita usar expresiones que incluyan a varias personas en una categoría amplia. No agrupes a las personas por su religión, orientación sexual, género o etnia. Cada persona es única, actúa diferente y tiene sus propias creencias. Este tipo de vocabulario solo reduce a los demás en una etiqueta. Recuerda: las personas son mucho más que un elemento dentro de una categoría.
    • Por ejemplo, no agrupes a las personas como "los sordos", "los homosexuales", "los judíos" o "los negros". Al referirte a un grupo social, reconoce las diferencias. Por ejemplo, puedes decir "Muchas personas ciegas sienten…".
    • Utiliza expresiones inclusivas para que las personas se sientan incluidas en cualquier situación.
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    No utilices un vocabulario discriminatorio. Al hablar con o acerca de ciertos grupos, evita los términos generalizadores, como "nosotros" o "ellos". Esto sugiere separación, en vez de igualdad e inclusión.
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    Respeta la forma en que las personas se refieren a sí mismas. Cada persona tiene derecho a escoger el lenguaje que mejor describa su etnia, clase, sexo, género, orientación sexual, cultura, religión o capacidad física.
    • Si tienes dudas con respecto a las preferencias de alguien en particular, pregúntale. Por ejemplo, puedes decir "No quiero ofenderte, pero quisiera saber si prefieres el término "negro" o "afroamericano". Si no se siente bien con ninguna de estas dos opciones, puedes preguntarle cuál prefiere. Si dejas en claro cuáles son tus intenciones, es muy probable que no se moleste.
    • No utilices términos controversiales si no eres parte de un grupo. Por ejemplo, muchas personas "roma" se identifican como "gitanos". A menos que seas parte de esta comunidad, evita utilizar la palabra "gitano", y prefiere "roma". No te apropies de la palabra.
    • Evita los términos de moda. La mayoría son utilizados por personas externas a un grupo. Por ejemplo, no llames a una persona con discapacidades "semiempoderada" o "capacitada de forma diferente", como así tampoco deberías llamar "verticalmente desfavorecida" a una persona de baja estatura. Muchas personas consideran que estas palabras suenan muy raro. Esto implica preferir las palabras de aquellos directamente afectados por encima de los "aliados" en psicología o sociología que incluso podrían acentuar el uso de ciertos términos.
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    Responde de manera educada si una persona te dice que tus palabras han herido a alguien. No lo tomes a personal ni te pongas a la defensiva. Acepta la decisión de cada persona o grupo de rechazar tu forma de expresarte. Si por accidente utilizas un término erróneo u ofendes a alguien, discúlpate por tu error y usa la palabra que haya escogido para sí mismo.
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    Enseña, en vez de criticar a alguien al corregirlo. Si te encuentras con alguien que dice cosas hirientes o menosprecia a otra persona, respira profundo y conserva la calma. Lo importante es que evites pelear con ella, sentirte superior o intentar criticarla. En cambio, habla con la persona en cuestión acerca del término. Abre las líneas de comunicación e involúcrate en el diálogo, en vez de humillarla o decirle que ha actuado muy mal.
    • En caso de dudas, siempre es mejor pensar que las intenciones de los demás son buenas.
    • Ten en cuenta que la persona en cuestión podría tener valores distintos a los tuyos. Algunas personas prefieren abstenerse de ciertos cuestionamientos y problemas sociales para no pasar vergüenza, mientras que otras no encajan en ciertos estereotipos, o tu perspectiva acerca de cómo luce una persona oprimida o privilegiada o cómo actuaría.
    • Critica las acciones, no las personas. "Por favor, deja de burlarte de los inmigrantes venezolanos. Tengo amigos de Venezuela y tus bromas realmente me ofenden y resultan despectivas".
    • Protege el ego de la persona en cuestión, al mismo tiempo que criticas su actitud. Por ejemplo, puedes decir "Me sorprende enterarme que una persona considerada como tú pueda decir algo tan hiriente acerca de alguien que tiene síndrome de Down".
    • Al corregir a alguien, procura comenzar y terminar con un elogio. Comienza con un cumplido como, por ejemplo, que crees que tiene razón en algunas cosas o que ha escrito un buen artículo. Luego, procede a corregirla o criticarla. Recuerda, hazlo de buena manera y no seas grosero. Luego, termina con un elogio como, por ejemplo, dile que parece ser una persona considerada e inteligente.[20]
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    Respeta las diferencias de opiniones. Si quieres hablar acerca de temas delicados (como religión o política), asegúrate de estar abierto a escuchar otras opiniones. Las personas forman sus perspectivas a partir de sus orígenes y experiencias propias. Si quieres compartir tu opinión, muestra predisposición para escuchar a los demás. De hecho, podrías conocer información nueva o considerar otras perspectivas que te ayuden a abordar el tema.[21] Todas las personas tienen algo que enseñar.
    • Comparte la atención y permite que los demás también hablen.
    • Presta mucha atención a las opiniones diferentes. Esta es tu oportunidad para aprender algo nuevo.
    • Las opiniones centradas en menospreciar a los demás (como "las mujeres negras son desagradables reinas del bienestar" o "los autistas no deberían tener hijos") no son expresiones válidas. De hecho, conforman un discurso cargado de odio.
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    Concéntrate en las personas en primer lugar. Respetar a los otros no tiene que ver con cuidar tu reputación, sino con ser amable con los demás. Sé respetuoso, acepta a los demás y utiliza un pensamiento y lenguaje inclusivos. Es poco probable que falles si te enfocas en valorar a las personas.
    • Recuerda que las palabras son poderosas.
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    Valora a las personas diferentes. La primera reacción ante alguien diferente puede ser confusión o miedo. En este caso, respira profundo, recuerda que esa persona también es valiosa y permite que tu segunda reacción sea la aceptación y el respeto. Las diferencias individuales son importantes y significativas.

Consejos

  • Recuerda practicar la empatía. No querrás lastimar u ofender a los demás.
  • Si hieres a alguien sin querer, discúlpate y aprende de tus errores. Esto te ayudará a interactuar con esta u otra persona o grupos en el futuro.
  • Siempre que tengas dudas con respecto a qué palabra utilizar, opta por quedarte callado.
  • Por lo general, lo mejor es evitar términos como sustantivos (por ejemplo, evita llamar a una persona autista "un autista" o a una persona transexual "un transexual"). Si bien algunas personas se refieren a sí mismas con este tipo de expresiones, utilizar el término como sustantivo suele ser grosero en muchos casos, en especial si no eres parte del grupo.

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Categorías: Activismo social