En 1954, el psicólogo Leon Festinger introdujo la teoría de la disonancia cognitiva, la cual ocurre cuando tus acciones entran en conflicto con tus creencias o cuando tienes dos pensamientos que no concuerdan. Por ejemplo, crees que comer dulces todos los días es malo porque no es saludable pero continúas haciéndolo. Para solucionar la disonancia cognitiva, quizá evites información que cause conflicto con tus creencias, incluso si es importante para la situación, lo cual ocasiona malas decisiones en el futuro.[1] Para superar la disonancia cognitiva, puedes cambiar tus acciones, retar tus creencias conflictivas y aprender a aceptar decisiones difíciles.

Método 1
Método 1 de 3:
Cambiar tus acciones

  1. 1
    Identifica tus valores. Es fundamental que comprendas lo que valoras más antes de que intentes cambiar tus acciones. Posiblemente la sociedad o las personas en tu vida te presionen para actuar de cierto modo que vaya en contra de tus creencias firmemente arraigadas, lo cual con frecuencia ocasionará disonancia cognitiva. Una vez que comprendas tus valores, podrás entender mejor las razones detrás de tus acciones.[2] Hazte estas preguntas para identificar tus valores y, luego, clasifícalos en orden de importancia:[3]
    • ¿En qué momento me he sentido más feliz?
    • ¿En qué momento de mi vida me he sentido orgulloso de mi mismo? ¿Qué hice para sentirme de ese modo?
    • ¿Qué me hace sentir satisfecho o realizado? ¿En qué momento de mi vida me he sentido de este modo y qué es lo que hacía?
    • ¿Qué me hace sentir feliz, orgulloso y realizado al mismo tiempo?
  2. 2
    Admite tus errores. Ser honesto contigo mismo y los demás sobre el momento en el que no hayas cumplido con tus propias expectativas puede hacerte sentir mejor. Además, hacerlo es el primer paso para corregir el problema. Sé consciente de tu desliz, perdónate y comprométete a seguir adelante desde cero.[4]
    • Puedes decir algo como: “He estado sintiéndome mal acerca de comer carne por un tiempo porque pienso que hacerlo está mal. También sé que es difícil cambiar, así que no voy a continuar sintiéndome mal al respecto".
  3. 3
    Pide apoyo si es necesario. El apoyo puede venir de dos formas. Puedes pedirle a las personas de tu entorno que acepten tus creencias y no reten tus acciones, o decirles que te ayuden a cumplir con tu propósito dependiendo de la situación.[5] Sin embargo, recuerda que tú eres el único responsable de tus acciones.[6]
    • Por ejemplo, puedes pedirles a tus familiares que dejen de ofrecerte platillos con carne y eviten presionarte para que la comas. Otra cosa que puedes hacer es pedirle a un amigo vegetariano que te recuerde el por qué dejaste de comer carne cada vez que te sientas tentado a hacerlo.
    • También puedes pedirles a las personas que te importen que te ayuden a cumplir tu objetivo cuando te sientas tentado a inclumplirlo. Por ejemplo, cuando sientas la tentación de incumplir tu objetivo, puedes mandarles un mensaje de texto pidiéndoles recordatorios para mantenerte encaminado.
  4. 4
    Adopta medidas sobre tus creencias si es posible. De esa manera, eliminarás el conflicto en tu mente. Si tu disonancia cognitiva es ocasionada por no vivir según tus propias convicciones profundamente arraigadas, actuar según tus creencias con frecuencia es la forma más sencilla de solucionar el problema.[7] Sin embargo, hacerlo puede ser difícil si tus ideales son demasiado altos.[8]
    • Comienza con un pequeño paso hacia tus ideales. Incluso el cambio gradual puede ayudarte a resolver la tensión dentro de ti.
    • Por ejemplo, si crees que comer animales está mal, puedes dejar de consumir carne. Si te resulta difícil, trata de consumir una dieta vegetariana una vez a la semana y, luego, incrementa lentamente el número de días en los que practiques esta dieta.
    • ¡Hacer que los comportamientos nuevos se conviertan en un hábito toma 66 días, así que no desistas![9]
  5. 5
    Examina la razón por la cual te resulta difícil vivir según tus creencias en caso de que no lo hagas. En algunos casos, quizá te resulte difícil vivir según ellas. Hay varias razones para actuar de ese modo, como la presión social, los deseos personales o el conflicto de ideales. En la mayoría de los casos, quizá decidas que es mejor cambiar tus creencias.[10]
    • Por ejemplo, te puede resultar difícil dejar de comer carne porque lo disfrutas. En ese caso, puedes decidir que es una buena idea esforzarte por cambiar tus creencias.
    Anuncio

Método 2
Método 2 de 3:
Cambiar tus creencias

  1. 1
    Acepta que a veces no tendrás la razón. Quizá tengas problemas con la disonancia cognitiva porque no quieres aceptar que estás equivocado. ¡Eso es normal. Es recomendable que cambies de parecer incluso sobre una creencia bien arraigada.[11]
    • Si te niegas a enfrentarte a creencias potencialmente equivocadas, te harás daño a largo plazo. Es recomendable que trabajes en ellas cuando encuentres por primera vez información que contradiga lo que creas. Hazte recordar que nadie es perfecto. No tienes que estar en lo correcto todo el tiempo.
    • Puedes decidir cambiar tus creencias si no tienes éxito al cambiar tus acciones.
  2. 2
    Identifica el conflicto. Piensa en las creencias que retas. Determina los comportamientos que te hagan dudar y, luego, rastrea su origen en tus pensamientos.[12] Eso te ayuda a identificar las creencias que te ocasionen angustia.[13]
    • Por ejemplo, quizá sientas la necesidad de bajar de peso pero te resulte difícil de hacerlo. El conflicto puede surgir si crees que debes hacer una dieta extrema pero continúas comiendo porciones más grandes.
  3. 3
    Determina por qué el comportamiento que no puedas cambiar es importante para ti. Las creencias que ocasionen conflicto pueden ser creadas por la sociedad u otras personas en tu vida. Si eso sucede, quizá te parezca más difícil tomar acción en tus creencias. En otros casos, quizá sean superadas por tu deseo de seguir con los comportamientos que entren en conflicto con ellas.[14]
    • En el ejemplo anterior, quizá creas que necesites bajar de peso porque pienses que es necesario que los demás te acepten. Posiblemente te resulte difícil seguir con la dieta debido a que la creencia principal ha sido creada por al sociedad y no por ti.
    • Por otro lado, quizá decidas que la dieta es difícil de seguir porque te proporciona poca energía, no puedes disfrutar de compartir los alimentos con tus amigos y familiares, y no quieres dejar de comer tus alimentos favoritos.
  4. 4
    Aprende más sobre ambos lados del conflicto. De ese modo, tomarás decisiones informadas sobre tus creencias y comportamientos. En algunos casos, eso puede darte la confianza para hacer un cambio. Por otro lado, quizá adquieras información nueva que respalde lo que ya pienses.
    • Como ejemplo, si te preocupa tu peso, puedes aprender más sobre la pérdida de peso, el peso óptimo y la vida saludable.
    • En algunos casos, las personas escogen resolver la disonancia cognitiva enfocándose solamente en evidencia que respalde sus creencias, incluso si no proviene de fuentes confiables. Eso es sesgo confirmatorio ocasionado y generalmente da como resultado malas decisiones, ya que no considera todos los hechos. Por ejemplo, quizá creas que un suplemento herbario específico puede curar un problema de salud a pesar de la falta de evidencia científica. Leer solamente artículos en blogs sobre los supuestos beneficios del suplemento confirmará tus creencias incluso si son incorrectas. Leer sobre la ciencia detrás del suplemento te ayudará a escoger un mejor tratamiento.[15]
  5. 5
    Escribe las razones por las que el comportamiento que quieras detener es aceptable. Eso te permitirá retar la creencia original y reducir su valor.[16] El comportamiento conflictivo se vuelve más valioso, lo cual te permite superar la incomodidad ocasionada por la disonancia cognitiva.[17]
    • Por ejemplo, puedes enfocarte en los aspectos positivos de comer más de lo que la dieta restrictiva permita, como tener más energía, pasar un buen tiempo con tus amigos o familiares, y disfrutar los alimentos que te gusten.
  6. 6
    Vuelve a estructurar tus creencias para respaldar el comportamiento que quieras mantener. No es necesario que elimines la creencia conflictiva. En lugar de eso, identifícala como algo menor que una creencia que respalda tu comportamiento. Luego, evitarás tener dudas porque la creencia que apoya tu comportamiento será más importante que la que no lo hace.[18]
    • En el ejemplo anterior, quizá adoptes la campaña de amar tu cuerpo, así como la idea de aprovechar el momento. Eso permitirá que actúes según tus deseos de comer lo que te guste y disfrutar de tu tiempo con amigos sin sentirte mal sobre ti mismo. Sin embargo, puedes aceptar que la sociedad promueva la idea de mantener un peso corporal bajo.
    • Piensa en tus creencias como globos. Infla las creencias a las que quieras darles prioridad en vida y desinfla las otras lentamente. Algunas creencias nunca desaparecerán, aunque no serán tan importantes en tu vida como las demás.
  7. 7
    Evita las personas que con frecuencia reten las creencias que no quieras cambiar. Es normal discrepar con los demás, aunque a veces hacerlo puede ocasionar un conflicto continúo. Si alguien te presiona con frecuencia, quizá debas alejarte de esa relación por tu propia salud mental. Tienes derecho a tus creencias.[19]
    • Por ejemplo, quizá tengas un amigo que te critique constantemente por los alimentos que elijas o te menosprecie. Si esa persona continúa actuando de ese modo, quizá decidas pasar menos tiempo con ella.
  8. 8
    Ve a un terapeuta si los sentimientos de disonancia cognitiva persisten. Si enfrentar tus acciones y creencias no te resulta útil, es recomendable que converses con un terapeuta. Ese especialista te ayudará a identificar la razón por la que experimentas disonancia cognitiva, así como formas de superarla.
    • Por ejemplo, posiblemente tengas pensamientos ocultos que no afrontes. Tu terapeuta te ayudará a develarlos y trabajar en ellos.
    • Puedes encontrar un terapeuta visitando páginas web de consulta o haciendo una búsqueda en línea. Tu proveedor de servicios médicos quizá pueda hacerte una referencia.
    Anuncio

Método 3
Método 3 de 3:
Aceptar una decisión

  1. 1
    Haz una lista de ventajas y desventajas. Cuando una decisión sea difícil de tomar, es importante que identifiques las razones por las que la tomes. Una lista de ventajas y desventajas es una forma simple de hacerlo. De ese modo, podrás aplicarle razonamiento cuantitativo a tu decisión agregándole las ventajas de cada alternativa y comparándolas con la desventajas.[20]
    • Es una buena idea hacer más de una lista de ventajas y desventajas, especialmente si te resulta difícil tomar una decisión.
    • Por ejemplo, quizá tengas que escoger entre dos destinos diferentes para ir de vacaciones, como un escape a una isla o un viaje a París. También puedes escoger solamente uno y cualquiera será increíble.
  2. 2
    Enfócate en las ventajas de la alternativa que escojas. De ese modo, superarás el conflicto de tomar una decisión entre dos o más opciones mejores. Busca más ventajas para la alternativa que escojas y agrégalas a la lista.[21]
    • Por ejemplo, si decidiste viajar a París porque te enteraste de que un amigo estará ahí al mismo tiempo. Volver a escribir la lista de ventajas y desventajas para resaltar las ventajas de ir a París te ayudará a evitar las dudas sobre no pasar tus vacaciones en la isla .
    • En ese caso, puedes añadir a tu lista de ventajas que pasarás tiempo con tu amigo.
  3. 3
    Aumenta las desventajas de la alternativa que no escojas. De ese modo, esa opción te parecerá menos atrayente en tu mente, lo cual evitará que sientas remordimiento por no escogerla. Podrás ver la opción que hayas escogido como la mejor alternativa y la más clara.
    • Por ejemplo, puedes agregar que al viajar a la isla podrías quemarte la piel, el viaje podría arruinarse por el clima tropical y quizá te sientas solo sin un amigo alrededor.
    • Esa técnica es llamada “esparcir” las alternativas. En efecto, haces que la alternativa escogida sea más atrayente que las otras opciones, lo cual reducirá tu deseo de cuestionar tu opción.[22]
  4. 4
    Explícale a otra persona la razón por la que escogiste la alternativa. Eso ayudará a solidificar ese pensamiento en ti. Respalda tu opción señalando las ventajas detrás de la decisión que hayas tomado rechazando firmemente las otras posibilidades.[23]
    • Por ejemplo, puedes decirle a un amigo sobre tu decisión de ir a París resaltando que tendrás la oportunidad de crear recuerdos con tu amigo, visitarás finalmente una ciudad que siempre habías soñado visitar y evitarás los peligros de una perturbación tropical.
  5. 5
    Evita cuestionar la decisión una vez que la hayas tomado. De lo contrario, despertarás nuevamente los sentimientos de disonancia cognitiva. Acostumbrarte a aceptar tus decisiones sin arrepentirte puede tardar tiempo, especialmente si eres una persona ansiosa. Sin embargo, la vida está llena de decisiones difíciles y enfocarte en los aspectos positivos de la que hayas escogido puede ayudarte.[24]
    • Mantente enfocado en las acciones que vayas a tomar en lugar de continuar pensando en tus decisiones.
    • Si sientes incomodidad y arrepentimiento, trabajar en las ventajas y las desventajas nuevamente para recordarte que la alternativa que escogistes es la correcta.
    • No hay razón para seguir dándole importancia a la opción que no escogiste, ya que no podrás volver atrás. En lugar de eso, enfócate en la próxima decisión que debas tomar.
    Anuncio

Acerca de este wikiHow

Personal de wikiHow
Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 5441 veces.
Anuncio