Los gatos pueden tener sangre en la orina debido a problemas de salud (como infección o enfermedad del tracto urinario). Si notas que un gato tiene sangre en la orina, llévalo al veterinario de inmediato. Por lo general, la sangre en la orina del gato es un signo de un trastorno médico grave. El veterinario puede diagnosticar el problema y prescribir el tratamiento necesario. También hay medidas que puedes tomar para prevenir la sangre en la orina del gato en el futuro.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Llevar al gato al veterinario

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    Provee el historial médico del gato. Empieza la cita con el veterinario diciéndole todo lo que puedas acerca del historial médico del gato. Menciona cualquier trastorno médico previo que el gato pueda haber tenido, así como cualquiera que tenga en este momento. Por lo general, los gatos con problemas urinarios tienen sobrepeso o un trastorno genético que los predispone a este tipo de problemas. Si el gato tiene un historial de problemas médicos, díselo al veterinario, pues esa información puede ayudarlo a hacer el diagnóstico apropiado.[1]
    • Por ejemplo, puedes decirle algo como “El gato tiene sobrepeso y es mayor de edad. Ha tenido problemas urinarios en el pasado”.
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    Descríbele al veterinario los síntomas del gato. Los gatos que tienen sangre en la orina generalmente muestran otros síntomas, como hacer sus necesidades fuera de la caja de arena o no hacerlas del todo. También puede parecer agitado, ansioso o nervioso. Dile al veterinario cuándo empezaste a notar los síntomas del gato y si han empeorado con el tiempo.[2]
    • Por ejemplo, puedes decirle algo como “Noté hace dos días que había sangre en la orina del gato” o “El gato empezó a mostrar síntomas hace 24 horas y parece que está empeorando”.
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    Deja que el veterinario haga un examen físico y algunas pruebas. El veterinario hará un examen físico al gato. También solicitará un análisis sanguíneo y de orina. Esta medida le permitirá verificar si la coloración roja de la orina del gato es realmente sangre.[3]
    • Dependiendo del trastorno del gato, el veterinario también puede pedir que se le haga una radiografía, una tomografía y un ultrasonido. La tomografía se hará en el tracto urinario del gato para obtener una imagen detallada de lo que sucede en esa zona.
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    Recibe el diagnóstico del veterinario. Cuando el veterinario haya realizado las pruebas necesarias, podrá diagnosticar el problema del gato. Un gato que tiene sangre en la orina puede tener varios trastornos, incluyendo los siguientes:[4]
    • infección del tracto urinario
    • cálculos renales
    • cistitis idiopática felina (CIF)
    • trastorno hemorrágico
    • cáncer del tracto urinario
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Darle al gato el tratamiento necesario

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    Dale al gato antibióticos si tiene una infección. El veterinario prescribirá los antibióticos que debas darle al gato hasta que la infección pase. Recomendará una dosis específica. Tendrás que asegurarte de que el gato ingiera suficiente líquido mediante el acceso a agua fresca y a comida húmeda para gatos mientras tome los antibióticos.[5]
    • El veterinario puede prescribir antibióticos para la infección del tracto urinario y para la cistitis idiopática felina (CIF).
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    Pide que le extirpen los cálculos renales o las obstrucciones del tracto urinario. Si el veterinario encuentra cálculos renales o tumores en el tracto urinario del gato, puede recomendar la cirugía para extirparlos. Estos pueden ser potencialmente letales, así que se deben extirpar lo más pronto posible. El gato estará bajo anestesia general durante la cirugía.[6]
    • La cirugía puede ser una opción costosa. El veterinario debe detallar los costos de la cirugía antes de que aceptes seguir con este tratamiento.
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    Habla de los medicamentos y las opciones de tratamiento si el gato tiene cáncer. Si el gato tiene un problema médico más grave como cáncer de vejiga o trastorno hemorrágico, el veterinario debe explicar las distintas opciones de tratamiento. Dependiendo del trastorno específico del gato, el veterinario puede recomendar extirpar los tumores cancerosos de la vejiga mediante una cirugía. También puede prescribir cambios dietéticos y medicamentos para ayudar a tratar un trastorno hemorrágico.[7]
    • Cada gato recibirá un tratamiento distinto dependiendo de su historial médico y del trastorno que tenga. Habla con el veterinario de las opciones de tratamiento detalladamente antes de determinar cuál es la mejor manera de abordar el trastorno del gato.
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    Dale al gato abundante agua potable limpia. El gato tendrá que tomar más agua. El agua fresca es más apetitosa para el gato y lo estimulará a beber. Además, es posible que quiera cambiar las croquetas secas por comida húmeda hasta que se recupere, pues esta última contiene más agua.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Prevenir la sangre en la orina del gato

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    Asegúrate de que el gato se mantenga hidratado. La deshidratación puede ser peligrosa para los gatos, sobre todo si tienen predisposición a los problemas del tracto urinario. Asegúrate de que el gato tenga agua fresca todos los días en su tazón. También puedes darle comida húmeda para gatos en vez de comida seca, pues eso le permitirá absorber más líquido y humedad a través de su alimento.[8]
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    Mantén al gato activo. Un gato que es activo y que hace mucho ejercicio todos los días es menos propenso a desarrollar problemas del tracto urinario. Juega con el gato una vez al día (puedes jugar con un juguete haciendo que lo persiga o que simplemente corra). También puedes colocar una zona para trepar y un poste rascador para que pueda estar activo por su cuenta durante el día.[9]
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    Reduce el estrés del gato. La presión, el estrés y la ansiedad son causantes de la sangre en la orina. Puedes reducir el estrés del gato observando qué es lo que pueda molestarlo, como ruidos fuertes u otras mascotas. Si tienes más de un gato, pon más de una caja de arena para que no tengan que compartirla.
    • Habla con el veterinario acerca de los productos que pueden proveer una capa protectora en la vejiga del gato y reducir la inflamación.
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    Considera la posibilidad de usar feromonas felinas, como Feliway, para reducir el estrés.
    • En algunos casos, puede ser necesario que el veterinario prescriba medicamentos como antidepresivos para reducir la ansiedad relacionada con los problemas de la vejiga.
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    Controla el peso del gato. Un gato que tiene sobrepeso o que es obeso es más propenso a los problemas del tracto urinario. Reduce este riesgo asegurándote de que mantenga un peso saludable para su edad y raza. Pregúntale al veterinario cuál es el peso ideal para el gato y controla su peso para que no se vuelva obeso.[10]
    • Si el gato tiene sobrepeso o es obeso, el veterinario puede recomendar una dieta especial para que baje de peso con el fin de que esté saludable y que sea menos propenso a desarrollar problemas del tracto urinario.
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Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década.
Categorías: Gatos
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