Los gatos pueden desarrollar abscesos después de haber sido mordidos por otro gato o un animal diferente. La causa de este problema son las bacterias que ingresan en la herida de la mordedura.[1] Si piensas que tu gato podría tener un absceso, llévalo al veterinario para que trate sus heridas y le proporcione antibióticos. Este profesional te dará recomendaciones sobre la forma en la que deberás tratar la herida del gato y administrarle los medicamentos. A medida que se recupere, también tendrás que mantenerlo encerrado y observar la herida de cerca.

Método 1
Método 1 de 2:
Conseguir cuidado veterinario para tu gato

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    Presta atención a los signos de un absceso. El cuerpo responde a una mordida enviando glóbulos blancos a combatir las bacterias. Luego, los tejidos alrededor de la herida se inflaman y comienzan a morir. Eso forma una cavidad que se llena con pus, el cual está compuesto de bacterias, glóbulos blancos y tejido muerto.[2] El ciclo sigue y el área continúa inflamándose. La hinchazón puede ser fuerte o suave. Otros signos que pueden indicar la presencia de un absceso son los siguientes:[3]
    • dolor o signos de dolor (como una cojera)
    • costra pequeña con enrojecimiento o sensación de calor en la piel circundante
    • secreción de pus o fluido proveniente del área
    • pérdida de pelo sobre el área.
    • lamido, acicalamiento o mordisqueo en el área
    • pérdida de apetito o energía
    • herida abierta que secrete pus
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    Lleva al gato al veterinario. Puedes tratar los abscesos pequeños y drenantes en casa, aunque la mayoría de ellos requerirán tratamiento veterinario.[4] Cuando lleves al gato al consultorio del veterinario, este le hará un examen físico completo. Con frecuencia, además del absceso, también tendrá fiebre porque su cuerpo combatirá contra una infección.
    • Si el absceso está abierto y drena, quizá sea posible tratar al gato sin sedarlo.
    • De lo contrario, probablemente tengan que sedarlo para abrir el absceso.
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    Pregúntale al veterinario sobre antibióticos. Es probable que el veterinario envíe un poco del pus para hacer un cultivo antibiótico.[5] Ese cultivo permitirá que el veterinario determine el antibiótico más efectivo que deba usar. Una vez que se haya recolectado una muestra, la herida del absceso se perforará (en caso de que no drene pus y fluido), desbridará (libre de cualquier resto de pus y residuos) y tratará con antibióticos.[6]
    • Dale antibióticos a tu gato como lo indique el veterinario y haz que se termine la medicina completamente. Llama al veterinario si tienes problemas para administrar la medicina al gato.[7]
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    Determina si es necesario drenar la herida. A veces es necesario colocar drenajes, los cuales son tubos utilizados para mantener las heridas abiertas. Esos tubos permitirán que el pus continúe drenando de la herida. De lo contrario, el pus podría continuar acumulándose y ocasionarle más problemas a tu gato.
    • Sigue las recomendaciones del veterinario sobre cuidar los drenajes, las complicaciones que podrían surgir de ellos y el momento en el que sea necesario llamarlo.
    • El veterinario retirará los drenajes de tres a cinco días después de colocarlos.[8]
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Método 2
Método 2 de 2:
Tratar el absceso de un gato en casa

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    Enciérralo en una habitación mientras el absceso se cure. Encerrarlo en una habitación interior es la mejor forma de mantenerlo seguro y evitar que se lastime más mientras la herida se cure.[9] La herida continuará drenando durante algún tiempo, así que es probable que el pus caiga sobre el piso y los muebles. Para evitar que penetre en la alfombra y los muebles, encierra al gato en una habitación hasta que el absceso se haya curado.
    • Mantenlo en una habitación con una superficie fácil de limpiar, como un baño, una lavandería o un vestidor.
    • Asegúrate de que la habitación sea los suficientemente cálida para el gato y satisfaz sus necesidades, como comida, agua, una caja de arena y algunas cobijas suaves o toallas sobre las que pueda dormir.
    • Vigílalo con frecuencia durante el encierro para proporcionarle afecto y asegúrate de que coma, beba agua y haga sus necesidades adecuadamente.
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    Usa guantes cuando trates las heridas del gato. Las heridas secretarán pus, el cual está compuesto de bacterias y otros fluidos biológicos. No trates las heridas del gato con las manos desnudas. Asegúrate de usar unos guantes de vinilo o látex cada vez que limpies o revises la herida.
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    Mantén la herida limpia. Puedes limpiarla con agua limpia y tibia.[10] Sumerge en agua tibia un paño limpio o una toallita. Luego, usa el paño para limpiar todo el pus de la herida. Finalmente, enjuágalo y repite el procedimiento hasta que todo el pus visible haya desaparecido.
    • Lava cualquier secreción con un paño o una toallita empapada en agua tibia.
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    Retira las costras con cuidado. Si se forma una costra sobre la abertura de un absceso que todavía tenga pus dentro, puedes retirarla humedeciendo el área con un paño mojado tibio. No es necesario que te preocupes de las costras si no hay pus o inflamación. En caso de dudas, siempre llama primero al veterinario.
    • Para aflojar la costra que se haya formado sobre la herida del gato, moja una toallita en agua tibia. Luego, exprime el exceso de agua y coloca el paño sobre la herida. Sostenlo en esa zona durante unos cuantos minutos para suavizar la costra. Luego, limpia cuidadosamente la herida con el paño. Repite este proceso dos o tres veces hasta que la costra se suavice y deslice de la herida.
    • Los abscesos tardan aproximadamente entre 10 a 14 días en formarse, así que revisa el área con costra para determinar si comienza a enrojecerse. Si notas cualquier hinchazón o pus, lleva al gato al veterinario.[11]
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    Pregúntale al veterinario antes de usar agua oxigenada. El uso de agua oxigenada es controversial porque algunos estudios han demostrado que utilizarla en una herida abierta no tan solo es doloroso sino que también puede dañar más los tejidos infectados y retrasar su curación.[12] Lo más recomendable es usar agua del grifo o una solución especial antiséptica hecha de agua y polividona yodada.[13]
    • Para mantenerte en el lado seguro, pregúntale al veterinario de tu gato para determinar si el agua oxigenada es una buena alternativa para tratar su herida.
    • Si vas a usar agua oxigenada, asegúrate de diluirla en partes iguales. Luego, empapa una bola de algodón o un pedazo de gasa con la solución. Usa la bola de algodón para limpiar cuidadosamente los residuos y el pus de los bordes de la herida. No uses esa solución directamente sobre ella. Puedes realizar ese procedimiento de dos a tres veces al día.
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    Revisa la herida abierta. Obsérvala durante dos a tres veces al día. Cuando revises la herida, asegúrate de que no esté hinchada. La hinchazón indica que la herida está infectada. Si la herida está inflamada, llama al veterinario.
    • Cuando revises la herida del gato todos los días, presta atención a la cantidad de pus que secrete. A medida que los días pasen, la herida secretará menos pus. Si te parece que secreta más pus o la misma cantidad, llama al veterinario.
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    Evita que el gato se lama o mordisquee las heridas. Es importante que te asegures de que el gato no lama o mordisquee los drenajes o la herida porque las bacterias de su boca pueden empeorar la herida u ocasionar una infección.[14] Si te parece que el gato lame o mordisquea sus heridas o drenajes, llama al veterinario.
    • Para evitar que el gato se lama y mordisquee, quizá tenga que usar un collar isabelino mientras la herida se cure.
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Consejos

  • Revisa si el gato tiene heridas después de una pelea y observa si presenta signos de un absceso.
  • Si notas signos de un absceso, lleva al gato a un veterinario para que lo examine y le suministre antibióticos inmediatamente. De ese modo, reducirás la probabilidad de que desarrolle una infección más grave.
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Advertencias

  • Los gatos que pelean no solamente corren el riesgo de desarrollar abscesos, sino también propagan enfermedades peligrosas como la leucemia felina y la rabia. Haz que el gato esté al día en sus vacunas para mantenerlo a salvo y saludable.
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Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 34 101 veces.
Categorías: Gatos
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