La tiña es un trastorno micótico de la piel que comúnmente afecta a muchas especies, incluyendo a los caballos. Por lo general, el hongo es de la especie Trichophyton mentagrophytes o Microsporum. Desafortunadamente, este hongo y sus esporas son muy resistentes y pueden sobrevivir durante semanas fuera de un huésped, actuando como una fuente de infección inmediata para cualquier caballo que entre en contacto con estos. Debido a su naturaleza infecciosa, es importante reconocer los signos de que el caballo pueda tener tiña. De esta manera, podrás empezar a tratar el trastorno rápidamente y tomar las medidas para disminuir el riesgo de una mayor transmisión.

Parte 1
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Identificar la tiña

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    Busca signos de una infección por tiña. Un caballo puede tener la infección hasta tres semanas antes de que los signos se manifiesten y, por lo tanto, lucir completamente normal. Por lo general, el primer indicio de la infección son partes o mechones de pelo que no se pueden alisar y que permanecen parados. Esto se debe a que el hongo de la tiña invade el tallo del pelo y debilita el pelaje, lo cual hace que se levante en un ángulo extraño. Estos pelos son fáciles de arrancar a causa del daño en el tallo.
    • Las áreas de la piel que se frotan regularmente, como el cuello (a lo largo de la línea de las riendas) o detrás de los muslos en donde roza el cordel de la manta, son más vulnerables a la infección. La piel de estas áreas está ligeramente desgastada y debilitada por la fricción. Además, áreas como la nariz y el hocico están en mayor riesgo, pues el caballo se sumerge en el agua y en los comederos que usan otros caballos (posiblemente infectados).
    • La tiña vive de las células superficiales y muertas de la piel y del pelo, de modo que las lesiones aparecen en la superficie de la piel. A medida que la infección progresa, los pelos dañados se desprenden, dando lugar a pequeñas áreas peladas. A menudo hay varias partes que tienen una apariencia redonda, pelada y escamosa. Estas se agrupan a menudo en el cuello, la cruz o detrás de los muslos, aunque cualquier área puede quedar afectada.
    • A medida que la infección madura, las áreas peladas pueden fusionarse y formar áreas más grandes. Estas partes a menudo son escamosas y pueden tener un tinte gris, "como la ceniza del cigarrillo". Se pueden formar costras en el área pelada, pero no son un signo de curación, de hecho, las costras pueden proteger a los hongos y hacer que sean más difíciles de tratar.
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    Presta mucha atención a los caballos que tengan un riesgo alto de infección. Los caballos jóvenes y los caballos que hayan tenido contacto con un caballo infectado tienen un riesgo mayor. Los primeros tienen un riesgo alto porque su sistema inmunitario no ha tenido contacto con el hongo antes y, por lo tanto, no saben cómo combatirlo. Los caballos viejos, sobre todo los que han tenido una infección en el pasado, pueden desarrollar un grado de inmunidad que disminuya los efectos de la tiña en el futuro.
    • Desafortunadamente, una forma común de contraer la tiña es a través de otros caballos infectados. Eso puede suceder si el caballo se frota contra una cerca o un establo que otro caballo infectado haya tocado. De hecho, los arreos (como riendas, cinchas o sillas de montar) o los equipos (como botas de montar) pueden infectarse y ser una fuente de transmisión de un animal a otro.
    • Otro problema es que puede demorar hasta tres semanas antes de que un animal infectado muestre signos de la infección. Durante este tiempo el caballo puede estar en contacto con otros caballos o pueden meterlo a un tráiler en el que es posible que se frote contra las paredes, convirtiéndose en una fuente de infección para los demás caballos.
    • Sin embargo, recuerda que el hongo que produce la tiña está de forma natural en el ambiente y en la tierra. El contacto de la piel con el hongo puede llevar a la colonización y al desarrollo de una infección.
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    Haz que un veterinario diagnostique la tiña. Debes recibir un diagnóstico profesional para que puedas comprobar si el caballo está realmente infectado. El veterinario diagnosticará la tiña examinando muestras de pelos arrancados con un microscopio para detectar el hongo o las esporas micóticas, o colocando trozos de pelo sobre una placa especial de nutrientes que cambia de color en presencia de la tiña.

Parte 2
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Tratar la tiña

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    Aísla al caballo infectado. Debes limitar la transmisión de la infección, para lo cual debes mantener al caballo infectado alejado de los que no están infectados. Cuando sea posible, lo mejor es aislar al caballo durante 2 o 3 semanas durante y después del tratamiento para reducir el riesgo de la transmisión de la infección.
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    Evalúa si el tratamiento es necesario. En algunos casos, el sistema inmunitario del caballo combatirá la infección. En estos casos, la infección se considera “autolimitada”, lo que quiere decir que no es necesario ningún tratamiento para curar al caballo. Sin embargo, debido al riesgo de infección y de la diseminación generalizada de los hongos en el ambiente, es recomendable tratar la tiña antes de que siga su curso.
    • Puede tomar alrededor de 6 a 15 semanas para que tenga lugar la autocuración. Durante este tiempo, el caballo es una fuente de infección para los demás caballos.
    • Si las lesiones producen picor y el caballo se frota mucho, las áreas afectadas pueden infectarse y requerir atención veterinaria adicional. Los signos de infección incluyen enrojecimiento del área, inflamación, formación de costras o supuración (o secreción) del área.
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    Aplica un tratamiento tópico para la tiña. La primera línea de tratamiento es usar un tratamiento tópico que se frota sobre las áreas afectadas para atacar y matar al hongo. El producto aprobado para su uso en caballos contiene un medicamento llamado enilconazol (Imaverol). Este es un líquido que ataca a la estructura del hongo y mata las esporas. Se debe aplicar a la piel y al pelaje cada tres días al menos por cuatro tratamientos.
    • El Imaverol está concentrado y se debe diluir antes de usarlo. Debes añadir 1 ml de Imaverol a 50 ml de agua para hacer una solución al 0,2 %. Es mejor rociar al cabello entero durante el primer tratamiento para entrar en contacto con todos los hongos que estén presentes pero que aún no muestran signos de infección. Después de eso, puedes tratar las áreas infectadas solo con un margen de piel alrededor de estas para contrarrestar cualquier propagación lateral.
    • El Imaverol diluido debe entrar en contacto con el hongo, por lo tanto, las costras se deben eliminar antes. Puedes hacerlo sumergiéndolas en champú Malaseb (que contiene el agente antimicótico miconazol) y luego quitándolas o cepillándolas suavemente con un cepillo de dientes. Procura usar guantes para que tu piel no se infecte.
    • Después de eliminar las costras, seca cuidadosamente la piel para que el agua no diluya más el Imaverol debilitando así su efectividad.
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    Usa la solución de Imaverol restante para limpiar las riendas y el arreo para disminuir el riesgo de transmisión a través del equipo. También es recomendable fregar la madera y las superficies con una solución de lejía al 10 % para eliminar las esporas de la tiña, las cuales pueden ser una fuente de infección en el futuro.
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    Dale al caballo un medicamento oral para la tiña si el tratamiento tópico no es efectivo. El medicamento oral, como la griseofulvina antifúngica, se puede administrar en el alimento del caballo. Este tratamiento se suele reservar para los casos difíciles de tratar que son resistentes a la terapia tópica.
    • El caballo debe recibir el tratamiento diariamente durante 7 días. Sin embargo, este tratamiento funciona de adentro hacia afuera y tarda más tiempo en ser efectivo, pues el hongo tiene que entrar en contacto con la sustancia química en la sangre. Además, algunos de los hongos eliminados pueden seguir siendo potencialmente infecciosos.

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott, miembro del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios, es una veterinaria con más de 30 años de experiencia en cirugía veterinaria y práctica en animales de compañía. Se graduó de la Universidad de Glasgow en 1987 con un título en Medicina y Cirugía Veterinaria. Ella ha trabajado en la misma clínica de animales en su ciudad natal durante más de 20 años. Este artículo ha sido visto 4763 veces.
Categorías: Mascotas y animales