La forma en la que trates una herida ocasionada por un objeto incrustado variará según su gravedad. Si el objeto es pequeño y solo está incrustado en la superficie de la piel, puedes extraerlo y lavar la herida por tu cuenta. Sin embargo, no lo hagas si está incrustado profundamente. En ese caso, debes llamar al servicio de emergencias inmediatamente.[1]

Método 1
Método 1 de 3:
Lidiar con una herida grave

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    Llama a los servicios de emergencia si el objeto está incrustado profundamente. Si el objeto es grande o está incrustado profundamente en la piel o el músculo, extraerlo podría ocasionar más daño. También podría causar que la persona sangre gravemente. Llama a una ambulancia en caso de heridas graves como las siguientes:[2]
    • heridas de bala
    • heridas de cuchillo
    • accidentes de construcción
    • cualquier herida profunda
    • heridas producidas por metal o vidrio debido a un accidente de auto
    • heridas en el ojo
    • heridas profundas y sucias
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    Controla el sangrado mientras esperes a que la ambulancia llegue. Si sangras mucho, evita perder demasiada sangre. Si es posible, puedes hacerlo tomando las siguientes medidas:[3]
    • No extraigas el objeto. Hacerlo podría incrementar el sangrado. Además, un doctor debe realizar ese procedimiento. En lugar de eso, puedes reducir el sangrado presionando alrededor del objeto. Ten cuidado de no empujar el objeto más adentro. En lugar de eso, sostén los bordes de la herida juntos.
    • Eleva la herida sobre el corazón. Si la herida está en un brazo o una pierna, recuéstate. Luego, apoya la extremidad herida sobre una pila de almohadas.
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    Estabiliza el objeto incrustado en la herida. Si el objeto es grande y pesado, como un cuchillo u otro objeto que podría moverse, debe permanecer quieto. Si se mueve dentro de ti, podría ocasionar más daño. Puedes estabilizar el objeto vendando la herida cuidadosamente.[4]
    • Construye una capa de apoyo alrededor del objeto usando una gasa limpia enrollada para incrementar la estabilidad. Coloca esparadrapo a lo largo de la gasa enrollada formando líneas horizontales superpuestas en ángulos de noventa grados. De ese modo, el soporte tendrá la altura necesaria para que sea más estable.
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    Moninoréate para detectar si entraste en estado de choque. Perder mucha sangre puede causar que una persona entre en estado de choque. Este estado puede ser fatal, ya que el sistema circulatorio falla en distribuir la sangre y el oxígeno hacia los órganos de la persona.[5]
    • Los siguientes síntomas indican que una persona ha entrado en estado de choque: palidez, frío, piel húmeda y pegajosa, respiración superficial y rápida, vómitos, bostezo y suspiros, sed.
    • Si crees que tú (o la persona a la que trates) estás a punto de entrar en estado de choque, llama al servicio de emergencias e informa al personal sobre la situación. Si es posible, recuéstate y levanta las piernas sobre la cabeza. Cúbrete de manera que puedas mantenerte tibio y pídele a alguien que converse contigo para mantenerte despierto. No comas ni bebas nada.
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    Sigue las instrucciones del personal de emergencias cuando la ambulancia llegue. Dependiendo de la gravedad de tu herida, quizá deban transportarte a un hospital y tratarte ahí. Dile al personal médico todo lo que recuerdes sobre la forma en la que haya ocurrido la herida.
    • Después de ser atendido, quizá tu doctor te recomiende aplicarte la vacuna contra el tétano en caso de que hayan pasado más de cinco años desde que te la hayan aplicado o si la herida estaba sucia.[6]
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    Protégete de las enfermedades si vas a tratar a otra persona. La sangre puede transmitir enfermedades infecciosas como el VIH. La mejor forma de protegerte y proteger a la persona herida es usando equipo protector. De ese modo, tanto tú como la persona a la que atenderás estarán protegidos de las enfermedades que podrían tener.[7]
    • Usa guantes de látex si vas a tocar una herida sangrante.
    • Usa mascarillas, protectores oculares, protectores faciales y mandiles protectores si hay salpicaduras de sangre.
    • Lávate las manos después de quitarte los guantes. Lava todas las superficies que hayan entrado en contacto con la sangre y otros fluidos corporales.
    • Si la herida de la persona se produjo con un objeto filoso, ten cuidado de no cortarte mientras la trates.
    • Si en algún punto tu equipo protector se daña mientras trates a otra persona, tómate un momento para reemplazarlo.

Método 2
Método 2 de 3:
Extraer objetos pequeños

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    Lava la herida. Usa un jabón limpio y agua para lavarte las manos y limpia el área de la herida alrededor del objeto pequeño incrustado con un paño húmedo. De esa forma, minimizarás el riesgo de introducir suciedad y bacterias en la herida mientras extraigas el objeto.[8]
    • Examina la herida para verificar que el objeto esté justo debajo de la superficie de la piel. Es muy probable que puedas verlo y sentirlo. Si se trata de una astilla de madera, quizá incluso sobresalga ligeramente. Si es posible, usa una lupa para que puedas ver exactamente la forma en la que esté ubicada en tu piel.
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    Esteriliza un juego de pinzas. Puedes hacerlo limpiándolas con un paño humedecido en alcohol. El alcohol se evaporará de inmediato posteriormente.[9]
    • No es necesario que enjuagues el alcohol.
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    Toma el objeto con las pinzas. Jálalo usando el mismo canal por dónde haya entrado. Jálalo firmemente pero con cuidado.
    • No hagas movimientos súbitos y vacilantes ni gires el objeto. De lo contrario, la herida se agrandará.
    • Si el objeto es difícil de extraer, remojar la zona de la herida en agua salina tibia o rociarle agua con un chorro de vinagre durante unos cuantos minutos permitirá que el objeto salga a la superficie.
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    Lava la herida nuevamente después de extraer el objeto. De ese modo, limpiarás el área en la que haya estado el objeto. Deja caer el agua del grifo sobre la herida y lávala cuidadosamente con jabón.
    • Inspecciona la herida para asegurarte de que no hayan cuerpos extraños en ella.
    • Sécala cuidadosamente. No la restriegues con fuerza porque una vez que la limpies, debes dejar que se cierre y sane.
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    Aplica un ungüento antibiótico tópico de venta libre sobre la herida. De ese modo, evitarás que se infecte. Estos ungüentos (como los de la marca Neosporin o Polysporin) están a la venta en las farmacias locales.[10]
    • Cubre la herida con un vendaje. De ese modo, evitarás que la suciedad y las bacterias ingresen en ella mientras se sane.
    • Monitorea la herida para detectar síntomas de infección. Llama al doctor si el dolor se incrementa, la herida se hincha, se vuelve caliente, se torna roja o secreta pus.
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    Verifica la fecha en la que te hayan aplicado la última vacuna contra el tétano. Si la herida estaba sucia, quizá debas llamar al doctor y preguntarle si deberías aplicarte un refuerzo.[11]
    • Cuando llames, explica que tienes una herida que te preocupa. Dile al doctor la fecha en la que te hayan aplicado la última vacuna contra el tétano.

Método 3
Método 3 de 3:
Cuidar la herida mientras sane

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    Compra materiales para cambiar vendajes. Si te vendaste la herida, quizá debas cambiar el vendaje y limpiar la herida regularmente mientras se sane. Puedes comprar los materiales que necesitarás en una farmacia local. Tu doctor te dará una lista de lo que necesitarás. Esta lista probablemente incluya los siguientes materiales:[12]
    • gasa esterilizada
    • esparadrapo
    • vendas adhesivas o elásticas
    • jabón antibacterial o quirúrgico
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    Cambia el vendaje al menos una vez al día. Si el vendaje se moja o ensucia, cámbialo inmediatamente. De ese modo, evitarás que se infecte.[13]
    • Sigue las instrucciones del doctor para lavar la herida, aplicarle cualquier medicamento y vendarla.
    • Si te preocupa tu habilidad para cuidar la herida apropiadamente, pregúntale a tu doctor sobre los servicios de enfermería a domicilio. Quizá una enfermera pueda ir a tu casa diariamente para cambiar el vendaje.
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    Revisa la herida para detectar síntomas de infección. Cada vez que cambies el vendaje, examina la herida minuciosamente para determinar si está sanando. Llama al doctor inmediatemente si notas los siguientes síntomas que podrían indicar una infección:[14]
    • dolor cada vez más intenso
    • enrojecimiento
    • hinchazón
    • calor
    • secreción de pus y otros fluidos
    • pulsación en el área de la herida
    • manchas rojas que se extiendan desde el área de la herida

Acerca de este wikiHow

Anthony Stark, EMR
Coescrito por:
Miembro del servicio de emergencias médicas
Este artículo fue coescrito por Anthony Stark, EMR. Anthony Stark es un miembro del servicio de emergencias médicas certificado en Columbia Británica, Canadá. Actualmente trabaja para Mountain View Safety Services y anteriormente trabajó para el Servicio de Ambulancia de Columbia Británica. Anthony tiene una licenciatura en ingeniería eléctrica, electrónica y comunicaciones del Instituto de Tecnología de Georgia. Este artículo ha sido visto 7125 veces.
Categorías: Cortes y picaduras