Los perros algunas veces necesitan inyecciones. En este sentido, las vacunas que los protegen contra una variedad de enfermedades vienen en forma de inyecciones. Así, algunos medicamentos se deben suministrar de esa forma. Si te interesa aplicar vacunas a tu perro por tu cuenta, debes saber que hay beneficios. Aplicarle vacunas en casa podría reducir su nivel de estrés. Esto también puede reducir los costos de veterinario. No obstante, deberás conocer el protocolo adecuado antes de aplicarle una vacuna a tu perro. Además, tendrás que asegurarte de aplicarle la vacuna de manera correcta para que así dejes feliz y saludable a tu perro.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Prepararte para la inyección

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    Revisa los formularios de autorización. Cuando le compres las vacunas u otros medicamentos a un veterinario para aplicarlas tú mismo, tendrás que firmar un formulario de autorización. Lee ese formulario con cuidado. No solamente te brindará información valiosa, sino que también te ayudará a comprender tus responsabilidades cuando decidas aplicar inyecciones por tu cuenta.
    • Al firmar el formulario de autorización, aceptas toda la responsabilidad por la inyección de tu mascota y cualquier reacción o accidente que pudiera ocurrir. El formulario te advertirá de las reacciones alérgicas u otras que sean potencialmente mortales y que pudieran ocurrir, incluso si aplicas la vacuna de manera correcta.[1]
    • El formulario te advertirá que la vacuna podría ser ineficaz si está vencida, si se deja fuera de la refrigeradora mucho tiempo, si se aplica incorrectamente o si se expone al calor, a la luz del sol o a temperaturas bajo cero.[2]
    • Algunos formularios indican que si tú mismo aplicas la vacuna contra la rabia, las fuerzas del orden y los profesionales del cuidado de los animales no la aceptarán como válida. Asegúrate de saber si esta cláusula está presente en tu formulario y sus repercusiones. Se considerará legalmente que tu perro no recibió una vacuna contra la rabia, lo cual significará que muchas perreras no te permitirán que dejes ahí a tu mascota y es posible que tampoco puedas adoptar otros perros de refugios de animales, dependiendo de sus políticas.[3]
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    Haz que tu perro conozca la jeringa con anticipación. Si tu perro se siente nervioso por la inyección, pueden ocurrir accidentes. Familiariza a tu perro con la jeringa y haz unos toques de ensayo antes de aplicarle la vacuna real.
    • Si tu perro anteriormente recibió algunas vacunas en el consultorio de un veterinario, es probable que asocie jeringas con dolor y malestar. Para combatir eso, permite que tu perro mire, olfatee y palpe una jeringa vacía en un lugar cómodo de tu casa.[4]
    • Dale golosinas durante las sesiones de ensayo y otras formas de refuerzo positivo; por ejemplo, cuidados, elogios y juguetes. Querrás que tu perro asocie la jeringa con momentos positivos a fin de reducir el miedo y el estrés cuando realmente le apliques la inyección.[5]
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    Mezcla el líquido y el polvo. Algunas sustancias que se utilizan en las inyecciones, especialmente en las vacunas, vienen en dos frascos pequeños: uno de líquido y otro de polvo. Tendrás que mezclar el líquido y el polvo antes de aplicar la inyección.
    • Inserta la aguja de la jeringa en el frasco de líquido y tira el émbolo hacia arriba hasta que todo el líquido esté dentro de la jeringa.[6]
    • Inserta la jeringa en el frasco que contiene el polvo. Asegúrate de que todo el líquido se vierta dentro antes de sacar la jeringa.[7]
    • Agita el frasco. Asegúrate de que el polvo se disuelva completamente. No debe haber grumos ni residuos juntos en la parte inferior del frasco.[8]
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    Extrae la cantidad que deseas. Debes saber cuántos mililitros del medicamento o vacuna vas a aplicar a tu perro. Antes de aplicarle la inyección, extrae esa cantidad.
    • Inserta la jeringa en el frasco que tiene la mezcla de líquido y polvo. Tira hacia arriba hasta que tengas la cantidad de mililitros que deseas.[9]
    • Asegúrate de que no haya burbujas de aire. Si notas que hay alguna, presiona la jeringa, vacía el frasco y vuelve a intentarlo.[10]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Aplicar la vacuna

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    Familiarízate con los cuatro tipos de inyecciones. Existen cuatro tipos distintos de inyecciones que se aplican a los perros. Conoce los distintos tipos y cuál debes utilizar para la inyección que vas a aplicar.
    • Las vacunas subcutáneas se aplican justo debajo de la piel. La mayoría de las vacunas e inyecciones son subcutáneas. Normalmente se aplican en la piel suelta justo encima del lomo de un perro. Si aplicas la inyección tú mismo, utiliza siempre el método subcutáneo. Si el medicamento o vacuna indica específicamente que tienes que inyectarlo de otra forma, lleva a tu perro al consultorio del veterinario.[11]
    • Las vacunas intramusculares se inyectan en el músculo. Si no eres un profesional veterinario, es posible que te sea difícil localizar el músculo por tu cuenta. Si necesitas aplicarle una vacuna intramuscular a tu perro, lo mejor será llevarlo al veterinario.[12]
    • Las vacunas intranasales se inyectan en las fosas nasales con una herramienta especial que el fabricante provee. Debido a que los perros tienden a inquietarse durante el proceso y a que el equipo que se utiliza es difícil de conseguir, debes buscar a un veterinario que aplica vacunas intranasales.[13]
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    Busca una superficie plana. Debes utilizar una superficie plana y dura cuando le apliques inyecciones a tu perro.
    • Una superficie plana, como un mostrador o mesa, te permitirá tener bastante espacio al aplicar el medicamento. Si tienes un perro pequeño, busca un lugar que sea bajo en caso de que intente saltar del mostrador.[14]
    • Haz que un amigo o familiar esté presente. Tu perro se podría inquietar o luchar al sentir un pinchazo, incluso si normalmente es tranquilo. Por ello alguien debe estar presente para sujetar al perro durante la inyección.[15]
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    Levanta la piel de tu perro y haz que se forme como una bolsa usando tu dedo. Dado que aplicarás la vacuna con el método subcutáneo, lo mejor será que la apliques en la piel suelta que hay detrás del lomo.
    • Con la mano que no dominas, levanta la piel lejos del lomo. Usando tu dedo índice o medio de la mano que dominas (con la que sostienes la jeringa), pon la aguja en un ángulo de 90 grados con la superficie plana estirada de la piel. Jala hacia adentro a fin de formar una bolsa pequeña de piel. Así reducirás el riesgo de aplicar de manera accidental una inyección en un vaso sanguíneo.[16]
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    Aplica la inyección. Presiona la aguja en la piel de tu perro.
    • Antes de la inyección, tira un poco del émbolo. Si ves que sale algo de sangre, estás en una vena. Eso podría causar una lesión al perro. Retira la aguja, vuelve a llenar la jeringa con medicamento fresco e insértala de nuevo.[17]
    • Una vez que encuentres un lugar seguro, presiona lentamente el émbolo hasta que todo el líquido haya ingresado.[18]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Observar al perro posteriormente

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    Mantente atento a las reacciones de su piel. Es normal que haya algo de dolor después de una inyección; sin embargo, a veces también es una señal de infección o de una reacción alérgica. Revisa la piel de tu perro después de una inyección a fin de detectar cualquier señal de una reacción grave.
    • Las reacciones leves son muy comunes y se presentan en forma de bulto o hinchazón alrededor del lugar de la inyección. Eso podría durar unas horas, pero también puede permanecer hasta por una semana.[19]
    • Busca atención médica si observas que aparece urticaria, sarpullido o hinchazón en algún lugar fuera de la zona de la inyección, como en la cabeza o en el lomo. Eso es una señal de reacción grave y se necesita atención médica.[20]
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    Comprende que las reacciones son comunes. Las reacciones a las inyecciones son muy comunes, especialmente con las vacunas. Por lo general, los beneficios sobrepasan a los riesgos que implican. No obstante, tu perro podría presentar varios síntomas leves que deben desaparecer en una semana.
    • La fatiga y la fiebre baja son reacciones comunes a una inyección. Tu perro podría sentirse aletargado y tener poco apetito durante los días posteriores a la inyección.[21]
    • Tu perro también podría sentir dolor en la zona alrededor de la inyección. Ten cuidado al tocarlo después de sus inyecciones, especialmente si tienes algún contacto con su lomo.[22]
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    Determina el momento en que necesita atención veterinaria inmediata. Las reacciones alérgicas graves son raras; no obstante, pueden ocurrir ocasionalmente. Si ocurre una reacción alérgica grave, normalmente será dentro de los 20 a 30 minutos de aplicar la inyección y la señal más común será el colapso. Si tu perro presenta alguno de los siguientes síntomas, busca atención médica inmediata:
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Consejos

  • Si es posible, busca un amigo que tenga un perro propio para que te ayude con la inyección. Así, tu amigo probablemente sabrá cómo tratar de manera correcta a un perro y de un modo que le cause el mínimo estrés.
  • Es posible que desees considerar el uso de un bozal a fin de asegurarte de que no te muerda durante la inyección. Incluso los perros más amables muerden cuando se sienten asustados o reprimidos. Puedes comprar un bozal suave y cómodo en tu tienda local de mascotas o puedes asegurar la boca de tu perro envolviéndola con un trozo de gasa y atándolo con sus orejas.
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Advertencias

  • Intenta aplicar por tu cuenta solamente inyecciones subcutáneas. Los otros tipos son más difíciles y podría ser necesario un equipo especial. Estos otros tipos solo los debe intentar alguien que tenga una formación en medicina veterinaria.
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Acerca de este wikiHow

Ray Spragley, DVM
Coescrito por:
Veterinario
Este artículo fue coescrito por Ray Spragley, DVM. El Dr. Ray Spragley es doctor en Medicina Veterinaria y propietario / fundador de Zen Dog Veterinary Care PLLC en Nueva York. Con experiencia en múltiples instituciones y consultorios privados, las especializaciones e intereses del Dr. Spragley incluyen el manejo no quirúrgico de los desgarros del ligamento cruzado craneal, la enfermedad del disco intervertebral (IVDD) y el manejo del dolor en la osteoartritis. El Dr. Spragley tiene una licenciatura en biología de SUNY Albany y un título de Doctor en Medicina Veterinaria (DVM) de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Ross. También es terapeuta de rehabilitación canina certificado (CCRT) a través del Instituto de rehabilitación canina, así como acupunturista veterinario certificado (CVA) a través de la Universidad de Chi. Este artículo ha sido visto 110 513 veces.
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