Existen muchos tipos diferentes de gusanos que pueden infectar a los perros. Los de mayor preocupación son la ascáride, la solitaria, el gusano del corazón, el anquilostoma y el tricocéfalo. Si bien cada tipo de gusano tiene un ciclo de vida ligeramente diferente, los síntomas del perro pueden ser consistentes con diferentes tipos de infecciones por gusanos. Por lo tanto, no es posible determinar qué clase de gusano tiene tu perro solo en base a los síntomas, y puede ser necesario realizar algunas pruebas.[1] Sin embargo, conocer los síntomas, riesgos y características generales de diferentes tipos de gusanos puede ayudarte a cuidar y tratar a tu amigo canino.

Parte 1
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Identificar una infección por gusanos

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    Presta atención a los síntomas. Muchos de los síntomas de infecciones por gusanos son generales y no específicos. Por lo tanto, no es posible diagnosticar cuál tipo de gusano puede tener un perro solo en base a los síntomas. Sin embargo, síntomas en un perro al que no se le haya desparasitado recientemente deben causar sospechas de una infección por gusanos y provocar una investigación sobre qué tipo de parásito está presente.
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    Busca gusanos en las heces. A veces, incluso en un perro asintomático, puedes ver evidencia física de los gusanos en las heces de los perros. Si no tienes completa confianza en tu habilidad para reconocer gusanos, coloca el gusano en un recipiente de rosca y llévalo al consultorio veterinario para que lo identifiquen.
    • Llevar el gusano es mucho más útil para tu veterinario que describirlo, ya que la mayoría de gusanos tiene apariencias físicas similares a simple vista.
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    Identifica los síntomas gastrointestinales. Aunque los ciclos de vida varían, todos los gusanos en algún momento se desplazarán a través del intestino. Si los números son bajos, el perro puede no mostrar síntomas. Sin embargo, cuando números más grandes colonizan el intestino, pueden ocasionar irritación al revestimiento, lo cual da como resultado síntomas como malestar, diarrea (a veces con mucosidad o sangre), mal apetito y pérdida de peso.[2]
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    Recolecta una muestra fecal. Los gusanos ya sea viven en el intestino o transitan a través de él, por lo que, en ciertas etapas de su ciclo de vida, la evidencia de infección se elimina a través de las heces del perro. En una infestación copiosa, puedes ver gusanos en las heces, pero esto es menos común en infecciones leves. En cambio, ya sea huevos o larvas pueden estar presentes en las heces, lo cual es más fácil de detectar a simple vista.[3]
    • Recoge una muestra de las heces con el palo de una paleta o una cuchara descartable y colócala en un recipiente limpio de rosca que tenga una tapa ajustada (tu veterinario puede proporcionarte un recipiente específico para este propósito si no tienes nada apropiado).
    • Guarda la muestra a una temperatura por debajo de 30 grados Celsius (86 grados Fahrenheit) y déjala en el consultorio veterinario cuando puedas (la muestra no tiene que estar específicamente fresca para tener evidencia de gusanos).
    • Si tu veterinario te pide una muestra colectiva, toma muestras de las heces del perro una vez al día por 3 días seguidos, colocándolas en el mismo recipiente de recolección. Esto puede ser necesario si se sospecha un "falso negativo". La muestra colectiva reduce el riesgo de resultados poco fiables.
    • El veterinario puede realizar análisis fecales, los cuales involucran examinar una mancha de heces bajo el microscopio para buscar huevos o larvas de gusanos, o puede enviar las heces a un laboratorio externo para que las evalúen.
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    Pídele al veterinario un examen de sangre. Algunos gusanos que ocasionan enfermedades serias, como el gusano pulmonar o el gusano del corazón, pueden diagnosticarse con un examen de sangre. El veterinario extrae un pequeño volumen (1 a 2 ml o 0,03 a 0,06 onzas) del perro para obtener una muestra de prueba.[4]
    • Hay una variedad de exámenes disponibles, pero, en la práctica, la prueba de ELISA es la más común. La prueba busca la presencia de anticuerpos para el gusano del corazón y ocasiona un cambio de color si es positivo.
    • La mayoría de veterinarios en áreas de alto riesgo de gusano del corazón requieren una prueba anual como parte del chequeo físico del perro antes de renovar o prescribir un tratamiento preventivo mensual.
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    Evita el contacto con las heces y los gusanos. Algunos gusanos, como las ascárides, pueden transferirse de los perros a los humanos. Los niños pequeños que se infectan con ascárides pueden experimentar daños a la vista.
    • Los gusanos o las heces infectados con gusanos deben retirarse de las áreas de juego de los niños.
    • Las heces infectadas deben manipularse o recolectarse con guantes.
    • Siempre lávate las manos concienzudamente con jabón y agua después de manipular heces de animales.
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    Sé consciente de los factores de riesgo para tipos específicos de gusanos. Debido a que los gusanos pueden verse muy similares, una de las mejores formas de identificar el tipo de parásito que está afectando a tu perro es comprender los factores ambientales o situacionales que ocasionan cada tipo de gusano.[5]
    • Las ascárides a menudo se transmiten a los cachorros de una madre infectada porque los huevos y las larvas cruzan la placenta para infectar al cachorro en el vientre, y los huevos también se excretan en la leche de la madre. Se debe desparasitar a los cachorros como una práctica rutinaria.
    • Las solitarias son causadas por la ingestión por parte del perro de bichos o alimañas ya infectados con la solitaria, o por pulgas que contengan huevos de solitaria. Por lo tanto, es probable que los perros de caza o los perros con una infestación de pulgas adquieran la solitaria.
    • El anquilostoma y el tricocéfalo se desarrollan en tierra húmeda, y los perros con mayor riesgo son aquellos a los que se les mantenga en campos de hierba, especialmente en condiciones cálidas y húmedas. Estas infecciones son más comunes en perros en casetas que tengan acceso a campos herbosos comunitarios.
    • El gusano del corazón se transmite por medio de insectos como mosquitos y, por lo tanto, es endémico en ciertas áreas en donde los insectos sean más comunes. Las áreas de riesgo más alto incluyen el sureste y el medio oeste de los Estados Unidos y a lo largo de la costa atlántica de este país.
    • El gusano pulmonar se está volviendo más prevalente y se propaga por medio de las heces de zorro, las babosas y los caracoles. El contacto con cualquiera de estos es considerado un factor de riesgo.

Parte 2
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Distinguir los tipos de gusanos

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    Documenta cualquier síntoma o factor de riesgo que se aplique a tu perro. A veces, la mejor forma de diagnosticar el tipo de gusano es documentar los factores de riesgo para el perro. Toma notas del ambiente del perro, de sus hábitos y del clima. Asegúrate de documentar también la severidad y duración de cualquier síntoma de enfermedad y proporcionar la información a tu veterinario si sospechas de una infección.
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    Busca características distintivas de los tipos de gusanos. Si gusanos o partes de gusanos son visibles en las heces o el vómito del perro, podrías identificar el tipo de gusano. Si bien muchos gusanos se ven similares, cada uno tiene algunas características distintivas que pueden permitirte determinar la variedad del gusano.[6]
    • Las ascárides se parecen mucho a los espaguetis cocidos. Tienen una longitud promedio de 8 a 10 cm (3 a 4 pulgadas), pero pueden alcanzar los 18 cm (7 pulgadas) de largo. Tienen un perfil redondeado y cuerpos lisos.
    • Las solitarias son distintivas por sus cuerpos aplanados compuestos de segmentos. La longitud varía con la especie, pero tienen un promedio de 50 a 250 cm (20 a 98 pulgadas) de largo. Si ves solitarias en las heces o el vómito, es probable que sean segmentos individuales, no toda la solitaria.
    • Los anquilostomas y tricocéfalos son mucho más pequeños que las ascárides o las solitarias. Generalmente tienen entre 0,5 a 2 cm (0,2 a 0,8 pulgadas) de largo y son extremadamente delgados, como una hebra de hilo o un mechón de cabello. Su tamaño pequeño tiende a hacerlos parecer translúcidos y pueden ser más difíciles de ver sin examinarlos de cerca.
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    Busca síntomas respiratorios o cardiacos. Los gusanos pulmonares y del corazón infestan los vasos sanguíneos y ya sea el corazón o los pulmones. Esto puede ocasionar síntomas como tos, jadeos o respiración acelerada, falta de energía o incluso un colapso y la muerte.[7]
    • Los gusanos pulmonares y del corazón pueden interferir con la coagulación de la sangre, por lo que algunos perros muestran el alarmante síntoma de sangrado incontrolable después de una lesión menor.
    • Cualquiera de estos síntomas debe motivar una visita inmediata al veterinario. Aunque los tratamientos pueden ser costosos, es más probable que el tratamiento rápido tenga un resultado favorable.
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    Revisa en busca de paquetes de huevos. Una señal segura de la presencia de la solitaria son paquetes de huevos pegados al pelaje del perro, cerca del ano. Esto sucede cuando las solitarias maduras liberan a los huevos hacia dentro del lumen intestinal, después de lo cual los huevos salen por el ano, lo que también puede ocasionar comezón alrededor del anillo anal.[8]
    • Estos paquetes de huevos parecen semillas de ajonjolí o pequeños granos de arroz pegados al pelo cerca del trasero del perro.
    • Si observas cuidadosamente, a veces puedes ver moverse a estos pequeños objetos color crema parecidos a unas semillas.
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    Revisa la complexión del perro. Debido a que los gusanos, particularmente la solitaria, absorben los nutrientes de la comida del perro y hacen que haya menos de estos disponibles para el huésped, los perros infestados de gusanos pueden tener una mala cobertura de grasa sobre sus huesos pero barrigas hinchadas debido al exceso de gusanos en su intestino. La apariencia clásica de un cachorro con gusanos es un perro huesudo y al que se le ven las costillas, con una barriga abultada y un pelaje opaco.
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    Lleva una muestra de un gusano o huevo al veterinario de tu perro. La mejor forma de diagnosticar el tipo específico de gusano es dejar que los profesionales lo hagan. Ellos podrán examinar los gusanos o los huevos bajo el microscopio y tienen experiencia identificando diferencias mínimas entre los tipos de gusanos.[9]
    • Con los huevos de gusanos, las diferencias pueden ser sutiles, como una forma ovalada en lugar de redonda, o tener un tapón en uno o ambos extremos.

Parte 3
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Prevenir o tratar a los gusanos

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    Identifica y trata a los gusanos rápidamente. Las infecciones tienden a empeorar mientras más tiempo se dejan sin tratar. Una infección con un gran número de gusanos adultos, conocida como una infección "copiosa", puede tener efectos adversos en el bienestar general del perro, así que identificar a los gusanos antes de que la infección se vuelva "copiosa" es la mejor estrategia.
    • Algunas infecciones por gusanos caninos pueden ocasionar enfermedades gastrointestinales, como diarrea.
    • Algunas infecciones por gusanos pueden en última instancia ocasionar la muerte del perro, particularmente con gusanos del corazón o pulmonares.
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    Administra un medicamento preventivo mensual contra el gusano del corazón. Particularmente si vives en un área de alto riesgo con muchos mosquitos, debes darle a tu perro un medicamento preventivo mensual contra el gusano del corazón. Los medicamentos preventivos contra el gusano del corazón requieren una prescripción.
    • La mayoría de veterinarios requiere un resultado negativo de la prueba de gusanos del corazón para prescribir un medicamento preventivo.
    • Muchos medicamentos preventivos contra el gusano del corazón tienen sabor a carne y son masticables, lo que los hace más fáciles de administrar.
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    Mantén a tu perro libre de pulgas. Debido a que algunos gusanos se transmiten por medio de las pulgas, mantener a tu perro libre de pulgas con un tratamiento regular también puede ayudarlo a mantenerse libre de gusanos.
    • Algunas empresas fabrican una combinación de los tratamientos contra el gusano del corazón y las pulgas en una misma tableta masticable.
    • También es posible administrar un tratamiento tópico mensual contra las pulgas. Este generalmente se aplica sobre el cogote del perro, en la parte trasera de su cuello.
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    Restringe el acceso de tu perro a ambientes dañinos. Asegurar que tu perro se mantenga lejos de ambientes que sean más propicios a gusanos puede ayudar a eliminar la necesidad de desparasitarlo.
    • Mantén a tu perro lejos de áreas cálidas y herbosas compartidas con otros perros que no hayan sido desparasitados.
    • No dejes que tu perro entre en contacto con animales salvajes o de presa.
    • Evita los climas cálidos y húmedos que tengan altas poblaciones de insectos, como pulgas o mosquitos.
    • No dejes que tu perro coma o se frote contra las heces de otros perros o animales salvajes.
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    Administra un antiparasitario si es necesario. Si tu perro tiene gusanos, es posible que tengas que administrar un antiparasitario. Un protocolo preciso de desparasitación depende de los factores de riesgo individuales del perro, y es mejor discutirlo con tu veterinario.[10]
    • La mayoría de antiparasitarios son sustancias en polvo que pueden mezclarse con la comida del perro u otro vehículo, como el yogur natural (consulta a tu veterinario antes de darle a tu perro alimentos hechos para humanos).
    • La mayoría de antiparasitarios tienen que administrarse solo una vez, pero, si tu veterinario prescribe fenbendazol, tendrás que administrarlo repetidamente en el transcurso de varios días. El fenbendazol es un antiparasitario muy leve que se usa con frecuencia en los cachorros pequeños.
    • Asegúrate de leer las instrucciones en el empaque del antiparasitario y consulta a tu veterinario antes de darle a tu perro cualquier tipo de medicamento.
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    Realiza visitas regulares al veterinario. Hacer que un veterinario revise regularmente a tu perro lo mantendrá en buena salud general. El veterinario tendrá la oportunidad de identificar problemas antes de que se vuelvan extremos y ocasionen daños duraderos a tu compañero canino.

Consejos

  • Recoge las heces de tu perro si estás caminando con él.
  • El control de pulgas es esencial en todo momento del año.
  • Evita dejar que tu perro olfatee o coma heces y otro tipo de tierra. Esto sucede mucho con los cachorros y es una forma segura de transmitir parásitos indeseados.

Advertencias

  • Las ascárides y anquilostomas pueden transmitirse del perro al humano, así que debes tener cuidado y saber cómo manipular las heces de tu perro apropiadamente. Habla con tu doctor si te preocupa que tú o cualquier miembro de tu familia hayan contraído los gusanos.
  • Los gusanos del corazón le ocasionarán un ataque cardiaco a tu perro si no se descubren y tratan de forma oportuna.
  • Si cualquier infección por gusanos se deja sin tratar por mucho tiempo, la infestación podría a la larga ocasionar la muerte.
  • Si tu perro muestra cualquier señal de fatiga o diarrea y vómitos, consulta a un veterinario inmediatamente.

Referencias

  1. "Prevalence of canine parasites based on fecal flotation". Iagburn, Lindsay, Vaughan et al. Compendio sobre la educación continuada para el veterinario en ejercicio 18, págs. 483-509.
  2. Veterinary Parasitology. Taylor, Coop y Wall. Editorial Wiley-Blackwell.
  3. "Prevalence of canine parasites based on fecal flotation". Iagburn, Lindsay, Vaughan et al. Compendio sobre la educación continuada para el veterinario en ejercicio 18, págs. 483-509
  4. Veterinary Parasitology. Taylor, Coop y Wall. Editorial Wiley-Blackwell.
  5. "Diagnostic Parasitology". Conboy. Revista Veterinaria Canadiense, 37 (3), págs.181-182.
  6. Veterinary Parasitology. Taylor, Coop y Wall. Editorial Wiley-Blackwell.
  7. Veterinary Parasitology. Taylor, Coop y Wall. Editorial Wiley-Blackwell.
  8. "Diagnostic Parasitology". Conboy. Revista Veterinaria Canadiense 37 (3), págs.181-182.
  9. "Prevalence of canine parasites based on fecal flotation". Iagburn, Lindsay, Vaughan et al. Compendio sobre la educación continuada para el veterinario en ejercicio 18, págs. 483-509.
  1. Veterinary Parasitology. Taylor, Coop y Wall. Editorial Wiley-Blackwell.

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott, miembro del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios, es una veterinaria con más de 30 años de experiencia en cirugía veterinaria y práctica en animales de compañía. Se graduó de la Universidad de Glasgow en 1987 con un título en Medicina y Cirugía Veterinaria. Ella ha trabajado en la misma clínica de animales en su ciudad natal durante más de 20 años. Este artículo ha sido visto 410 968 veces.