Izquierda caviar en Perú

El término en el Perú fue adoptado como un reemplazo del adjetivo «cívicos» a quienes apoyaron el legado político del gobierno transitorio[nota 2] de Valentín Paniagua,[31] término anterior usado por el propio Alberto Fujimori;[32] siendo el diario Expreso que presentó por primera vez en los años 2000.[33] En 2004, el periodista Herbert Mujica Rojas lo usó por primera vez y resaltó que la expresión gauche caviar fue antes utilizada por el periodista francés Alain de Benoist.[34][35] Previamente se atribuyó el origen del término a Mujica,[36] a partidarios de Alberto Fujimori[37] e incluso el diario Correo.[38] Según el politólogo Alberto Vergara, el uso de este mote se basó en una «manifestación lingüística de nuestra precariedad política»,[39] en que desarrolló este término en su artículo de Poder 360° «¿Qué es esto de lo caviar, el caviarismo y la caviarada?» en 2010.[40] El periodista Eloy Jáuregui dedujo, del artículo político de Vergara, que este formó parte de la «jerga centralista limeña» de esa década.[40]

Según la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, el histórico líder del APRA, Alan García, fue crítico con movimientos «pitucos» de la izquierda, sin señalar aquel preyorativo.[41] Mientras que en su gobierno promulgó la Ley 28925, que forzó la supervisión del Estado en los organismos sociales,[42] es en 2008, cuando se mantuvo crítico de las organizaciones no gubernamentales y la presencia de las Casas del ALBA.[43] Una de sus posturas de García se mostró en las publicaciones de El Comercio; en la publicación recurrió el concepto de «caviares» ejemplificado en un el grupo opositor denominado «perros del hortelano».[44] Para 2018, comentó haber percibido definitivamente una «guerra caviar-comunista» contra su concluido gobierno.[45]

La expresión empezó a popularizarse en 2006 por el entonces candidato a la presidencia regional de Lima Kenji Fujimori, quien durante un mitin suyo acusó de «izquierda caviar» a la izquierda peruana, particularmente crítica contra su padre Alberto Fujimori, en ese momento en proceso de extradición de Chile a Perú. A partir de entonces, y sobre todo tras la sentencia de culpabilidad de Fujimori en 2009, la expresión «caviar» fue repetida profusamente por la derecha y el fujimorismo como una etiqueta agresiva aunque sin saber claramente su significado;[46] que llegó a boca de la máxima representante política, Keiko Fujimori.[47] Los mismos simpatizantes mostraron rechazo de organismos «caviares» al notaron una aparente politización de por medio,[33] en el cual acusaron a Fujimori de «criminal» y no como un «héroe».[48]

Los diarios de derecha Expreso y La Razón también tomaron el término para aludir a personas y organizaciones que no siguen con el legado contra el terrorismo, en especial, cuando se conformó la Comisión de la Verdad.[49] Una muestra del diario Expreso es cuando tituló «La verdadera amenaza es la izquierda caviar» a las declaraciones de Mauricio Mulder.[50] En cambio, La Razón reportó que el congresista Edgar Núñez Román refirió una teoría conspirativa vinculada a la Defensoría del Pueblo, ente peruano responsable de proteger los derechos de los ciudadanos, supuestamente dominada por un «"lobby" de representantes de las ONG de la "izquierda caviar" vinculadas al campo de derechos humanos, quienes están buscando convertirse en "los nuevos intocables" del país».[51]

Posteriormente, y como nuevo intento de liberar a Alberto Fujimori de la prisión, uno de los ministros del gobierno, Daniel Figallo, fue presionado por el fujimorismo en 2014, cuando el congresista de ese momento, Rolando Reátegui, le pidió que «se quite la careta de caviar» y así concretar el indulto hacia el sentenciado Alberto Fujimori.[52] Kenji Fujimori compartió la misma idea y también calificó con ese peyorativo.[53] La relación hacia aquellas personas que se negaron a liberar al expresidente permaneció incluso en palabras de Luis Galarreta, cuando asumió el cargo de secretario general de Fuerza Popular en 2019, cuando describió que «muchas de esas situaciones [contra Fujimori] que se escuchan hoy como negativas son inventadas, como que el ex presidente fue condenado por lesa humanidad, otra falsedad de la caviarada».[54]

Desde entonces, la acusación de «caviar» perdió su significado original y se flexibilizó de casi toda la izquierda limeña hacia activistas y organismos no gubernamentales[55][56] y aquellos que carecen de filiación con el izquierdismo.[57] El expresidente del Tribunal Constitucional Ernesto Blume describió en 2023 como un colectivo de «autodenomados progresistas», en que si se discrepa de ellos es considerado de «conservador [u] homofóbico».[58]

Ántero Flores-Aráoz, en su columna del diario Exitosa, señaló tal peyorativo como una «chapa» (apodo) a quienes promueven ideas progresistas, cuyo término es opuesto a la «derecha bruta y achorada» (de Juan Carlos Tafur), frase referida a quienes promueven a puño y letra tendencias conservadoras.[59] En tal caso, autores como Moraga Núñez (2023) destacaron como una aparente narrativa surgida de la zona de Lima,[60] para supuestamente teorizar un contrahegemónica por parte de una nueva corriente política,[61] en donde los promotores de la narrativa se rehuían del diálogo entre sus adversarios.[62] De hecho, y como parte de la evidencia de las «dos visiones diferentes del país», el excongresista del departamento de Tacna por Frente Amplio, Jorge Castro Bravo, afirmó que expresión del «grupo caviar» caló en la población limeña, mientras fuera de ella se percibe como «el centralismo limeño contra las otras provincias».[63]

Por otro lado, la Pontificia Universidad Católica del Perú fue tildada por los conservadores como supuesto lugar de mayor adoctrinamiento donde se engendraría ideas de la izquierda caviar.[64] La institución universitaria señalada estuvo en un conflicto entre los puntos religioso y laico, en que supuestamente a solicitud de José de la Riva Agüero y Osma se evitaría cualquier otra influencia ajena a la religiosa.[65] Según Eudoro Terrones Negrete, este fue el sucesor de los «Wisconsin Boys»,[nota 3] que «[en] la década del 90 [diseñaron] un plan para excluir a la Iglesia Católica del manejo de la universidad sobre todo en la administración y venta de las propiedades».[67]

Con el pase del tiempo, el término se consolidó en diversas situaciones políticas en el ámbito nacional. Según Martín Tanaka el mejor ejemplo que tuvo posterior influencia del adjetivo fue la moderación a las posturas supuestamente radicales durante el gobierno de Ollanta Humala,[68] supuestamente influenciado por Velasco Alvarado y contra el globalismo, calificada como una «traición».[69] Con la llegada de Pedro Pablo Kuczynski, una de los congresistas de Fuerza Popular, Karina Beteta, alertó que el apoyo con movimientos menos conservadores como Hilary Clinton en Estados Unidos seguirían con la «línea caviar»;[70] mientras tanto, desde Ginebra, la asumida vicepresidente Mercedes Aráoz calificó a los «caviares limeños» por tener una cobertura a favor de la comunidad indígena tras los hechos del denominado Baguazo.[71] El calificativo llegó incluso al analista de la sección «América» de Mundiario, Renatto Bautista Rojas, al percibir el surgimiento de una «dictadura caviar» por parte de la «hegemonía en la prensa peruana, en la Fiscalía y el poder fáctico» a causa de la crisis política de los años 2010.[72]

En el caso de las elecciones generales de 2021, el excandidato presidencial Rafael López Aliaga realizó una campaña a todos aquellos calificados de «caviares» y evitar una supuesta llegada de la supremacía comunista.[73] López Aliaga acusó a ese colectivo de ser la «peor desgracia para el Perú»,[74] y ejemplificó que «esta gente falsa de la "caviarada" [...] vende a un Acuerdo de Escazú [y] nos expropia el derecho a los peruanos de decidir sobre nuestro propio patrimonio».[75] La campaña se derivó con simpantizantes del Fujimorismo en el plan Chapa tu caviar (peruanismo de «Atrapa tu personalidad caviar») para acosar a figuras políticas.[76][77][78] El resultado fue una crisis electoral en los meses siguientes.

Con el tiempo electos congresistas mostraron un marcado rechazo. El congresista de derecha Jorge Montoya catalogó de «comunistas y caviares» al antifujimorismo, por considerarlos partícipes del rechazo hacia la lideresa del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori.[79] En cambio, el otro congresista Juan Lizarzaburu compartió por ser «más claro, el agua» las declaraciones de La Resistencia, colectivo hostigador de la conspiración caviar, cuando José Maelo comentó: «no entiendo porqué la gavilla "caviar" y los zurdos están llorando» el cambio de dirección de la electa vicepresidenta Dina Boluarte frente a una amenaza «destructora del sistema» de la izquierda peruana.[80]

El abogado y periodista de derecha Aldo Mariátegui justificó el término «caviar» como «ese sujeto que defiende los DDHH, que se 'acomoda' en las ONG donde hace dinero y se siente revolucionario 'a pesar' de su condición de 'blanquito' [en sentido racial-social] de cierta universidad».[93] Agrega un matiz: los «caviares» son una «izquierda blanca» (racial) que «despreció a Patria Roja por cholos», siendo además personas que consumen bienes y servicios caros. El periodista fue uno de los críticos de la corriente política, quien estableció a la PUCP como «madre del actual caviar-humalismo»,[94] además de los movimientos en contra de las amnistía de Alberto Fujimori.[95] En 2023 el propio periodista negó la existencia del espectro centro en el término, aunque especificó el grupo no está conformado por «una izquierda como la marxista o la comunista, pero son marxistoides, son de izquierda».[96]

Por otro lado, sus opiniones ganaron fama contra políticos no muy ligados con la izquierda como Valentín Paniagua, por estar supuestamente influenciado de izquierda política;[97] caso que ocurrió también con Pedro Pablo Kuczynski, en que Mariátegui acusó de cambiar su postura política luego de apoyar a Verónika Mendoza, rival de la candidata de derecha Keiko Fujimori.[98] Además usó la combinación «fujicaviar» hacia Augusto Álvarez Rodrich, tras revisar una artículo de opinión hacia la entonces alcaldesa de Lima Susana Villarán, porque «antes fuiste apologista de Fujimori y ahora quieres pasar 'caleta' (desapercibido)».[99] Cabe señalar que el abogado es detractor de la izquierda, cuando realizó un debate con Jorge Castro Bravo en 2017.[100]

En 2008 Mariátegui elaboró en el diario Correo, cuando era director del medio, una serie de preguntas tomadas del blog del periodista Carlos Meléndez para distinguir si el lector estuvo identificado de ese término que lo denominó «Caviarómetro».[101] En 2012, en el mismo diario, Mariátegui describió de forma algo simplificada un perfil de la persona señalada por la derecha peruana como «caviar» (en sustantivo), según él son «caviares» también los jóvenes que se sienten «subyugados por lo 'políticamente correcto' porque se sienten especiales, inteligentes, interesantes y nada generosos si son 'zurdillos'; porque sus románticos idealismos los vuelven 'socialconfusos'; porque no han gozado de las 'mieles' de las políticas de izquierda (Velasco, Sendero, la hiperinflación) y han tenido todo fácil; porque los derechos humanos están de moda; porque hay que dar la contra; porque les gustan las marchas; porque la moda zurda (anteojitos raros, bufandas, etc...) es más chic; porque hay que ser ecologistas, 'gatófilos' y hasta medios panteístas con los cerros y lagunas; porque la izquierda es supuestamente más permisiva con las conductas sexuales y las drogas».[102]

Existen varios ejemplos notables de personas aludidas a ese adjetivo como Mario Vargas Llosa, calificado como tal por su apoyo al proyecto de construir un Museo de la Memoria en 2009, cuya financiación era rechazada por el gobierno aprista de turno;[103] además del el entonces ministro de Justicia Francisco Eguiguren Praeli,[104] quien fue acusado por Rafael Rey y Luis Giampietri por autorizar a la Corte IDH en investigar la operación Chavín de Huántar (realizada durante el mandato de Fujimori).[105][106][107]

Además, la periodista Rosa María Palacios fue tilidada de «caviar» en diversas ocasiones,[108] en un aparente intento de desprestigiarla.[109] Palacios ganó relevancia en la política en 2011 luego que su programa Prensa Libre fuese el único que en televisión invitó a víctimas de la masacre de La Cantuta a que opinaran sobre el intento de indulto a Alberto Fujimori,[110] idea que había sido planteado y apoyado por políticos fujimoristas y apristas[111] durante la campaña electoral 2011.[112][113][114][115] Después asumió como columnista en el medio La República, en que señaló que tanto Augusto Álvarez y Mirko Lauer, el medio y ella «pertenecemos a la derecha caviar» a partir de las declaraciones de Vladimir Cerrón en los años 2020.[116]

El impacto de la palabra «caviar» llegó a organismos y activistas de derechos humanos,[117][118] en que se formaron campañas contra el construido Museo de la Memoria (Lugar de la Memoria y la Tolerancia) en 2018.[119] De hecho, Fernando Rospigliosi aludió en 2023 que la Open Society (de George Soros) tuvo supuesto responsable de concebir la influencia caviar del país, al mencionar como financiador del Instituto de Defensa Legal y otros organismos.[120]

El guionista Eduardo Adrianzén mencionó que en los últimos años de la década de 2010 el término fue usado para los presidentes que no tuvieron afinidad con las ideas de la derecha peruana conservadora como Martín Vizcarra y Francisco Sagasti;[121] siendo uno de ellos al excongresista Ricardo Burga, quien justificó en una sesión de 2021 que de la Fiscalía no quiere ser instrumento político «contra los opositores al gobierno caviar y comunista de Vizcarra y Sagasti».[122]

Uno de los detractores de Vizcarra, Jorge Castro Bravo, argumentó tal influencia del entonces mandatario en el cambio de representantes de la Junta Nacional de Justicia, en que «hemos visto que han propuesto a determinado grupo caviar»;[123] peyorativo que compartió posteriormente el excongresista Natale Amprimo.[124] En cambio, el expresidente entre 2020 y 2021 Francisco Sagasti fue directamente uno de los aludidos con ese adjetivo en su gobierno,[125] incluido del el congresista de izquierda Guido Bellido,[126] cuyo resultado según el exoficial mayor del Parlamento José Elice fue impedir que se realice su retrato en el ente.[127] En 2023, Sagasti admitió que si bien la derecha recurría ese término para aludir a la izquierda política al final comentó «cada uno usa la palabra caviar como le da la gana».[128]

Además, se aludió Diego García-Sayán, quien fue presidente de la Corte IDH (2010-2014), y porque en retrospectiva siendo Ministro de Justicia del gobierno de transición (2000-2001) liberó vía procedimientos regulares a 155 inculpados de terrorismo (con detenciones arbitrarias y condenados irregularmente).[129][130][131] El periodista Umberto Jara señaló en el libro Historia de dos aventureros. Toledo y Karp que cuando García-Sayán asumió cargos importantes, «integrantes de la izquierda caviar lograron [...] imponer por encima de la verdad real la potente verdad virtual», en referencia a las dos «verdades» (percepciones) contadas sobre la participación de Sendero Luminoso durante la época de terrorismo en el país.[132] El militar retirado Eduardo Fournier denunció al expresidente de la Corte IDH por «[excarcelar] a gran cantidad de terroristas e incluso publicó sus nombres en el diario oficial»,[133] mientras que Pedro Pablo Kuczynski refirió el caso de excarcelamiento como un «debate caviar».[134]

En 2014, durante la audiencia del Estado Peruano (bajo el gobierno de Ollanta Humala) ante la Corte IDH para exponer el caso de la sentencia emitida por el juez Javier Villa Stein a favor del Grupo Colina, el magistrado Pérez Pérez preguntó por el significado de «caviares», epíteto aplicado por Villa Stein a los organismos de DDHH. El procurador del Estado peruano respondió que no sabía y pidió que los abogados de las víctimas respondan. Tras ello, una de las representantes de las víctimas del terrorismo comentó: «Esa es una expresión que se está utilizando de manera digamos despreciativa para determinados organismos de Derechos Humanos así algunos sectores de la izquierda, señalando que pueden expresar una vinculación hacia los Derechos Humanos o hacia los pobres pero que en el fondo les gusta vivir de una manera diferente, holgada, comiendo exquisiteces como el caviar».[46] Meses después, Villa Stein respondió a sus detractores que «el caviar es un arribista sin convicciones» y culpó a Ollanta Humala de «[estar rodeado] de estos parásitos, de la ‘caviarada’ que está trabajando con él»,[135][136][137] además criticó el doble discurso «caviarconversa» de Keiko Fujimori al aparentar elogios a la Comisión de la Verdad y Reconciliación en Estados Unidos en 2015.[138]

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, vinculada a la Corte de la OEA, fue posteriormente responsable de investigar a los fallecidos durante la convulsión social de los años 2020. Sin embargo, esta fue duramente criticada por el político Víctor García Toma, ciudadanos en contra del terrorismo[139] y personas afines al fujimorismo, cuyo partido político Fuerza Popular señaló en un comunicado que el informe «plasma otras consignas de la izquierda peruana».[140] Además de posturas conservadoras de izquierda y derecha para romper el Pacto de San José,[141] Fernando Vivas, de El Comercio, explicó que existe un sesgo de los congresistas que respaldan la idea de retirar Perú de la CorteIDH.[142]

Además, CIDH estuvo en la mira de la electa congresista Patricia Chirinos por aparentemente «entrometerse» en el juicio político contra Zoraida Ávalos.[143] Chirinos, quien propuso un juicio político contra la Junta Nacional de Justicia, explicó en sus propias palabras en 2023 que «todos los caviares empezaron a salir de sus madrigueras para defender, no a la señora Ávalos, sino sus intereses y el poder que han acumulado en los últimos años», en que se negó apoyar a la exfiscal porque el mencionado colectivo supuestamente entró en «confabulación con malos políticos y funcionarios».[144]

Con el gobierno de Pedro Castillo, el populismo de derecha y afines fueron críticos hacia él, marcada por una fuerte crisis política. En julio de 2021, Martha Chávez mostró su apoyo a Fuerza Popular (que entró en la segunda vuelta en las elecciones de ese año) para «enfrentar como un solo puño la embestida del caviaraje que pretende neutralizar hoy y a futuro las potestades del Congreso de la República».[145][146] Para 2022, durante una conferencia en la Interamerican Institute for Democracy en Estados Unidos, la electa vicepresidenta de Congreso, Patricia Chirinos, acusó que la «izquierda caviar» convirtió al Estado en una «agencia de empleos».[147] Posteriormente aquella afinidad parlamentaria buscaría tomar medidas a otras instituciones que percibieron como una extensión del grupo acusado como la Sunedu,[148][149] en que Esdras Medina señaló que el grupo conformado «se ha convertido en una Gestapo» de supuestas ideas progresistas.[150]

No obstante, parte de la izquierda peruana se acercó a la expresión para también descartar ideas progresistas con el señalado gobierno. El político de izquierda Vladimir Cerrón, quien lideró el partido político representado por Castillo, se enteró de una aparente «conspiración caviar» apenas asumido el nuevo mandatario en julio de 2021.[151] Un mes después del cambio de mando, vaticinó que si no se cumple la promesa de cambiar la Constitución de 1993, «el pueblo tendrá el concepto de una caviarización [a lo Ollanta Humala]».[152] A finales de 2021, el líder político prefirió comparar con el calificativo «caviar» con sus adversarios, en que denomina la «izquierda criolla».[153] En ese tiempo, el excandidato vicepresidencial de Castillo optó denominar su alianza con otras bancadas de su afinidad como «anticaviarismo»,[154] en que justificó en una publicación a mediados de 2023 de su sitio web, recogida por Expreso, que «la coincidencia en algunas votaciones de perulibristas y fujimoristas nacen de un espontáneo anticaviarismo, para lo cual no se necesita ni siquiera la mínima conversación, pues es un enemigo común para los que quieran leerlo como tal».[155]

Esta crítica de Cerrón a sus adversarios se notabilizó cuando presenció que parte de los ministerios están «controlados por el caviarismo [...] para consolidar un poder económico, político, militar y energético»;[156] con la designación de Pablo Sánchez de Francesch como viceministro de Gobernanza Territorial en la Presidencia del Consejo de Ministros, el político observó que había trabajado «como director en ONG Grufides donde también fue directora Mirtha Vásquez y el cura [Marco] Arana».[157] Con el tiempo, Cerrón señaló que la «caviarada» presentada por parte de sus congresistas «ha sido expectorada del partido» Perú Libre, que forma parte.[158]

La inesperada posición de alguien sin asociarse con la constitución fujimorista tuvo la admiración de la vicepresidenta parlamentaria Martha Moyano, a quien eligió colaborar con Perú Libre que a «un caviar o un "niño" (en relación al caso Los Niños relacionados a la supuesta red de corrupción de Castillo)».[159] Sin embargo, su posición tuvo varias interpretaciones y repercusiones. Según el analista Alberto Adrianzén para el portal español Público, Cerrón cambió la línea contra la formada postura izquierdista de Castillo tras anunciarse «una alianza tácita con el fujimorismo».[160] El historiador Antonio Zapata comentó en La República que el líder de izquierda «tiene claro el panorama, al sostener que los caviares son el rival más peligroso y que para derrotarlos no duda en realizar acuerdos puntuales con la derecha reaccionaria».[161] En el portal Ojo Público, el politólogo Rodrigo Gil Piedra sustentó que la alianza entre «izquierdistas y derechistas radicales», estratégicamente, «olvidan que se peleaban a muerte por sus posiciones [...] para así poder avanzar en su agenda moral conservadora contra [...] la izquierda “caviar”, [declarado por Vladimir Cerrón como] "un enemigo más peligroso que la ultraderecha neofascista"».[162] Así mismo, el escritor Mirko Lauer señaló en 2023 que a partir de la semejanza entre espectros opuestos (Fuerza Popular y Perú Libre) se resume en que el «nuevo eje momio todo derecho ciudadano y toda norma progresista o moderna son materializaciones de lo que llaman caviar».[163]

A finales de de 2021, una parte de la bancada de Perú Libre negó apoyar al gabinete de Mirtha Vásquez por supuestamente representar a la «izquierda caviar»,[164] posiblemente vinculada con posturas más moderadas y progresistas.[165] Varios congresistas respondieron al respecto: Kelly Portalatino acusó a Vásquez de «representa al caviar, a las ONG's y a un sector que nunca ha estado al servicio del pueblo»;[166][167] mientras que Margot Palacios calificó al nuevo gabinete de «caviar y neoliberal que siempre gobernaron con [Alejandro] Toledo, Ollanta [Humala], PPK y otros apoyados por la derecha»;[168] asimismo, Alex Flores lamentó la incompatibilidad con los ideales del cerronismo cuando el referido «gabinete caviar no garantiza de ninguna manera ese cambio que nosotros ofrecimos en campaña».[169] Este rechazo, fue apoyado incluso por el entonces «asesor presidencial» de Castillo, Ricardo Belmont.[170] Si bien el bloque de Fuerza Popular y parte de Perú Libre votaron en contra finalmente,[171] Vásquez permaneció en el cargo hasta su renuncia en enero de 2022, caso que Cerrón señaló que su partido «le dio la razón al votar contra el Gabinete caviar».[172]

El congresista Guido Bellido, entonces de Perú Libre y anterior primer ministro, también se enteró la desconfianza hacia Vásquez; por lo que escribió en su cuenta de Twitter que Castillo debe tomar decisiones y evitar «seguir con la fórmula caviar» que se presencia «gobierno tras gobierno».[173] Al año siguiente, en 2022, Bellido acusó de un nuevo y aparente «operativo caviar» contra el sucedido premier Aníbal Torres, luego de la salida de uno de los ministros, Mariano González.[174][175] En 2023, el aún congresista confesó a Juliana Oxenford que aplica el concepto «caviar» cuando aquellos políticos de la izquierda «[terminan] en las faldas de la derecha», lo cual son convertidos en «operadores».[176]