¿Alguna vez has intentado ponerte de pie y has sentido un hormigueo o pinchazos en el pie? Cuando comprimes los nervios de la pierna o el pie, esta extremidad puede adormecerse de forma temporal. Aunque puede resultar incómodo por un rato, hay algunas cosas que puedes hacer para que esa zona vuelva a la normalidad. Empezaremos con algunos consejos sencillos para aliviar el pie de inmediato antes de pasar a las soluciones a largo plazo y así evitar que el problema vuelva a ocurrir.

Método 1
Método 1 de 11:
Date un masaje en los pies.

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    Frotarte los pies ayuda a aliviar las sensaciones más rápido. Masajea suavemente las plantas de los pies con las manos. Al principio, puede sentirse un poco extraño mientras recuperas la sensibilidad, pero sigue frotando el pie hasta que desaparezca el hormigueo. Mientras más te muevas y trabajes los músculos de los pies, más rápido volverán a la normalidad.[1]
    • Como alternativa, puedes colocar una pelota de tenis en el suelo y hacerla rodar por debajo de la planta del pie.
    • Utiliza tus lociones o aceites esenciales favoritos durante el masaje para disfrutar de un poco de aromaterapia.[2]

Método 2
Método 2 de 11:
Sacude el pie.

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    Mover el pie mejora la circulación. Dado que has cortado el flujo de sangre al pie, mueve los dedos del pie y sacude la pierna. Es posible que sientas un poco de incomodidad al inicio si tienes una sensación de pinchazos u hormigueo, pero pasará en uno o dos minutos a medida que se normaliza la circulación.[3]
    • Una vez que el pie se sienta bien de nuevo, asegúrate de no volver a la posición que lo hizo adormecerse en primer lugar.

Método 3
Método 3 de 11:
Cambia la posición de las piernas.

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    Sentarte en la misma posición puede provocar un hormigueo en el pie. Si mantienes las piernas cruzadas o en posiciones extrañas, puedes cortar los nervios que adormecen tu extremidad.[4] Mueve las piernas de modo que no estén elevadas y solo relájate hasta que el pie vuelva a despertarse.[5]
    • Podrías sentir una ligera picazón en el pie tan pronto como te muevas. Es totalmente normal y solo indica que la circulación está regresando.

Método 4
Método 4 de 11:
Quita la presión del pie.

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    Aliviar los nervios comprimidos en el pie ayudará con cualquier hormigueo. Sentarte encima del pie corta los nervios y también hace que se adormezca, como si se doblara una manguera. Mueve el pie y mantenlo relajado para que los nervios se despierten. Volverás a la normalidad en un par de minutos.[6]

Método 5
Método 5 de 11:
Párate.

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    Levantarte y caminar alrededor favorece la circulación sanguínea. Párate con cuidado e intenta caminar un rato. Podrías sentir un hormigueo con cada paso del pie adormecido, pero esa es una señal de que la circulación está regresando y no durará mucho.[7]
    • A veces, pierdes la sensibilidad en el pie y no puedes soportar tu peso. Párate en el pie que está “despierto” al inicio antes de pisar con el que está adormecido.

Método 6
Método 6 de 11:
Ponte zapatos que te queden bien.

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    Prueba un par de zapatos distintos si tus pies se adormecen mientras te ejercitas. Primero suelta los cordones de los zapatos y dale a tu pie un poco de espacio para respirar y ver si eso alivia la sensación. De lo contrario, es posible que el zapato sea muy pequeño en otros lugares.[8] Ponte zapatos que agarren el talón con fuerza, soporten el arco del pie y te den suficiente espacio para mover los dedos del pie con facilidad.[9]
    • Quítate los zapatos cuando puedas de modo que los pies no queden tan apretados.

Método 7
Método 7 de 11:
Prueba la acupuntura para aliviar el hormigueo crónico.

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    La acupuntura aumenta el flujo sanguíneo de modo que las piernas tengan una mejor circulación. Durante la acupuntura, un profesional capacitado insertará agujas pequeñas en la piel para estimular los nervios. Si los pies se adormecen de forma crónica, este tratamiento ayudará a reducir el dolor y mejorar la circulación a largo plazo.[10]
    • El acupunturista podría insertar agujas en otras zonas además de los pies, ya que distintos puntos del cuerpo pueden contribuir a aliviar los síntomas.

Método 8
Método 8 de 11:
Ejercítate de forma regular.

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    El ejercicio mejora la circulación en las piernas de modo que sean menos propensas a adormecerse. A veces, el adormecimiento en las piernas se debe a la acumulación de placa en las arterias que limita la circulación. Dado que el ejercicio evita la acumulación, ayuda a acondicionar los músculos y mejora la absorción de oxígeno en los músculos, las piernas son menos propensas a adormecerse.[11] Haz todo lo posible por realizar 150 minutos de ejercicio intenso durante la semana.[12]
    • Incluso si no tienes mucho tiempo durante el día, divide los ejercicios. Por ejemplo, puedes dar una caminata corta por la mañana y hacer algo de levantamiento de pesas por la tarde.

Método 9
Método 9 de 11:
Duerme boca arriba.

Método 10
Método 10 de 11:
Deja de fumar.

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    Fumar contrae los vasos sanguíneos y puede provocar adormecimiento. Haz todo lo posible por dejar de consumir todos los productos del tabaco, puesto que contribuyen a la acumulación en las arterias, lo que reduce el flujo de sangre a los pies.[14] Si es necesario, utiliza un producto para dejar de fumar, como el chicle o el parche de nicotina, para que dejar ese hábito te sea más fácil.[15]
    • Dejar de fumar ayuda a aliviar el adormecimiento que provoca la diabetes y la enfermedad arterial periférica.

Método 11
Método 11 de 11:
Acude a un doctor o podólogo.

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    El hormigueo y el adormecimiento a largo plazo pueden ser signos de una afección más grave. Si tus pies se adormecen sin una razón evidente y esto ocurre de repente, es hora de consultar con un doctor. Menciónale tus síntomas y la frecuencia con la que experimentas esas sensaciones. El doctor puede cambiarte de medicamentos si el problema se debe a un efecto secundario o prescribirte medicamentos que te ayuden a aliviar el dolor de los nervios. Si sigues teniendo problemas en los pies, te recomendará un podólogo para ayudarte a localizar la causa.[16]

Consejos

  • Si nada funciona de inmediato, no te preocupes. Por lo general, la pierna vuelve a la normalidad en uno o dos minutos.[18]

Advertencias

  • Contáctate con tu doctor si experimentas debilidad repentina, dificultad para respirar o confusión junto con adormecimiento del pie, puesto que puede ser un signo de una enfermedad más grave.[19]
  • Evita los analgésicos comunes de venta libre, puesto que no suelen funcionar muy bien.[20]

Acerca de este wikiHow

Catherine Cheung, DPM
Coescrito por:
Podóloga certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Catherine Cheung, DPM. La Dra. Catherine Cheung es una podóloga que reside en San Francisco, California. La Dra. Cheung se especializa en todos los aspectos del cuidado de pies y tobillos, incluyendo reconstrucción compleja. La Dra. Cheung está afiliada a Brown & Toland Physicians y Sutter Medical Network. Ella recibió un diploma en Medicina Psicológica en la Facultad de Medicina Podiátrica de California, completó su residencia en el Centro Médico Encino Tarzana y completó una beca de investigación en el Centro Médico Kaiser Permanente de San Francisco. Está certificada por la Junta Americana de Cirugía Podiátrica. Este artículo ha sido visto 238 056 veces.
Categorías: Cuidado de los pies