Si tienes las uñas de los pies gruesas, quizás te sientas avergonzado de mostrar tus pies. La causa más común son los hongos, pero también pueden ser el resultado del envejecimiento, una lesión o un problema subyacente como la diabetes o la psoriasis. Por suerte, es posible tratar muchas de las causas de las uñas gruesas del pie.

Método 1
Método 1 de 3:
Cortar uñas gruesas de manera segura

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    Remoja los pies por 10 minutos en agua caliente y sécalos bien. Antes de intentar cortarte las uñas gruesas de los pies, ablándalas remojándolas en agua caliente al menos por 10 minutos. Cuando termines, sécate bien los pies, incluida el área entre los dedos.[1]
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    Córtate las uñas de los pies con un alicate para uñas. Usualmente, se asocia el cortaúñas con el corte de uñas, pero por lo general no tienen la fuerza necesaria para cortar uñas gruesas del pie. Mejor usa un alicate de uñas, pues tiene un mango más largo y fácil de agarrar que el cortaúñas convencional y está diseñado para cortar uñas en forma recta.[2]
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    Haz cortes pequeños y rectos en toda la uña. Los cortes pequeños contribuyen a que no se astille la uña, lo que puede ser un problema con las uñas gruesas. Cuando cortes, hazlo en línea recta a lo ancho de toda la uña. No redondees las esquinas, pues esto aumenta el riesgo de que aparezcan uñeros.[3]
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    Ten cuidado de no cortarte, especialmente si tu circulación es mala. Las enfermedades como la diabetes, que provocan que las uñas se engrosen, también podrían ser la causa de una mala circulación. El resultado es una menor sensibilidad en los pies, lo que quiere decir que es posible que no te des cuenta de inmediato si te cortas. Los cortes que no se tratan pueden provocar infecciones y complicaciones graves en la salud, así que presta mucha atención cuando te estés cortando las uñas.[4]
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    Límate el borde de las uñas suavemente con una lima para uñas de metal o cartón. Después de cortarte las uñas, usa cualquiera de estas limas para alisar los bordes afilados que podrían engancharse en tus calcetines.[5]

Método 2
Método 2 de 3:
Tratar uñas gruesas del pie

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    Ve al médico para determinar la causa. Puede ser difícil identificarla solo mirando los pies. Si te das cuenta de que tus uñas se están poniendo gruesas o están cambiando de color, ve al médico. Este hará preguntas sobre tu estilo de vida y otros problemas de salud que tuvieras, y tal vez te tome una muestra para enviarla a un laboratorio y comprobar si tienes una infección micótica.[6]
    • La causa más común de las uñas gruesas de los pies es la infección micótica o fúngica, también conocida como onicomicosis.
    • Las lesiones frecuentes en la uña del pie también pueden ser la causa del engrosamiento. Este problema se ve comúnmente en los deportistas, pero también podría ser el resultado de usar zapatos que no te quedan bien.
    • Otras causas son el envejecimiento y los problemas subyacentes como la psoriasis y la diabetes.[7]
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    Usa una prescripción antimicótica si la causa es una infección micótica. Si sufres de onicomicosis, el médico te recetará un tratamiento antimicótico. A veces, vienen en forma de crema o ungüento, o como medicinas orales. El médico también podría recomendarte un tratamiento láser para destruir el hongo.[8]
    • Tratar casos graves de infección micótica a veces requiere quitar la uña para poder llegar a todo el lecho ungueal que está debajo.
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    Remoja tus pies en vinagre si quieres una solución casera a los hongos. Se cree que el nivel de pH del vinagre destruye los hongos de las uñas. Llena un recipiente grande con una mezcla pareja de agua caliente y vinagre solo. Luego, remoja tus pies durante 30 minutos a la vez.
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    Trata los brotes de psoriasis con esteroides. Si sufres de psoriasis, un brote podría afectar las uñas de tus pies y hacer que se engrosen. Si este es el caso, el médico te recetará esteroides, que ayudan a reducir la inflamación relacionada con la psoriasis. Tal vez te prescriban esteroides orales, pero son más comunes las cremas tópicas con estos componentes.[9]
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    Púlete las uñas de los pies si la causa del engrosamiento es la edad. Las uñas se van engrosando con la edad. Aunque esta es una parte natural del envejecimiento, puedes reducir el grosor de tus uñas si las pules con una lima de cartón. Si lo prefieres, mándatelo a hacer en un salón de uñas que haga pedicuras.[10]
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    Evita golpear o presionar las uñas de los pies si se han engrosado a causa de una lesión. Si la causa de que se hayan puesto más gruesas fue que te lastimaste, asegúrate de tenerlas cortas, usa zapatos que te queden bien y trata de que nada esté en contacto con ellas. Si eres deportista, como un patinador de hielo, un jugador de fútbol o un bailarín, tus pies realizan muchos movimientos de alto impacto con frecuencia. Para protegerte las uñas, evita las patadas o los movimientos que hagan presión sobre ellas de forma directa.[11]
    • Otra causa del engrosamiento de las uñas es usar calcetines muy ajustados. Usa zapatos que te queden bien, en especial si vas a realizar actividades intensas.

Método 3
Método 3 de 3:
Evitar que las uñas de los pies se engrosen

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    Sécate bien los pies después de ducharte o nadar. Debes secártelos completamente después de nadar o ducharte para que se mantengan saludables. Si tus pies están húmedos, serán más propensos a las infecciones micóticas.[12]
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    Usa zapatos que te queden bien y dejen respirar a tus pies. Como los zapatos ajustados pueden provocar que las uñas de los pies se engrosen con el tiempo, asegúrate de que tus zapatos te queden bien y no hagan que tus dedos queden pegados. Además, escoge zapatos que los dejen respirar, lo que evitará que les aparezcan hongos.[13]
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    Usa calcetines limpios todos los días. Usar calcetines limpios y frescos te ayudará a mantener tus pies secos, así que ponte un par nuevo cada día. Si sudas mucho o te mojas los pies, tendrás que cambiártelos con mayor frecuencia.[14]
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    Usa sandalias en duchas públicas y en la piscina. Las infecciones micóticas prefieren los lugares cálidos y húmedos, así que es muy probable que estés expuesto a contraerlas en una ducha pública o una piscina. Protégete los pies con sandalias o zapatos para ducha.[15]

Acerca de este wikiHow

Miguel Cunha, DPM
Coescrito por:
Podólogo certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Miguel Cunha, DPM. El Dr. Miguel Cunha es el fundador de Gotham Footcare y es un podólogo con sede en Manhattan, Nueva York. El Dr. Cunha es un cirujano de pie y tobillo con experiencia en el tratamiento de una amplia gama de afecciones de pie y tobillo, desde problemas menores hasta cirugías reconstructivas complejas de pie y tobillo. El Dr. Cunha recibió su diplomado en Medicina Psicológica en la Facultad de Medicina Podológica de la Universidad de Temple y completó su residencia como jefe de residentes en el Centro Hospitalario de Washington y la Universidad de Georgetown, donde se especializó en traumatismos de las extremidades inferiores, recuperación de extremidades inferiores y cirugía reconstructiva del pie y el tobillo. El Dr. Cunha es miembro de la Asociación Americana de Medicina Podológica, la Asociación Médica Podológica de Nueva York, el Colegio Americano de Cirujanos de Pie y Tobillo, y está certificado por la Junta en Medicina Podiátrica. Este artículo ha sido visto 105 837 veces.
Categorías: Cuidado de los pies