En esta época moderna, muchos no leen por placer. Hay muchas razones por las que esto sucede. Algunos creen que la lectura demanda demasiado tiempo o esfuerzo. Otros quizás nunca disfrutaron las lecturas escolares y no se imaginan haciéndolo por placer. Algunos simplemente nunca estuvieron en un ambiente que promovía el amor por la lectura. Sin embargo, esta actividad puede mejorar significativamente la experiencia vital, además hay maneras de hacerla más agradable, ya sea que leas frecuentemente o solo por los trabajos de la escuela o del trabajo. Como escribió cierta vez George R. R. Martin, autor de la saga Juego de tronos: “Un lector vive mil vidas antes de morir. El hombre que nunca lee vive solo una vez”.

Método 1
Método 1 de 3:
Buscar el material de lectura correcto

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    Reflexiona por qué quieres leer. La gente lee por diversos motivos diferentes. Antes de escoger un libro, considera qué quieres sacar de esa experiencia. A algunos les gusta leer libros que les enseñan habilidades nuevas, ya sean sobre lenguajes de programación o habilidades para cazar o acampar. A otros les gusta la narrativa, ya sea ficcional o biográfica, porque los transporta a otros tiempos, mundos o situaciones. Piensa primero con qué te gustaría irte después de leer.[1]
    • Será más probable que aprendas a amar la lectura si te conectas con algo que tenga algún significado para ti. Si para ti la lectura es un ejercicio o algo que te “debe” gustar, es probable que no te deje un impacto significativo.
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    Identifica qué quieres leer. Cuando ya sepas si quieres aprender, entretenerte u otro objetivo, puedes reducir la gama de tipos de libros según tu respuesta. Por ejemplo, saber solamente que quieres una historia entretenida no te dirige necesariamente entre la poesía, la literatura, la ficción popular, las memorias y demás tipos de escritura, los que brindan una narrativa entretenida.
    • Prueba hacer una búsqueda en Internet sobre libros populares en el área que has elegido. Así tendrás una lista de sugerencias donde podrías empezar.
    • Consulta con tu bibliotecario local. Los bibliotecarios con gusto te harán recomendaciones para leer. Cuando sepas qué es lo buscas de tu lectura, pregúntale a tu bibliotecario si conoce algún libro relacionado.
    • Habla con los empleados de tu librería local. A la mayoría de los trabajadores de las librerías les encanta la lectura y los libros. Ellos pueden ser una gran fuente de recomendaciones. Hablar con apasionados por la lectura, ¡podría incluso encender la chispa en ti!
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    Toma en cuenta el género que crees que disfrutarás más. Puedes delimitar tus opciones de lectura incluso más una vez que escojas un tipo general de escritura tomando en cuenta el género que quieres. Si te has decidido por la ficción popular, por ejemplo, puedes escoger entre el terror, la ciencia ficción, lo histórico, la fantasía, el romance, el misterio o libros más realistas que toman un enfoque menos fantasioso de sus personajes y ambientes.
    • Como otro ejemplo, si decides que quieres leer libros de historia de no ficción, entonces toma en cuenta la época y los temas que más te interesan. Un libro sobre el día D en Normandía durante la II Guerra Mundial evidentemente será una experiencia de lectura muy diferente a un libro sobre la política del senado romano alrededor de la época de Julio César.
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    Prueba el género escogido para buscar escritores que vayan contigo. Incluso dentro de un género específico, el estilo de cierto escritor podría no gustarte debido a su voz particular. Esto puede deberse a la época en cuando se escribió el libro, al tono, al punto de vista o por diversos otros motivos. Si no te gusta un libro en el género que crees que más te podría gustar, procura identificar el porqué.
    • Por ejemplo, si decides que quieres leer novelas de terror, las novelas más antiguas como Frankenstein o Drácula serán muy diferentes a las de Stephen King o Clive Barker.
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    Haz conexiones entre la lectura y otros intereses. Quizá seas un apasionado de las causas sociales u otro tema. Busca libros relacionados a los temas que te apasionan o que enmarcan el tema en un contexto más amplio.[2]
    • Recuerda que también puedes leer más que libros. Otros materiales de lectura pueden ser revistas impresas y en línea, blog y demás recursos.
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    Deja de leer los libros que no te gustan. Algunos a veces se sienten obligados a terminar un libro aunque no les guste. Si tratas de leer hasta el final una novela de 300 páginas que no te gusta, desarrollarás aversión a la lectura, no un amor por ella. Muchos libros pueden demorarse un poco mientras desarrollan el ambiente y los personajes, pero si no te “enganchas” después de 50 a 75 páginas, no tiene nada de malo pasar a otro.
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    Recuerda que la lectura es profundamente personal. La lectura no es una competencia. Es una actividad profundamente personal y subjetiva. No tienes por qué sentirte culpable por no encontrarle nada bueno a la premiada novela de la que todo el mundo habla. Tampoco debes sentirte avergonzado si realmente te encanta algo que algunos consideran “poco culto”, como los cómics o novelas de romance. Lee lo que te guste y no te compares con nadie.
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Método 2
Método 2 de 3:
Desarrollar una rutina de lectura que te encante

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    Crea o busca un buen ambiente de lectura. Busca un lugar tranquilo, bien iluminado y cómodo. Incluso puedes tener tu rincón de la lectura en tu dormitorio. Las distracciones constantes pueden dificultarte la concentración, y a nadie le gusta leer los mismos pasaje una y otra vez. Para muchos, buscar el ambiente apropiado para leer puede ser tan importante como buscar el libro perfecto.[3]
    • Hay quienes sufren de sensibilidad a la luz, lo cual les causa dolores de cabeza al leer. Evita una impresión de alto contraste, un papel brillante y luces fluorescentes.[4]
    • Tampoco tienes que limitarte a leer en tu casa. Ve a cafeterías, cafés o bares de tu zona.
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    Fija un horario para leer. Prueba fijar cierto tiempo para leer todos los días. Aunque solo sean 10 minutos en el descanso del almuerzo, 20 minutos en el bus y 15 minutos antes de acostarte, acumulados suman 45 minutos del día leyendo.[5]
    • Incluso puedes convertirlo en una especie de juego. Fija una meta diaria de tiempo de lectura y prémiate cuando la alcances. Con el tiempo, podrías descubrir que la lectura es de por sí un premio.
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    Siempre lleva un libro contigo. Uno nunca sabe cuándo encontrará unos minutos extra para leer. Las situaciones como estar sentado en salas de espera, en el transporte público, esperando a un amigo en un restaurante, entre otras, son cuando tendemos a sacar nuestros celulares y enviar mensajes de texto o entrar a Facebook. Al tener un libro en el bolso, podrás ayudarte a desarrollar el amor por la lectura.[6]
    • Si tienes un lector electrónico, podrás llevar toda una librería contigo. Las opciones son infinitas.
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    Ten una lista de lectura. Ya sea en una libreta, en una nota en tu celular u otro lugar, procura tener una lista de libros de los cuales has oído y te gustaría leer.[7] Recordar títulos y autores es difícil, y llegar a la librería y no acordarse de nada es frustrante. Pero al tener una lista a la mano, siempre recordarás qué libros parecen interesantes.
    • Si estás en la biblioteca o librería y ves un libro que te intriga, tómale foto a la tapa. Así, lo recordarás después.
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    Busca autores o sagas que te gusten. Cuando encuentres un autor cuyo estilo te encante, prueba hacer una búsqueda de sus demás libros. Aunque la trama o el tema de los demás libros del autor no te llamen mucho la atención, tu gusto por su estilo de escritura puede llevarte a disfrutar libros inesperados. Prueba buscar otros libros escritos por el autor que realmente te gusta.
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    Socializa en torno a la lectura. Averigua sobre clubes literarios o grupos de lectura que se especialicen en los libros que disfrutas. Si bien la lectura puede ser una actividad más solitaria que mirar películas o programas de televisión, no necesariamente tiene que ser así. Los libros pueden ser tan divertidos para hablar con otras personas como otros medios.[8]
    • Buscar estos grupos locales no siempre es fácil, así que recuerda buscar también comunidades de lectura en Internet.
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    Prueba los audiolibros. A veces, la escuela, el trabajo o demás obligaciones podrían no dejarte con el tiempo libre que te gustaría para leer. En estas situaciones, prueba escuchar audiolibros para seguir obteniendo tu dosis de libros diaria.[9] Escuchar un libro leído en voz alta te mantendrá cautivado con la lectura cuando no tengas tiempo de leer un libro físico.
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    Visita tu biblioteca local. Los impuestos se usan para financiar las bibliotecas, por eso debes tratar de leer la mayor cantidad de libros gratis que puedas (siempre que recuerdes devolverlos o renovarlos a tiempo).
    • Muchas bibliotecas públicas incluso prestan libros electrónicos que puedes leer desde casa.
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    Ve a una librería. Las librerías, ya sean cadenas grandes o negocios pequeños, son excelentes lugares para buscar si prefieres tener tus propios libros. A veces, estar rodeado de libros y libros es lo único que se necesita para volver a encender la pasión de leer cosas nuevas.
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Método 3
Método 3 de 3:
Ayudar a los niños a amar la lectura

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    Ofrece una opción. Un motivo por el cual a muchos estudiantes y jóvenes no les gusta leer es porque siempre piensan que es “obligatorio”, y nunca una opción. Si les ofreces la opción de leer, donde tomes en cuenta sus intereses, habrá más probabilidades de que aprendan a amar la lectura.[10]
    • La opción de cómo leer también puede ser útil. Por ejemplo, los periodos de lectura en clase pueden ser muy útiles para algunos estudiantes, mientras que otros tienen que estar solos en casa para concentrarse bien.
    • La opción de qué leer puede ayudar a los jóvenes a comprender que la lectura no siempre es aburrida. Además de los clásicos, bríndales opciones como revistas y cómics.
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    Brinda un ambiente que fomente la lectura. Si en tu casa no hay muchos libros ni otros materiales de lectura, será más difícil que tu hijo o hija vea que la lectura puede ser una actividad agradable para pasar el tiempo libre. Ten libros divertidos e interesantes en tu casa.[11]
    • Da un buen ejemplo leyendo. Si tus hijos te ven disfrutando un buen libro, es más probable que agarren uno para leerlo.
    • Prueben leer juntos en familia. Crear una asociación positiva entre la lectura y el tiempo libre familiar puede ayudar a quitar la presión de los jóvenes a “desempeñarse bien” en su lectura.
    • Crea un “espacio de lectura”, ya sea en tu clase o en tu casa. No tiene que tener otras distracciones y debe ser un agradable refugio pequeño donde tu hijo pueda disfrutar leer.
    • Usa libros como premios. Ofrécele a tu hijo ir a la librería para comprar unos cuantos libros nuevos como premio por hacer los quehaceres o sacarse buenas calificaciones en la escuela. Ayúdale a ver que la lectura puede ser divertida y satisfactoria.
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    Fomenta la creatividad. No hay motivo para que la historia termine al cerrar la tapa del libro. Anima a los jóvenes a involucrarse en la lectura de manera creativa.[12]
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    Sé un adulto de apoyo y ánimo. Un motivo por el cual los niños podrían sentirse incómodos al leer es que tienen la preocupación de no comprender lo leído y dar la respuesta “incorrecta”. Apoya y anima a los lectores jóvenes.[13]
    • Nunca le digas a un lector joven que su opinión o interpretación está “mal”. Más bien, pregúntale cómo llegó a esa opinión. Esto le ayudará a poner en palabras cómo formuló sus ideas y ayudará a enseñarle cómo perfeccionar sus habilidades de lectura.
    • Si un lector joven te dice que le cuesta entender la lectura, ten paciencia. No le hagas sentir tonto o ignorante por no entender el material. Más bien, hazle preguntas para descubrir dónde está la confusión y guía a tu niño a tener habilidades más sólidas.
    • Acepta todos los comentarios, por más “errados” o inexactos que parezcan, como una contribución valiosa. Recuerda que puede ser atemorizante para los lectores jóvenes o inexperimentados incluso dar sus opiniones. Si la idea es imprecisa o necesita corrección, haz más preguntas del tema en vez de rechazarlo de plano.
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Consejos

  • Muchos deciden que no les gusta leer porque los libros que tuvieron que leer en la escuela eran aburridos. Recuerda que las escuelas suelen regular lo que leen los alumnos, y dichos libros no representan en lo absoluto la diversidad de lecturas disponibles.
  • Lee con un amigo para hablar luego del libro.
  • Prueba leer obras de teatro. Muchos inmediatamente piensan en Shakespeare, pero en realidad puede ser cualquier obra. Esta es una experiencia lectora muy diferente y muchos lo encuentran agradable.
  • Para algunos, leer un poco sobre la vida del autor ayuda. Si te gustan los libros de determinado autor, procura averiguar un poco sobre su vida. Esto te ayudará a que el libro sea más divertido. También te ayudará a tener más información sobre el autor, la manera en que se concibió libro, entre otras cosas.
  • Una vez que sepas qué estilo te gusta leer, asegúrate de diversificarte de vez en cuando. Uno nunca sabe cuándo podría encontrar otro favorito.
  • Pídeles sugerencias a personas que sepas que tienen gustos similares a los tuyos.
  • Recuerda no limitarte solo a los libros. Ten presente que hay un gran número de revistas, periódicos, sitios web, etc. que te podrían encantar.
  • Pídeles consejos a los demás. Si hay alguien en tu familia que le guste leer pídele consejos, si no hay alguien en tu familia, busca a algún maestro o amigo.
  • Empieza con libros ligeros. Recuerda que un viaje de mil millas comienza con un paso. Es recomendable empezar por El principito, un libro muy bonito y fácil de leer. Si no tienes ese libro empieza por la Biblia. También puedes pedirles libros prestados a tus amigos y a medida que los vayas leyendo los devuelves y pides libros nuevos.
  • Toma notas. Anota todo lo que te haya gustado del libro que estés leyendo.
  • Busca un lugar cómodo para leer. Un buen libro, un buen sillón, buena luz y algo rico para beber hará que tu experiencia sea fantástica.
  • Ve a la biblioteca ya sea de tu escuela o alguna que conozcas. Comienza a leer libros y verás cómo empiezan a mejorar tus calificaciones, vocabulario, conocimiento y cultura.
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Advertencias

  • Si tienes que leer por un motivo ajeno al placer (para investigar o aprender a hacer algo), recuerda que muchas fuentes no son confiables, especialmente Wikipedia.[14] Por otro lado, muchos consideran que los libros de texto de las escuelas tienen cierto sesgo bajo ciertas circunstancias.[15]
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Categorías: Lectura y comprensión
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