En vez de tirar las semillas de calabaza después de una sesión de tallado de calabaza, ¡puedes asarlas para hacer un bocadillo delicioso! Lávalas con agua fría del grifo antes de secarlas y asarlas en el horno hasta que estén doradas. Puedes añadir los condimentos que quieras y las convertirás en un bocadillo picante, dulce o simplemente lleno de sabor.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Sacar las semillas de la calabaza

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    Quita la tapa de la calabaza para acceder a las semillas. Si todavía no lo has hecho, usa un cuchillo afilado para cortar un círculo alrededor del tallo de la calabaza. Asegúrate de que la tapa tenga el ancho suficiente para que tu mano entre cómodamente. Quita la tapa cuando termines de cortarla.[1]
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    Usa una cuchara grande para sacar las semillas de la calabaza. Entre más grande sea la cuchara, más semillas podrás sacar con cada pasada. Raspa las paredes de la calabaza para soltar las semillas y la pulpa. Tómate el tiempo de sacar la mayor cantidad de semillas posible.[2]
    • También puedes usar tus manos o un objeto de cualquier kit para tallar calabazas.
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    Echa todas las semillas y la pulpa a un tazón grande. A medida que vayas sacando las semillas, échalas junto con la pulpa a un tazón que tenga el tamaño suficiente para que entre todo. Quita trozos grandes de pulpa de las semillas mientras las echas al tazón; no te preocupes por separar cada una de las hebras.[3]
    • Si vas a sacar las semillas de una calabaza más pequeña, no necesitarás un tazón tan grande.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Lavar y secar las semillas

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    Echa las semillas a un colador y lávalas con agua fría. Esto ayudará a soltar la pulpa y las hebras de las semillas, lo cual facilitará su lavado. Pon el colador lleno de semillas debajo del chorro de agua y usa tus manos para mover las semillas suavemente.[4]
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    Saca las semillas del colador y ponlas sobre un secador de cocina. Una vez que estén casi limpias, sácalas del colador y ponlas sobre un secador de cocina limpio. Si todavía quedan algunas hebras grandes adheridas a las semillas, hálalas si puedes.[5]
    • También puedes ponerlas sobre papel toalla, aunque pueden pegarse.
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    Seca las semillas dándoles toques leves con un secador de cocina. Espárcelas sobre el secador y dales toque leves para asegurarte de que estén lo más secas posibles. Ponlas en un tazón cuando ya estén secas.[6]
    • En vez de darles toques leves, también puedes agitarlas en el colador para quitar el exceso de agua.
    • Si las semillas todavía siguen húmedas una vez en el horno, no se asarán bien debido a la humedad.
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Añadir los condimentos

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    Mezcla las semillas con aceite o mantequilla. Una vez que las semillas limpias y secas estén en un tazón, viérteles aceite de cocina o mantequilla derretida para bañarlas ligeramente. Usa una cuchara grande para mezclarlas con el aceite o la mantequilla para que cada una esté cubierta de manera uniforme.[7]
    • Usa aceite de canola, aceite de oliva o aceite vegetal.
    • La cantidad de aceite o mantequilla que uses dependerá de la cantidad de semillas de calabaza que vayas a asar, pero lo mejor es empezar con una cantidad pequeña, porque después podrás añadir más, si quieres.
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    Añade los condimentos de tu preferencia. Pueden ser condimentos, tales como salsa inglesa, ajo en polvo, páprika, sal, pimienta, en fin, tus favoritos. Espolvorea la cantidad deseada de condimento en el tazón de semillas de calabaza.[8]
    • Experimenta con el tipo y la cantidad de condimentos. Échalos en cantidades pequeñas antes de añadir más.
    • Si quieres un sabor simple, pero rico, solo añádeles sal y pimienta.
    • Puedes echar condimentos como chile en polvo, condimento de cajún o condimento para cangrejo, si quieres un sabor más intenso.
    • Condimenta con azúcar, canela y nuez moscada si quieres un bocadillo dulce.
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    Revuelve bien las semillas de calabaza con una cuchara grande. Revuélvelas suavemente y asegúrate de que las semillas estén cubiertas de manera uniforme con el aceite o la mantequilla y los condimentos de tu preferencia. Si observas que muchas de las semillas no tienen condimento, puedes espolvorearle a la mezcla un poco más sin ningún problema.[9]
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Hornear las semillas

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    Precalienta el horno a 180 °C (350 °F) y prepara una bandeja para hornear. Forra una bandeja para hornear con papel vegetal para evitar que las semillas se peguen, aunque también puedes usar papel aluminio. Cuando el horno ya esté precalentado, estarás listo para asarlas.[10]
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    Esparce las semillas de manera uniforme por la bandeja. Echa las semillas condimentadas a la bandeja para hornear forrada y espárcelas con una cuchara. Asegúrate de que no estén aglomeradas y de que estén en posición horizontal para que se asen de manera uniforme.[11]
    • Si las semillas terminan apiladas, procura hornearlas en 2 tandas más pequeñas para que se asen parejo.
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    Hornéalas de 20 a 30 minutos y revuélvelas ocasionalmente. Saca la bandeja del horno cada 10 minutos y mueve las semillas con una cuchara de madera u otro utensilio de cocina (esto es para asegurarte de que cada semilla se ase de manera uniforme). Cuando ya estén doradas, ¡estarán listas![12]
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    Consúmelas tibias o déjalas enfriar a temperatura ambiente. Cuando las hayas sacado y el horno esté apagado, usa una espátula para echar las semillas a un tazón u otro plato para servir. Puedes comerlas mientras todavía siguen tibias del horno o déjalas enfriar por unos cuantos minutos.[13]
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    Guárdalas en un recipiente hermético por un aproximado de 1 semana. Si quieres guardar las semillas de calabaza asadas, ponlas en un recipiente hermético, por ejemplo, un tarro de vidrio, una bolsa de plástico o un táper. Las semillas se mantendrán frescas por 1 semana aproximadamente a temperatura ambiente. Si no, puedes ponerlas en el congelador por hasta 1 mes.[14]
    • Si las pones en el congelador, también deben estar en un recipiente hermético.
    • Escribe la fecha en el recipiente para que recuerdes cuándo las asaste.
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Cosas que necesitarás

  • cuchillo
  • cuchara grande
  • tazón grande
  • colador
  • secador de cocina
  • aceite o mantequilla
  • condimentos
  • bandeja para hornear
  • papel vegetal o papel aluminio
  • recipiente hermético (opcional)

Consejos

  • Pon periódico sobre la superficie de la mesa para que sea más fácil limpiar.
  • Puedes echar estas semillas a ensaladas o sopas.
  • Puedes utilizar un horno tostador para cantidades más pequeñas de semillas de calabaza.
  • Añade los condimentos después de asar las semillas, si quieres.
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Resumen del artículoX

Después de retirar las semillas de la calabaza, colócalas en un colador y enjuágalas con agua fría para quitarles la pulpa. Si quieres, puedes remojarlas en agua con sal de 8 a 48 horas para acentuar su sabor. Antes de asarlas, sécalas con una toalla de papel y sazónalas con un poco de sal y los condimentos que prefieras, como el condimento Cajún o azúcar y canela. Extiende las semillas en una bandeja para hornear formando una sola capa y ásalas a 165 °C de 20 a 25 minutos aproximadamente, revolviéndolas cada 5 o 10 minutos. Si quieres saber cómo retirar las semillas de la calabaza de una forma eficaz, ¡sigue leyendo!

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