El termostato de tu vehículo se abre para dejar que el refrigerante fluya a través del radiador y enfríe el motor. Sin embargo, si el termostato se atasca en la posición cerrada, el refrigerante no logrará atravesar el radiador, lo que provocará que el motor se sobrecaliente. Para detectar rápidamente si el termostato está atascado, debes observar el flujo del refrigerante a través del radiador. Para realizar una prueba más precisa, debes medir las temperaturas del motor y la manguera que conduce a los radiadores para verificar si son similares. Si deseas un método para verificar el termostato directamente, debes extraerlo de tu vehículo y calentarlo en una olla con agua para ver si se abre.

Método 1
Método 1 de 3:
Observar el flujo del refrigerante

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    Retira la tapa del radiador. Abre el capó de tu vehículo y apóyalo para que no se caiga durante la prueba. Debes ubicar el radiador, que luce como una caja estrecha plateada o negra y se ubica en la parte delantera del vehículo directamente detrás de la parrilla. Busca la tapa metálica circular sobre el lado izquierdo o derecho del radiador y gírala hacia la izquierda para aflojarla.[1]
    • Si has conducido recientemente, debes esperar hasta que el motor se enfríe por completo antes de comenzar. De lo contrario, la prueba puede resultar inexacta.
    • No abras la tapa del radiador inmediatamente después de apagar el vehículo, ya que podría encontrarse extremadamente caliente y provocarte quemaduras.
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    Arranca el motor y déjalo al ralentí durante 10 o 20 minutos. Deja el vehículo estacionado y enciéndelo para que el motor arranque. Desde un arranque en frío, el termostato de tu vehículo permanecerá cerrado y no notarás que el refrigerante fluye hacia el radiador. Deja el vehículo en funcionamiento durante unos 10 o 20 minutos para que pueda alcanzar la temperatura óptima de funcionamiento.[2]
    • Si notas que el refrigerante fluye hacia el radiador justo al encender el vehículo, entonces el termostato está atascado en la posición abierta.
    • Evita encender el vehículo en un espacio cerrado, ya que producirá humos nocivos.
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    Observa el radiador para verificar si el refrigerante fluye a través de él. Después de 10 o 20 minutos, mantén la cabeza alejada al menos 30 o 60 cm (1 o 2 pies) y observa el radiador donde retiraste la tapa para verificar el refrigerante. A medida que el motor se calienta, el termostato debe abrirse y permitir que el refrigerante fluya del radiador al motor. Si ves que el refrigerante fluye a través del radiador, entonces el termostato se abrió y funciona correctamente. Si no es así, lo más probable es que esté bloqueado.[3]
    • Si no te es posible determinar si el refrigerante en el radiador está fluyendo, puedes encender una linterna para ver mejor.
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    Verifica si el indicador de temperatura del motor se encuentra en la zona roja de peligro. Mientras tu vehículo aún se encuentra funcionando, debes revisar el indicador de temperatura del motor sobre tu tablero de control para verificar si está subiendo. Si la temperatura del motor se encuentra en la sección roja del medidor y el refrigerante no fluye hacia el radiador, entonces es probable que el termostato sea la causa del problema.[4]
    • La temperatura de sobrecalentamiento del motor puede variar según la marca y el modelo del vehículo, aunque la mayoría de los motores se sobrecalienta por encima de los 104 °C (220 °F).

    Consejo: si el motor se sobrecalienta pero el refrigerante aún fluye a través del radiador, entonces es probable que tu vehículo se sobrecaliente por una razón diferente (por ejemplo, una bomba de agua defectuosa o un sistema de enfriamiento con fugas).

Método 2
Método 2 de 3:
Medir las temperaturas del motor y la manguera

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    Arranca el vehículo para dejar el motor al ralentí. Lleva tu vehículo al exterior para que los gases de escape puedan salir. Estaciona el vehículo o activa el freno de mano antes de encender el motor. Deja que el motor funcione durante toda la prueba para que el refrigerante pueda calentarse en el interior.[5]
    • Si te preocupa que tu vehículo se mueva, puedes colocar bloques delante de cada neumático para mantenerlo en su lugar.
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    Verifica la temperatura del motor con un termómetro de infrarrojos. Realiza una lectura de temperatura inicial en cuanto enciendas el vehículo. Localiza la manguera negra gruesa que se extiende desde el lado del radiador hasta la parte superior o lateral del bloque principal del motor. Apunta el termómetro de infrarrojos donde la manguera se conecta al motor y aprieta el gatillo para medir la temperatura. Debes esperar hasta que el número en el termómetro se estabilice antes de anotar la temperatura.[6]
    • Puedes comprar un termómetro de infrarrojos en una ferretería local o a través de internet.

    Variación: si no cuentas con un termómetro de infrarrojos, también puedes tocar ligeramente el área con la mano para verificar cuán caliente está, pero este procedimiento no resultará tan preciso. Evita mantener los dedos sobre el motor demasiado tiempo, ya que podrías quemarte.

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    Toma la temperatura de la manguera superior del radiador. Apunta el termómetro hacia la manguera negra del radiador conectada al motor de manera que quede alrededor de 8 a 10 cm (de 3 a 4 pulgadas) lejos de donde registraste la primera medida. Aprieta el gatillo del termómetro para medir la temperatura de la manguera. Anota la medida que detectaste para que no la olvides más adelante.[7]
    • La temperatura de la manguera del radiador debe ser inferior a la del motor. Si son iguales, entonces el termostato está atascado en la posición abierta.
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    Mide las temperaturas nuevamente después de 10 a 15 minutos. Deja que el motor continúe funcionando durante al menos 10 o 15 minutos para que el motor pueda calentarse a la temperatura óptima de funcionamiento. Registra las medidas de los mismos lugares donde las tomaste anteriormente y anota los resultados para que puedas compararlas.[8]
    • Observa el indicador de temperatura del motor en el tablero de control de tu vehículo para verificar si se encuentra en la zona de peligro roja, lo que significa que el motor está demasiado caliente y podría sobrecalentarse. Si notas que el vehículo se sobrecalienta, debes apagar el motor de inmediato para evitar provocar más daños.
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    Verifica si las medidas están dentro de los 18 °C (10 °F) entre sí. Observa la temperatura del motor y la manguera superior después de que el vehículo haya funcionado de 10 a 15 minutos. Si las temperaturas se encuentran dentro de los 18 °C (10 °F) entre sí, entonces el termostato está funcionando correctamente. Sin embargo, si la manguera aún se encuentra sustancialmente más fría que el motor, entonces el refrigerante no está atravesándola y el termostato está cerrado.[9]
    • Si la manguera tiene la misma temperatura que el motor, pero aún se está sobrecalentando, entonces es probable que exista otro problema con el vehículo en lugar del termostato.

Método 3
Método 3 de 3:
Probar el termostato en agua caliente

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    Drena el refrigerante del radiador. Arrástrate debajo de la parte delantera del vehículo para ubicarte debajo del radiador. Busca el tapón de drenaje (la tuerca mariposa de plástico blanca o negra) cerca de la esquina inferior o lateral del tanque del radiador. Coloca un balde debajo del tapón de drenaje para evitar que el refrigerante se derrame al drenar el radiador. Desenrosca el tapón de drenaje y deja que el refrigerante fluya hacia el balde hasta que el radiador se vacíe. Enrosca el tapón de drenaje en el tanque una vez que hayas terminado.[10]
    • El refrigerante del vehículo puede resultar tóxico, así que mantenlo alejado de los niños o las mascotas.
    • Evita drenar el refrigerante a menos que el vehículo y el motor estén completamente fríos. De lo contrario, podría estar extremadamente caliente y provocarte quemaduras.
    • Si el radiador no cuenta con un tapón de drenaje, puedes utilizar un destornillador para aflojar la abrazadera alrededor de la manguera inferior del radiador antes de sacarla de su lugar. Luego, drena el refrigerante de la manguera inferior hacia el balde.
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    Desconecta la manguera superior del radiador del motor. La manguera negra gruesa se extiende desde el lado del radiador y se conecta a la parte superior o lateral del bloque del motor con una abrazadera de tubo. Utiliza un destornillador para aflojar la tuerca de la abrazadera del tubo y luego retira la manguera del motor. Deja el extremo de la manguera a un lado por ahora para que puedas acceder al armazón del termostato sobre el motor.[11]
    • Coloca un paño o un trapo en el extremo de la manguera para evitar que la suciedad o los desechos ingresen.
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    Retira el termostato después de desconectar el armazón del termostato del motor. El armazón del termostato es la pieza metálica con forma de bloque conectada al bloque del motor al que la manguera estaba conectada. Utiliza una llave de tubo para aflojar los pernos que sujetan el armazón en su lugar y déjalos a un lado para que no los pierdas. Extrae el armazón del motor para dejar al descubierto el termostato, que se parece a un pequeño cilindro metálico con un resorte y 2 anillos metálicos a su alrededor. Toma el extremo del termostato y extráelo.[12]
    • Si te resulta difícil sujetar el termostato con la mano, debes utilizar un alicate de puntas finas o un destornillador para palanquearlo.
    • Los pernos del armazón del termostato pueden presentar diferentes longitudes. Anota dónde colocaste cada tornillo dentro del armazón para que puedas volver a colocarlos correctamente más adelante.
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    Sumerge el termostato en una olla con agua para evitar que toque el fondo. Utiliza una olla lo suficientemente profunda como para sumergir completamente el termostato en el agua. Llena la olla con agua del grifo y colócala en una estufa. Sujeta la parte superior del termostato con unas pinzas para que quede debajo del agua.[13]
    • No dejes que el termostato repose al fondo de la olla, ya que podría afectar la temperatura en la lectura.
    • También puedes colgar el termostato sobre el costado de la olla con un pedazo de cuerda o un clip metálico.
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    Calienta el agua hasta que alcance aproximadamente de 90 a 104 °C (de 195 a 220 °F). Enciende la estufa a fuego alto y coloca un termómetro en la olla con agua para que pueda registrar la temperatura. Continúa calentando el agua hasta que alcance de 90 a 104 °C (de 195 a 220 °F), que es la temperatura en que los motores funcionan mejor. Apaga el calor una vez que el termómetro registre una lectura dentro del rango.[14]

    Consejo: observa el termostato para verificar si presenta la temperatura de funcionamiento indicada. Si es así, el termostato debería abrirse una vez que alcance esa temperatura.

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    Retira el termostato de la olla para verificar si se encuentra abierto. Utiliza unas pinzas para extraer el termostato del agua y colócalo sobre papel absorbente para secarlo. A medida que el termostato se calienta, el resorte debe comprimirse y el anillo central separarse del anillo exterior para dejar un espacio en el medio. Si el resorte se comprime y detectas un espacio, entonces el termostato se abrió y funciona bien. Si el termostato no presenta un espacio entre las piezas metálicas circulares, entonces está atascado y debes reemplazarlo.[15]
    • Puedes conseguir termostatos de repuesto en una tienda de suministros para automóviles o a través de internet. Asegúrate de que el termostato coincida con el modelo de tu vehículo.

Advertencias

  • No intentes retirar la tapa del radiador o drenar el refrigerante inmediatamente después de apagar tu vehículo, ya que estará extremadamente caliente y podría causarte quemaduras graves.
  • Evita conducir tu vehículo si se sobrecalienta con frecuencia, ya que podrías causar daños permanentes en el motor.

Cosas que necesitarás

Medir las temperaturas del motor y la manguera

  • un termómetro de infrarrojos

Probar el termostato en agua caliente

  • un balde
  • un destornillador
  • una llave de tubo
  • una olla
  • pinzas
  • una estufa
  • un termómetro

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