Hay varias opciones diferentes, incluyendo bañeras para bebés independientes y accesorios para lavabo, que puedes usar para bañar a un bebé. Bañar a un bebé implica usar un brazo para sostenerlo de manera segura cuando esté en el agua. Puedes bañar al bebé de manera fácil y segura si tienes en cuenta algunos consejos, y estás atento a las precauciones que debes tomar.[1]

Parte 1
Parte 1 de 3:
Bañar al bebé

  1. 1
    Llena la bañera unos centímetros de profundidad. Llena un recipiente limpio y seguro con aproximadamente 7 cm (3 pulgadas) de agua tibia. El agua debe estar entre 30 ºC (90 ºF) y 38 ºC (100 ºF). Una vez que tengas la cantidad adecuada, apágala y agita el agua para asegurarte de que no haya puntos muy calientes.[2]
    • Toca el agua con el interior de la muñeca. La sensibilidad de la muñeca es un indicador de temperatura más confiable que la mano. El agua debe sentirse tibia, no caliente.
    • Nunca agregues agua a la bañera con el bebé dentro. El agua puede calentarse peligrosamente rápido.
    • Es mejor programar el calentador de agua en 49 ºC (120 ºF). Esto te permitirá tener agua caliente, pero evitará que se acumule agua que podría estar hirviendo en el calentador.
  2. 2
    Mantén al bebé seguro. Los bebés mojados son especialmente difíciles de sostener. Para evitar que se resbale, colócate al bebé a lo largo de uno de los brazos. Asegúrate de que la cabeza, el cuello y la espalda del bebé estén apoyados. Utiliza siempre uno de los brazos para sostenerlo mientras lo bañas con el otro.[3]
  3. 3
    Limpia la cara del bebé con un algodón limpio. Comienza por limpiar la cara del bebé con almohadillas de algodón desechables o con un paño de algodón recién lavado y enjuagado. Limpia desde la esquina interior de uno de los ojos del bebé hacia afuera. Repite el proceso en el otro lado. No frotes ni presiones con demasiada fuerza. Frota suavemente, pero varias veces si es necesario. Luego, limpia el resto de la cara del bebé, desde el centro hacia afuera.[4]
    • Asegúrate de limpiar alrededor de la nariz y la boca, detrás de las orejas y en los pliegues del cuello.
    • No metas nada en los oídos, la nariz ni la boca del bebé.
    • Vierte tazones de agua tibia sobre el cuerpo del bebé periódicamente para evitar que sienta mucho frío.
  4. 4
    Limpia al bebé de arriba abajo. Después de lavarle la cara, limpia el resto del bebé de arriba hacia abajo y de adelante hacia atrás. Es mejor usar un paño con jabón. Usa solo jabones diseñados para bebés. Estos son muy leves y minimizan la irritación.[5]
    • No uses jabón ni champú común para bañar al bebé. Algunos jabones muy suaves también podrían ser apropiados para bebés. Pregúntale al pediatra si el limpiador que tienes es adecuado para los bebés.
    • Evita que entre cualquier tipo de jabón en los ojos o la boca del bebé.
  5. 5
    Lava el cabello del bebé. Mójale el cabello y masajéalo con una pequeña cantidad de champú para bebés realizando movimientos circulares. Luego, enjuágalo con las manos o con un tazón de agua tibia de la bañera.[6]
  6. 6
    Lava la ingle y el trasero del bebé al final. Tanto para las bebés como para los bebés, debes lavar el área del pañal de adelante hacia atrás. Sé especialmente delicado cuando laves los genitales de un bebé, pero asegúrate de que queden limpios. Los jabones pueden irritar esta área sensible, por lo que es mejor usar agua tibia. No tires hacia atrás el prepucio de un niño incircunciso.[7]
    • No olvides enjuagar todo el cuerpo del bebé una última vez. Usa varios tazones de agua tibia y limpia.
  7. 7
    Levanta al bebé con cuidado. Usa uno de los brazos para sostener la cabeza y el cuello del bebé. Coloca la mano debajo de las nalgas del bebé y envuelve los dedos alrededor de una de sus piernas. Utiliza este brazo para sostener el peso del bebé mientras lo levantas lentamente. Si es posible, pídele a otro adulto que tome al bebé con una toalla limpia y seca.[8]
  8. 8
    Seca al bebé diligentemente. Utiliza siempre una toalla limpia y seca para secar al bebé. Asegúrate de secarlo bien, ya que la humedad en la piel del bebé puede causar una erupción u otra irritación. Da palmaditas en lugar de frotar con la toalla. ¡Asegúrate de secar dentro de todos los pliegues del bebé![9]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Garantizar la seguridad del bebé

  1. 1
    Reúne los suministros de antemano. Asegúrate de tener todo lo necesario antes de bañar al bebé. Esto asegurará que no tengas que correr el riesgo de que el bebé sienta frío cuando lo lleves a buscar algo en otra habitación. Debes tener un paño limpio, jabón para bebés, un tazón limpio, una toalla limpia y seca, un pañal limpio, y ropa limpia y seca. Además, asegúrate de que la habitación esté lo suficientemente cálida para evitar que el bebé sienta frío.[10]
    • Si es un recién nacido, dale un baño de esponja. Hasta que el muñón umbilical del bebé se caiga y el ombligo sane, no lo sumerjas en agua. En cambio, dale baños de esponja.[11]
  2. 2
    Haz que los baños sean cortos. Algunos bebés disfrutan mucho de la hora del baño. Puedes sostener al bebé en el agua tibia durante unos minutos después del baño si parece que lo disfruta. Sin embargo, no dejes al bebé en el agua del baño durante más de cinco minutos aproximadamente. El agua se enfriará y correrás el riesgo de que el bebé sienta frío.[12]
    • Algunos bebés lloran durante los baños. Si el agua tiene una temperatura segura, no hay nada de qué preocuparte.
    • Baña al bebé unas tres veces por semana. Evita bañar al bebé con demasiada frecuencia, ya que esto puede provocar resequedad y molestia en la piel.[13]
  3. 3
    Nunca dejes al bebé en el agua. Nunca dejes al bebé en la bañera, ni siquiera momentáneamente. Si debes ir a otra habitación o abrir la puerta, envuelve con cuidado al bebé en una toalla y llévalo contigo.[14]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Elegir una bañera para bebés

  1. 1
    Utiliza un accesorio para el lavabo. Antes era bastante común que las personas bañaran a sus bebés directamente en un lavabo. Las bañeras diseñadas especialmente para bebés, sin embargo, aumentan su seguridad y muchas caben perfectamente en el lavabo. Elige un molde de goma flexible que se ajuste al lavabo en el que piensas bañar al bebé.[15]
    • Cuando bañes a un bebé en un lavabo, asegúrate de poder sentarte o pararte cómodamente a una altura que te permita sostenerlo de forma segura, y ten cuidado de que el grifo no esté en el camino, ya que podría lastimarlo.
  2. 2
    Consigue una palangana para bebés. Es mejor considerar la posibilidad de conseguir bañeras independientes diseñadas para bañar a los bebés. Puedes colocarlas dentro de una bañera, en el suelo o en una encimera o una mesa. El beneficio de estas bañeras es que son más grandes, y el bebé cabrá en ella por más tiempo de lo que cabrá en un accesorio para el lavabo.[16]
    • Las palanganas para bebés son una excelente opción, ya que te permiten bañarlo donde te sientas más cómodo. Estas palanganas cuestan entre $20 y $70 y puedes comprarlas en línea o en tiendas como Babies'R'Us.
  3. 3
    Cubre el lavabo para mejorar la seguridad. El parámetro más importante para elegir dónde bañar al bebé es la seguridad. Para mejorar la seguridad de un lavabo, límpialo a fondo con agua y jabón y luego enjuágalo por completo. Además, cubre el lavabo con goma o incluso con una toalla gruesa. Esto proporcionará amortiguación y una superficie menos resbaladiza.[17]

Acerca de este wikiHow

Laura Marusinec, MD
Coescrito por:
Pediatra certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Laura Marusinec, MD. La Dra. Marusinec es pediatra certificada por el colegio oficial en el Children's Hospital de Wisconsin, donde pertencece al Consejo de Práctica Clínica. Ella recibió su doctorado en mediciana en el Medical College of Wisconsin School of Medicine en 1995 y completó su residencia en el Medical College of Wisconsin in Pediatrics en 1998. Es miembro de la Asociación Americana de Escritores Médicos y de la Sociedad de Atención de Urgencia Pediátrica. Este artículo ha sido visto 1195 veces.
Categorías: Higiene del bebé