Los champiñones comestibles vienen en todas las formas y tamaños y es mucho lo que puedes hacer con ellos en la cocina: desde platillos sencillos solo con champiñones hasta una gama de salsas y comidas. Los champiñones están llenos de nutrientes, incluyendo la vitamina B y minerales como el selenio, el cobre y el potasio, lo que los convierte en un agregado nutritivo a tu dieta.[1] En el presente artículo te diremos cómo recolectar champiñones y preparar platillos nutritivos y maravillosos con ellos.

Método 1
Método 1 de 5:
Preparar platillos básicos con champiñones

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    Prepara los champiñones para cocinar. Deben estar limpios y secos cuando estén cocidos.[2]
    • Evita lavar los champiñones. Nunca debes remojarlos.
    • Si se los remoja, los champiñones absorberán agua y no se dorarán durante la cocción. Esto también disminuirá su sutil sabor.
    • Limpia cada champiñón con un paño limpio o con papel toalla de cocina y solo hazlo según sea necesario para retirar la suciedad y los residuos.
    • También puedes usar un cepillo especial para champiñones.
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    Cocina los champiñones como están. Los champiñones tienen un sabor distintivo que puede resaltarse agregando ingredientes sencillos como mantequilla o aceite de oliva. Los champiñones contienen mucha agua, así que se encogerán considerablemente durante la cocción. También recuerda que absorben grasa fácilmente, así que siempre usa mantequilla o aceite de buena calidad para cocinar.[3]
    • Asa los champiñones para resaltar su dulzura natural. Cúbrelos con aceite y ásalos en el horno a 200 °C (400 °F) hasta que estén bien dorados.
    • Empaniza los champiñones como lo harías con el pollo y fríelos en aceite caliente. Asegúrate de usar aceite de buena calidad apropiado para freír.
    • Saltea los champiñones en un wok con salsa de soya y aceite para un platillo fácil.
    • Asa los champiñones a la parrilla en el verano. Solo pon los champiñones directamente sobre una plancha o parrilla y cocínalos hasta que estén dorados. Experimenta con marinados para un sabor adicional.
    • Saltéalos en una sartén. Este es uno de los métodos más comunes. Empieza con bastante aceite caliente o mantequilla y saltéalos hasta que estén dorados.
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    Cocina champiñones con huevos. Los huevos y los champiñones combinan muy bien en platillos muy sencillos y fáciles.[4]
    • Puedes darles vida a los huevos revueltos añadiéndoles champiñones y ajo.
    • Los champiñones son un agregado excelente a cualquier omelet.
    • Agrega champiñones a frittatas y quiches para obtener un sabor a tierra.
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    Rellena los champiñones para obtener un aperitivo rápido. Estos figuran en el menú de muchos restaurantes y fiestas.[5]
    • Primero, quita las láminas del champiñón. No deben estar en los champiñones rellenos, porque necesitas espacio para colocar el relleno.
    • Puedes preparar un relleno rápido y fácil con migas de pan, huevo, cebolla salteada, especias y queso.
    • Coloca el relleno en el champiñón hasta que haya un pequeño montículo sobre el sombrero del champiñón.
    • Hornéalos a 200 °C (400 °F) hasta que tanto los champiñones como el relleno estén dorados.
    • Experimenta con diferentes tipos de relleno. ¡Puede ser creativo y divertido!
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    Agrega champiñones a platillos comunes. Al agregarlos a recetas existentes, los champiñones le darán profundidad de sabor y complejidad.
    • Prepara salsas de pasta con champiñones. Los champiñones son un excelente agregado para las salsas de pasta. Incluso puedes agregarlos a la salsa Alfredo.
    • Los champiñones son muy buenos rellenos para ravioles y tartas.
    • Puedes agregar champiñones como rellenos para sándwiches, paninis, tortillas y otros alimentos básicos para el almuerzo para obtener un sabor y fibra sustanciales. Incluso puedes preparar un sándwich de portobellos.
    • Pon champiñones sobre una pizza como un ingrediente adicional.
    • Agrega champiñones a platillos de carne para que le dé un sabor adicional. Combinan especialmente bien con carne de res o pollo. Son guarniciones comunes para bistecs y asados.
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Método 2
Método 2 de 5:
Preparar una salsa básica de champiñones

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    Reúne los ingredientes. Será más fácil preparar la salsa rápidamente si tienes todo a la mano. Necesitarás lo siguiente:[6]
    • mantequilla;
    • 220 g (8 oz) de champiñones rebanados;
    • 1 chalota cortada en dados finos;
    • 3/4 de taza de caldo de res;
    • hierbas frescas.
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    Derrite 2 cucharadas de mantequilla. Hazlo en una sartén con el espacio suficiente para que los champiñones puedan esparcirse en una sola capa.[7]
    • No lo hagas a un fuego muy alto, sino la mantequilla empezará a dorarse.
    • Vigila la mantequilla al derretirse, asegurándote de que cubra la parte inferior de la sartén.
    • Cuando la mantequilla deje de hacer espuma, tendrá el calor suficiente para agregarle otros ingredientes.
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    Agrega a la sartén 220 g (8 oz) de champiñones rebanados y una chalota cortada en dados finos. Asegúrate de que los champiñones no estén demasiado abarrotados en la sartén.[8]
    • Saltea los champiñones hasta que estén dorados y suaves.
    • Ten cuidado de no quemar las chalotas. Su sabor es muy delicado.
    • Sube el fuego hasta que esté entre medio y alto.
    • Agrega 3/4 de taza de caldo de res y cocina a fuego lento rápidamente durante 5 minutos. Esto hará que la salsa espese.
    • Cocina a fuego medio o bajo.
    • Revuelve la salsa ocasionalmente para evitar que partes de ella se peguen a la sartén.
    • Vigílala cuidadosamente para asegurarte de que no rebose.
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    Retírala del fuego. Incorpora una cucharada de mantequilla y las hierbas frescas a tu gusto.[9]
    • Puedes agregar tomillo o estragón como un aderezo complementario para los champiñones. Los cebollines o la albahaca también son buenas opciones.
    • Revuelve bien para que la mantequilla y las hierbas se incorporen a la salsa.
    • Vierte la salsa sobre tu platillo con una cuchara mientras aún esté caliente. Combinará bien con platillos de pollo, res o incluso de pasta.
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Método 3
Método 3 de 5:
Preparar una sopa básica de champiñones

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    Consigue todos los ingredientes. Tienes que tener todo a la mano para que puedas preparar la sopa rápidamente. Necesitarás lo siguiente:[10]
    • 1/4 de taza de cebolla picada;
    • mantequilla;
    • 3 tazas de champiñones picados;
    • 6 cucharadas de harina;
    • 2 latas de caldo de pollo;
    • sal y pimienta.
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    Derrite 2 cucharadas de mantequilla en una olla grande. Tendrá que tener el espacio suficiente para que entren 3 tazas de champiñones más el caldo.[11]
    • No calientes la mantequilla a fuego muy alto, sino se dorará rápidamente.
    • Prueba con un fuego medio alto, asegurándote de que la mantequilla cubra la parte inferior de la olla al derretirse.
    • Cuando la mantequilla deje de hacer espuma, tendrá el calor suficiente para agregar los demás ingredientes.
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    Agrega la cebolla. Ahora dorarás la cebolla en la mantequilla.[12]
    • Revuelve las cebollas frecuentemente para que se cocinen uniformemente.
    • Saltéalas hasta que se vuelvan translúcidas y ligeramente doradas.
    • Baja el fuego a medio.
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    Agrega los champiñones picados a las cebollas salteadas. Se cocinarán durante los siguientes minutos.[13]
    • Cocina los champiñones hasta que estén dorados y tiernos.
    • Evita cocinar de más los champiñones, sino terminarán con una textura gomosa.
    • Si quieres, puedes agregar un poco de ajo en esta etapa.
    • Cuando los champiñones terminen de cocinarse, procederás a preparar el resto de la sopa.
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    Mezcla la harina con el caldo de pollo. Agrega esta mezcla a los champiñones.[14]
    • Deja que los ingredientes hiervan, revolviendo ocasionalmente para que los champiñones no se peguen a la olla.
    • Cocínala 2 minutos. Para este momento, la mezcla espesará.
    • Si la sopa no espesa después de los 2 minutos, prueba cocinarla unos minutos más.
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    Agrega crema de leche y una pizca de sal y pimienta. Esta es la etapa final de cocción.[15]
    • Baja el fuego a medio.
    • Cocina la sopa a fuego lento durante 15 minutos.
    • Agrega más sal y pimienta si es necesario.
    • Sírvela caliente.
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Método 4
Método 4 de 5:
Usar champiñones deshidratados

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    Compra champiñones deshidratados. Puedes encontrarlos en la mayoría de los supermercados. Solían ser más costosos, pero actualmente cuestan menos. Una ventaja de usarlos es que solo necesitas una cantidad muy pequeña para darle mucho sabor a un platillo de champiñones.[16]
    • Los champiñones deshidratados generalmente vienen en dos variedades: champiñones asiáticos (como el shiitake y la oreja de madera) y euroamericanos (las colmenillas, las calabazas, las trompetas de los muertos, etc.).
    • Estos duran un año si se mantienen en un recipiente hermético y seco.
    • Los champiñones deshidratados a menudo se usan junto con champiñones frescos más baratos para estimular el sabor.
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    Rehidrata los champiñones. Tendrás que hacerlo para usarlos.[17]
    • Esto tiene sus ventajas. Los champiñones en sí se rehidratan rápidamente al remojarlos en agua, y el líquido de remojo tiene mucho sabor y puedes usarlo en muchas recetas diferentes.
    • Antes que nada en una receta que requiera usar champiñones deshidratados, empieza a rehidratarlos.
    • Usa agua a temperatura ambiente. Cubre los champiñones generosamente.
    • Los champiñones cortados en rebanadas finas solo necesitan remojarse aproximadamente ½ hora.
    • Los champiñones enteros o cortados en rebanadas gruesas pueden necesitar remojarse durante 8 horas o más.
    • Después de remojarlos, enjuaga los champiñones para retirar el polvo. Uno de los inconvenientes de usar champiñones deshidratados es que muchas variedades tienen un polvo desagradable. Enjuagarlos después de remojarlos ayudará a retirar ese polvo.
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    Guarda el líquido de remojo. Este está lleno de sabor y es un agregado maravilloso para recetas que requieran caldo.[18]
    • Si no quieres usarlo inmediatamente, ponlo en un recipiente y refrigéralo. Se conservará por varios días.
    • También puedes congelarlo por periodos más largos si es necesario.
    • El líquido restante tendrá mucho del polvo de los champiñones.
    • Tendrás que colarlo antes de usarlo para evitar que el polvo se introduzca en tu platillo.
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Método 5
Método 5 de 5:
Recolectar champiñones

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    Conoce las especies de champiñones. Necesitarás un buen conocimiento de qué champiñones son seguros para comer, cómo se ven y dónde crecen.[19]
    • Algunas variedades populares de champiñones incluyen las colmenillas, los champiñones ostra y las melenas de león.
    • Ten cuidado: algunas especies de champiñones venenosos pueden verse muy similares o tal como algunas variedades populares de champiñones comestibles.
    • Por ejemplo, los champiñones del género Lepiota de esporas verdes son muy tóxicos, pero se parecen a los champiñones comunes que se venden en el supermercado.
    • Solo come un champiñón si lo puedes identificar positivamente al 100 %.
    • Incluso después de identificar la seguridad del champiñón, solo prueba un poco para empezar para asegurarte de no tener una mala reacción.
    • Usa muchas guías de campo para identificar un champiñón. Si no estás seguro, pregúntale a un experto antes de cocinarlo.
    • Si estás en duda, tíralo a la basura.
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    Busca champiñones en áreas arboladas locales. Esta actividad no es para el rebuscador casual. Los champiñones venenosos son altamente tóxicos y pueden ocasionar enfermedades severas e incluso la muerte.[20]
    • Algunos champiñones crecen en árboles caídos o raíces y otros crecen en el suelo.
    • Te recomendamos llevar contigo una guía de champiñones para ayudarte a identificar las áreas donde crecen los champiñones y qué especies son.
    • Los champiñones tienen diferentes temporadas. La temporada de champiñones es entre finales de la primavera y principios del otoño en el hemisferio norte.
    • El mejor momento para recolectar champiñones es después de un periodo de lluvia. Los champiñones necesitan mucha humedad para crecer.
    • Si vas a recolectar champiñones en algún lugar nuevo para ti, pídele consejo a los locales. Existen los gemelos mortales, en donde un champiñón que es seguro en un lugar puede ser venenoso en otro, incluso si se ven igual.
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    Recolecta algunos champiñones. Asegúrate de mantener cada variedad de champiñón separada. Si accidentalmente recolectas un champiñón tóxico, podría contaminar al resto.[21]
    • Toma una canasta de fondo plano. También puedes usar una bolsa de tela de fondo plano reforzada con un trozo de cartón.
    • Evita usar bolsas de supermercado. Estas dejarán que se acumule demasiada humedad y podrían disminuir el sabor y la calidad de los champiñones.
    • Las bolsas de plástico de supermercado tampoco ofrecen suficiente protección. Si llevas los champiñones en estas bolsas, podrían magullarse o arruinarse si chocas contra algo.
    • Usa una navaja para cortar el champiñón por la base.
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    Observa su nivel de frescura. No querrás especímenes manchados o viejos.[22]
    • Los champiñones estarán frescos si sus sombreros están limpios, brillantes y no tienen manchas ni magulladuras.
    • Las láminas deben ser color rosa pálido o no demasiado oscuras.
    • Si tienes dudas sobre la frescura o la integridad de un champiñón, no lo recojas.
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    Compra champiñones en el supermercado. Si no quieres darte el trabajo de recolectar o no tienes el conocimiento necesario para hacerlo, los champiñones pueden comprarse en el supermercado a un precio relativamente bajo.[23]
    • La mayoría de las cadenas de supermercados por lo menos ofrece champiñones comunes y portobellos.
    • Las tiendas especializadas tienen variedades raras y más costosas de champiñones, como las colmenillas, los rebozuelos, las trufas y los champiñones maitake.
    • Muchas tiendas ahora venden champiñones más raros o importados en su forma deshidratada. Suelen costar menos que los champiñones frescos y pueden rehidratarse para cocinar.
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Consejos

  • Los champiñones necesitan respirar, así que no deben almacenarse en plástico. El plástico también desarrollará condensación, la cual penetrará a los champiñones.
  • Guarda los champiñones en el refrigerador durante 1 a 2 días en una bolsa de papel.
  • Nunca remojes los champiñones, sino absorberán demasiada agua.
  • No cocines de más a los champiñones, sino terminarán con una textura gomosa.
  • Evita los champiñones babosos o con manchas.
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Advertencias

  • No comas champiñones que encuentres en su hábitat natural a menos que estés seguro de lo que son. ¡Es muy peligroso porque hay una posibilidad de que sea venenoso!
  • Consulta a un experto en cosechar champiñones silvestres si quieres obtener una identificación 100 % confiada de un champiñón.
  • Ten presente toda ordenanza sobre la vida silvestre que prohíba recolectar champiñones, sino podrías recibir una multa.
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Categorías: Consejos en la cocina
Resumen del artículoX

Si quieres cocinar con champiñones, limpia cada uno con un paño húmedo o con una toalla de papel para quitarles la suciedad y los residuos. Los champiñones absorben el agua, así que evita lavarlos y nunca los dejes en remojo. Puedes saltearlos en mantequilla o aceite de oliva, cubrirlos con aceite y asarlos en el horno a 200 °C hasta que se doren, rebozarlos con pan rallado y freírlos, agregarlos a un salteado, o incluso asarlos a la parrilla. También puedes agregarlos a un omelet, a una salsa para pasta, a un sándwich o usarlos para decorar una pizza. Existen muchísimas opciones para cocinar con champiñones. Si quieres saber cómo incorporar los champiñones en una salsa o una sopa, ¡continúa leyendo el artículo!

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