Si tu arroz te ha quedado pastoso, chicloso, mazacotudo o pegajoso, no te preocupes. Es posible que aún tenga salvación. Prueba evaporarlo o secarlo para ver si se puede arreglar. Sin embargo, si no puedes recuperarlo, podrás guardarlo para otra receta o usarlo para preparar otra cosa. Desafortunadamente, a veces tendrás que volver a hacerlo. Siguiendo unos simples consejos, evitarás acabar con el arroz pastoso otra vez.

Método 1
Método 1 de 3:
Salvar el arroz

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    Si ha quedado agua acumulada en la olla, deja que se evapore. Destápala para que el vapor salga.[1] Usa fuego lento y sigue cocinando el arroz por unos 5 minutos. Al final, el agua se habrá evaporado con la cocción.[2]
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    Escurre el agua que sobre con un colador o un tamiz de malla fina.[3] Si queda agua en la olla, coloca cualquiera de estos dos implementos sobre el lavadero y viértele el arroz. Déjalo escurrir por un minuto. Es recomendable mover el colador o el tamiz para ayudarlo a escurrir.[4]
    • En este punto, es posible que hayas salvado el arroz. No tendrás que hacer nada más si este fuera el caso.
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    Si el arroz se pega, enjuágalo con agua fría. Si el arroz está muy pegajoso o chicloso, esto quiere decir que se ha cocinado demasiado. Después de escurrirlo, échale un chorro ligero de agua fría sobre el colador o el tamiz. Despega los granos cuidadosamente con los dedos.[5]
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    Hornea el arroz por 5 minutos para quitarle el exceso de agua. Si sigue aguado o pastoso, puedes hacer evaporar el agua sobrante en el horno. Enciéndelo a una temperatura de 180 °C (350 °F). Luego esparce el arroz de forma pareja sobre una bandeja para hornear con o sin bordes altos. Déjalo cocinarse en el horno por unos 5 minutos.[6]
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    Prepara una tanda nueva de arroz. En algunos casos, no podrás arreglarlo. Si tienes tiempo, hazlo nuevamente. Guarda el arroz pastoso en un recipiente de plástico y mételo en el refrigerador o el congelador, pues podrás utilizarlo después para preparar recetas deliciosas.[7]
    • El arroz cocido durará entre 4 y 6 días en el refrigerador, y hasta 6 meses en el congelador.

Método 2
Método 2 de 3:
Darle otro uso al arroz

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    Conviértelo en arroz frito. Calienta una sartén con aceite y cocina ajos, cebolla y jengibre hasta que estén translúcidos. Luego agrégales verduras, como zanahorias o alverjas, además de una cucharada de salsa de soya, si así lo deseas. Añade arroz en cucharadas, una por una, y revuélvelo con frecuencia. Cuando se haya cocinado todo el arroz y la olla esté humeando, ¡estará listo![8]
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    Haz budín de arroz. Caliéntalo en la estufa a fuego lento. Agrégale 750 ml (3 tazas) de leche entera, 250 ml (1 taza) de crema y 100 g (1/2 taza) de azúcar. Luego añádele una vaina entera de vainilla. Eleva el fuego a medio y deja cocinar el budín por unos 35 minutos, revolviéndolo con frecuencia. Después saca la vaina de vainilla y deja enfriar el budín antes de servirlo.[9]
    • Antes de agregarle la vainilla, abre la vaina, ráspale las semillas y échalas en el budín. Después agrégale el resto. Esto ayudará a que el sabor se esparza en todo el postre.
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    Convierte el arroz en galletas. Aplánalo sobre una bandeja para horno lo más delgado que puedas. Hornéalo unas 2 horas a 90 °C (200 °F). Una vez que lo hayas sacado, divídelo en pedazos pequeños. Fríelos en una olla con aceite que tenga una temperatura de 180 °C (400 °F). Cuando las galletas floten hacia la superficie, sácalas con una cuchara ranurada. Escúrrelas con papel toalla antes de disfrutarlas.[10]
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    Prepara hamburguesas vegetarianas. Tritura 180 g (1 taza) de arroz con 200 g (2 tazas) de frejoles pintos, 180 g (1 taza) de maíz, 3 dientes de ajos finamente picados, 20 g (1/3 de taza) de tomates secados al sol y picados, un puñado de albahaca picada, ½ cucharadita de comino y 1 cucharadita de sal. Forma discos con el puré y fríelos a fuego medio por 6 minutos en cada lado.[11]

Método 3
Método 3 de 3:
Cocinar el arroz perfecto

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    Lava el arroz con agua fría antes de cocinarlo. Ponlo en un colador, un tamiz de malla fina o una olla. Déjale correr agua fría encima para quitarle el almidón extra. Este paso evitará que el arroz se pegue y se ponga pastoso.[12]
    • Si vas a usar una olla, bota el agua y llénala nuevamente con agua. Enjuaga nuevamente una o dos veces antes de cocinar el arroz.
    • Si vas a utilizar un colador o un tamiz, agita ligeramente el arroz o revuélvelo para contribuir a que se escurra el agua.
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    Agrégale la cantidad adecuada de agua. Por cada taza de arroz, usa unos 350 a 400 ml (1 1/2 a 1 3/4 tazas) de agua. El arroz de grano corto requiere un poco menos; mientras que el integral, un poco más. Sin embargo, no le eches demasiada agua, pues lo pondrá pastoso.[13]
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    Coloca la olla de arroz a fuego medio. No aumentes el fuego, pues no conseguirás que este se cocine más rápido. En lugar de ello, tal vez termines con un arroz que no esté cocido de forma pareja e incluso podrías quemarlo. Simplemente deja que el agua hierva lento.[14]
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    Coloca una toalla de cocina entre la olla y la tapa. Una vez que el arroz empiece a hervir, el agua se hundirá justo debajo de él. Cuando esto suceda, extiende un secador entre la olla y la tapa, lo que evitará que se acumule la condensación adentro. El exceso de condensación podría hacer que el arroz quede pastoso.[15]
    • No dejes que la toalla quede colgando por los lados de la olla, pues podría provocar un incendio. En lugar de ello, mete los extremos debajo de la tapa.
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    Apaga el fuego después de 15 minutos de cocción. Retira el arroz del calor, pero deja la tapa en la olla. Déjalo reposar por 5 minutos. Cuando se haya acabado el tiempo, destápala y revuelve el arroz con un tenedor. Ahora estará listo para servir.[16]
    • Dejar reposar el arroz evita que se ponga muy pastoso en el fondo y muy seco en la parte de arriba.
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    Invierte en una olla arrocera. Una olla arrocera hará todo el tiempo un arroz perfecto, siempre y cuando utilices la cantidad adecuada de agua. Se pueden conseguir muy baratas en tiendas de artículos de cocina o del hogar y en internet.[17]

Advertencias

  • Nunca dejes el arroz en la estufa sin supervisión. Permanece en la cocina en todo momento mientras se esté cocinando.

Acerca de este wikiHow

Abyssinia Campbell
Coescrito por:
Chef ejecutiva
Este artículo fue coescrito por Abyssinia Campbell. Abyssinia Campbell chef ejecutiva y la propietaria de Chef Abyssinia, Personal Chef and Catering. Con más de 10 años de experiencia, se especializa en catering, planificación de eventos, elaboración de menús, planificación de comidas y operaciones comerciales de alimentos. Cuando se trata de la cocina, Chef Abyssinia disfruta utilizando frutas, verduras, alternativas alimenticias saludables e ingredientes frescos de la granja. Abyssinia tiene una licenciatura en artes culinarias y gestión de servicios de alimentos de la Universidad Johnson and Wales. Este artículo ha sido visto 242 157 veces.