La cebada mondada es un grano versátil que suele consumirse como acompañamiento o incorporarse a las sopas. Es menos dura que la cebada descascarada pero menos procesada que la perlada, lo que la convierte en una opción sabrosa pero nutritiva sin importar cómo elijas utilizarla. Por suerte, cocinarla también es un proceso sencillo. Hiérvela en la estufa, en el horno o en la olla a presión hasta que se vuelva blanda y esponjosa.

Ingredientes

Hervir la cebada en la estufa

  • 1 taza (225 g) de cebada
  • 3 tazas (710 ml) de agua

Cocinar la cebada en el horno

  • 1 taza (225 g) de cebada
  • 3 tazas (710 ml) de agua
  • 1 cucharada de mantequilla
  • 1 cucharadita de sal

Utilizar una olla a presión

  • 1 taza (225 g) de cebada
  • 3 tazas (710 ml) de agua

Método 1
Método 1 de 3:
Hervir la cebada en la estufa

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    Enjuaga la cebada con agua tibia. Vierte toda la cebada en un colador, luego colócalo en el fregadero. Utiliza el agua para lavar el polvo y otros desechos. Si notas cáscaras u otros fragmentos entre la cebada, sácalos y tíralos.[1]
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    Combina 1 taza (225 g) de cebada con 3 tazas (710 ml) de agua. Vierte todo en una olla en la estufa, revolviendo el grano hasta que esté todo sumergido. Puedes cocinar más cebada si es necesario, pero ajusta la cantidad de agua que utilizas para compensarlo. Trata de mantener la proporción en 1 parte de cebada por 3 partes de agua para asegurarte de que la cebada tenga mucha agua para cocinarse.[2]
    • Por ejemplo, para hacer 1/2 taza (112,5 g) de cebada, utiliza solo 1 1/2 tazas (350 ml) de agua.
    • Para darle más sabor, cocina la cebada en caldo en vez de agua.
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    Cocina la cebada a fuego lento y medio bajo durante 1 hora. Deja hervir el agua antes de reducir el fuego. Luego, cubre la olla para reducir el tiempo necesario para que hierva la cebada. Programa el temporizador, revisando la olla de vez en cuando para asegurarte de que el agua siga burbujeando con suavidad.
    • El tiempo de cocción requerido puede variar en función de las temperaturas de tu estufa.
    • Puedes cocinar la cebada sin tapa. Podría ser necesario hervir la cebada por un poco más de tiempo, pero al final se cocinará bien.
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    Verifica la cocción o prueba la cebada para ver si tiene una textura blanda y masticable. La cebada se expande durante la cocción, así que el producto final se verá unas 3 veces más grande de lo que pusiste en la olla. Si aún no estás seguro de que esté lista, prueba la cebada. Si está blanda y masticable, está lista.
    • Si estás familiarizado con otros tipos de cebada, la cebada mondada es un poco más dura que la perlada, pero no tanto como la descascarada.[3]
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    Añade más agua si la cebada no ha terminado de cocinarse y la olla está seca. Es posible que la cebada haya absorbido toda el agua de la olla, incluso si aún no está lista. Añade de 1/4 a 1/2 taza (60 a 120 ml) de agua y cocina la cebada hasta que alcance la consistencia deseada.[4]
    • Si aún ves agua, no es necesario añadir más.
    • Revisa la cebada cada 5 minutos para evitar que se cocine demasiado y añade más agua según sea necesario. Sácala de la olla cuando alcance la consistencia deseada.
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    Escurre el agua restante de la olla. Utiliza una agarradera o una manopla para evitar quemarte las manos y luego lleva la olla al fregadero. La forma más fácil de escurrir el exceso de agua es vertiendo el contenido de la olla en un colador. También puedes inclinar la olla para que salga el exceso de agua o retirar la cebada de la olla con una espumadera.[5]
    • Si no ves mucha agua en la olla, es mejor dejar que la cebada la absorba. Cubre la olla y deja reposar la cebada por unos 10 minutos.[6]
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    Esponja la cebada con un tenedor antes de servirla. Mientras la cebada aún está en la olla, revuélvela con un tenedor para evitar que el grano se vuelva pegajoso debido al almidón liberado.[7]
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    Refrigera la cebada sobrante en un recipiente sellado hasta por 5 días. Traslada la cebada a un recipiente hermético dentro de las 2 horas posteriores a la cocción y luego refrigérala de inmediato para evitar que desarrolle bacterias dañinas. Tira la cebada sobrante cuando se ponga muy pastosa o empiece a pudrirse.[8]
    • También puedes guardar la cebada en una bolsa o recipiente sellado en el congelador hasta por 1 mes.

Método 2
Método 2 de 3:
Utilizar una olla a presión

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    Remoja la cebada por 4 horas si es posible. Remojar la cebada la satura, lo que reduce el tiempo de cocción que necesita para volverse blanda y esponjosa. Si tienes mucho tiempo, llena un bol con 4 veces más agua tibia que la cantidad de cebada que planeas cocinar. Añade la cebada y déjala reposar allí por unas horas.[9]
    • Por ejemplo, si planeas cocinar 1 taza (225 g) de cebada, colócala en 4 tazas (1 litro) de agua.
    • Si puedes, remoja la cebada durante toda la noche para lograr mejores resultados.
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    Llena una olla a presión con 3 tazas (710 ml) de agua. Esta es la cantidad estándar de agua que debes utilizar para 1 taza (225 g) de cebada. Si planeas cocinar una cantidad distinta de cebada, ajusta la cantidad de agua que utilizas. Sin importar la cantidad de cebada que prepares, mantén la proporción en 3 partes de agua por 1 parte de cebada mondada en la olla a presión.[10]
    • Si no remojaste la cebada con anticipación, necesitarás más agua. Añade 4 1/2 tazas (1,1 litros) de agua por 1 taza de cebada.[11]
    • Para darle más sabor, cocina el ajo en caldo. Como alternativa, utilízala como parte de una sopa o estofado preparado en la olla a presión.
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    Cocina la cebada por 20 minutos a fuego alto. Revuelve la cebada en el agua, asegurándote de que todos los granos se sumerjan antes de cerrar la tapa. La cebada se cocinará con relativa rapidez. Cuando esté lista, libera el vapor y pruébala para asegurarte de que esté tierna pero un poco firme.[12]
    • También puedes cocinar la cebada a fuego lento utilizando opciones de baja temperatura y alta presión. Cocinar la cebada de esta manera es tan lento como en la estufa, pero los granos tendrán un sabor más tierno cuando estén listos.
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    Escurre y esponja la cebada antes de servirla. Saca la cebada con una espumadera para eliminar la humedad restante. Colócala en un bol, luego mézclala con un tenedor u otro utensilio para darle volumen y evitar que se vuelva pegajosa.
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    Sirve la cebada y guarda las sobras hasta por 5 días. Después de utilizar la cebada, traslada las sobras a un recipiente con cierre dentro de las 2 horas posteriores a la cocción. Asegúrate de que el recipiente sea hermético. Siempre y cuando esté bien cubierta, la cebada debe durar por algún tiempo, pero tírala si tiene un sabor pastoso o huele rancia.[13]
    • Puedes guardar la cebada cocida en el congelador hasta por 1 mes, pero debe estar en una bolsa o recipiente hermético apto para congelador.

Método 3
Método 3 de 3:
Cocinar la cebada en el horno

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    Vierte 1 taza (225 g) de cebada mondada en un plato apto para el horno. Los platos de cerámica o vidrio son las mejores opciones para cocinar la cebada en el horno. Puedes utilizar algo como una sartén si es lo bastante grande para contener todos los ingredientes. Si no sabes qué tan seguro es un plato para el horno, evita utilizarlo.[14]
    • Un plato de 1,4 litros (1 1/2 cuartos de galón) es el tamaño perfecto para la cebada y los ingredientes líquidos, pero utiliza un plato más grande o varios platos si planeas cocinar más.
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    Añade el agua, la mantequilla y la sal a la cebada. Coloca una olla aparte en la estufa y hierve 2 tazas (470 ml) de agua. Cuando esté lista, viértela directamente sobre la cebada. Luego, añade de inmediato 1 cucharada de mantequilla y 1 cucharadita de sal, mezclándolas hasta que se dispersen en el agua.
    • Aumenta la cantidad de agua si planeas cocinar tandas más grandes de cebada. Mantén la proporción en 2 partes de agua por 1 parte de cebada.[15]
    • También puedes utilizar caldo para darle más sabor. El caldo de verduras es una buena opción si planeas cocinar verduras junto con el plato.
    • Si deseas que la cebada tenga un sabor más mantecoso, añade hasta 3 cucharadas de mantequilla. Esto puede mejorar el plato si añades ingredientes como los champiñones, los pimientos o el apio.[16]
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    Añade verduras o condimentos al plato si lo deseas. Hornear la cebada en agua te dará un plato sencillo que se parece mucho a la cebada cocida en la estufa. Para crear sabores más complejos, incorpora hierbas y verduras al plato. Puedes preparar una cazuela de cebada que vaya bien como acompañamiento de un plato principal.[17]
    • Por ejemplo, dora unas rodajas de champiñones y ajo, luego añádelas al plato del horno. También puedes ablandar cebollas, apio o pimientos. Condimenta el plato con un poco de tomillo.
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    Cocina la cebada en el horno por 1 hora. Precalienta el horno a 190 °C (375 °F), luego cubre el plato con papel aluminio y colócalo en la rejilla central del horno.[18]
    • Aunque es posible cocinar la cebada en un plato destapado, puede tardar un poco más de tiempo. Revisa la cebada para asegurarte de que se expanda y se ablande. La mayor parte del agua del plato debe haber desaparecido para cuando la cebada termine de cocinarse.
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    Revuelve la cebada con un tenedor antes de servirla. Al hacerlo, notarás que la cebada se esponja. También perderá ese desagradable sabor pegajoso que a veces producen los granos cocidos.[19]
    • No es necesario utilizar un tenedor. Una cuchara u otro utensilio servirán. Siempre revuelve la cebada antes de hervirla.
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    Refrigera la cebada hasta por 5 días. Evita dejar la cebada cocida a temperatura ambiente por más de 2 horas. Busca un recipiente con cierre hermético para guardar la cebada sobrante. Debe mantenerse en buen estado por unos días antes de volverse pastosa o rancia.[20]
    • Para guardarla en el congelador, coloca la cebada en una bolsa o recipiente hermético apto para congelador. La cebada debe durar 1 mes.

Consejos

  • Si no encuentras la cebada mondada, utiliza la descascarada o perlada.
  • La cebada mondada es ligeramente más refinada que la descascarada, así que es menos dura. También es menos refinada que la cebada perlada, así que tiene más nutrientes.
  • La cebada mondada suele añadirse a sopas y caldos para espesarlos. También puede sustituir al arroz en platos como el risotto o servir para hacer una ensalada.

Cosas que necesitarás

Hervir la cebada en la estufa

  • una estufa
  • una olla
  • una taza medidora
  • una agarradera

Utilizar una olla a presión

  • una olla a presión
  • una taza medidora

Cocinar la cebada en el horno

  • una estufa
  • un horno
  • un plato apto para horno
  • una olla
  • una taza medidora
  • cucharas medidoras
  • un tenedor

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