Colocar piedras en un jardín ayuda a añadirle distintos colores y texturas. Las piedras pueden llenar un espacio vacío y dar una impresión visual mucho más interesante que si únicamente agregaras un poco de tierra o abono. Las piedras pueden servir para varios propósitos, como crear un borde decorativo, un camino para tu jardín o cubrir la tierra y darle un acabado más agradable. A fin de hacerlo de la mejor manera, es importante crear un espacio para colocarlas, elegir el tipo de piedras que prefieras y ubicarlas en un lugar determinado de tu jardín.

Método 1
Método 1 de 3:
Despejar el espacio para las piedras

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    Visita jardines de tu localidad para encontrar inspiración antes de empezar el proyecto en tu propio jardín. Existe una gran variedad de formas en que puedes colocar las piedras. Asegúrate de revisar algunos jardines de tu localidad con anticipación para observar la manera en que los paisajistas colocan piedras en los espacios públicos.
    • Puedes visitar algunos jardines en persona. Si en tu ciudad hay jardines comunitarios u otras áreas verdes, ve y trata de encontrar algo que te inspire.
    • Asimismo, puedes visitar lugares en línea para observar otros jardines con piedras de alrededor del mundo.[1]
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    Mide la cantidad de espacio que destinarás a las piedras. Con cuidado, diseña el área que cubrirás con piedras. Esta debe quedar bloqueada del resto del jardín a fin de crear un efecto más llamativo.[2]
    • Utiliza una cinta métrica para conseguir las medidas exactas para tu proyecto. De esta manera, sabrás la cantidad exacta de piedras que necesitarás. En general, 900 kg (1 tonelada) de piedras son suficientes para llenar un área de 9 m2 (100 pies cuadrados) y entre 2 y 2,5 cm (3/4 y 1 pulgada) de profundidad.[3]
    • Quizá sea útil tener algunas piedras adicionales en caso de que debas rellenar un poco el espacio, así que asegúrate de conseguir más de lo necesario.
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    Prepara un área en el jardín para colocar las piedras. Retira cualquier arbusto o hierba del lugar destinado para las piedras. Utiliza guantes y otros implementos de protección de modo que no te cortes las manos o te lastimes los ojos.
    • Arranca las hierbas, flores o cualquier otra planta que haya en el área destinada para las piedras. Así te asegurarás de que no continúen creciendo debajo de ellas.
    • Usa guantes y gafas de seguridad cuando arranques las hierbas o las flores. Esto es particularmente importante si vas a emplear una desmalezadora o un cortasetos eléctrico.
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    Asegúrate de que el jardín tenga un drenaje adecuado. De lo contrario, la precipitación podría acumularse en el área donde se encuentran las piedras.[4]
    • Si el agua se acumula cuando llueve, quizá haya un problema con el drenaje.
    • Puedes crear un drenaje francés, que es, en esencia, una zanja llena de grava a un lado del jardín. Este podría ayudarte a evitar que el jardín se inunde.
    • Otra opción para mejorar el drenaje es colocar una tubería debajo de una zanja. La tubería servirá para redirigir el agua a un área que no se inunde cuando llueva.[5]
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    Coloca una malla antigerminante. Ponla sobre la tierra u otro material base del área donde vas a colocar las piedras. Esta malla cubrirá el lugar que hayas despejado y servirá para asegurarte de que no crezca casi nada de vegetación debajo de ella.[6]
    • La base que cubrirás con la malla puede ser tierra, arena, césped, pavimento u otro material natural.
    • La malla limitará el crecimiento de hierbas bajo las piedras. Asimismo, evitará que la tierra u otro material empleado para la base se mezcle con las piedras.
    • Puedes conseguir mallas antigerminantes en tiendas de jardinería o de paisajismo. Están hechas de distintos materiales, entre los cuales se encuentra el plástico.
    • Consigue una malla que sea segura para el medio ambiente y que afecte únicamente el área del jardín donde colocarás las piedras. Si empleas una hecha con un material biodegradable, tendrás la seguridad de que solo afecte un área determinada y se descomponga cuando termines de utilizarla en el jardín.[7]
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Método 2
Método 2 de 3:
Elegir las piedras

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    Consigue distintos tipos de piedras. Puedes encontrarlas a la venta en tiendas de jardinería, de artículos para piscina y de mascotas. Existe una gran variedad de tipos y precios, y tendrás que elegir de acuerdo a tus necesidades. Estas son algunas de las opciones que posiblemente encuentres:[8]
    • piedras de mármol, que son de color rosado, blanco, negro, amarillo y marrón;
    • piedras de caliza, que tienen colores naturales como canela, negro, blanco y marrón;
    • piedras de granito, que son de color rosado y rojo.
    • También puedes buscar piedras en el lecho de un río o arroyo para darle un toque adicional al jardín.
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    Elige de una variedad de formas y texturas. Puedes utilizar piedras planas, redondas o elípticas, o combinar distintos tipos. Cada una funcionará mejor dependiendo del ambiente y de la disposición que hayas planeado para las piedras.
    • La gravilla, las piedras de río, el granito triturado y las piedras de playas mexicanas son de distintas texturas. Encuentra las piedras que combinen mejor con el ambiente y la apariencia del resto del jardín.[9]
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    Crea un diseño que combine con el estilo del jardín. Puedes utilizar piedras de un solo color y forma o puedes mezclar distintos tonos y texturas. Planea y decide qué emplearás antes de colocar las piedras en el jardín.[10]
    • Si deseas una apariencia menos natural y más pulida, utiliza piedras monocromáticas, como el ónix u otros ejemplares blancos para conseguir un acabado brillante y refinado. Estas se encuentran disponibles en tiendas de paisajismo y tienen formas y tamaños más uniformes.
    • También puedes crear un mosaico, combinando una variedad de piedras distintas para crear un patrón. De esta manera, le darás una apariencia divertida e interesante a tu jardín.[11]
    • Otras opciones son difuminar los límites del área donde las piedras limitan con plantas, combinar piedras de distintos tamaños y añadir un borde de rocas. Intenta encontrar el diseño que mejor se acomode a tu jardín.[12]
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    Transporta las piedras al jardín. Las piedras pueden ser pesadas, sobre todo si consigues suficientes como para llenar un área grande del jardín. Asegúrate de tener una buena forma de transportar las piedras desde el lugar donde las consigas, así como alguien que te ayude a llevarlas al jardín.
    • Si vas a reunir piedras de un ambiente natural, como del lecho de un río o un arroyo, utiliza una carretilla para transportarlas al lugar del jardín donde vas a colocarlas.
    • Si vas a comprarlas en una tienda, pídele a alguien que te ayude a transportarlas. Cargar muchas bolsas de piedras por tu cuenta puede ser agotador.
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Método 3
Método 3 de 3:
Colocar las piedras en el jardín

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    Vierte las piedras en el espacio que has destinado para ellas. Primero, debes transportar las bolsas de piedras al jardín de modo que sepas cuántas necesitarás para el proyecto. Colócalas al lado del lugar donde piensas colocarlas para poder calcular mejor la cantidad necesaria.
    • Abre las bolsas y llena el camino o espacio con las piedras. Corta un extremo de las bolsas y sacúdelas para vaciar el contenido en el jardín.
    • Si vas a crear un mosaico de piedras, tendrás que ser cuidadoso desde que las viertes en el jardín.
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    Esparce las piedras en el área designada del jardín. Una vez que termines de verter las piedras, muévelas de tal manera que cubran el espacio elegido. La idea es que no se vea la malla antigerminante, así que crea varias capas de piedras según sea necesario.[13]
    • Emplea un rastrillo o una herramienta de jardinería similar para esparcir las piedras. Procura no dañarlas mientras lo haces.
    • Las piedras deben cubrir el área por completo. Es mejor que sobren a que falten, ya que, si no hay suficientes, se verá desaliñado.
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    Distribúyelas manualmente alrededor de las plantas y flores. Esparce las piedras de manera uniforme en las áreas más grandes. Intenta nivelar la superficie del jardín tanto como puedas. Quizá sea posible calcular el nivel a simple vista, pero es mejor que intentes observarlo desde el nivel del suelo para asegurarte.
    • Ten cuidado de no dañar las plantas o las flores del jardín con las piedras. Estas aún deben poder obtener bastante agua y sol.
    • Nivela las piedras tanto como sea posible. Puedes calcularlo a simple vista, pero tal vez sea mejor emplear una herramienta de jardinería para emparejar la superficie, incluso en las áreas cercanas a otras plantas y flores.
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    Agrega cemento para fijar las piedras de ser necesario. Dependiendo del patrón que vayas a crear con las piedras, quizá sea necesario que las fijes en su lugar. Sobre todo en áreas donde la gente vaya a pisar, quizá sea mejor que emplees cemento para asegurarte de que no se salgan del camino.
    • Crea una mezcla de cemento y arena en proporción de 4 a 1, respectivamente. La textura ideal debe ser similar a migajas de pan.
    • Vierte el cemento en el camino. Luego, llénalo con las piedras. No emplees demasiado cemento, ya que sobrepasará la capacidad del camino. Intenta calcular la cantidad de cemento y piedras necesarias para tu proyecto. En general, una bolsa de cemento de 35 kg (80 libras) puede llenar un área de 0,2 m2 (2 pies cuadrados) de 10 cm (4 pulgadas) de profundidad.[14]
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    Observa el jardín de lejos para evaluar su impacto visual. Las piedras deben dar al jardín una apariencia limpia y decorativa. Si lo haces correctamente, el espacio quedará bien decorado y te dejará sin palabras.
    • Idealmente, los colores que elijas deben ser agradables a la vista además de combinar con las plantas y flores del jardín.
    • Considera emplear líneas y ángulos marcados en el diseño de tu jardín. De esta manera, podrás mantener el equilibrio.
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    Acomoda las piedras y añade más si fuera necesario. Comprar bolsas adicionales de piedras será útil en esta etapa, ya que no será necesario regresar a la tienda para conseguir más.
    • Añade piedras a cualquier lugar que no esté lo suficientemente lleno. La uniformidad le dará al jardín la mejor apariencia posible.
    • Revisa el área del jardín donde están las piedras frecuentemente. Observa cómo se ve regularmente para saber cuándo debes arreglar algún detalle o añadir más piedras.
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Cosas que necesitarás

  • malla antigerminante
  • piedras
  • carretilla
  • rastrillo o azada para jardinería

Acerca de este wikiHow

Ben Barkan
Coescrito por:
Diseñador de jardines y paisajismo
Este artículo fue coescrito por Ben Barkan. Ben Barkan es un diseñador de jardines y paisajismo, y es el propietario y fundador de HomeHarvest LLC, un negocio de construcción y huertos con sede en Boston, Massachusetts. Ben tiene más de 12 años de experiencia trabajando con jardinería orgánica y se especializa en diseñar y construir hermosos paisajes con construcción personalizada e integración creativa de plantas. Es diseñador certificado en permacultura, tiene licencia de supervisor de construcción en Massachusetts y es un contratista con licencia para mejoras en el hogar. Tiene un título de asociado en Agricultura Sostenible de la Universidad de Massachusetts Amherst. Este artículo ha sido visto 122 354 veces.
Categorías: Jardinería
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