Un trabajo de investigación implica la elaboración de un trabajo organizado con base en el análisis sofisticado de una investigación actual. Los trabajos de investigación pueden abarcar cualquier tema, desde medicina hasta historia medieval, y son una asignación habitual en muchas preparatorias y universidades. Escribir un trabajo de investigación puede ser una labor abrumadora, sobre todo en los momentos previos a hacerlo. No obstante, organizar tus pensamientos y fuentes te permitirá escribir con mayor facilidad el trabajo de investigación y evitar el bloqueo del escritor.

Parte 1
Parte 1 de 6:
Prepararte para la asignación

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    Lee atentamente la descripción de la asignación. La mayoría de los trabajos de investigación son asignaciones que dan los instructores, quienes proporcionarán parámetros específicos para su realización. Antes de comenzar a escribir, asegúrate de comprender con exactitud lo que se te pide.[1] A continuación, estas son algunos aspectos que probablemente necesites saber:[2]
    • La extensión del trabajo.
    • La cantidad y los tipos de fuentes que deben utilizarse.
    • El tema adecuado. ¿Tu instructor te asignó un tema específico o puedes elegir uno por tu cuenta? ¿Tiene alguna sugerencia? ¿Existen algunas restricciones sobre la elección del tema?
    • La fecha de entrega del trabajo.
    • La presentación de tareas preescritas. Por ejemplo, tu instructor podría pedirte que entregues un borrador para realizar una revisión por pares o que presentes un esquema junto con el trabajo terminado.
    • El tipo de formato que utilizarás. ¿El trabajo debe tener un doble espaciado? ¿Necesitas utilizar el formato APA? ¿Cómo se supone que citarás tus fuentes?
    • Si aún no tienes claro alguno de estos detalles importantes, asegúrate de consultar con tu instructor.
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    Reúne las herramientas de escritura. Algunas personas prefieren escribir en laptop, mientras que otras prefieren hacer con lápiz y papel. Asegúrate de contar con todos los materiales necesarios para iniciar el proceso de escritura. Verifica que tu computadora funcione y que cuentes con los materiales suficientes como para comenzar el proceso de escritura.
    • Si necesitas una computadora y conexión a Internet, pero no cuentas con la primera, averigua si puedes tener acceso a un laboratorio de cómputo en la biblioteca pública o la biblioteca de la universidad.
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    Descompón tu asignación en partes y elabora una línea de tiempo. Los trabajos de investigación suelen constar de muchos pasos, cada uno de los cuales requiere una cantidad significativa de tiempo.[3] Si quieres escribir un buen trabajo de investigación, no podrás tomar atajos. Asegúrate de Contar con el tiempo suficiente (por lo menos, uno o dos días) para completar cada paso. Lo ideal es dedicar por lo menos dos semanas a la investigación y escritura del trabajo. La línea de tiempo exacta que crees dependerá de una serie de factores, entre los que se encuentran la extensión de la asignación, tu familiaridad con el tema, tu estilo de escritura personal y las muchas otras responsabilidades que tienes. No obstante, la línea de tiempo mostrada a continuación es un ejemplo que puede servirte para crear la tuya propia:
    • 1er día: lectura inicial y especificación del tema
    • 2do día: recopilación de las fuentes de investigación
    • 3er al 5to día: lectura y toma de notas relacionadas con la investigación
    • 6to día: creación del esquema
    • 7mo al 9no día: escritura del primer borrador
    • 10mo día en adelante: revisión y estructura final
    • Ten en cuenta que los trabajos de investigación varían en complejidad y alcance. Un trabajo de investigación para la escuela puede requerir dos semanas, uno para una tesis de maestría puede tardar un año, mientras que una investigación especializada puede requerir muchos años.
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    Escoge uno o más espacios en los que puedas concentrarte. A algunas personas les gusta leer y escribir en un entorno completamente tranquilo y aislado, como un estudio privado en una biblioteca. Por su parte, otras pueden concentrarse más en lugares con un poco más de actividad, como una cafetería o un salón de dormitorio.[4] Ten en cuenta algunos lugares donde puedas planificar y escribir tu trabajo de investigación. Asegúrate de que estos lugares cuenten con buena iluminación (lo ideal sería que haya algunas ventanas para recibir luz natural) y que haya muchas tomas de corriente para tu laptop.

Parte 2
Parte 2 de 6:
Determinar el tema de investigación

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    Determina si necesitas fijar tu propio tema. En muchos casos, será tu instructor quien te asigne un tema para tu investigación. Si este es tu caso, puedes pasar a la siguiente fase del proceso.[5] No obstante, si el tema exacto de tu asignación es abierto, deberás tomarte un tiempo para buscar uno bueno.
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    Escoge un tema que coincida con los parámetros de la asignación. Incluso si el tema es abierto, probablemente tendrás algunas limitaciones en cuanto a tu elección.[6] El tema debe ser relevante para la clase en la que estás y para la asignación específica que te han dado. Por ejemplo, podría estar relacionado con algo que se haya abordado en tu clase o quizás algo concerniente a la Revolución Francesa. Asegúrate de comprender lo que te piden a fin de que tu tema de investigación sea relevante.[7]
    • Por ejemplo, tu maestro de Microbiología no querrá que presentes un trabajo de investigación espectacular sobre la filosofía en la época de la Ilustración. Del mismo modo, a un maestro de Literatura que te pida escribir sobre un escritor del siglo pasado no estará a gusto si le presentas un trabajo sobre un escritor contemporáneo. Enfócate en el tema y crea un trabajo relevante.
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    Haz una lista de los temas relevantes que sean de tu interés. Una vez que comprendas los parámetros de la asignación, puedes comenzar a pensar en posibles temas que coincidan con ellos.[8] Quizás se te ocurra un excelente tema al instante.[9] Asegúrate de que tus posibles temas sean unos que te interesen, pues deberás pasar mucho tiempo investigando y la labor será más agradable si la disfrutas. Para idear temas interesantes, puedes hacer lo siguiente:
    • Revisa tus libros del curso y las anotaciones de clase. ¿Hay algún tema que atrape tu atención? ¿Resaltaste algún pasaje en tu libro porque querías saber más? Estas pueden ser pistas excelentes que te ayuden a seleccionar un tema.
    • Piensa en qué asignaciones específicas te han gustado más hasta el momento, pues podrían darte una idea sobre un tema.
    • Ten una conversación con un compañero de clase con respecto al curso. Habla sobre lo que te entusiasma (o lo que no) y utilízalo como un punto de partida.
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    Propón un tema tentativo. Después de hacer la lista de temas interesantes, tómate un momento para analizarlos. ¿Hay alguno que te llame más la atención? ¿Notas algún patrón? Por ejemplo, si la mitad de tu lista se relaciona con el arsenal de la Primera Guerra Mundial, es un buen indicio de que la dirección hacia donde están orientados tus intereses. Otros aspectos que debes tener en cuenta al momento de elegir un tema tentativo son los siguientes:
    • Su relevancia con la asignación. ¿Encaja dentro de todos los parámetros de la asignación?
    • La cantidad de material para investigación que hay disponible acerca del tema. Puedes estar muy seguro de que existe una gran cantidad de información publicada concerniente a los monasterios medievales franceses. No obstante, quizás no haya una gran cantidad de material disponible sobre la reacción de los sacerdotes católicos en Cleveland, Estados Unidos, ante la música rap.
    • Lo detallada que debe ser tu investigación. Algunos trabajos de investigación son muy específicos. Por ejemplo, podrían pedirte que investigues la historia de un solo objeto (como el Frisbee). Otros tipos de asignaciones son muy amplias, como al pedirte que investigues la forma en que las mujeres se involucran en la guerra. Es útil si tu tema está lo suficientemente delimitado como para que no te sientas complemente abrumado por la información, pero al mismo tiempo que sea lo suficientemente amplio como para que puedas sumergirte totalmente en tus fuentes de información.[10] Por ejemplo, no podrás escribir un buen trabajo de 10 páginas sobre el tema “La Segunda Guerra Mundial”, pues es demasiado amplio y abrumador. No obstante, puedes escribir un trabajo de 10 páginas sobre “la forma en que los periódicos de un determinado lugar describían a la Segunda Guerra Mundial”.
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    Infórmate un poco sobre el tema tentativo durante 1 o 2 horas. Antes de haber decidido un tema definitivo, no tiene sentido que te involucres demasiado en los materiales de investigación, pues sería una pérdida de tiempo. No obstante, es útil que leas un poco sobre el tema para asegurarte de que sea viable. Quizás descubras que tu tema tentativo es demasiado amplio o limitado, o incluso que no te permitirá realizar una contribución significativa. Después de informarte sobre tu tema tentativo, puedes hacer lo siguiente:
    • Determina si el tema tentativo es viable y llévalo a cabo.
    • Determina si el tema tentativo requiere algunos cambios.
    • Determina si este tema es completamente inviable y prueba con otro de tu lista.
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    Habla con tu instructor sobre tu tema de investigación. Muchos instructores o maestros estarán encantados de brindarte sugerencias relacionadas con los proyectos de investigación.[11] Si no sabes a ciencia cierta si tu tema es bueno, uno de tus instructores podría guiarte. Probablemente puedas acudir a él en horario de oficina, lo que te permitirá discutir tus ideas para el trabajo.
    • También es buena idea hablar con tus instructores antes de comenzar a escribir de modo que puedas obtener sus consejos con respecto al lugar en donde buscar tus fuentes informativas o al tipo de estructura que le darás al proyecto.
    • Cuando te reúnas con un instructor, no olvides preparar y expresar adecuadamente el tema de tu proyecto. Tu instructor querrá que te hayas informado concienzudamente sobre tu tema y que conozcas bien tus ideas antes de reunirte con él.

Parte 3
Parte 3 de 6:
Reunir los materiales de investigación

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    Reúne tus fuentes primarias. Las fuentes primarias son los objetos originales sobre los que escribes, mientras que las fuentes secundarias son los comentarios sobre una fuente principal.[12] Existen más probabilidades de que obtengas fuentes primarias si escribes un trabajo de investigación en el campo de humanidades, arte o ciencias sociales. Es mucho menos probable que el campo de la ciencia dura abarque el análisis de una fuente primaria. Dependiendo del tema de la investigación, es posible que necesites los siguientes elementos:
    • un trabajo de literatura
    • una película
    • un manuscrito
    • documentos históricos
    • cartas o diarios
    • una pintura
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    Busca en Internet fuentes secundarias y referencias. Muchas universidades y escuelas se suscriben a bases de datos accesibles que te permiten buscar material de referencia.[13] Estas bases de datos podrían ayudarte a encontrar artículos de revistas, monografías académicas, documentos científicos, índices de fuentes, documentos históricos u otros medios de comunicación. Busca palabras clave o encabezados que te ayuden a encontrar material publicado relevante para tu tema.[14]
    • Si tu escuela no está suscrita a bases de datos principales, puedes buscar en Internet revistas de libre acceso o utilizar herramientas tales como Jstor y GoogleScholar que te ayuden a encontrar material de investigación sólido.[15] Solo sé cauteloso con las fuentes que encuentres en Internet.[16]
    • En ocasiones, estas bases de datos te brindarán acceso a la fuente misma, como una versión en PDF de un artículo de revista. En otros casos, estas bases de datos simplemente te darán un título que lleve hasta una biblioteca de investigación.
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    Utiliza un motor de búsqueda de la biblioteca para recopilar una lista de fuentes. Además de las bases de datos accesibles, la biblioteca pública de tu localidad, a biblioteca de investigación o la de tu universidad probablemente cuenten con fuentes útiles entre sus colecciones.[17] Utiliza el motor de búsqueda interno de la biblioteca para comenzar a buscar encabezados relevantes, autores, palabras clave y temas.[18]
    • Asegúrate de tener una lista meticulosa de los títulos, autores, números telefónicos y ubicaciones de estas fuentes. Deberás llevar un registro de ellos con la finalidad de evitar la molestia de volver a realizar alguna búsqueda.
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    Acude a la biblioteca. Muchas bibliotecas organizan sus estantes de acuerdo con la materia. Esto significa que si vas a recopilar material sobre un solo tema, lo más probable es que los libros que necesites estén apilados juntos.[19] Los resultados de tu búsqueda en el motor de búsqueda de la biblioteca deberán indicarte el lugar (o lugares) más probable donde puedes encontrar los libros relevantes.[20] Asegúrate de revisar los estantes contiguos a los libros que buscas, pues en ellos podrías encontrar fuentes relevantes que no aparezcan en el motor de búsqueda. Revisa todos los libros que consideres relevantes.
    • Ten en cuenta que muchas bibliotecas guardan sus publicaciones periódicas en una sección aparte de los libros. En ocasiones, no está permitido que estas publicaciones salgan de las instalaciones, en cuyo caso probablemente necesites sacar una fotocopia o hacer un escaneo digital del artículo.
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    Habla con un bibliotecario. Los bibliotecarios tienen un amplio conocimiento de sus colecciones. Algunas bibliotecas incluso cuentan con bibliotecarios especialistas en áreas particulares tales como leyes, ciencias o literatura.[21] Habla con un bibliotecario sobre tu tema de interés. Él podría llevarte por direcciones sorprendentes y útiles.
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    Revista tus fuentes potenciales para determinar su precisión. Existe una gran cantidad de información, la cual puede ser precisa o no, algo que, en ocasiones, puede ser difícil determinar.[22] No obstante, existen algunas herramientas que puedes emplear para asegurarte de que tus fuentes de investigación no te lleven por el mal camino:[23]
    • Asegúrate de que tus fuentes hayan pasado por un proceso de revisión por pares.[24] En este proceso, un grupo de académicos y científicos ponen a prueba el trabajo de cada uno para determinar su precisión. Si un trabajo no ha pasado por un proceso de revisión por pares, es posible que la fuente sea incorrecta o poco rigurosa.
    • No confíes ciegamente en los sitios web populares. Wikipedia y sitios web similares son fuentes útiles para conseguir información rápidamente (como una fecha importante), pero no son los más adecuados para buscar un análisis profundo.[25] Toma con pinzas la información de sitios web populares y cotéjala con otras fuentes académicas.[26]
    • Busca libros publicados con editoriales de renombre.[27] Si tu fuente es un libro publicado, asegúrate de que provenga de una editorial decente. Muchas de las mejores editoriales están afiliadas a universidades importantes, lo cual es una pista útil. No confíes en la información que proviene de una autopublicación.
    • Consulta con los expertos en tu campo para saber sobre sus revistas favoritas. Algunas revistas científicas y académicas son mejores que otras. Es posible que a un estudiante le cueste comprender las diferencias entre una revista de calidad superior y una de menor calidad, por lo que deberás consultar con un experto para que te aconseje sobre las fuentes de información más confiables.
    • Busca fuentes que tengan buenos pies de página. Si bien hay algunas excepciones a este punto, en general, la mayor parte de las investigaciones sólidas tendrá citas meticulosas. Si has encontrado un artículo que no tiene pies de página, es probable que el autor no revisó las investigaciones de nadie más, lo que es una mala señal.
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    Lee los pies de página para obtener más sugerencias. Uno de los mejores lugares para encontrar ideas que expandan la investigación son los pies de página de las fuentes que te han sido particularmente útiles. Los pies de página son el lugar donde un autor cita sus propias fuentes de investigación, lo que genera un rastro en papel que también puedes seguir. Si respetas las conclusiones de un autor, sería útil examinar las fuentes que inspiraron sus ideas en primer lugar.
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    Almacena tus materiales de investigación juntos y organizados. Para este punto, debes tener una serie de libros que hayas escogido de la biblioteca, así como artículos de revistas o ciencias impresos o escaneados en tu computadora. Desarrolla un sistema que te permita organizar estos materiales. Por ejemplo, crea una carpeta por separado en tu laptop para los artículos de revista relevantes y guarda los libros para tu investigación en un solo estante.[28] No querrás que estás fuentes valiosas se extravíen.

Parte 4
Parte 4 de 6:
Utilizar los materiales de investigación de manera sensata

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    Analiza meticulosamente tus fuentes primarias. Si vas a escribir un trabajo de investigación que analice una fuente primaria, debes comenzar a examinar de cerca los materiales primarios. Léelos atentamente, míralos de cerca y toma notas meticulosas. Considera la posibilidad de escribir algunas observaciones iniciales que te ayuden a encontrar una base. Después de todo, no querrás que tus propios pensamientos se pierdan cuando comiences a leer las opiniones expertas sobre el tema.[29]
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    Revisa rápidamente los materiales secundarios para determinar su relevancia. No asumas que cada fuente será igualmente relevante para tu tema de investigación. En ocasiones, los títulos son engañosos y podrías descubrir que un estudio presenta fallos o está completamente fuera de lugar. Asume que solo la mitad de las fuentes que has recopilado te serán de utilidad para tus objetivos. Antes de comenzar a tomar notas detalladas, determina si vale la pena leer una fuente a profundidad. Algunas formas de determinarlo rápidamente son las siguientes:
    • Echa un vistazo a los encabezados del capítulo y la sección para determinar los temas principales. Marca cada sección o capítulo específicos que puedan ser particularmente relevantes para ti.
    • En primer lugar, lee la introducción y la conclusión. Estas secciones deben indicarte los temas que abarca el autor y si se aplican a ti.
    • Echa un vistazo a los pies de página. Estos deberán darte una idea de los tipos de conversaciones en los que participa el autor. Si vas a escribir un trabajo sobre psicología y los pies de página de un artículo citan a filósofos, significa que esa fuente podría no ser relevante para ti.
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    Determina qué materiales necesitas leer a profundidad, cuáles ameritan leer solo una parte y cuáles debes descartar. Después de echarle un vistazo a los materiales de investigación, determina cuáles son los que tienen mayores probabilidades de ayudarte en tu investigación. Algunas fuentes te serán de mucha utilidad, y probablemente quieras investigar todo el trabajo. Por su parte, otras fuentes solo podrían contener secciones pequeñas que sean de relevancia para tu investigación.[30] Recuerda que es perfectamente normal leer un solo capítulo de un libro en lugar de hacerlo por completo. Otras fuentes podrían ser totalmente irrelevantes, por lo que simplemente puedes descartarlas.
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    Toma notas detalladas. Es normal sentirse abrumado con toda la información mientras redactas tu trabajo de investigación. Conocerás nuevos conceptos, términos y argumentos. Para mantener la organización (y para recordar con claridad lo que has leído), asegúrate de tomar notas detalladas sobre la marcha.[31] Si vas a trabajar con base en un artículo fotocopiado, puedes escribir directamente en papel. De lo contrario, debes tener un cuaderno aparte o un documento de procesamiento de textos con la finalidad de llevar un registro de la información que lees.[32] Entre las cosas que debes escribir, se encuentran las siguientes:
    • el argumento o conclusión principales de la fuente
    • los métodos de la fuente
    • las evidencias clave de la fuente
    • las explicaciones alternativas para los resultados de la fuente
    • cualquier cosa que te haya sorprendido o confundido
    • los términos y conceptos clave
    • cualquier cosa con la que no estés de acuerdo o dudes con respecto al argumento de la fuente
    • preguntas que tienes acerca de la fuente
    • citas útiles
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    Cita la información de manera detallada. A medida que tomes notas, asegúrate de indicar con exactitud qué fuente te brindó la información. La mayoría de las citas incluyen los nombres del autor (o autores), la fecha de la publicación, el título de la publicación, el título de la revista (si es relevante) y el número de página. Otra información que puedes incluir es el nombre de la editorial, el sitio web que utilizaste para acceder a la publicación y la ciudad en que se publicó la fuente. No olvides que debes citar una fuente cuando la menciones directamente, así como cuando hayas recopilado información de ella. Si no lo haces, podrías dar lugar a acusaciones de plagio o deshonestidad académica.[33]
    • Utiliza un formato de citas que te solicite el instructor. Entre los formatos para citas comunes se encuentran el MLA, Chicago, APA y CSE. Todos ellos tienen guías de estilo en línea que pueden ayudarte a citas las fuentes de manera adecuada.
    • Existen muchos programas de computadora que pueden ayudarte a darle formato a tus citas de una manera sencilla, entre los que se encuentran EndNote y RefWorks. Algunos sistemas de procesamiento de texto también cuentan con programas para citas que te permiten estructurar tu bibliografía.
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    Organiza y consolida la información. A medida que continúas con tu toma de notas, debes comenzar a ver algunos patrones que surgen con relación a tu tema.[34] ¿Existen algunas discrepancias importantes que notes? ¿Existe un consenso general sobre determinadas cosas? ¿La mayoría de las fuentes han excluido un tema clave de sus discusiones? Organiza tus notas según estos patrones clave.

Parte 5
Parte 5 de 6:
Elaborar un esquema

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    Abre un documento en blanco. Este será el lugar donde realices el esquema de tu proyecto. Un esquema es un paso clave para escribir un trabajo de investigación, sobre todo aquellos que son extensos.[35] Este te ayudará a mantenerte enfocado en el proyecto, así como acelerar el proceso de redacción. Recuerda que un buen esquema no necesariamente debe componerse de párrafos enteros y perfectos. Por el contrario, solo deberá contener la mayor cantidad de información vital que puedas organizar más adelante.[36] Entre esta información, se encuentran los siguientes puntos:
    • tu declaración de tesis
    • la oración principal, las evidencias clave y la conclusión principal de cada párrafo
    • un orden sensato para los párrafos
    • una declaración final
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    Elabora una declaración de tesis tentativa. La mayoría de los trabajos de investigación te pedirán que establezcas algún tipo de argumento con base en la evidencia recopilada, así como en tu análisis.[37] Deberás presentar tu argumento por medio de una declaración de tesis, y todos los demás párrafos se basarán en dicha tesis.[38] Recuerda que la declaración de tesis debe ser de la siguiente forma:
    • Argumentativa. No simplemente puedes decir algo que sea de conocimiento común o una información básica. “El cielo es azul” no es una declaración de tesis.
    • Convincente. Tu tesis debe basarse en la evidencia y el análisis detallado.[39] No plantees una tesis salvaje, deliberadamente inusual o que no se pueda demostrar.
    • Apropiada para tu asignación. No olvides ceñirte a todos los parámetros y guías de tu asignación.
    • Manejable dentro del espacio asignado. Mantén tu tesis limitada y enfocada en un punto. De esa manera, podrás demostrar tu punto en el espacio que te han brindado.[40]
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    Escribe la declaración de tesis en la parte superior del esquema. Debido a que todo lo demás se basa en tu tesis, deberás tenerla en mente en todo momento. Escríbela en la parte superior de tu esquema utilizando letras grandes y en negrita.
    • Si tienes que modificar la tesis a lo largo del proceso de redacción, hazlo. Lo más probable es que puedas cambiar de opinión en algo durante la redacción del trabajo.
    • Otras cosas importantes que deberás incluir en una introducción son tus métodos, los parámetros de cualquier estudio realizado, así como una hoja de ruta de las secciones que seguirán.[41]
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    Ten en cuenta la información general necesaria para el tema. Muchos trabajos incluyen una sección hacia el final que le brinda al lector información clave sobre el tema. En muchos casos, también necesitas proporcionar una discusión sobre lo que han mencionado otras investigaciones en lo concerniente a tu tema (lo que también se conoce como reseña literaria). Enumera la información que necesitarás explicar con la finalidad de que el lector comprenda los contenidos posteriores del trabajo.
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    Ten en cuenta la información necesaria para comprobar si tu declaración de tesis es correcta. ¿Qué tipo de evidencia necesitas para demostrar que estás en lo correcto? ¿Necesitas evidencia textual, visual, histórica o científica? ¿Necesitas la opinión de un experto? Échales un vistazo a tus notas de la investigación para encontrar parte de dicha evidencia.[42]
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    Haz un esquema de los párrafos. Los párrafos son el lugar donde plasmarás tu investigación y análisis. La mayoría de ellos solo se componen de unas cuantas oraciones, las cuales se relacionan a un tema o idea en común. Lo ideal es que cada párrafo continúe con la idea del anterior, agregándole mayor consistencia a tu argumento.[43] Por lo general, cada párrafo deberá incluir lo siguiente:
    • Una oración principal que explique la evidencia que presentarás así como la razón por que es relevante.
    • La presentación de la evidencia. Esto puede incluir citas, resultados de estudios científicos o de encuestas.
    • Tu análisis de la evidencia.
    • Una discusión sobre la manera en que otros investigadores han tratado a la evidencia.
    • Una oración final o dos que explique la importancia del análisis.
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    Organiza los párrafos. Cada párrafo debe sustentarse por cuenta propia. No obstante, todos deben funcionar en conjunto para discutir los méritos de tu declaración de tesis. Considera la manera en que los párrafos se relacionan entre sí. Piensa en una estructura convincente y sensata para estos párrafos. Dependiendo del tema, podrías organizar los párrafos de la siguiente manera:
    • En orden cronológico. Por ejemplo, si tu trabajo de investigación habla sobre la historia de un artefacto, quizás quieras hablar de sus funciones clave siguiendo un orden cronológico.
    • En orden conceptual. Puedes considerar los temas principales en el trabajo y discutir cada concepto de manera individual. Por ejemplo, si el trabajo abarca la forma en que una película en particular trata al género, raza y sexualidad, quizás quieras contar con secciones separadas en cada uno de dichos conceptos.
    • De acuerdo a la escala. Por ejemplo, si el trabajo trata sobre el impacto de una vacuna, podrías organizarlo según el tamaño de la población, desde la más pequeña hasta la más grande (p. ej. su impacto en un pueblo en particular, en una nación y, por último, en el mundo).
    • De acuerdo a una estructura condicional (si, no, entonces). Este tipo de estructura implica la presentación de una perspectiva (sí) y luego su estructura opuesta (no). Por último, unes las mejores partes de cada perspectiva con la finalidad de crear una teoría nueva (entonces). Por ejemplo, tu trabajo puede explicar la razón por la que determinados especialistas en salud creen en la acupuntura, luego la razón por la que otros la consideran charlatanería. Por último, puedes explicar la razón por la que cada parte podría estar un poco en lo correcto y un poco en un error.
    • Puede ser muy útil incluir oraciones de transición entre los párrafos. De esta manera, el lector comprenderá el motivo de dicha organización.[44]
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    Ten en cuenta otras secciones necesarias. Dependiendo del campo o los parámetros de tu asignación, es posible que incluyas otras secciones necesarias además de los párrafos. Estas pueden variar mucho, así que asegúrate de revisar el syllabus o consultar con tu instructor para tener las ideas más claras. Estas secciones podrían ser las siguientes:[45]
    • un resumen[46]
    • una reseña literaria
    • cifras científicas
    • una sección de métodos
    • una sección de resultados
    • un apéndice
    • una bibliografía anotada
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    Haz un esquema de tu conclusión. Una conclusión servirá como la declaración final que indique que tu tesis es correcta. Esta debe enlazar los cabos sueltos y explicar de manera sólida tu propia perspectiva.[47] No obstante, tu conclusión también podría abarcar otras funciones, dependiendo de tu campo, las cuales podrían incluir las siguientes:
    • las posibles desventajas o explicaciones alternativas para tus resultados
    • más preguntas que requieran investigación
    • la manera en que esperas que tu trabajo haya impactado en la discusión general sobre el tema

Parte 6
Parte 6 de 6:
Superar el bloqueo del escritor

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    No entres en pánico. La mayoría de las personas experimentan un bloqueo del escritor en algún punto de sus vidas, sobre todo cuando tienen una tarea considerable, como un trabajo de investigación. No olvides relajarte y respirar profundamente algunas veces. También puedes controlar tu ansiedad por medio de algunas herramientas y trucos simples.
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    Utiliza ejercicios de escritura libre para permitir que tu mente fluya. Si estás atascado en algún punto, aléjate de tu esquema durante unos cuantos minutos. Por el contrario, simplemente anota todo lo que consideres importante sobre el tema. ¿Qué te interesa? ¿Qué le debe interesar a los demás? Recuerda qué consideras interesante y divertido en tu tema de investigación. Además, el solo hecho de escribir durante algunos minutos, aun cuando sea algo que no incluyas en tu borrador final, permitirá que tus ideas fluyan para estructurar luego una redacción más organizada.[48]
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    Elige una sección diferente para escribir. No es necesario que escribas un trabajo de investigación siguiendo un orden de principio a fin. Si cuentas con un esquema bien definido, podrás completar el trabajo sin importar qué párrafo escribas primero. Si tienes dificultades para escribir la introducción, enfócate mejor en el párrafo más interesante. Quizás descubras que es una tarea más manejable y, además, podrías obtener ideas que te permitan superar las secciones más difíciles.[49]
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    Di en voz alta lo que quieres decir. Si te quedas atascado en una oración complicada o concepto, intenta explicarlo en voz alta en lugar de hacerlo sobre el papel. Habla con tus padres o un amigo sobre dicho concepto. ¿Cómo se lo explicarías por teléfono? Solo comienza a plasmarlo en papel después de haberte acostumbrado a explicarlo de manera oral.[50]
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    Permite que tu primer borrador sea imperfecto. Los primeros borradores nunca son perfectos. Siempre puedes solucionar las imperfecciones o las oraciones poco concisas durante el proceso de revisión. En lugar de obsesionarte por encontrar la palabra perfecta, simplemente resáltala a modo de recordatorio para que pienses en ella más adelante. Podrías encontrar la palabra adecuada al cabo de un día o dos, pero de momento, enfócate en plasmar tus ideas en papel.[51]
  6. 6
    Sal a caminar. No querrás acostumbrarte a postergar las cosas, pero tu cerebro a veces necesita tomar descansos para funcionar de la manera correcta. Si has tenido problemas para escribir un párrafo durante más de una hora, da un paseo de 20 minutos y retómalo más adelante. Después de tomar un poco de aire fresco, podrías descubrir que te resulta mucho más sencillo redactarlo.[52]
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    Cambia de público. Algunas personas experimentan el bloqueo del escritor debido a que se sienten ansiosas por quiénes leerán sus trabajos, como por ejemplo un maestro que es notoriamente exigente. Para superar tu ansiedad, finge que escribes el trabajo para alguien más, como tu consejero, tu compañero de habitación, tus padres, etc. Esto puede ayudarte a fijarte una mejor mentalidad y también te ayudará a aclarar tus ideas.[53]

Consejos

  • Tómate mucho tiempo (de preferencia, al menos dos semanas) para trabajar en tu trabajo de investigación. En algunos de estos trabajos, se requiere incluso una mayor cantidad de tiempo para poder completarlos de manera adecuada.
  • En tu mente, siempre ten en claro el objetivo de la asignación. Asegúrate de que el trabajo sea relevante y abarque lo que te solicitan.
  • Asegúrate de citar correctamente tus fuentes, dependiendo del formato y las especificaciones de tu instructor. Esta es una habilidad esencial en los trabajos de investigación.
  • Las claves para elaborar un buen trabajo de investigación son las fuentes excelentes, un análisis sólido y una estructura bien organizada. Si has dominado estos aspectos, tendrás grandes posibilidades de escribir un trabajo realmente bueno.
  • No tengas miedo de hablar con tu asesor, instructor o compañeros de clase sobre tu trabajo. Muchos instructores estarán felices de hablar con los estudiantes sobre las estrategias de redacción, los buenos temas y las buenas fuentes.

Advertencias

  • Se considera un plagio no citar la información de las fuentes, aun cuando no se presente en una cita directa.
  • No cometas plagio. Esta es una acción deshonesta y pueden tener serias repercusiones entre las que se encuentran la suspensión, expulsión y la reprobación de un curso.[54]
  1. https://writing.wisc.edu/Handbook/PlanResearchPaper.html#discovering
  2. http://faculty.georgetown.edu/kingch/How_to_Write_a_Research_Paper.htm
  3. https://www.princeton.edu/~refdesk/primary2.html
  4. https://www.esc.edu/online-writing-center/resources/research/research-paper-steps/finding-sources/
  5. http://www.pointpark.edu/Academics/AcademicResources/Library/HowToWriteAResearchPaper/HowToWriteAResearchPaperStep2
  6. https://www.esc.edu/online-writing-center/resources/research/research-paper-steps/finding-sources/
  7. http://www.pointpark.edu/Academics/AcademicResources/Library/HowToWriteAResearchPaper/HowToWriteAResearchPaperStep2
  8. https://www.esc.edu/online-writing-center/resources/research/research-paper-steps/finding-sources/
  9. https://www.princeton.edu/~refdesk/primary2.html
  10. http://www.pointpark.edu/Academics/AcademicResources/Library/HowToWriteAResearchPaper/HowToWriteAResearchPaperStep2
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  12. https://www.esc.edu/online-writing-center/resources/research/research-paper-steps/finding-sources/
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Acerca de este wikiHow

Matthew Snipp, PhD
Coescrito por:
Investigador becario de la Oficina del Censo de Estados Unidos
Este artículo fue coescrito por Matthew Snipp, PhD. C. Matthew Snipp es un profesor de la cátedra Burnet C. y Mildred Finley Wohlford de Humanidades y Ciencias en el Departamento de Sociología de la Universidad de Stanford. También es el director del Instituto de Investigación en el Centro de Datos Seguros de las Ciencias Sociales. Ha sido investigador en la Oficina del Censo de EE. UU. y miembro del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias del Comportamiento. Ha publicado 3 libros y más de 70 artículos y capítulos de libros sobre demografía, desarrollo económico, pobreza y desempleo. Actualmente también es miembro del Subcomité de Ciencias de la Población del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo. Tiene un doctorado en Sociología de la Universidad de Wisconsin en Madison. Este artículo ha sido visto 5505 veces.