El rambután es una fruta nativa del sudeste de Asia que ahora se cultiva en climas tropicales de todo el mundo. Su nombre proviene de la palabra "pelo" en idioma malayo, debido a las suaves y largas espinas que la caracterizan y que hacen que esta fruta sea inconfundible. En Costa Rica se los conoce como mamón chino por el método que se utiliza para comerlas y por su relación con el lichi, una fruta china.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Come un rambután

  1. 1
    Selecciona un rambután maduro. Los rambutanes primero son verdes y luego, a medida que maduran, se vuelven rojos, anaranjados o amarillos. Las "espinas" similares a pelos son de color verde cuando el rambután está recién cortado, pero a pesar de que poco después se vuelven negras, la fruta sigue fresca por al menos algunos días.[1]
  2. 2
    Haz un corte en la cáscara. Sostén el rambután firmemente por los dos extremos sobre una superficie plana. Coloca un cuchillo de mondar filoso en el medio y a lo ancho de la fruta, como si la fueses a cortar a la mitad. Corta suavemente, atravesando la cáscara peluda y dura sin tocar la pulpa. Pasa el cuchillo alrededor de todo el rambután a fin de ampliar el corte.[2]
    • Puedes romper la cáscara con la uña en lugar de usar un cuchillo, o abrirla con los dientes. Las espinas son suaves e inofensivas, pero la cáscara no se come y puede tener un sabor amargo.
  3. 3
    Abre el rambután. Seguramente, podrás quitar la cáscara cortada con mucha facilidad. Retira una mitad completa de cáscara de la fruta, como si estuvieras abriendo una tapa con bisagras. Adentro encontrarás una fruta similar a una uva: ovalada, levemente transparente y blanca o amarilla pálida.
  4. 4
    Presiona para que salga la fruta. Presiona suavemente el lado que todavía tiene cáscara para que la pulpa comestible de la fruta salga y quede en tu mano.
  5. 5
    Retira la semilla. La semilla del centro no es comestible si está cruda. Corta la pulpa sin dañar la semilla e intenta quitarla. En algunas variedades de rambután, la semilla se desprende fácilmente de la pulpa, mientras que en otras la semilla está adherida a esta.[3] Si comes una variedad con la semilla adherida, déjala en la fruta y escúpela después de comer la pulpa.
  6. 6
    Cómete la fruta. Si quitaste la semilla, simplemente pon la pulpa en tu boca. Si dejaste la semilla, notarás que tiene una cubierta dura y parecida al papel. Mordisquea suavemente la pulpa a su alrededor a fin de evitar perforarla.
    • La mayoría de los rambutanes son dulces y jugosos, pero algunas variedades son ácidas o un poco más secas.[4]
    • Una gran parte de los rambutanes tienen semillas amargas, aunque algunas podrían ser algo dulces. Mientras que unas pocas personas se comen las semillas crudas, estas contienen rastros de químicos potencialmente tóxicos.[5] No es recomendable comerlas, especialmente en el caso de los niños y las mascotas.

Parte 2
Parte 2 de 2:
Utiliza los rambutanes extras

  1. 1
    Considera la posibilidad de asar las semillas. En algunas áreas las semillas del rambután se tuestan y se comen, de una manera muy parecida a la de los frutos secos. Aunque se pueden comer de esta manera, las semillas son levemente amargas y podrían tener propiedades narcóticas leves.[6] Será necesario que se hagan más investigaciones antes de que las semillas sean oficialmente aprobadas para el consumo humano.[7]
  2. 2
    Prepara mermelada de rambután. Pela 500 gramos (1 libra) de rambutanes y hiérvelos en agua con dos clavos de olor hasta que la pulpa se separe de las semillas. Desecha las cubiertas de las semillas y luego transfiere estas últimas a otro recipiente con agua y deja hervir hasta que estén tiernas. Cocina la pulpa, las semillas tiernas y 1 1/2 tazas (350 gramos) de azúcar. Hierve a fuego lento por veinte minutos o hasta que la preparación tenga consistencia de mermelada, retira los clavos de olor y guarda en frascos esterilizados cerrados herméticamente.[8]
    • Para preparar un postre más rápido, cocina la fruta después de pelarla y hervirla.
  3. 3
    Refrigera los rambutanes extras. Los rambutanes solo duran dos semanas, cuando mucho, y por lo general apenas unos días si los compras en una tienda. Refrigéralos enteros y sin pelar en una bolsa de plástico perforada a fin de extender su periodo de vida.[9]
  4. 4
    Congela los rambutanes para obtener un postre especial. Congela los rambutanes sin pelar en una bolsa de plástico con cierre. Pélalos y sórbelos recién salidos del congelador para disfrutar de un bocado lechoso y semejante a un caramelo.[10]

Consejos

  • Si se los vas a servir a tus invitados, deja la mitad de la cáscara después de cortarla a modo de sujetador decorativo.
  • Después de comprar rambutanes, puedes conservarlos entre tres y cinco días en el refrigerador, cubiertos con envoltura plástica para reducir la pérdida de humedad. Si vives en un clima húmedo no es necesario que los refrigeres.[11]

Advertencias

  • Detecta los gusanos de la fruta. Busca una especie de polvo café y arenoso en el lugar en el que la fruta se une al tallo.

Acerca de este wikiHow

wikiHow es un "wiki", lo que significa que muchos de nuestros artículos están escritos por varios autores. Para crear este artículo, 23 personas, algunas anónimas, han trabajado para editarlo y mejorarlo con el tiempo. Este artículo ha sido visto 76 952 veces.
Categorías: Técnicas para comer