Las semillas de ajonjolí le dan una textura crocante y un sabor ligeramente parecido a la nuez a una gran variedad de recetas, desde aliños hasta postres. ¡También están llenas de aceites saludables y minerales, lo cual significa que son deliciosas y nutritivas! Puedes usar las semillas de ajonjolí enteras crudas y tostadas como cobertura o ingredientes, combinados en una pasta, o utilizadas como aceite de ajonjolí o harina de ajonjolí.

Ingredientes

Tahini

  • 1 taza (150 g) de semillas de ajonjolí
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • salsa al gusto (opcional)

Aliño de semillas de ajonjolí

Todas las cantidades al gusto *vinagre de vino de arroz

  • salsa de soya
  • ajo machacado
  • semillas de ajonjolí

Leche de ajonjolí

  • 1 taza (150 g) de semillas de ajonjolí
  • 2 tazas (470 ml) de agua

Método 1
Método 1 de 2:
Comer las semillas de ajonjolí enteras

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    Tuesta semillas de ajonjolí crudas para darles un aroma y un sabor más parecido a la nuez. Las semillas de ajonjolí crudas son finas para usarlas como estén, aunque tostarlas es una forma fácil de incrementar su perfil de sabor. Compra semillas de ajonjolí tostadas en el supermercado o hazlas en el horno o la estufa.
    • Para tostar semillas de ajonjolí en el horno, esparce las semillas crudas de manera uniforme sobre una bandeja para hornear sin engrasar. Hornéalas a 180 ºC (350 ºF) hasta que estén ligeramente marrones y tengan un aroma a nuez. Eso generalmente toma de 5 a 15 minutos.
    • Para tostar semillas de ajonjolí en la estufa, esparce las semillas crudas uniformemente en una sartén grande sin engrasar. Cocina las semillas a fuego medio bajo hasta que se vuelvan de color marrón claro y liberen un olor a nuez. Eso generalmente tarda de 2 a 3 minutos.
    • Guarda las semillas tostadas en un recipiente sellado herméticamente y colócalas en el refrigerador (hasta por 6 meses) o en el congelador (hasta por un año). Siempre y cuando las semillas no liberen un olor rancio, todavía podrás usarlas.[1]
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    Rocía las semillas sobre tus vegetales favoritos y las guarniciones de frijol. Las semillas de ajonjolí le dan una consistencia crocante sutil, satisfactoria y saludable al brócoli al vapor, las judías verdes salteadas y una gran variedad de otras guarniciones. Simplemente rocía semillas de ajonjolí crudas o tostadas justo antes de servirlas. De esa forma, mantendrán su textura crocante.[2]
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    Dale a la ensalada una textura crocante a nuez con una pizca de semillas de ajonjolí. Arma tu ensalada favorita como lo harías normalmente y revuelve el aliño. Para usarlas como una cobertura, agrégalas a la ensalada justo antes de comerla para que se mantengan crocantes.[3]
    • Las semillas de ajonjolí tostadas proporcionan un sabor parecido a la nuez. Sin embargo, las semillas crudas también son una excelente cobertura para las ensaladas.
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    Coloca semillas de ajonjolí encima o mézclalas en productos horneados hechos en casa. Cubrir productos horneados caseros con semillas de ajonjolí les da una atractivo visual y un sabor sutil a nuez. Justo antes de hornear la masa formada, rocíale agua o pasa una cantidad pequeña con un pincel. Rocía las semillas de ajonjolí y hornea según la receta.[4]
    • De forma alternativa, ¡mezcla las semillas de ajonjolí para integrarlas en la masa del pan! También puedes hacerlo con masas para galletas y mezclas para pasteles. La textura de las semillas pequeñas será poco notoria. Sin embargo, le añadirán un sabor ligeramente a nuez al producto terminado.
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    Crea un aliño multipropósito rápido que incluya las semillas de ajonjolí. Echa cantidades iguales de vinagre de vino de arroz y salsa de soya en un tazón para mezclar. Puedes adaptar la proporción al gusto. Revuelve el ajo machacado y las semillas de ajonjolí tostadas nuevamente al gusto. Usa este aliño sobre las ensaladas, los vegetales al vapor y los platos de fideos.[5]
    • Busca en línea muchas más recetas de aliño que tengan semillas de ajonjolí.
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    Échales semillas de ajonjolí a los platillos sofritos inspirados en la cocina asiática. Coloca semillas de ajonjolí tostadas sobre el sofrito terminado o agrega semillas tostadas o sin tostar al sofrito durante los últimos 1 o 2 minutos de cocción. ¡También puedes hacer ambas cosas![6]
    • Por ejemplo, crea un sofrito que incluya pollo, salsa de soya, ajo, jengibre, tus vegetales sofritos favoritos y las semillas de ajonjolí.
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    Disfruta bocadillos dulces de semillas de ajonjolí como tabletas crujientes de ajonjolí. Muchas galletas, dulces y productos de pastelería utilizan semillas de ajonjolí como ingrediente distintivo. Las tabletas crujientes de ajonjolí son una de las opciones más simples y más deliciosas:[7]
    • Echa azúcar y miel en una proporción de 3 a 1 (3 veces más azúcar que miel) a una cacerola y caliéntala a fuego medio revolviendo con frecuencia hasta combinar los ingredientes por completo.
    • Agrega las semillas de ajonjolí a la cacerola en una cantidad equivalente a la mezcla de azúcar y miel (por ejemplo: 3/4 de taza de azúcar, 1/4 de taza de miel y 1 taza de semillas). Luego, revuelve la mezcla con frecuencia hasta que la lectura en el termómetro para caramelo sea de 150 ºC (300 ºF).
    • Vierte la mezcla sobre una bandeja para hornear forrada, deja que se enfríe y se endurezca durante 15 a 20 minutos. ¡Luego, rómpela en pedazos y disfruta!

Método 2
Método 2 de 2:
Usar pasta, harina o aceite de ajonjolí

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    Licúa una cucharada llena de semillas una receta rápida de batido. Las semillas de ajonjolí tienen un sabor muy suave que complementa cualquier combinación de frutas y vegetales en un batido. Debido a su pequeño tamaño, las semillas también se deshacen fácilmente en la licuadora. Le añadirán al batido un poco de textura, pero no aspereza.[8]
    • Si quieres endulzar el batido un poco más, usa miel, la cual combina excepcionalmente bien con las semillas de ajonjolí.
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    Improvisa una leche de ajonjolí casera usando solamente semillas y agua. Remoja 1 taza (150 g) de semillas de ajonjolí crudas en 2 tazas (470 ml) de agua toda la noche en el refrigerador. Combina la mezcla en una licuadora hasta que esté homogénea. Cuela la leche a través de la estopilla, si lo deseas, para mejorar la textura, o úsala para maximizar la fibra y los nutrientes benéficos.[9]
    • Guarda la leche en el refrigerador y úsala ese mismo día para conseguir los mejores resultados.
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    Haz tu propio tahini para usarlo en hummus y otras recetas. Agrégale 1 taza (aproximadamente 150 g) de semillas de ajonjolí y 2 cucharadas de aceite de oliva con un sabor suave a la licuadora o el procesador de alimentos. Combina los tres ingredientes durante 2 a 3 minutos hasta formar una pasta homogénea. Si prefieres un tahini más aguado, añádele más aceite y continúa licuando durante otros 30 a 60 segundos. Si deseas, agrégale sal al gusto.[10]
    • Usa semillas de ajonjolí crudas o tostadas. Las semillas de ajonjolí tostadas le darán al tahini un sabor más parecido a la nuez.
    • En lugar del aceite de oliva, combina 1 1/2 cucharada de aceite vegetal de sabor neutral (como aceite de semilla de uva) con 1/2 cucharada de aceite de ajonjolí.
    • Guarda el tahini en el refrigerador dentro de un recipiente sellado hasta por un mes.
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    Sustituye la harina de ajonjolí en algunas de las recetas que incluyan harina de trigo. Si la receta requiere harina (trigo) para todo uso, puedes sustituir 1/4 de la cantidad total con harina de ajonjolí sin que afecte el resultado final. En todo caso, ¡probablemente notes la adición de un sabor ligeramente parecido a la nuez en el producto terminado![11]
    • Por ejemplo, si la receta requiere 1 taza de harina para todo uso, puedes usar 3/4 de taza de harina para todo uso y 1/4 de taza de harina de ajonjolí. Por otro lado, si la receta requiere 200 g de harina para todo uso, puedes usar 150 g de harina para todo uso y 50 g de harina de ajonjolí.
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    Usa aceite de ajonjolí para todo, desde platillos sofritos hasta aliños para ensaladas. Algunas semillas tienen un alto contenido de aceite y las semillas de ajonjolí contienen mucho de los mismos nutrientes que se encuentran en las semillas enteras. El aceite de ajonjolí tiene un sabor suave adecuado para una gran variedad de usos. Asimismo, también tiene un punto de humeo alto, el cual hace que sea ideal para la temperatura de cocción alta como sofrito.[12]
    • Compra aceite de ajonjolí en tu tienda favorita o usa una mano para hacer tu propio aceite!
    • Los aceites de ajonjolí más claros son mejores para cocinar, mientras que los más oscuros son mejores para los aliños.

Consejos

  • Si compras semillas de ajonjolí previamente empacadas, escoge el empaque con la fecha de vencimiento más cercana. Si compras semillas de ajonjolí al por mayor, confirma que las semillas no tengan olor o simplemente tengan un aroma ligeramente parecido a la nuez. ¡Si las semillas tienen un olor a rancio, no las compres!
  • Guarda semillas de ajonjolí en el refrigerador o el congelador para mantener la frescura por más tiempo. De lo contrario, mantenlos en un recipiente sellado herméticamente en un lugar fresco, seco y oscuro.

Advertencias

  • Las semillas de ajonjolí no están entre los alérgenos más comunes. No obstante, siempre informa a los invitados al respecto antes de servir cualquier platillo que contenga semillas de ajonjolí o productos a base de semillas de ajonjolí.[13]

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Categorías: Nueces y semillas