Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.
wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad.
Este artículo ha sido visto 28 042 veces.
Si deseas disfrutar espárragos durante todo el año, congelarlos será la mejor opción de conservación. Escoge los que estén recién cosechados a fin de conseguir el mejor sabor y textura a largo plazo. El proceso consiste en cortar los espárragos, escaldarlos y luego congelarlos para prepararlos para el almacenamiento.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Preparar los espárragos
-
1Escoge espárragos recién cosechados. Cada vez que vayas a congelar espárragos, lo mejor será hacerlo cuando esté en pleno apogeo de la temporada. La temporada de espárragos alcanza su pico más alto desde principios a mediados de la primavera. Así, en ese periodo encontrarás los más sabrosos y crujientes que se congelarán bien y que todavía tendrán un buen sabor cuando se descongelen.
- Busca espárragos verdes y frescos. Toma uno y, si está blando, esa será una señal de que ya no está fresco. Los tallos deben estar firmes y crujientes.
- Escoge los tallos gruesos, en vez de una variedad de tallos delgados. Los tallos gruesos se mantienen mejor en el congelador.
- El mercado de agricultores es un lugar excelente para comprar espárragos frescos que serán buenos para congelar. Evita los que venden en los supermercados y que llegaron desde otros países.
-
2Lava bien los espárragos. Pasa cada tallo por agua fría para sacar la suciedad, arena y otras impurezas. Asegúrate de que no queden rastros de suciedad en los espárragos antes de proceder.
-
3Corta los extremos muy duros de los tallos de espárragos. El espárrago tiende a ponerse muy duro en el extremo inferior. Será necesario que cortes casi el tercio inferior de cada tallo. Utiliza un cuchillo para cortarlos. También puedes romper cada tallo con la mano al buscar el punto débil cerca del tercio inferior del espárrago y al partirlo en dos. Repítelo con cada tallo.
-
4Pica los espárragos en trozos si lo deseas. Si ya sabes que vas a usar trozos de espárragos en sopas y cazuelas, estará bien cortar los tallos en trozos de 2,5 a 5 cm (1 o 2 pulgadas). También puedes congelar los tallos enteros si lo prefieres.[1]
- Trata de cortar todo el espárrago en trozos de tamaño uniforme para que así los escaldes y congeles también de manera uniforme.
- Si dejas enteros los tallos, clasifícalos en pilas según el tamaño. Escalda juntos los tallos que sean del mismo tamaño.
Parte 2
Parte 2 de 3:Escaldar los espárragos
-
1Pon a hervir una olla grande con agua. Escoge una olla que pueda contener fácilmente los trozos de espárragos o los tallos que vas a escaldar. Llénala con agua hasta 2/3 de su capacidad y haz que hierva.
-
2Prepara un baño de hielo. Mientras el agua hierva, llena un tazón grande con cubos de hielo y agua. Tendrás que sumergir los espárragos en el baño de hielo para evitar que se cocinen demasiado una vez que termines de escaldarlos.
-
3Hierve los espárragos durante 3 minutos. Coloca los trozos de espárragos o los tallos en el agua hirviendo. Pon el cronómetro por 3 minutos y deja que se cocinen. Cuando se acabe el tiempo, retíralos de inmediato del agua hirviendo.[2]
- Puedes agregar al agua hasta 500 g (1 libra) de espárragos en cada ocasión. Si tienes una cantidad mayor, escalda en tandas.
- Si tienes varias pilas de espárragos cortados en distintos tamaños, escalda cada pila por separado.
- Si tus espárragos son excepcionalmente gruesos o delgados, ajusta el tiempo de cocción como corresponda. Los que son delgados (más delgados que un lápiz) los debes escaldar durante casi 2 minutos, mientras que los que son gruesos (más gruesos que un marcador) los debes escaldar durante 4 minutos.
-
4Pasa los espárragos al baño de hielo por 3 minutos. Coloca los espárragos escaldados en el baño de hielo inmediatamente después de sacarlos de la olla con agua hirviendo. Déjalos reposar en el baño de hielo durante 3 minutos o la misma cantidad exacta de tiempo que estuvieron cocinándose.
-
5Seca los espárragos. Pasa los espárragos a una toalla seca y seca los trozos con palmaditas. Si no los secas bien, se pondrán helados en el congelador. Trabaja rápidamente para que puedas congelar los espárragos lo antes posible y así puedas evitar que se pongan blandos.[3]
Parte 3
Parte 3 de 3:Congelar los espárragos
-
1Extiende los trozos de espárragos en una bandeja para hornear. Acomoda los trozos en una sola capa de tal modo que ninguno se superponga. Cubre la bandeja para hornear con un pedazo de plástico.
- Omite este paso si no te importa que los espárragos se mantengan juntos. Simplemente colócalos en un recipiente seguro para congelador y congélalos.
-
2Congela los espárragos durante 1 hora. Pon en el congelador la bandeja para hornear cubierta a fin de “congelarla rápidamente” durante 1 hora. Esto ayuda a que los trozos se congelen individualmente, en vez de congelarlos en una masa sólida en el recipiente de almacenamiento del congelador.
-
3Pasa los trozos a los recipientes de almacenamiento del congelador. Utiliza bolsas o contenedores de plástico que sean seguros para el almacenamiento a largo plazo. Etiqueta los recipientes con la fecha para que sepas por cuánto tiempo es seguro comer los espárragos.[4]
- Empaca muy bien los espárragos para eliminar la mayor cantidad de aire posible del recipiente de almacenamiento. Así preservarás el sabor y la textura tanto como sea posible.
- El almacenamiento al vacío es una buena opción para congelar espárragos ya que retira todo el aire del empaque.
-
4Guarda los espárragos en el congelador hasta por 1 año. Después de 1 año, los espárragos se empezarán a deteriorar en sabor y textura. Cuando estés listo para usarlos, empieza a cocinarlos así congelados en vez de descongelarlos primero.[5]
-
5Utiliza espárragos congelados en tus recetas favoritas. No es necesario que descongeles los espárragos congelados antes de usarlos. Puedes usarlos de la misma manera en que usarías unos frescos. Para una guarnición sencilla, simplemente cocínalos con un poco de mantequilla y limón. Prueba los espárragos congelados en estos otros platos populares:
- Quiche de jamón y espárragos. Simplemente agrega espárragos picados y congelados en vez de espárragos frescos.
- Sopa de verduras. Los espárragos congelados reconstituyen fácilmente cuando los agregas a una olla de sopa caliente.
- Cazuela de espárragos con pollo. Esta es la forma perfecta de usar un recipiente de espárragos congelados.
Consejos
- No congeles espárragos cocidos. Estarán muy blandos cuando se descongelen.
wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 28 042 veces.