Todas las personas con piel clara saben lo difícil que puede ser broncearse. La piel clara es más susceptible a los rayos ultravioleta (UVA) dañinos del sol, al causar que se queme mucho más rápido que la piel más oscura. Este daño no solo es doloroso y antiestético, sino que también puede originar problemas de salud a largo plazo como cáncer a la piel.[1] Afortunadamente, aún hay muchas formas para que las personas con una piel clara consigan un excelente bronceado para el verano.

Método 1
Método 1 de 3:
Usar bronceadores sin sol

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    Considera los riesgos posibles para la salud. Si bien los médicos generalmente recomiendan el bronceado sin sol como una alternativa más segura a la exposición a los rayos UV, estos productos no están exentos de inconvenientes. El ingrediente activo en la mayoría de bronceadores sin sol se denomina dihidroxiacetona (DHA). La DHA interactúa con los aminoácidos de la capa externa de la piel para causar ese efecto de oscurecimiento. Algunos científicos han demostrado que la DHA causa un daño al ADN en altas concentraciones.[2] Sin embargo, la DHA es segura de usar en la piel donde las células muertas la absorben en su mayoría. Minimiza los riesgos al evitar los productos en aerosol que puedan inhalarse y al quitar el exceso de bronceador de tus manos. Además, algunas personas son alérgicas a este químico, lo que puede originar dermatitis por contacto.[3]
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    Elige el bronceador sin sol adecuado. Para la piel pálida, compra el tono más claro de autobronceador en el que venga tu producto de elección. Los bronceadores más oscuros contienen concentraciones más altas de DHA. Un bronceado sin sol muy oscuro lucirá de color anaranjado y poco natural en una persona con una piel clara natural.
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    Exfolia la piel. Eliminar el exceso de piel muerta antes de aplicar el bronceador sin sol ayudará a que el color dure más. Frota suavemente con un paño o esponja natural. Da palmaditas en la piel seca con una toalla.[4]
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    Masajea el autobronceador en la piel. Evita las áreas cerca de tus ojos, nariz y boca. Existen dos formas en las que puedes evitar la decoloración de las palmas:
    • Usa guantes quirúrgicos durante la aplicación.
    • Aplica el bronceador por secciones (brazos, piernas, torso, rostro) y lávate las manos entre cada aplicación a las secciones.[5]
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    Deja que el autobronceador se seque. Espera al menos 10 minutos antes de vestirte. Espera al menos seis horas antes de bañarte o nadar. Vuelve a aplicar el bronceador diariamente hasta que tu piel alcance el tono deseado.[6]
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    Minimiza la exposición al sol por 24 horas después de usar un producto con DHA. Si debes estar bajo el sol, usa un protector solar. Si bien la DHA ofrece una protección transitoria contra los rayos UV, también puede estimular temporalmente la producción de especies reactivas al oxígeno inducidas por los rayos UV. Estas moléculas son el principal contribuyente del daño solar, al afectar la salud y la apariencia de la piel de forma negativa.[7] [8]
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Método 2
Método 2 de 3:
Broncearse afuera

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    Masajea el protector solar en toda la piel expuesta 30 minutos antes de salir. Compra un protector solar que ofrezca una protección de "amplia gama", lo que te resguardará de los rayos UVA y UVB. Los dermatólogos recomiendan un FPS mínimo de 15, pero es probable que las personas con piel muy clara necesiten uno con un índice mayor.[9]
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    Vuelve a aplicar el protector solar según sea necesario. Casi todos los fabricantes de protectores solares recomiendan que este se vuelva a aplicar cada 2 a 3 horas. Sin embargo, a menudo es necesario que se vuelva a aplicar antes, especialmente para las personas con piel clara. Aplica más protector solar entre 15 y 30 minutos después de cualquier actividad que pueda quitarlo de tu piel, como sudar, nadar o secarte con una toalla.[10]
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    Broncéate en múltiples sesiones cortas durante varios días, semanas o incluso meses. Empieza por broncearte por solo 15 minutos al día. Después de una semana, aumenta el tiempo a un máximo de 30 minutos. Detén las sesiones antes de lo previsto si empiezas a quemarte. Si bien muchos creen que las sesiones de bronceado más largas e intensas son la forma más rápida de broncearse, generalmente eso no es verdad, en especial para las personas con piel clara. El periodo de tiempo óptimo bajo el sol para estimular la producción de melanina sin dañar la piel es solo de 30 minutos.[11]
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    Evita broncearte cuando el sol brilla al máximo. Los rayos UV dañinos están al máximo entre las 10 a. m. y las 4 p. m. En su lugar, broncéate durante las primeras horas de la mañana o al caer la tarde. Si debes broncearte en las horas en las que el sol brilla al máximo, asegúrate de usar un protector solar con un FPS alto.[12]
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    Usa un sombrero y lentes de sol. Un sombrero de ala ancha protegerá tu cuero cabelludo sensible mientras deja entrar un poco de luz difusa para broncearte el rostro. Los lentes de sol protegerán tus ojos del daño solar, lo que puede originar cataratas y otros problemas de visión. No te quedes dormido con ninguno para evitar las líneas de bronceado (o quemaduras) embarazosas.[13]
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    Protege tus labios con un bálsamo de labios que tenga FPS. Los labios se pueden quemar tan fácilmente como el resto de la piel. El sol también puede secarlos más rápido, y causar labios cuarteados y dolorosos. El bálsamo de labios con FPS ofrece una protección contra ambos tipos de daño.[14]
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Método 3
Método 3 de 3:
Mantenerse seguro

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    Recuerda que no existe una forma completamente segura de broncearse con el sol. Incluso broncearse con cautela puede causar problemas de salud más adelante. Los dermatólogos afirman que cualquier cambio producido por el rayo UV en el tono natural de la piel indica un daño. Asegúrate de sopesar los beneficios cosméticos con los riesgos para la salud a largo plazo.
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    Ten en cuenta cualquier medicamento que tomes. Algunos medicamentos, como los retinoides y algunos antibióticos, pueden aumentar drásticamente la susceptibilidad de la piel al daño solar. Antes de broncearte, lee con detenimiento todas las etiquetas de advertencia y la literatura de tus medicamentos, vitaminas y suplementos para la salud. Consulta con tu médico o farmacéutico si tienes dudas.[15]
    • Si estás tomando cualquier medicina herbal o suplemento dietético no recetado, es muy importante que investigues por tu cuenta. La FDA (o Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) regula esta clase de productos de una forma no tan rígida que con los fármacos tradicionales. Las etiquetas de advertencia no se necesitan y los suplementos pueden en realidad contener ingredientes con diferentes concentraciones e incluso identidades que aquellas que se anuncian.[16]
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    Evita las camas de bronceado. Las cámaras de bronceado usan rayos UV de alta intensidad que a menudo son demasiado elevados, en especial para los de piel clara. Aunque las camas de bronceado se comercializan como una alternativa segura a la luz natural del sol, en realidad representan una serie de riesgos añadidos para la salud:
    • Envejecimiento prematuro de la piel
    • Enfermedades enceguecedoras
    • Enfermedades infecciosas, como el herpes y las verrugas, por equipos limpiados de forma indebida
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    Abstente de las pastillas bronceadoras. Actualmente, no existen pastillas aprobadas por la FDA para mejorar el color de la piel. Por lo general, las pastillas bronceadoras contienen el pigmento cantaxantina y son ilegales para importar y vender dentro de los Estados Unidos. Cuando se ingiere en grandes cantidades, esta sustancia generalmente daña los ojos, la piel y el sistema digestivo. [17]
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Consejos

  • Proteger tu salud es más importante que conseguir un buen bronceado.
  • Si te maquillas, el polvo bronceador es una alternativa temporal a los métodos más permanentes.
  • Aunque la piel bronceada puede estar de moda, trata de ser feliz con tu tono natural de piel. Esta estará más sana y te ahorrarás mucho tiempo y esfuerzo.
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Advertencias

  • Si notas que tu piel empieza a quemarse, busca la sombra de inmediato.
  • Deja de usar cualquier producto para la piel si la irrita.
  • No creas en el concepto erróneo popular de que el primer bronceado protegerá tu piel del daño solar. Los estudios han mostrado que la piel de las personas de tez pálida que se han bronceado posee solo un FPS entre 2 y 3. Ten en cuenta que el FPS 15 es el mínimo requerido para la protección adecuada.[18]
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Acerca de este wikiHow

Margareth Pierre-Louis, MD
Coescrito por:
Dermatóloga certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Margareth Pierre-Louis, MD. La Dra. Margareth Pierre-Louis es dermatóloga y dermatopatóloga certificada por el colegio oficial, médica emprendedora y fundadora del Centro de dermatología Twin Cities y Equation Skin Care en Minneapolis, Minnesota. Twin Cities Dermatology Center es una clínica de dermatología integral donde se trata a pacientes de todas las edades con dermatología clínica, dermatología estética y telemedicina. Equation Skin Care fue creado para proporcionar lo mejor en productos naturales para el cuidado de la piel basados en evidencias. La Dra. Pierre-Louis recibió una licenciatura en Biología y un máster en Administración de Empresas en la Universidad de Duke, un doctorado en Medicina en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, completó una residencia en Dermatología en la Universidad de Minnesota y completó una beca de investigación en Dermatopatología en la Universidad de Washington en St Louis. La Dr. Pierre-Louis está certificada por la Junta Americana de Dermatología y Patología en Dermatología, Cirugía Cutánea y Dermatopatología. Este artículo ha sido visto 56 130 veces.
Categorías: Bronceado
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