Hoy en día, la erosión del suelo es un problema que va en aumento, ya que las condiciones climáticas cambiantes provocan la pérdida y el agotamiento del suelo a un ritmo alarmante. La capa superior del suelo es vital para mantener el crecimiento de las plantas de todo tipo (naturales y cultivadas) y generalmente se pierde por medio de dos fenómenos: la erosión del viento y la escorrentía debido a las precipitaciones o al exceso de riego. Sigue las siguientes pautas para proteger el suelo que rodea tu casa y jardín y asegurarte de que continúe albergando vida vegetal.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Evitar la erosión del suelo

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    Planta hierba y árboles para proteger la capa superior del suelo. Siembra hierba y planta árboles, arbustos y otros tipos de vegetación en las zonas descubiertas de tu patio o jardín. El follaje absorberá el exceso de agua y protegerá la capa superior del suelo contra el impacto de la lluvia, el viento fuerte y el tráfico peatonal. Las raíces de las plantas también ayudarán a fijar el suelo una vez que se arraiguen, lo que protegerá de la escorrentía al suelo que está por debajo.
    • Las raíces de las hierbas y las plantas también sirven para atraer los nutrientes de lo profundo del suelo hacia la superficie, lo cual mejora la salud de la capa superior del suelo.
    • El ballico (o césped inglés) y el trébol constituyen excelentes opciones para cubiertas vegetales básicas, puesto que sus raíces se extienden profundamente y se arraigan rápido. Otras plantas de anclaje útiles incluyen granos como trigo, cebada y centeno y cultivos de tubérculos como los rábanos.[1]
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    Cultiva cubiertas cortavientos para los campos. Si tienes un campo o un espacio abierto plano y ancho en tu propiedad, piensa en cultivar una hilera de árboles para que actúen como una barrera contra el viento. Esto se conoce como una cubierta cortavientos y es un medio eficaz para combatir la erosión del viento que emplean con frecuencia los jardineros profesionales. Dicha cubierta reduce la cantidad de viento que barre un área abierta de tierra, lo que evita que la capa superior del suelo se disperse y se seque.[2]
    • Para obtener mejores resultados, agrupa árboles o arbustos relativamente cerca, de modo que haya poco espacio entre ellos para que penetre el viento.
    • Elige especies de árboles que desarrollen un follaje denso.
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    Evita compactar el suelo. Busca zonas donde la tierra esté dura y descubierta. La mayoría de las veces, este es un síntoma de suelo compactado. Siembra hierba en dichas zonas y asegúrate de regar y airear el suelo con frecuencia. Si no se corrige, el suelo que está por debajo puede volverse aún más denso mientras la capa superior erosiona, lo que hace que las condiciones de crecimiento sean inhóspitas o menos hospitalarias.
    • Cuando el suelo se compacta, sus partículas están bien apretadas de modo que el agua no puede penetrar en lo profundo de sus subcapas. Esto hace que la escorrentía erosione las capas superiores del suelo. Además, la compactación del suelo genera problemas de aireación dentro del suelo, lo que significa que es menos probable que las plantas crezcan en lugares donde el suelo está muy compactado.[3]
    • Si el suelo de tu patio o jardín está compactado, ten cuidado con caminar habitualmente por los mismos lugares, ya que esto solo empeorará el problema. Elige una nueva ruta para andar o párate sobre una tabla plana y ancha a la hora de hacer tareas de jardinería para evitar que tu peso corporal contribuya con la compactación del suelo.
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    Emplea técnicas de jardinería que no requieran cavar. Construir un jardín sin cavar implica colocar materiales sobre la capa superior del suelo, en los cuales puedas plantar plantas y cultivos, de modo que no haya necesidad de perturbar el suelo. Si cultivas por encima del suelo en vez de hacerlo dentro de este, el suelo no quedará expuesto al exceso de excavación y riego que puede dañarlo y erosionarlo.[4]
    • Crea varias parcelas sin cavar que te sirvan como parterres o terrenos para cultivos en crecimiento que requieren condiciones de suelo similares.
    • Existe una gran cantidad de distintos esquemas de plantación, pero todos usan la misma estructura básica: colocar varias capas de materia para compostaje sobre una superficie permeable como cartón directamente por encima del suelo. Examina distintas ideas para construir tu propio jardín sin cavar.[5] [6]
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    Esparce mantillo sobre las plantas en crecimiento. Durante la temporada de cultivo, esparce una capa fina de mantillo alrededor de la base de las plantas en crecimiento. El peso del mantillo impide que el suelo se exponga al viento y el agua, a la vez que conserva los nutrientes importantes y la humedad en el suelo a nivel de las raíces.[7] [8]
    • Puedes comprar mantillo a bajo precio en cualquier centro de jardinería o puedes hacer fácilmente tu propio mantillo en casa introduciendo restos de madera, follaje vivo y materia vegetal en descomposición en una trituradora para formar un compuesto.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Controlar la escorrentía

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    Cava canales de drenaje para guiar el agua de lluvia. Si vives en una ladera o en un valle donde el agua puede acumularse, crea canales alrededor de los bordes de tu propiedad para redirigir el agua de lluvia. Los canales de drenaje actúan de manera muy similar a las canaletas para techos. Reducir la escorrentía impide que las subidas del nivel del agua se lleven el suelo o maten las plantas debido al riego excesivo.[9]
    • Cava manualmente un simple canal de irrigación pavimentado o integra un tubo de PVC o de drenaje en el canal para instalar lo que se conoce como un "drenaje francés", el cual desvía el agua con una mayor eficacia.[10]
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    Labra y crea contornos en tu jardín. Protege el suelo de tu jardín labrándolo y moldeándolo para atrapar el agua de lluvia. La labranza remueve la tierra para permitir que los nutrientes se esparzan de manera uniforme, mientras que el contorneado (plantar flores y cultivos en depresiones lineales y largas con montículos entre cada hilera) garantizará que el agua penetre en tus cultivos en vez de inundar la parte superior y llevarse consigo la capa superior del suelo. También es posible evitar la compactación del suelo labrándolo.[11] [12]
    • Puedes labrar la tierra usando un motocultor automático o manual que emplee una rueda rotatoria cubierta de pequeños picos que airean el suelo a medida que giran. También puedes hacerlo a mano usando una pala o una horquilla para hacer estocadas poco profundas en el suelo y darle vuelta unos pocos metros a la vez.[13]
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    Construye una terraza. Esto implica construir una serie de plataformas con escalones cortos en los cuales se cultivan plantas y es una alternativa útil a plantar en suelos con pendientes. En vez de simplemente descender por la pendiente, el agua penetrará el suelo plano de cada plataforma para hidratar las plantas y evitará que el suelo sea barrido.[14]
    • Crea una terraza paisajista nivelando el terraplén de una pendiente y reforzando las paredes verticales con vigas de madera o piedras.[15]
    • Construir una terraza también es una buena idea para organizar plantas y cultivos florecientes, ya que puedes usar cada nivel de la terraza para cultivar algo distinto.
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    Instala un barril de lluvia o un sumidero. Si las precipitaciones tienden a provocar inundaciones en tu zona, puedes implementar un barril de lluvia o un sumidero para recolectar el exceso de agua. El sumidero atrapa el agua de lluvia y se instala debajo del suelo con una abertura de drenaje con rejillas o se almacena en el barril y se reserva para su uso posterior. Dichos métodos hacen posible reciclar el exceso de agua en vez de simplemente dejar que erosione la capa superior vulnerable del suelo.[16]
    • El barril de lluvia muchas veces actúa junto con un sistema de canaletas o de irrigación, de modo que el flujo de agua se dirija directamente hacia el barril.
    • Los sumideros son fáciles de instalar por tu cuenta. Estos solo requieren medir la unidad y cavar un agujero de las dimensiones adecuadas para colocarlos en la parte inferior de una pendiente.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Restaurar el suelo afectado por la erosión

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    Contáctate con un experto en suelos. En muchos casos, los jardineros profesionales y ciertos grupos sin fines de lucro interesados en reparar los efectos de la erosión del suelo pueden visitarte y evaluar la gravedad del daño en el suelo de tu propiedad. Dichos expertos realizarán un examen detallado de tu terreno y te brindarán soluciones para devolverle al suelo su salud natural. Verifica si alguna de las empresas de jardinería ornamental de tu zona ofrecen servicios de restauración del suelo o si existen otros grupos relacionados con el medio ambiente en tu zona que podrían trabajar contigo para rescatar el suelo muy erosionado alrededor de tu casa.[17]
    • Los grupos de restauración ecológica a veces operan en granjas y universidades y muchos te ayudarán a reparar el daño a causa de la erosión, ya sea de manera voluntaria o a bajo costo.[18]
    • Aún si el suelo está saludable, debes consultar con un jardinero profesional una vez al año para inspeccionar tu propiedad en búsqueda de problemas potenciales y discutir sobre soluciones preventivas.
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    Introduce lombrices en el suelo dañado. Compra lombrices vivas y agrégalas a las zonas donde el suelo está compactado, seco o árido. Las lombrices son algunos de los mayores descomponedores biológicos del mundo que se alimentan de materia orgánica en descomposición y devuelven los nutrientes vitales al suelo por medio de la excreción. La actividad de las lombrices es una de las mejores formas de reciclar y reintroducir naturalmente los nutrientes orgánicos en el suelo.[19]
    • Además de introducir en el suelo los nutrientes tan necesarios, el movimiento subterráneo de las lombrices también actúa como un tipo de proceso de aireación que aumenta la mezcla de nutrientes, la retención de la humedad y el espacio para un nuevo crecimiento de raíces en la capa superior del suelo.
    • Puedes comprar lombrices para este propósito en la mayoría de las tiendas de suministros de jardinería o en los grupos locales de conservación.[20]
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    Considera el mejoramiento del suelo. Este mejoramiento es un proceso que consiste en agregar directamente los nutrientes que necesita el suelo erosionado para restaurar el adecuado equilibrio químico. Puedes usar muchos tipos distintos de mejoramiento; los más comunes en jardinería son el compost, los fertilizantes orgánicos, la sal y la turba. Puedes aplicar el mejoramiento del suelo en combinación con la aireación, la introducción de lombrices y el riego meticuloso para devolver al suelo a su estado saludable.[21]
    • Para elegir el mejoramiento adecuado para tu suelo, primero es necesario identificar de qué propiedades carece tu suelo. Podrías usar los síntomas de la erosión para diagnosticar diversas deficiencias, pero tal vez sea más sensato trabajar junto con un jardinero profesional u otro experto en suelos para descubrir lo que le falta a tu suelo y tomar las medidas adecuadas.
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Consejos

  • Mide el nivel de pH del suelo de tu patio o jardín un par de veces al año para asegurarte de que el suelo contenga la cantidad adecuada de ácidos y nutrientes naturales y que las condiciones de crecimiento sean óptimas.
  • Si vas a irrigar usando un canal o drenaje francés, desvía la escorrentía a cualquier lugar donde no produzca la acumulación de agua estancada y sature en exceso el suelo.
  • Esparce heno para crear capas adicionales en un jardín sin cavar. Dado que la humedad descompone el heno, este se convertirá en compost natural para contribuir al crecimiento de la vegetación.
  • Si vives en un lugar con escasa lluvia, un barril de lluvia, un sumidero u otro sistema de recolección de agua proporcionará un medio fácil y eficaz para almacenar y reutilizar el agua que es indispensable para la supervivencia de tus plantas.
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Advertencias

  • Asimismo, el exceso de riego es una forma segura de matar la mayoría de las plantas. Si tu zona recibe muchas precipitaciones o si has construido una terraza para cultivar, asegúrate de implementar un sistema de drenaje o de lo contrario, podrías terminar con parcelas empapadas e incapaces de mantener un crecimiento continuo.
  • Aplicar mucho mantillo con mucha frecuencia puede provocar la muerte de algunos tipos de plantas, puesto que el mantillo cambia los niveles de pH del suelo y puede impedir que el sistema radicular de las plantas absorba suficiente oxígeno, lo que termina ahogándolas por completo.
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Acerca de este wikiHow

Bess Ruff, MA
Coescrito por:
Científico ambiental
Este artículo fue coescrito por Bess Ruff, MA. Bess Ruff es estudiante de doctorado en Geografía en la niversidad de Florida State. Recibió su maestría en Ciencias y Gestión Ambiental en la Universidad de California, Santa Bárbara en 2016. Ha realizado trabajos de encuestas para proyectos de planificación de espacio marino en el Caribe y ha brindado apoyo de investigación como becaria de posgrado del Sustainable Fisheries Group. Este artículo ha sido visto 319 537 veces.
Categorías: Jardinería
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