Si bien la mente consciente es extraordinaria, la mente subconsciente es aún más impresionante. Mientras que la mente consciente procesa una elección o una acción, la mente subconsciente procesa elecciones y acciones inconscientes. Una vez activada, las metas, las elecciones y las acciones subconscientes persisten hasta que se cumplen. Las investigaciones indican que no es posible dominar el inconsciente. Sin embargo, existen actividades y ejercicios que te permiten acceder o expandir la consciencia de tu subconsciente.[1]

Método 1
Método 1 de 4:
Practicar la positividad

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    Practica la conversación positiva contigo mismo. Sustituye la conversación negativa contigo mismo con afirmaciones. Cambiar tu lenguaje alterará tu mentalidad y anulará las acciones y pensamientos negativos del subconsciente. Sustituye “¡No puedo hacerlo!” con “¡Puedo hacerlo!”. En vez de decir “¡Soy un fracaso en todo!”, di en voz alta “¡Voy a tener éxito!”. Si vuelves a caer en la conversación negativa contigo mismo, haz una pausa y respira profundo. Piensa en por qué te dices a ti mismo que vas a fracasar. Identifica los factores que te llevaron a ser negativo. Ten en cuenta que dichos factores son desencadenantes y vuelve a comprometerte con la autovaloración.[2]
    • El cambio en tu lenguaje no ocurrirá de la noche a la mañana. Requiere tiempo y constancia. Mantente positivo mientras trabajas para librarte de las expectativas y conductas negativas del subconsciente.
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    Crea un mantra positivo. Cuando te sientas ansioso o estresado, calma tus nervios y reprime los pensamientos negativos repitiendo un mantra personal. El uso constante del mantra contendrá los pensamientos y las acciones negativas que provienen de la mente subconsciente. Identifica los pensamientos negativos y acepta que tu opinión sobre ti mismo carece de fundamento. Crea un mantra curativo identificando lo opuesto a tu declaración autocrítica. Crea dos mantras adicionales que expresen la misma idea; úsalos de manera indistinta. Elige una parte del cuerpo para establecer las bases de la positividad. Podría tratarse del corazón o el estómago. Coloca tu mano en ese lugar mientras repites el mantra. Céntrate en la acción y llénate de confianza.
    • Si sientes que nunca eres lo suficientemente bueno, tus mantras serían: “Soy lo suficientemente bueno”, “Valgo mucho” y “Yo lo valgo”.
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    Practica la visualización. Visualizar (o ensayar mentalmente) el logro de tus metas es una excelente manera de entrenar a tu mente subconsciente y comprometerte con ella. Empieza con los ejercicios de visualización que solo requieren que uses uno o dos de tus sentidos. Trata de visualizar cada detalle de una fotografía o un objeto familiar. A medida que lo dominas, trabaja para visualizar escenas completas de películas o recuerdos. Percibe los sonidos, olores, colores, texturas y sabores. Cuando adquieras la habilidad de centrarte y representar los detalles con precisión, empieza a visualizarte logrando tus metas. Es esencial visualizarte de la forma más realista posible. No insistas en los pensamientos negativos ni te imagines fracasando, sino más bien visualízate triunfando y logrando tus metas. Por ejemplo, si te visualizas dando un discurso, imagínate recuperándote de un tartamudeo o una frase omitida en vez de entrar en pánico y quedarte mudo.[3]
    • Visualiza metas específicas. Sé específico respecto a lo que quieres lograr. Identifica el lugar, la hora y las circunstancias que rodean tu éxito. Sé lo más detallado posible.
    • No te imagines como un superhombre; imagínate como la persona que eres en verdad.
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Método 2
Método 2 de 4:
Practicar la meditación con conciencia plena

  1. 1
    Prepárate para meditar. La meditación permite concentrarte y usar la mente subconsciente. Antes de meditar, determina la duración de tu sesión. Si eres principiante, medita por 5 minutos. Ponte ropa cómoda. Toma un cronómetro y ve a un lugar tranquilo y pacífico. Debe ser un lugar sin desorden ni distracciones. Siéntate al aire libre, en el suelo de tu departamento o en tu patio trasero. Estírate antes de adoptar una posición cómoda. Tócate los dedos del pie, libera la tensión del cuello y relaja los hombros.[4]
  2. 2
    Establece tu postura. Busca un asiento estable. Siéntate en una silla con respaldo recto con los pies firmes en el suelo o las piernas cruzadas sobre una almohada en el suelo. Endereza la espalda; debe notarse la curvatura natural de la columna vertebral. Coloca la parte superior de los brazos paralela a los costados del cuerpo. Los codos deben estar ligeramente doblados y las manos deben caer natural y suavemente por encima de las rodillas. Baja un poco el mentón y mira fijamente el suelo. Ponte cómodo en esa posición y sé consciente de tu cuerpo, antes de continuar.[5]
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    Concéntrate en tu respiración y en los pensamientos que vienen y van. Cierra los ojos y empieza a seguir tu respiración. Céntrate en inhalar y exhalar. Mientras te relajas, tu mente divagará. Los pensamientos fluirán desde la mente subconsciente hasta la mente consciente. Percibe dichos pensamientos, pero no los juzgues. Déjalos pasar. Una vez que te des cuenta de que tu mente ha divagado, vuelve a centrar tu atención en tu respiración. Con el transcurso del tiempo, la mente volverá a divagar. Siempre debes volver a tu respiración. Repite este proceso hasta completar la sesión.[6]
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Método 3
Método 3 de 4:
Practicar la escritura de un monólogo interior

  1. 1
    Prepárate. Toma un lápiz o un bolígrafo y una libreta de papel. Busca un temporizador (por ejemplo, un temporizador de huevos, un cronómetro o tu celular) y prográmalo para que suene en 5 o 10 minutos. Ve a un lugar tranquilo y sin distracciones. Pon tu celular en modo silencio. Evita usar una computadora o una tablet porque pueden distraerte fácilmente.[7]
  2. 2
    Empieza a escribir. Siéntate en una posición cómoda y respira profundo para centrarte. Activa el temporizador y empieza a escribir. Nunca planifiques lo que vas a escribir en un monólogo interior, sino más bien deja que los pensamientos fluyan naturalmente uno tras otro. A medida que los pensamientos llegan a tu mente, regístralos en papel. No evites anotar los pensamientos triviales o ignores los pensamientos extraños, ya que es posible que surjan de tu mente subconsciente. No juzgues los pensamientos ni te detengas a analizarlos. Solo escríbelos. Sigue registrando tus pensamientos hasta que suene el temporizador.[8]
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    Analiza lo que has escrito. Una vez que hayas terminado de escribir, lee tus pensamientos. Reflexiona sobre tus palabras. Identifica los pensamientos recurrentes o las frases extrañas. Trata de encontrar una conexión entre dos ideas distintas. Presta atención a los potenciales pensamientos subconscientes. Mientras sigues realizando este ejercicio, lee tu trabajo de sesiones anteriores. Haz un seguimiento de tu progreso con la escritura de un monólogo interior y evalúa si tu mente inconsciente se ha revelado a sí misma.[9]
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Método 4
Método 4 de 4:
Practicar el análisis de los sueños

  1. 1
    Registra tus sueños. Antes de quedarte dormido, coloca un lápiz o un bolígrafo y un diario junto a tu cama. Al levantarte por la mañana o de vez en cuando durante la noche, registra tus sueños en el diario. Anota cada detalle de los sueños que puedas recordar. Apunta los pequeños detalles, sin importar qué tan triviales o insignificantes te parezcan. Si has registrado tus sueños por un tiempo, presta atención a los conceptos, personajes u objetos recurrentes.
    • La mente subconsciente se revela en los sueños. Por lo tanto, registrar y estudiar los sueños te brinda acceso a tu mente subconsciente.[10]
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    Decide si tu sueño fue significativo y categorízalo. Un sueño insignificante incorpora aspectos de tu entorno físico; es posible que en tus sueños incluyas olores, sonidos y acciones físicas que ocurren a tu alrededor. Un sueño significativo proviene de la mente subconsciente; no se trata de un sueño común, sino de un sueño extraño, confuso o revelador. Si tu sueño fue significativo, determina a qué categoría de los sueños subconscientes pertenece. ¿Fue un sueño premonitorio que revelaba detalles de eventos futuros? ¿El sueño era una advertencia? ¿Fue fáctico, confirmó lo que ya sabías? ¿El sueño te inspiró o cumplió uno de tus deseos? ¿Tu sueño cumplió tu deseo o necesidad de reconciliarte con alguien o algo?[11]
    • Los sueños vívidos con frecuencia son más significativos.
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    Interpreta los sueños significativos. No es necesario ser un experto para analizar tus propios sueños. Lo único que necesitas es un poco de esfuerzo e investigación. Puedes encontrar recursos útiles en Internet y en tu biblioteca local. Al momento de analizar un sueño, evalúalo como un todo. Cada detalle que recuerdes tiene importancia y mejorará la interpretación de tu sueño, además del entendimiento de tu mente subconsciente. Si la definición de un símbolo del diccionario de sueños no es adecuada, trata de evaluar el sueño dentro del contexto de tu propia vida. Trata de determinar si existe una razón para que dicha imagen, persona o cosa aparezca en tu sueños.[12]
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Acerca de este wikiHow

Michelle Shahbazyan, MS, MA
Coescrito por:
Coach de vida
Este artículo fue coescrito por Michelle Shahbazyan, MS, MA. Michelle Shahbazyan es la fundadora de The LA Life Coach, un servicio de coaching de vida, de familia y laboral con sede en Los Ángeles, California. Tiene más de 10 años de experiencia en coaching de vida, consultoría, oratoria motivacional y formación de parejas. Tiene una licenciatura en Psicología Aplicada y una maestría en Construcción de Edificios y Administración de Tecnología de la Universidad Tecnológica de Georgia, y una maestría en Psicología con énfasis en terapia matrimonial y familiar de la universidad Phillips Graduate. Este artículo ha sido visto 123 406 veces.
Categorías: Filosofía y religión
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