Las creencias son profundamente personales y están arraigadas tanto en cómo nos criaron como en nuestras emociones. Nuestras creencias nos ayudan a encontrarle sentido al mundo y a darnos pautas sobre cómo tratar a los demás. Cada persona tiene derecho a sus creencias y faltar al respeto a aquellos que no compartan una creencia propia es una injusticia moral hacia ellos y hacia ti. Sin embargo, en algunos casos, puedes creer que una determinada creencia es perjudicial para la persona. Entablar discusiones teológicas regulares puede ayudar a cambiar la mentalidad de tu amigo (o incluso la tuya). Solo debes saber que el cambio es un proceso largo.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Investigar los sistemas de creencias

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    Edúcate. Lee todo lo que puedas sobre el ateísmo, el cristianismo y la historia religiosa. Aprende ambas caras de la moneda, tanto las creencias ateas como las cristianas además de las de otras religiones y sistemas de creencias. Los valores morales se extienden paralelamente a través de varios sistemas de creencias, creando puntos en común para la discusión en todas las religiones.
    • Hay muchos recursos en línea que pueden ayudarte a aprender sobre sistemas religiosos, incluyendo podcasts y clases de audio y visuales.[1]
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    Lee y comprende su libro sagrado de cabo a rabo. No puedes construir un argumento y una persuasión de la nada. Debes comprender el punto de vista de tu amigo para poder construir un puente entre ambos sistemas de creencias.
    • La Biblia se considera una de las fuentes más influyentes sobre la literatura en la cultura occidental. Es una gran lectura solo por su mérito narrativo.[2]
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    Aprende los argumentos comunes que hacen los teístas. Aunque no es posible prepararte para todos los argumentos, debes conocer algunos de los temas de debate más comunes entre los apologéticos cristianos.
    • Estos incluyen argumentos como el del universo afinado, el cual argumenta que nuestro universo respalda la vida tan bien y funciona de una forma tan precisa que debe haber sido diseñado inteligentemente. Este argumento desafía directamente nuestra comprensión de los orígenes del universo basada en la ciencia.
    • Otro argumento, la apuesta de Pascal, es la sugerencia de que uno debe vivir su vida bajo la suposición de que Dios no existe dado que lo que está en juego está sesgado. Si Dios no existe, tu vida simplemente termina. Sin embargo, si Dios existe, la forma como te comportaste en vida determina si se te recompensará eternamente en el cielo o se te castigará eternamente en el infierno. Este argumento, aunque está impregnado de lógica, plantea preguntas de honestidad, moralidad y la extensión de los poderes de Dios.[3]
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    Examina tus propios mitos, leyendas urbanas y supersticiones. Aprende por qué las personas creen historias respaldadas por evidencia anecdótica. Comprender algo sobre una creencia según se aplica a la psicología te preparará mejor para los contraargumentos y podría ayudarte a determinar por qué te sientes de esta forma acerca de tus propias creencias.
    • Los mitos urbanos, como el de María Sangrienta, por ejemplo, no tienen pruebas ni bases científicas y se cree que son falsos. Sin embargo, el mito de todas formas se transmite porque la idea de que tales eventos podrían existir es atractiva y divertida.
    • Los mitos urbanos y otras leyendas a menudo vienen de eventos o personas de la vida real que existieron pero la verdad detrás de ellos se ha vuelto exagerada o se ha retorcido con el tiempo. Por ejemplo, el mito de María Sangrienta puede venir de Mary Worth, una mujer a quien ahorcaron por brujería, o de la reina María I de Inglaterra, a quien se le conocía por su crueldad.[4]
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    Estudia la física y la biología básica. Algunos argumentos vienen de malinterpretaciones y desinformación sobre la física y la biología. Comprender el meollo de estos temas te permitirá desafiar los argumentos y suposiciones no científicos.
    • La evolución es el área de contención entre algunos cristianos y ateos más ampliamente conocida. Estudiar la selección natural y cómo las criaturas sobreviven y se extinguen es un buen lugar para empezar tus estudios.
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Parte 2
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Entablar una conversación

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    Deja que tu amigo lo haga. Deja que tu amigo inicie la conversación. Esto evita cualquier sensación de que podrías estar atacando su sistema de creencias con intenciones ocultas. Mantente tranquilo, firme y razonable. Un estereotipo común de los ateos es que son iracundos y hostiles.
    • Explica por qué eres ateo y lo que esto significa para ti. El objetivo de la conversación es eliminar cualquier noción preconcebida sobre las creencias del otro.
    • Por ejemplo, podrías decir: "Creo que las personas tienen la capacidad de identificar y elegir el bien del mal experimentando la vida por su cuenta".
    • También podrías decir: "Las personas son extremadamente complejas e interesantes. Creo que pueden cometer errores pero también aprender de ellos sin tener que ser controladas".
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    Hazle preguntas sobre sus creencias. ¿Por qué tiene una creencia particular? A veces, señalar una sola falacia de vez en cuando es suficiente. Pídele que explique algo sobre su religión que no comprendas para ayudarte a pensar en los significados más profundos.
    • Puedes preguntarle a tu amigo: "¿Cómo puede Dios permitir que algunos en el mundo se mueran de hambre y otros coman?".
    • También podrías preguntar: "Me interesa lo que los cristianos piensan del hecho de que la Biblia fue escrita por varias personas. ¿Es difícil confiar en recuentos tan diferentes?".
    • Sugiere que tu amigo empiece a cuestionar hechos cotidianos. Cuestionar autentica la verdad y puede convertirse en un hábito que lo ayude a cambiar de parecer.[5]
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    Mantente casual. Muestra que el ateísmo no ha impactado tu vida de forma negativa. Si tu amigo trae a colación su creencia de que Dios tuvo algo que ver en un evento de su vida, está bien señalar otros factores que ayudaron, como sus propias acciones o las habilidades de un profesional.
    • Por ejemplo, ingresar a la universidad puede parecer un regalo divino, pero fue el trabajo duro de una persona lo que abrió el camino. Podrías decirle: "¡Felicitaciones! Todo ese estudio realmente dio frutos".
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    Evita las falacias de lógica. Ambos lados de cualquier debate a menudo crearán argumentaciones incorrectas y dependerán de la retórica sin darse cuenta.
    • Las falacias informales comunes en los debates incluyen el razonamiento circular, el cual empieza y termina un argumento con la misma idea. Por ejemplo: "La Biblia no hace afirmaciones falsas; todo lo que diga la Biblia es cierto. Por lo tanto, la Biblia solo contiene verdades". La segunda y la tercera parte del argumento son el mismo concepto y, por lo tanto, no son un argumento de mérito.[6]
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    Socializa con ellos. Pasa un día con un grupo ecléctico de amigos que vengan de todos los ámbitos de la vida. La exposición a las opiniones y filosofías de otros nos ayuda a todos a expandir nuestro pensamiento.
    • Evita las actividades que podrían hacer que tus amigos de determinadas creencias se sientan incómodos, como las fiestas desenfrenadas o las películas violentas.
    • Los juegos de mesa, ir de compras o practicar el senderismo son actividades excelentes que todos pueden disfrutar.
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    Dale a tu amigo consejos prácticos para sus problemas. Usa tu experiencia personal para ofrecer autenticidad. Si tu amigo comparte sabiduría de la Biblia, cita algo similar de otro sistema de creencias de una persona histórica sabia.
    • Por ejemplo, si a tu amigo le va mal en la escuela, puedes decir: "Te entiendo. Yo también tuve dificultades para lidiar con todas esas tareas. ¿Has buscado unirte a grupos de estudio? Yo lo hice con mis compañeros de aula y terminamos haciendo las tareas en la mitad del tiempo".
    • En tiempos en los que a tu amigo le falte confianza, podrías decirle: "Cuando me siento triste, siempre pienso en esta gran cita budista: 'Puedes explorar el universo buscando a alguien que merezca más tu amor y tu afecto que tú mismo y no encontrarás a esa persona en ninguna parte'".
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    Conoce cuándo alejarte. No dejes que las diferencias y el debate ocasionen que una amistad se termine. Debes saber cuándo dejar ir la conversación.
    • No levantes la voz. Esto a menudo indica enojo o conduce a él, lo cual puede desviar la discusión. Si tu amigo empieza a levantar la voz, aligera la conversación.
    • Evita que la discusión se vuelva física. Una discusión que se vuelve física ya no es una discusión. Si tú o tu amigo empiezan a ponerse prepotentes, termina la conversación y dense un espacio por el momento.
    • Hablar sobre los sentimientos detrás de tus pensamientos ayuda a crear una atmósfera más pacífica y constructiva. Muéstrale a tu amigo que te preocupas por él en lugar de solamente querer ganar una discusión.[7]
    • Mantén la discusión por buen camino. Si la conversación se enfoca en otros asuntos, como los ataques personales o los insultos, es momento de dejarla.
    • Si tu amigo se enoja o se siente herido, aléjate de la conversación y discúlpate. Incluso si sientes que tienes la razón, herir los sentimientos de otra persona no es la intención de la conversación y no quieres arriesgar tu amistad.
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    Ten la mente abierta. Escucha y comprende su punto de vista. Si sus creencias le brindan paz y satisfacción, acéptalo. No dañes ni le quites a otra persona su sensación de paz.[8]
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Consejos

  • El respeto va en ambas direcciones. Muestra respeto al teísta si quieres recibir respeto a cambio.
  • Prepárate para una resistencia fuerte.
  • No insistas demasiado. El cambio de fe es una actividad altamente personal que intrínsecamente toma mucho tiempo. El cambio es un proceso gradual. Deja que la persona comprenda las cosas por sí misma. Un viaje de autodescubrimiento producirá resultados más sólidos.
  • Si muestras una actitud receptiva hacia las opiniones de tu amigo, esto debe brindarte lo mismo a cambio.
  • Escucha cuidadosamente las preocupaciones y reservas del creyente. Trata de comprender sus razones para creer y luego aborda cada una de estas preocupaciones directamente.
  • Citar publicaciones científicas arbitradas en toda oportunidad posible puede ser un poco autoritario y dañar tu argumento.
  • Cada persona es diferente, incluso dentro de la misma religión. No asumas que tu amigo cree o piensa algo únicamente porque es cristiano. En cambio, pregúntale sobre el tema.
  • Muestra la normalidad de la vida para un ateo a través de tus propios éxitos y amistades. Si tu amigo ve que ser ateo no significa tener una vida menos gratificante, esto podría lidiar con algunas de las ideas equivocadas que tenga sobre el ateísmo.
  • Señala algunas de las organizaciones positivas y altruistas dirigidas por ateos, como la Asociación Humanista Estadounidense.[9]
  • No intimides a tu amigo hasta que se cambie al ateísmo.
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Advertencias

  • Piensa en su amistad. ¿Son cercanos? El debate religioso puede ser complicado incluso para las mejores amistades y una base firme sobre la cual apoyarte podría marcar toda la diferencia si el resultado no es positivo.
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Categorías: Catolicismo
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