Los tomates se usan en muchísimas recetas y, con frecuencia, es necesario cortarlos en cubos, lo cual es un procedimiento sencillo y rápido que cualquier persona puede dominar con un poco de práctica. Puedes cortar en cubos los tomates de pera y los tomates comunes para agregarlos a las ensaladas, las sopas, los guisos y otros platillos.

Método 1
Método 1 de 3:
Cortar los tomates comunes en cubos

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    Lava los tomates. Siempre debes lavarlos bajo el grifo antes de cortarlos. Asegúrate de quitarles la suciedad y los residuos. También quítales todas las etiquetas que tengan.[1]
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    Quítales el centro. Puedes usar una cuchara pequeña para quitar el centro de los tomates. Simplemente inserta la punta de la cucharita en el tallo del tomate, arráncalo y deséchalo.[2]
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    Corta el tomate por la mitad. Sostenlo con una mano y córtalo con un cuchillo afilado. Empieza en la parte inferior del tomate y corta dos mitades iguales de forma horizontal.[3]
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    Corta cada mitad en rebanadas. Coloca cada mitad sobre una tabla de cortar con la parte plana hacia abajo. Haz varios cortes verticales a lo largo para crear varias tiras delgadas que no deben ser de más de 1 cm de largo y deben ser casi del mismo tamaño.[4]
    • Cuando cortes, sostén el tomate en su lugar con los dedos.
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    Corta sobre las tiras para crear los cubos. Gira las tiras hacia un lado. Haz unos cortes verticales sobre las tiras para crear cubos pequeños. Trata de hacer los cortes a la misma distancia y sostén las tiras en su lugar con los dedos mientras cortas. Cuando termines, tendrás una pila de tomates en cubos.[5]
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Método 2
Método 2 de 3:
Cortar en cubos los tomates de pera

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    Lava los tomates. Lava cada tomate bajo el grifo y gíralos según sea necesario para lavar la superficie completa y quitarles la suciedad y los residuos. Si los tomates de pera tienen alguna etiqueta, asegúrate de quitarla antes de cortarlos.
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    Quítales la parte superior. Los tomates de pera tienen un tallo pequeño en la parte superior. Corta el extremo del tallo de forma que quede plano.[6]
    • Algunas personas no les quitan los tallos a los tomates, ya que son muy pequeños y son casi imperceptibles. Si no te importa conservar el tallo del tomate, puedes omitir este paso.
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    Corta el tomate por la mitad. Corta el tomate a lo largo para separarlo en mitades. Córtalo con una mano y sostenlo en su lugar con la otra. Trata de que ambas mitades sean casi del mismo tamaño.[7]
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    Corta el tomate en rebanadas verticales. Gira las dos mitades hacia un lado para poder cortarlas a lo largo. Haz algunos cortes verticales para crear tiras finas casi del mismo tamaño.[8]
    • Debido a que los tomates de pera son más pequeños que los comunes, ten cuidado con los dedos con los que los sostienes. Usa únicamente las yemas de los dedos y ten mucho cuidado para alejarlas del cuchillo.
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    Corta las rebanadas en cubos. Gira las tiras hacia un lado y haz varios cortes a lo largo de las tiras. De esta forma, formarás cubos pequeños. Cuando termines, tendrás una pila de tomates en cubos.[9]
    • Trata de hacer los cortes a la misma distancia para que los cubos queden casi del mismo tamaño.
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Método 3
Método 3 de 3:
Quitarles las semillas a los tomates antes de cortarlos

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    Corta los tomates a la mitad. Haz un corte en el centro del tomate. Trata de que ambas mitades queden casi del mismo tamaño.[10]
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    Corta las mitades en cuartos. Haz 3 o 4 cortes a lo largo de cada mitad. De esta forma, el tomate quedará en cuartos. Todos los cuartos debe ser casi del mismo tamaño.[11]
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    Corta las semillas. Coloca cada cuarto sobre la mesa o la tabla de cortar con la cáscara hacia abajo. Desliza un cuchillo para cortar la parte carnosa y blanca del tomate. Las semillas están pegadas a esta parte, así que también se eliminarán.[12]
    • Algunas veces, las semillas se quedan en el tomate después de haber cortado la parte carnosa. Si las semillas no se eliminan de esta forma, quítalas con las yemas de los dedos.
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    Evita quitarles las semillas a los tomates de pera. Estos tomates son muy pequeños y delicados, por lo que suelen tener menos semillas y quizás sea difícil quitarlas sin dañar los tomates. Por lo general, puedes dejarlas intactas.[13]
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    Listo.
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Consejos

  • Si quieres quitarles la cáscara a los tomates, puedes remojarlos enteros en agua hirviendo durante un minuto. Cuando se enfríen, quítales la cáscara y deséchala. Para realizar algunas recetas, como la salsa, es posible que tengas que eliminar la cáscara antes de cortar los tomates en cubos.
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Resumen del artículoX

Para cortar un tomate, primero colócalo de lado sobre una tabla de cortar. Luego, usa un cuchillo aserrado para cortar el tomate en rodajas espaciadas uniformemente, avanzando desde el extremo donde está el tallo hasta el fondo. Cuanto más delgadas sean las rodajas, más pequeños serán los cubos. Desecha el tallo y los extremos inferiores. Apila las rodajas una encima de la otra y luego córtalas en tiras espaciadas uniformemente. Por último, haz cortes espaciados uniformemente a lo largo de las tiras para cortar el tomate en cubos pequeños. ¡Sigue leyendo el artículo si quieres aprender cómo quitar las semillas antes de comenzar a cortar los tomates en cubitos!

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