El desarrollo espiritual puede ser impulsado por prácticas religiosas habituales como la oración y la asistencia a servicios religiosos. Puedes desarrollar tu relación con tu propia espiritualidad aumentando tu conciencia plena, contemplando el mundo y las obras de arte, y elaborando artículos de belleza. Para ir más allá, haz el bien y practica la empatía.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Desarrollar tu práctica personal

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    Medita. Crece espiritualmente aumentando tu conciencia plena y alejándote de las preocupaciones de la vida cotidiana. Puedes meditar por tu propia cuenta o con un grupo de meditación.[1]
    • Considera la posibilidad de profundizar tu compromiso con la introspección espiritual asistiendo a un retiro de meditación.
    • Toma un curso de yoga y meditación para sintonizar tu cuerpo con tu mente.
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    Conéctate con la naturaleza. Haz senderismo en solitario o sal a caminar bajo la luz del sol. Ve sin tus audífonos y evita mirar tu celular. Observa el mundo que te rodea. Ve a las montañas, el desierto y el mar. Haz pausas para descansar, observar tus alrededores y escuchar el silencio.[2]
    • A medida que explores, tómate un poco de tiempo para agradecer por el mundo en el que vives.
    • Canta una canción o recita un poema si te sientes muy conmovido.
    • Haz excursiones para acampar con el fin de pasar más tiempo en la naturaleza.
    • Ve de excursión con otras personas a las que también les interese el desarrollo espiritual.
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    Disfruta de las obras de arte. Si estás en un viaje espiritual independiente o perteneces a una tradición religiosa que cree en la belleza visual, puedes profundizar tu relación con imágenes sagradas y excelentes obras de arte.[3]
    • Ve a mezquitas, iglesias, templos y otros lugares religiosos conocidos por su arquitectura, música u obras de arte religiosas.
    • Disfruta de las excelentes obras de arte religiosas y laicas en los museos.
    • Escucha música clásica y contemporánea que te conmueva.
    • Lee poetas espirituales como John Donne, Rumi y Nathaniel Mackey.
    • Las obras de arte religiosas no necesariamente te van a acercar a Dios. Si una obra de arte te dice algo, pasa tiempo contemplándola. Vuelve a ella si puedes.
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    Exprésate con creatividad. La expresión creativa puede profundizar tu comprensión espiritual. La creatividad te ayuda a imaginar lo que no se puede comprender lógicamente y te acerca a su presente.[4]
    • La música es una forma tradicional de expresión religiosa en muchas creencias y con frecuencia forma parte de la espiritualidad laica. Aprende himnos u otras canciones para entonarlas con tus seres queridos o solo.
    • La danza es una forma de culto en muchas culturas. Toma una clase de danza o solo pon música que te haga sentir la espiritualidad y te haga acercarte a ella.
    • Cualquier forma de creación que te haga sentirte centrado y en paz puede servirte de ayuda, incluidas las actividades domésticas tradicionales como hornear.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Comprometerte con tu fe

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    Asiste a servicios religiosos. Encuentra una iglesia, templo, mezquita u otro centro religioso que comparta algunas de tus creencias. Si ya perteneces a una congregación, renueva tu compromiso con ella. Ofrece voluntariamente tu tiempo, únete a un comité para una causa en la que crees y conéctate con otros miembros de la congregación.[5]
    • Considera la posibilidad de asistir a servicios religiosos en otras congregaciones. Conoce otras tradiciones espirituales.
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    Ora. Si la oración está incluida en tus prácticas espirituales, concéntrate en mejorar la calidad de tus oraciones. Ora al menos una vez al día. Cuando lo hagas, no dejes que tu mente divague. Concéntrate en las palabras que estés diciendo. Si notas que tu mente empieza a divagar, recuerda cuáles son tus intenciones y continúa con un sentido de propósito renovado.[6]
    • Ora con los demás. Fíjate si tu congregación tiene un grupo de oración. Si no, considera la posibilidad de orar con otra congregación.
    • Si tu familia ora junta en las comidas o en otros momentos, pídeles guiar las oraciones una noche.
    • Sea cual sea la oración, le dará bastante forma a tu mente y a tu sentido de unidad con el mundo.
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    Lee los textos principales. Conoce las creencias principales de tu tradición religiosa. Lee directamente la fuente y trata de comprender los mensajes principales de tus ancestros espirituales. Considera la posibilidad de crear o unirte a un grupo de lectura para compartir tu camino.[7]
    • Por ejemplo, si eres cristiano, podrías unirte a un grupo de estudio bíblico a través de la iglesia.
    • Si te interesa la espiritualidad de diferentes religiones, considera la posibilidad de leer textos de distintas religiones.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Hacer buenas obras

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    Haz un trabajo voluntario. Concentrarte en los demás te ayudará a desarrollarte. Encuentra una causa que te importe y dedícale tu tiempo libre. Mira las organizaciones locales que podrían usar voluntarios, empieza una recaudación de fondos o empieza tu propio grupo de voluntarios. Hay muchas formas de ayudar a los demás. Puedes hacer lo siguiente:[8]
    • Haz un trabajo voluntario en un refugio para indigentes.
    • Enséñales español a los inmigrantes de forma gratuita.
    • Participa en el sindicato local y ayuda a otros trabajadores en tu campo.
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    Agradéceles a las personas que te ayuden. Toma nota de las buenas cosas que los demás hagan por ti. Sé agradecido y expresa tu agradecimiento contigo mismo y con las personas que te ayudan.[9]
    • Agradéceles a los demás sinceramente cuando hagan algo por ti. Explícales cómo sus acciones te han beneficiado.
    • Lleva un diario de agradecimiento en el que escribas una o dos cosas por las que te sientas agradecido todos los días.
    • También toma nota de la buena sensación que tienes cuando haces algo bueno por los demás. Siéntete agradecido con ellos por dejarte participar en sus vidas.
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    Desarrolla la empatía por los demás. La empatía podría parecer una cualidad inherente, pero en realidad es una práctica que puedes desarrollar. Para desarrollarla, préstales mucha atención a los demás. Escúchalos y haz todo lo posible por comprender cómo se sienten. Puedes hacerlo con las personas en tus alrededores y las personas sobre las que leas en el periódico.[10]
    • Escucha atentamente cuando converses con alguien. No solo asientes la cabeza y respondas: debes contemplar lo que te dicen y tomarlo en serio.
    • Conoce a las personas. Entabla conversaciones amenas con desconocidos sentados a la par de ti, siempre y cuando parezcan interesados en hablar contigo. Trata de comprender lo que pasa por su cabeza, lo que les hace feliz y lo que les preocupa.
    • Cuestiona lo que supones de los demás. Si albergas malos sentimientos hacia cierto grupo o hacia alguien, esfuérzate en conocerlos como personas.
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Categorías: Filosofía y religión
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