Por más similares que puedan ser algunos puntos de vista sobre Dios, desarrollar una relación con Dios es una misión que cada persona debe realizar por su cuenta. Esta misión personal no necesariamente significa el cristianismo, cualquiera de las fes abrahámicas ni cualquier otra religión en particular. Creer en Dios significa creer en un poder superior. Existen algunos aspectos a considerar en tu búsqueda de fe en Dios.

Método 1
Método 1 de 3:
Tener fe

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    Separa las medidas físicas de la fe. Piensa en conocer a Dios no a través de eventos medibles, sino a través de una presencia intangible en todo lo que hagas. Dios es espíritu, que se experimenta intuitivamente, casi como experimentar el amor, el aire y la gravedad, y un amor y gracia inconmensurables.
    • Conocer a Dios involucra más al corazón (creencias fundamentales) que a los objetos. La creencia que se forma a través de la fe y en un poder superior a ti mismo no aparece de la noche a la mañana. No vas a despertar una mañana, cepillarte los dientes y decir “Hoy voy a creer en Dios. Hoy voy a tener fe”. Algo tiene que suceder para que necesites buscar dicha fe.[1] Si abordas la fe a partir de esta premisa, entonces verás que creer en Dios se trata de reflexionar sobre el impacto que tiene en ti y en los demás.
    • Descubrirás que la fe no se da por medios materiales sino a través del desarrollo personal de la fe espiritual, dado que Dios se percibe generalmente como un espíritu vivo, no como un cuerpo en descomposición,[2] puede ser medido por objetos intangibles, como reconocer su existencia, nuestras creencias, además de nuestros comportamientos y reacciones.
    • Piensa en todas las cosas en las que creas. Por ejemplo, podrías creer que un equipo es el mejor en tu deporte. Pero, ¿en qué se basa? ¿Lo prefieres porque tiene estadísticas superiores y más campeonatos ganados? Lo más probable es que lo prefieras debido al impacto específico que haya tenido en ti como fan. Tu apreciación se basa en algo individual e inmedible dentro de ti.
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    Reemplaza las pruebas con confianza. Tener fe involucra tomar una decisión. Esto significa decidir confiar sin una certeza absoluta.[3]
    • Lo más probable es que tomes decisiones de fe todos los días. Si alguna vez has pedido comida de un restaurante, has dado un paso de fe. Dicho restaurante particular podría tener una calificación alta por parte de los clientes y un excelente puntaje de sanidad, pero es probable que no hayas presenciado la preparación de la comida de primera mano. Tienes que confiar en que los chefs se hayan lavado las manos, y hayan preparado tu comida de forma apropiada y segura.
    • Ver no siempre implica creer. Todavía hay cosas que la ciencia no puede medir, pero aun así las personas creen en ellas. Por ejemplo, los astrónomos en realidad no pueden ver los agujeros negros en el espacio exterior, dado que por definición absorben materiales y la luz necesaria para que podamos observarlos.[4] Pero al observar el comportamiento de la materia y las órbitas de las estrellas alrededor de un agujero negro, podemos predecir la presencia de uno. Dios tampoco puede verse, pero tiene cualidades conocibles y una influencia observable que atraen a las personas hacia él.
    • Piensa en un momento en el que un familiar haya estado enfermo y se haya mejorado. ¿Alguna vez deseaste o rezaste a algún poder superior por su recuperación? Tal vez esta situación es como una estrella en órbita y Dios sea como la gravedad que ejerce su fuerza sobre todas las cosas.
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    Deja de tratar de controlar todo. Esta creencia es constante probablemente en todas las religiones que tienen un concepto de Dios: Dios creó todas las cosas.[5] Dado que Dios es el creador, solo él tiene control absoluto.
    • Ceder el control de ciertos aspectos de tu vida no significa no tener poder. No pienses en Dios como un titiritero jalando tus cuerdas, sino como un padre manteniéndote a salvo. Aún vas a elegir el curso de tu vida, pero la vida podría no resultar de la forma que hayas planeado o deseado. En momentos como estos, es importante recordar que Dios está ahí para ayudarte.[6]
    • Saber que no estás en control de todo puede empoderarte. Los programas de recuperación como Alcohólicos Anónimos se fundamentan en la premisa de que las personas no están completamente en control y que creer en un poder superior restaura el equilibrio al ceder su ego maltratado. Una vez que aceptamos que no podemos controlar todo, aprendemos a aceptar las cosas que podemos controlar.
    • Considera la oración de la serenidad: “Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia”.[7] Hay muchas cosas que puedes cambiar y otras que no. Podrías creer que hay poderes superiores que dan forma al resultado de tu vida. Este es un buen punto de inicio para descubrir tu fe en Dios.

Método 2
Método 2 de 3:
Aprender sobre Dios

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    Ve a lugares de culto. Trata de asistir a un servicio judío, musulmán o cristiano. Escucha las palabras que el ministro, rabino, imán o pastor y trata de relacionarlo a tu vida.
    • Los ministros a menudo dan un discurso, llamado sermón, que relaciona la vida diaria a las creencias en Dios. Mira si las cosas que el sacerdote dice se conectan contigo a nivel personal. Aunque podrías no conocer los detalles de la Biblia, tal vez un sentimiento o punto que haga el orador podría conectarse contigo en gran manera (por ejemplo, tratar al prójimo como a ti mismo).[8]
    • No te preocupes por no ser de dicha fe. Aunque podrían prohibirte participar en ciertas prácticas, como recibir comunión (“pan” y vino que se convierten o simbolizan el cuerpo y la sangre de Jesús, dependiendo de la religión en particular),[9] no hay restricciones para escuchar. De hecho, los cristianos usualmente se alegran cuando nuevas personas sienten curiosidad e interés en las enseñanzas de Dios.
    • Los servicios de una iglesia se celebran los domingos y usualmente duran aproximadamente una hora. Los servicios de una sinagoga se realizan los sábados. Los sermones de una mezquita se realizan los viernes justo después del mediodía. Es usual que los asistentes regulares lleguen a tiempo y se queden durante todo el servicio, pero no es obligatorio para los asistentes casuales.[10]
    • La misa católica usualmente es una actividad formal a semiformal. Asegúrate de vestirte apropiadamente. Los atuendos aceptables son camisas con cuello, pantalones de vestir y vestidos largos.[11] Asimismo, recuerda ser respetuoso; no uses tu celular y no masques goma de mascar durante los servicios de la iglesia.
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    Habla con personas que creen en Dios. Tal vez alguien que conoces tiene una relación fundamentada con Dios. Habla con él sobre por qué y cómo la fe es tan fuerte.
    • Haz preguntas. “¿Por qué crees en Dios?”, “¿Qué te asegura que Dios existe?”, “¿Por qué debería creer en Dios?”. Todas estas son preguntas para las que un amigo podría tener una percepción única.[12] Recuerda ser respetuoso y hacer preguntas de forma curiosa pero no agresiva.
    • Los sacerdotes no solo están disponibles durante la conversión o confesión. Si asistes a una iglesia un día de semana, es probable que puedas hablar con uno antes o después de un servicio. Tales maestros de Dios probablemente estarán contentos de responder cualquier pregunta que tengas sobre la fe en Dios.
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    Reza y reconoce a Dios en todo lo que digas y hagas. Muchas religiones creen que una buena relación con Dios comienza con una comunicación continua con él a través de la oración.[13] Probablemente no responderá verbalmente a tus oraciones, pero existen otras señales que te mostrarán que está escuchándote.
    • La oración es especialmente importante en tiempos de necesidad. Muchas personas tienen una idea equivocada de que la oración es un medio para cumplir sus sueños. En realidad, la oración no es pedirle a Dios que resuelva todos tus problemas por ti, sino más bien pedirle ayuda para lidiar con tus problemas u oportunidades.[14]
    • Podrías tener que tomar una decisión difícil: ¿Perseguir un trabajo o continuar con tu educación? Trata de rezarle a Dios para que te guíe. Presta atención a la decisión que tomes y observa el resultado. Aunque las cosas podrían no resultar según lo planeado, considéralo como otra oportunidad para rezar.
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    No pienses en los malos resultados como el resultado de que Dios no te escuchó o no estuvo presente, sino como su respuesta a tu oración en una forma que aún no habías considerado. La Biblia resalta el hecho de que Dios trabaja de formas misteriosas.[15] Piensa en Dios como un maestro que te ayudará a aprender lecciones de vida importantes no solo al darte la respuesta, sino al ayudarte a llegar a ella por tu cuenta. Recuerda la escuela y pregúntate “¿Mis profesores me decían las respuestas o me enseñaban cómo entender los problemas y resolverlos?”. Piensa en las situaciones en tu vida como “lecciones” más que “respuestas”.

Método 3
Método 3 de 3:
Participar activamente en la comunidad

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    Ofrécete como voluntario. Trata de dar a los menos afortunados ayudando en un comedor comunitario o una colecta de alimentos.
    • Creer en un poder superior significa desviar el énfasis de ti mismo. Ayudar a los demás es una buena oportunidad para observar tu vida desde una perspectiva diferente. Interactuar con otras personas menos afortunadas a menudo te ayuda a apreciar las cosas que tomas por sentado en tu vida.
    • Las cosas básicas como tener casa, comer comida o poder dormir tranquilamente son lujos que algunos no tienen. Todas estas son cosas por las que puedes agradecer a Dios y pueden ayudarte a creer que Dios está cuidándote.
    • Sé agradecido y persistente. Presta atención a cómo las personas que no han tenido ciertas cosas aun así han podido prosperar. Tony Melendez, un hombre que nació sin brazos, recientemente tocó la guitarra para el Papa Juan Pablo II usando sus pies.[16] Estar agradecido por las cosas que tienes desvía la atención de todas las cosas que puedan faltar en tu vida. Concéntrate en lo positivo; el optimismo es un peldaño para creer en algo más grande que ti mismo.
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    Haz buenas acciones. Trata de incorporar estos actos caritativos a tu vida diaria. Ofrecerte como voluntario es generoso y desinteresado, pero no ignores los pequeños detalles.
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    Muestra amor y preocupación por encontrar a Dios. Puedes hacer equipo con Dios para actuar como sus manos y pies. Simplemente mantener una puerta abierta para alguien puede alegrarle el día. Las pequeñas acciones como sonreír, cederle tu asiento a un anciano en el transporte público o simplemente decir “gracias” pueden acercarte más a Dios. No subestimes el efecto que una buena acción puede tener en la sensación y creencia de cómo un poder superior afecta a los demás a través de ti.[17]
    • Piensa en las veces en las que alguien, tal vez un completo extraño, ha hecho algo bueno por ti. Tal vez se te cayó el celular y alguien lo recogió y te detuvo para devolvértelo. ¿Alguna vez te detuviste a pensar en las acciones de dicha persona? Tal vez fue una respuesta a tu simple oración: “Dios, por favor solo ayúdame a sobrevivir este día”.
    • ¿Alguna vez has ayudado a alguien y te ha dicho “Dios te bendiga”? Trata de captar verdaderamente estas palabras y apreciarlas profundamente. ¿Qué pasa si una buena acción en realidad es Dios diciéndote que te escucha y te ve y permite que tus intenciones y propósitos expresen su amor?

Consejos

  • Si todo parece desesperado, sigue adelante. ¡Dios sabe que tienes un propósito!
  • No renuncies a tu fe si te topas con algún desafío. Cuando te derribe, mira hacia arriba y reza. Dios tuvo una razón para permitir el libre albedrío y la elección. No somos robots ni estamos programados por instintos o impulsos inalterables como animales. Cuando lo busques temprano, lo encontrarás. Se abrirá una puerta. Cuando Dios cierra una puerta, abre otra.
  • Si sigues la voluntad de Dios, todo en la vida y cada camino que tomes tendrá una razón. Anótalo y sigue el camino. Luego un día, lee dicho libro y rastrea el camino que hayas tomado. Entiende cómo el primer camino conduce a una senda antigua y recta.
  • Cuando encuentres tu fe, aférrate a ella; no dejes que se escape, no dejes de creer. Algún día podrías entender la esencia de saber que tienes un propósito en la vida y sí aún estás buscando, podrías encontrar un propósito más grande, tal vez incluso cuando menos lo esperes.
  • Ten fe. No te canses de hacer el bien ni retrocedas. Cree y nunca estarás solo. No tienes que creer ni unirte a alguna religión en particular para tener fe en Dios.
  • Visita una página web que te diga más sobre tu necesidad de encontrar a Dios y comienza una nueva vida con Dios a partir de hoy.
  • Si un ser querido muere y te preguntas “¿Por qué?”, “¿Por qué se murió?”, “¿Por qué me quedé solo?”: no dejes de preguntar. El tiempo podría mostrarte una razón. Hasta ese entonces, recuerda “caminar por fe y no por los ojos”; hasta que Dios determine que estés listo para escuchar la respuesta, solo confía en él.
  • Este artículo se aplica al Dios personal y presupone que tu existencia y la de Dios son necesarias y deliberadas. Aunque las diferentes fes profesan diferentes perspectivas de Dios, trascienden nuestras ideas de cualquier ser, sea masculino o femenino: Dios es más grande…
  • Muchos dicen que “ver es creer”, pero ¿esto también sucede con Dios? Si dices “Soy cristiano”, no crees en un Dios propiamente dicho, examina el significado del Cristianismo y date cuenta de que tu relación con Dios se basa en buscarlo con todo el corazón y aceptarlo a través de la fe. Jesús dijo: “ El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”.

    Dios influencia, interviene o interfiere (no fuerza), y la inteligencia decide la realidad, por qué la vida es libre, lógica (no robótica), sensible (no insensible). El diseño finamente afinado brinda inteligencia, control físico, sentidos y emociones, que apuntan a rasgos organizados y significativos (no aleatorios) con consecuencias y premios ahora y después.
  • Aprende sobre los testimonios personales de las personas cuyas vidas hayan sido salvadas o transformadas por su fe en Dios.

Advertencias

  • No le des importancia a las personas no muchas veces no estarán de acuerdo contigo. Respeta la religión de los demás ya que creen de forma diferente. La decisión depende de cada persona. Eso está bien.

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Categorías: Cristianismo