No es divertido ver a tu mejor amigo sentirse mal. Él confía en ti, su dueño, para que seas el que lo cuide cuando esté enfermo. Lo primero que debes hacer es reconocer si tu perro está enfermo, y luego tendrás que determinar la gravedad de la enfermedad. Algunas enfermedades se pueden tratar en casa bajo tu atenta observación, mientras que otras enfermedades requieren la inmediata atención de un veterinario. Cada vez que tengas dudas, no esperes en llamar al veterinario para que te aconseje qué hacer. Algunas veces, el problema puede una ser cuestión de vida o muerte.

Parte 1
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Reconocer los síntomas de una enfermedad

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    Vigila la actividad diaria de tu perro. Ten un cuaderno donde apuntes las veces en que el perro haga sus necesidades, el momento en que se presenten los síntomas, la frecuencia con que coma y beba, etc. Esto te ayudará a mantener un seguimiento de los síntomas. También puede serle de gran utilidad al veterinario para diagnosticar la enfermedad del perro. [1]
    • Si tu perro está ligeramente enfermo (no come muy bien por un día, está inquieto, vomita una o dos veces, tiene un episodio de diarrea, etc.) puedes observarlo atentamente en casa y llamar al veterinario para que te indique qué hacer.
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    Busca atención veterinaria inmediatamente si presenta ciertos síntomas. Hay varios síntomas graves que requieren una atención médica inmediata.[2] Nunca ignores los siguientes síntomas y llama al veterinario de inmediato:
    • Pérdida de consciencia
    • Sangrado profuso
    • Intoxicación por alguna sustancia que haya ingerido
    • Vómitos y diarrea constantes
    • Fractura de huesos
    • Dificultad para respirar
    • Convulsiones que no se detengan después de un minuto
    • Incapacidad para orinar o para producir orina
    • Síntomas nuevos o recurrentes en un perro con alguna enfermedad (diabetes, enfermedad de Addison, etc.)
    • Gran hinchazón alrededor de la cara, ojos o garganta
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    Consulta al veterinario por síntomas de menor gravedad. Algunos síntomas pueden causarle cierto malestar al perro y pueden ser indicios de una enfermedad que necesite tratamiento. Llama al veterinario para que te indique cómo tratar los siguientes síntomas:
    • Una sola convulsión que dure menos de un minuto
    • Vómitos y diarreas esporádicas por más de un día
    • Fiebre
    • Apatía o letargo que dure más de un día
    • Dejar de comer por más de un día
    • Dificultad para defecar
    • Cojera o dar muestras de dolor
    • Beber en exceso
    • Hinchazón que se presente de forma gradual
    • Bultos o protuberancias que aparezcan repentinamente o el crecimiento de unas ya existentes
    • Cualquier otro síntoma o comportamiento extraño (escalofríos o gemidos)

Parte 2
Parte 2 de 4:
Tratar una enfermedad en casa

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    Suspéndele los alimentos si tiene vómitos o diarrea. En el caso de los cachorros y perros mayores de 6 meses que hayan estado previamente sanos, puedes suspender todo tipo de alimento por hasta 24 horas si los síntomas principales son vómitos o diarrea.
    • Esto también incluye a los bocadillos y huesos de cuero comestibles.
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    Asegúrate de que tenga acceso al agua. Nunca le retires el agua a un perro enfermo, a menos que lo vomite. Si eso sucede, consulta al veterinario.
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    Dale una dieta blanda por 1 o 2 días. Después que le hayas suspendido los alimentos por 24 horas y el perro empiece a mostrar un mejor comportamiento, puedes ofrecerle gradualmente una dieta blanda por 1 o 2 días. Una dieta blanda para un perro consiste en 1 parte de proteínas de fácil digestión y 2 partes de un almidón fácilmente digerible.
    • Las fuentes típicas de proteínas son el queso cottage, el pollo (sin piel ni grasa) o una hamburguesa cocida.
    • Un buen tipo de almidón es el arroz blanco cocinado.[3]
    • Alimenta al perro con una taza de comida al día (dividida en 4 porciones y servidas cada 6 horas) por cada 4 kg (10 libras) de peso.
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    Evita que el perro juegue o haga ejercicio. Asegúrate de que tenga mucho descanso mediante la restricción del ejercicio y los juegos. Sácalo a pasear con una correa para que haga sus necesidades, pero no dejes que juegue mientras se sienta mal. Esto es especialmente importante si el perro está cojeando.
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    Revisa las heces y la orina del perro. Presta atención a la cantidad de heces y orina que hace el perro mientras está enfermo. Si normalmente le dejas que salga solo a hacer sus necesidades, utiliza una correa mientras esté enfermo para que veas cuánto orina o defeca.
    • No castigues al perro en caso de que ensucie el interior de la casa (ya sea con heces, orina o vómitos). Con castigarlo no conseguirás nada bueno si está enfermo, solo harás que se oculte de ti si lo castigas.
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    Observa atentamente los síntomas del perro. Asegúrate de vigilar muy de cerca al perro, en caso de que los síntomas empeoren. No te descuides del perro. No lo dejes solo durante el día o el fin de semana. Si tienes que salir de casa (por ejemplo, si debes irte a trabajar), pídele a alguien que revise al perro cada dos horas.
    • Si no puedes conseguir que alguien lo cuide, llama a la clínica veterinaria para ver si tienen el servicio de internamiento o monitoreo. Los síntomas podrían empeorar rápidamente o es posible que aparezcan repentinamente nuevos síntomas más graves.
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    No dudes en llamar al veterinario. Si tienes alguna duda sobre los síntomas del perro, o parece que su salud está empeorando, llama al veterinario para que te indique qué hacer.

Parte 3
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Prepara un espacio cómodo para el perro

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    Mantén al perro dentro de casa. No lo dejes afuera o en la cochera. El perro podría tener problemas para regular su temperatura y no podrás observar bien si presenta algún cambio en los síntomas.
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    Ponle una cama cómoda. Proporciónale una cama para perros con algunas mantas en un lugar donde puedas observarlo fácilmente y con frecuencia. Escoge las mantas que tengan tu olor o perfume impregnado en ellas para que el perro se sienta reconfortado.
    • Se recomienda escoger un lugar que tenga un piso fácil de limpiar, como la cocina o el baño. De manera que, si tu perro vomita o hace sus necesidades, podrás limpiarlo de forma fácil y rápida.
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    Evita que haya ruido en la casa. Mientras el perro esté enfermo, mantén los ruidos y luces de la casa a un nivel muy bajo. Piensa en cómo te gustaría a ti que esté el ambiente de la casa cuando estás enfermo. A tu perro le encantará que le ofrezcas un ambiente similar. Evita las visitas y los ruidos de la aspiradora, los niños y el televisor. Así permitirás que tu perro consiga el descanso que necesita.
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    Aleja a tu perro enfermo de los demás perros. Es recomendable que mantengas al perro enfermo apartado de los otros perros. Esto ayudará a prevenir cualquier contagio de enfermedades. Además, el ambiente tranquilo permitirá que el perro pueda descansar.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Mantener un entorno seguro para el perro

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    No le des comida para humanos. Los alimentos que son seguros para los seres humanos pueden ser mortales para los perros. Los productos como el xilitol son especialmente peligrosos para los perros. Esta sustancia está presente en los alimentos sin azúcar y en los productos de cuidado dental.
    • Otros alimentos tóxicos para un perro incluyen la masa de pan, el chocolate, el aguacate, el alcohol, las uvas, las pasas, la cebolla, el ajo y muchos otros alimentos.[4]
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    No le des medicamentos para seres humanos. Nunca le des a un perro medicinas para humanos, a menos que el veterinario te lo indique. Estas medicinas pueden ser tóxicas para los perros y podrían empeorar algunas enfermedades.
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    Mantén la casa, la cochera y el jardín libre de sustancias tóxicas. Siempre debes vigilar al perro cuando esté afuera. Mantén fuera de su alcance las sustancias potencialmente tóxicas. Estas sustancias pueden incluir los pesticidas, los anticongelantes, los fertilizantes, los medicamentos, los insecticidas y varios otros artículos.[5] Estos productos pueden ser tóxicos y potencialmente letales para un perro.

Consejos

  • Siempre háblale al perro con una voz suave y de forma cariñosa.
  • Hazle saber que estás con el, acariciándolo y hablándole suave.

Referencias

  1. Cahn CM, Line S. The Merck Veterinary Manual. 9th ed. John Wiley & Sons, 2005
  2. Kirk and Bistner’s Handbook of Veterinary Procedures and Emergency Treatment. Eighth Edition. Ford and Mazzaferro. Elsevier, Inc. 2006.
  3. Blackwell's Five-Minute Veterinary Consult: Canine and Feline. Tilley and Smith. Wiley and Blackwell. 2011
  4. https://www.aspca.org/pet-care/virtual-pet-behaviorist/dog-behavior/foods-are-hazardous-dogs
  5. http://pets.webmd.com/dogs/guide/top-10-dog-poisons

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 100 279 veces.
Categorías: Cuidado de los perros