Los perros son animales activos que adoran jugar al aire libre; por ello, es normal que una espina o cualquier otro tipo de astilla se incrusten en sus patas. Si esto ocurre, es probable que tu perro cojee o dude en pisar con la pata lesionada. Esta lesión será dolorosa para el perro, pero el tratamiento suele ser sencillo. Si extraes la espina con cuidado y limpias bien el área, tu perro podrá recuperarse por completo.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Mantener a tu perro tranquilo

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    Acaricia a tu perro y háblale con un tono de voz tranquilizante. Es probable que tu perro sienta dolor y no se percate de que intentas ayudarlo. Lo primero que debes hacer es tranquilizarlo para poder revisar la herida y adoptar las medidas necesarias. Acaricia al perro en su área favorita por unos minutos, así harás que se relaje. Una vez que se calme, podrás proceder con la extracción de la espina.[1]
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    Dale una golosina a tu perro. Si es necesario, puedes darle una golosina a tu perro mientras revisas la herida. Esto lo distraerá y te permitirá llevar a cabo los pasos de primeros auxilios necesarios mientras el perro está ocupado. Necesitarás una golosina que mantenga a tu perro ocupado por un momento, por lo que algunas serán mejores que otras.[2] Estas son algunas de ellas:
    • Croquetas de leche. La mayoría de los perros se pueden comer una croqueta de leche con tan solo unas mordidas, incluso si esta es grande. Es probable que estas no sean de utilidad en esta situación.
    • Huesos de cuero crudo. Esta es una opción más duradera, ya que los perros tardan más tiempo en morder estos huesos. El cuero crudo puede ser peligroso para tu perro si el hueso se rompe en pedazos pequeños; sin embargo, esto no debe ser un problema en esta situación. Ya habrás terminado de curar la pata antes de que tu perro pueda morder dicha cantidad.
    • Un juguete lleno de mantequilla de maní. Muchos juguetes para perros cuentan con un hueco en donde se puede colocar una golosina o mantequilla de maní. Si colocas mantequilla de maní dentro de estos juguetes, esto mantendrá a tu perro ocupado por un buen tiempo, ya que querrá lamerlo por completo.
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    Haz que alguien sostenga al perro. Revisar la herida y extraer la espina le causará dolor al perro y es probable que intente zafarse. Es de mucha utilidad contar con alguien que sostenga al animal mientras lo atiendes.[3]
    • Existen varias técnicas para contener a un perro de manera segura. La posición específica en la que sostengas a tu perro dependerá de la ubicación exacta de la herida.
    • No olvides que lo más importante de contener al perro es controlar su hocico. Incluso si tu perro es amigable y nunca ha mordido a nadie antes, cualquier animal puede volverse agresivo si siente dolor y está asustado. Él podría morderte al tocarle la herida. Cerciórate de que la persona que lo sostenga mantenga la mano sobre su hocico para evitar dicho problema.
    • Al contener al perro, solo emplea una presión leve si no forcejea. Si empieza a forcejear, aplica más presión, luego deja de hacerlo cuando se detenga. Esto le mostrará poco a poco que si no forcejea, lo presionarás con menos fuerza.
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    Colócale un bozal a tu perro, si es necesario. En ocasiones, los animales responden muy mal a que los contengan, en particular si sienten dolor. Esto podría ser peligroso para ti y todos los que estén cerca, ya que un perro en pánico puede dar mordeduras desagradables. Si tu perro intenta morder o se comporta de manera muy agresiva, deberás colocarle un bozal para garantizar tu propia seguridad.
    • Si no tienes un bozal a la mano, puedes tomar un rollo de gasa y elaborar un bozal improvisado.
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    No prosigas si tu perro está fuera de control. Si tu perro siente mucho dolor, podría reaccionar de forma violenta. Si no puedes controlarlo, no intentes contenerlo. Ambos podrían sufrir lesiones. En lugar de ello, déjalo solo y observa si se tranquiliza por sí mismo. Mientras tanto, comunícate con el veterinario para saber qué te recomienda.[4]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Retirar la espina

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    Ubica la espina. Es probable que sepas en qué pata se encuentra, ya que el animal no estará pisando con ella; no obstante, debes identificar la ubicación exacta. Revisa la pata luego de contener al perro de forma segura. Usa una linterna, si es necesario.
    • Asimismo, no olvides revisar entre los dedos si tienes dificultades para encontrar la espina. Es probable que los objetos externos se oculten allí.
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    Lava el área con un jabón desinfectante y agua tibia. Debes evitar que la pata de tu perro desarrolle una infección. Una infección retrasará el proceso de curación y podría requerir algunas visitas al veterinario. Luego de ubicar la espina, lava con cuidado el área cercana usando jabón y agua tibia. Esto será de utilidad para combatir la infección, y el agua tibia podría ablandar la piel y facilitar la extracción de la espina.[5]
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    Esteriliza un par de pinzas. Antes de extraer la espina, tendrás que cerciorarte de que las pinzas que uses estén limpias. Límpialas con alcohol para matar a todos los microbios y evitar una infección.[6]
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    Extrae la espina. Toma las pinzas y sujeta la espina con firmeza lo más cerca que puedas de la piel del perro. Luego extrae la espina con rapidez. Si jalas con rapidez, esto provocará dolor, pero garantizará que el proceso termine rápido y tu perro pueda empezar a recuperarse.
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    Vuelve a lavar el área. También debes lavar el área luego de retirar la espina, así combatirás más la infección. Puedes volver a usar agua y jabón, o un desinfectante como betadine.[7]
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    Envuelve la herida si sigue sangrando. Las heridas pequeñas por punción suelen dejar de sangrar rápido y no requieren que las envuelvan. No obstante, si la herida es un poco más grande y sangra, debes envolver la pata con gasa.[8]
    • Primero seca la herida. Si envuelves la pata, un entorno húmedo favorecerá el desarrollo de bacterias.
    • Coloca una gasa esterilizada antiadherente sobre la herida.
    • Envuelve la pata con un vendaje de gasa antiadherente. Empieza con los dedos de la pata y envuelve hasta la base de la articulación del tobillo del perro.
    • Envuelve el vendaje con cinta adhesiva. Hazlo hasta pasar por 3 cm (1 pulgada) el área en el que el vendaje de gasa termina, así garantizarás que el vendaje permanezca en la pata de tu perro.
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    Acude al veterinario si es necesario. Comunícate con el veterinario si tienes dificultades para extraer la espina, envolver la herida o detener la hemorragia, o si crees que algo podría andar mal. Reserva una cita para que el veterinario pueda revisar la herida y encargarse de todo problema que pueda haber.[9]
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    Identifica los signos de infección. Supervisa a tu perro de manera cuidadosa como mínimo por una semana después de la extracción de la espina. Llévalo al veterinario si identificas alguno de los siguientes síntomas:[10]
    • enrojecimiento o hinchazón cerca del área de la herida;
    • descarga de pus proveniente de la herida;
    • sensación de calor en la herida o cerca de ella;
    • mayor dolor, como cuando el perro cojea de manera súbita o se rehúsa a bajar la pata.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Evitar las lesiones en las patas de tu perro

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    Mantén cortas las uñas de tu perro. Es normal que las uñas de un perro se enganchen en algo y se quiebren o se salgan. Esta lesión es dolorosa y puede provocar una infección. Puedes evitarlo si mantienes las uñas de tu perro con un largo adecuado. Lee el artículo “Cómo recortar las uñas de un perro” para obtener instrucciones sobre el cuidado de las uñas de tu perro. Asimismo, el veterinario puede hacerlo durante los controles, por lo que puedes pedírselo la próxima vez que lo visites.[11]
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    Revisa las patas de tu perro con frecuencia. Las almohadillas de las patas de tu perro se desgastan mucho, y son muy vulnerables a las lesiones. Identifica todo corte, agrietamiento o desgarro en las almohadillas. Incluso las lesiones pequeñas pueden agravarse, por lo que deberás conversar con tu veterinario si identificas alguna y tendrás que hacer que la revise para evitar una mayor lesión.[12]
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    Consigue calzado protector para tu perro. Existen diversas marcas de calzado diseñado para proteger las patas de tu perro. Podría ser una buena idea conseguir este calzado si vives en un área con terreno áspero o si tu perro ha sufrido lesiones antes. Puedes pedirle una recomendación al veterinario o al personal de la tienda de mascotas de tu localidad.[13]
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    Limpia tu patio. Es probable que no puedas evitar los objetos afilados al sacar a tu perro a pasear, pero puedes cerciorarte de que tu propiedad esté libre de peligro. Busca si en tu césped y tu patio hay objetos afilados como vidrio, clavos, tornillos o cualquier otra cosa que podría lesionar a tu perro. Esto puede ser de utilidad para evitar que sufra lesiones graves.[14]
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Advertencias

  • El proceso de extraer la espina será doloroso para tu perro. Podría ser difícil para ti provocarle dolor a tu perro; no obstante, debes recordar que todo esto lo ayudará.
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Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott, miembro del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios, es una veterinaria con más de 30 años de experiencia en cirugía veterinaria y práctica en animales de compañía. Se graduó de la Universidad de Glasgow en 1987 con un título en Medicina y Cirugía Veterinaria. Ella ha trabajado en la misma clínica de animales en su ciudad natal durante más de 20 años. Este artículo ha sido visto 37 026 veces.
Categorías: Cuidado de los perros
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