Los rellenos dentales ayudan a restaurar la forma, la función y la estética de un diente dañado o con caries. Cuando te hacen un relleno dental, deberás tener un cuidado especial con él a corto y largo plazo. Si te preocupas de tu salud bucal de manera adecuada, puedes minimizar el riesgo de que aparezcan más caries y evitar que se dañen los rellenos que tienes actualmente.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Cuidado de un relleno nuevo

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    Averigua cuánto tiempo tardará en endurecerse tu relleno. Hay varios tipos de rellenos dentales y cada uno demora un periodo de tiempo diferente en endurecer. Si sabes cuánto tomará dicho periodo, tendrás un marco de tiempo general en el que debas ser especialmente cuidadoso para no causarle ningún daño al relleno.
    • Los rellenos de oro, la amalgama y la resina compuesta toman entre 24 y 48 horas en endurecer.[1]
    • Los rellenos de cerámica se endurecen de inmediato con la ayuda de una luz halógena de color azul.[2]
    • Los ionómeros de vidrio se fijan 3 horas después de aplicados, pero podrían demorarse hasta 48 horas para que los sientas duros.[3]
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    De ser necesario, toma medicamentos analgésicos. Puedes tomar analgésicos de venta libre antes de que el efecto de la anestesia desaparezca y continuar el tratamiento hasta que ya no tengas sensibilidad. Esto te ayudará con cualquier hinchazón o dolor que podrías experimentar.[4]
    • Pregúntale a tu dentista si necesitas tomar medicamentos para el dolor a fin de lidiar con la sensibilidad posoperatoria. Sigue las instrucciones de tu médico o las que estén en el empaque para tomar analgésicos después de hacerte un relleno.
    • Por lo general, la sensibilidad mejorará en una semana.
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    Evita alimentos y bebidas hasta que el efecto de la anestesia desaparezca. Sentirás la boca adormecida por unas horas después del relleno debido a la anestesia que te aplicaron durante el procedimiento. Si puedes, no comas, ni bebas hasta que su efecto desaparezca a fin de no lastimarte.[5]
    • Si comes o bebes, el adormecimiento podría hacer que sea difícil medir la temperatura o podrías terminar mordiéndote el interior de la mejilla, la lengua o su punta.
    • Si no puedes esperar para comer o beber, prueba alimentos suaves, como el yogur o el puré de manzana, y bebidas simples, como el agua. Mastica por el lado de tu boca opuesto al del relleno para garantizar que no te lastimes, ni dañes el relleno.
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    Evita las comidas y bebidas o muy calientes o muy frías. Lo más probable es que tus dientes y el relleno queden sensibles por unos cuantos días después del procedimiento. No consumas alimentos ni bebidas que estén o muy calientes o muy frías para poder controlar la sensibilidad y el dolor, y también porque podrían lastimar el relleno.[6]
    • Los alimentos y las bebidas muy calientes o muy frías pueden alterar la adherencia del relleno. Las resinas compuestas generalmente se adhieren al diente, pero el proceso continúa al menos por 24 horas, así que se recomienda consumir alimentos y bebidas tibias durante este tiempo.
    • Las temperaturas calientes y frías hacen que el material de relleno se expanda y se contraiga, especialmente si es metal. Esto altera la adaptabilidad, la forma y la fortaleza del material y podría provocar fracturas o filtraciones.
    • Antes de consumirlas, no olvides dejar enfriar las comidas calientes como las sopas o los platos horneados, como la lasaña, así como las bebidas calentadas como el café y el té.
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    Evita los alimentos duros, difíciles de masticar o pegajosos. Trata de no consumir este tipo de productos por unos cuantos días después de hacerte el relleno. Los alimentos como las golosinas, las barras de granola y las verduras crudas podrían causarte problemas, como arrancarte el relleno.[7]
    • Masticar alimentos duros podría romper el relleno o tu diente. Por otro lado, la comida pegajosa puede adherirse a la superficie del diente con relleno por un tiempo largo y hacerlo más vulnerable a las caries.
    • La comida atrapada entre los dientes puede debilitar el relleno y aumentar el riesgo de que te aparezcan más caries. Para evitarlo, enjuaga tu boca después de cada tentempié o comida con un enjuague bucal con flúor después de cepillarte los dientes y pasarte el hilo dental.
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    Mastica por el lado opuesto de tu boca al que está el relleno. Cuando finalmente puedas comer, mastica con el lado opuesto de tu boca al que tiene el relleno por uno o dos días. Hacerlo garantizará que este se fije adecuadamente y no se lastime.[8]
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    Verifica si hay partes elevadas en el relleno. Como el dentista “rellena” el diente, es posible que le ponga mucho material al lugar del procedimiento. Para saber si tienes algún punto elevado en el relleno, muerde hacia abajo suavemente. Habla con tu dentista si sientes algún punto muy alto para que el relleno no se rompa, ni sientas dolor posoperatorio.
    • Es posible que los puntos elevados no te dejen cerrar bien la boca o morder correctamente. Además también podrían provocarte problemas como dolor, no poder comer por el lado de la boca donde se encuentra el relleno, dolor de oídos, y sonidos en la articulación temporomandibular.
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    Ponte en contacto con tu dentista si tienes algún problema. Si notas algún problema con tus dientes, tu boca o tus rellenos, llama a tu dentista. Esto te ayudará a estar seguro de que no haya problemas subyacentes y podría ayudarte a evitar que tus dientes se dañen más.
    • Préstale atención a los siguientes síntomas y ponte en contacto con tu dentista si presentas alguno de ellos:
    • Sensibilidad en el diente restaurado [9]
    • Rajaduras en el relleno[10]
    • Rellenos que no están o que están astillados [11]
    • Dientes o rellenos descoloridos[12]
    • Rellenos que se mueven y filtraciones a los extremos cuando bebes algo[13]

Parte 2
Parte 2 de 2:
Cuidado diario de tus rellenos

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    Cepíllate los dientes y usa el hilo dental todos los días, también después de cada comida. Hacerlo todos los días y después de las comidas puede ayudar a mantener tus dientes, rellenos y mandíbulas en buen estado. Un ambiente limpio podría ayudarte a evitar más rellenos y manchas antiestéticas.
    • No olvides lavarte los dientes y usar el hilo dental después de cada comida de ser posible. Si tienes comida atascada entre los dientes, tendrás un ambiente propicio para que aparezcan más caries y los rellenos que tienes podrían dañarse. Si no tienes un cepillo a la mano, masticar un chicle puede ser de ayuda.[14]
    • El café, el té y el vino pueden mancharte los rellenos y los dientes. Si bebes alguna de estas bebidas, trata de cepillarte los dientes después para que no se manchen.
    • El tabaco y el hábito de fumar también pueden manchar tus rellenos y dientes.
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    Controla tu ingesta de alimentos y bebidas azucaradas y ácidas. Este tipo de bebidas y alimentos pueden hacer que requieras rellenos y controlar su consumo puede resultar en una mejor salud bucal. Las caries pueden aparecer fácilmente debajo de los rellenos. Con el tiempo, estos se romperán y filtrarán de manera natural. Cepillarte los dientes después de consumir este tipo de alimentos podría ayudarte a evitar más rellenos.[15]
    • Si no puedes cepillarte porque, por ejemplo, estás en la escuela, enjuágate la boca con agua. Aumenta tu ingesta de agua y controla la frecuencia con la que consumes tentempiés. Además, no consumas alimentos pegajosos.
    • Una dieta saludable y balanceada de proteínas magras, frutas, verduras y legumbres puede ayudarte con tu bienestar en general, incluida la salud bucal.
    • Incluso algunos alimentos saludables son ácidos, como los cítricos. No dejes de comerlos, pero limita la cantidad que consumes y piensa en lavarte los dientes cuando termines. Puedes diluir los jugos con la misma cantidad de agua.
    • Algunos ejemplos de alimentos y bebidas azucarados y ácidos son refrescos, dulces, golosinas y vino. Las bebidas deportivas y energéticas, y el café con azúcar también cuentan.
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    Utiliza un gel de flúor. Si tienes varios rellenos, pídele a tu dentista que te prescriba un gel o una pasta de flúor. Este elemento contribuye a proteger tus dientes de nuevas caries y puede mejorar tu salud bucal en general.[16]
    • El gel o pasta de flúor también ayuda a fortalecer tu esmalte, lo que alarga la vida de tus rellenos.
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    Evita los enjuagues bucales y las pastas dentales que contienen alcohol. Estos pueden reducir la duración de los rellenos o incluso mancharlos. Utiliza una pasta dental o un enjuague bucal de color y sin alcohol para evitar este problema.[17]
    • Puedes encontrar este tipo de pastas dentales y enjuagues bucales en la mayoría de tiendas y farmacias o en minoristas de Internet.
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    No aprietes los dientes. Si tienes el mal hábito de apretar tus dientes en la noche, podrías dañar tus rellenos y tus dientes. Si tienes esta costumbre, pregúntale a tu dentista sobre la posibilidad de utilizar una férula.
    • Apretar los dientes desgasta los rellenos, y puede provocar sensibilidad y daños como astillas y rajaduras pequeñas.
    • Morderse las uñas, abrir botellas o sostener objetos con los dientes también son malos hábitos. Trata de evitarlos para que no lastimes tus dientes ni tus rellenos.
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    Ve con frecuencia al consultorio de tu dentista para hacerte revisiones y limpiezas. Estas son una parte integral del mantenimiento de la salud bucal. Ve al dentista al menos dos veces al año o más seguido si tienes problemas con los dientes o los rellenos.[18]

Consejos

  • Ve al dentista con frecuencia para garantizar que tu salud oral sea buena.

Acerca de este wikiHow

Ken Miyazato, DDS
Coescrito por:
Doctor en Cirugía Dental
Este artículo fue coescrito por Ken Miyazato, DDS. El Dr. Miyazato es dentista en el Centro Médico del Valle de Santa Clara en el área de la Bahía de San Francisco. Recibió su Doctor en Cirugía Dental en la Universidad del Pacífico en 2013 y completó su residencia en el Centro Médico Luterano en 2014. Este artículo ha sido visto 167 139 veces.
Categorías: Caries