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Hacer brotar frijoles, verduras, semillas y granos es una forma sencilla de aumentar de manera exponencial el factor nutritivo de ingredientes simples. Si germinas un poco de alfalfa o lentejas, puedes intensificar los micronutrientes e integrar un delicioso alimento activo a tu dieta. Son sabrosos y constituyen un plato sorprendente que puedes preparar en casa con una pequeña cantidad de ingredientes y pasos. Aprende el proceso básico y las instrucciones específicas para las legumbres, granos, semillas e incluso cómo cultivar tus propios microgreens (forma pequeña de plantas comestibles). Lee el paso 1 para mayor información.
Pasos
Método 1
Método 1 de 5:Pautas y materiales básicos
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1Selecciona un tipo de brote para empezar. Las semillas, frijoles o frutos secos orgánicos son factibles de germinar, usando el mismo método básico. Asegúrate de conseguir semillas orgánicas o libres de pesticidas destinadas a convertirse en brotes comestibles. Muchas semillas comerciales (que se usan para plantar) vienen cubiertas con fungicidas, pesticidas y otras cosas que no te agradarán comer. Experimenta con una variedad de semillas y legumbres para aprender qué tipo de brotes te gusta más. Empezar requiere una cantidad mínima de preparación y suministros. Elige entre:
- Semillas como sésamo, girasol, alforfón o calabaza
- Legumbres o frijoles como frijoles mungo, lentejas, garbanzos, frijoles adzuki o guisantes verdes
- Granos enteros como cebada, maíz, trigo, quinua, amaranto o centeno
- Semillas de verduras como alfalfa, trébol, rábano, col rizada, repollo, fenogreco o nabo
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2Remoja las semillas en un frasco durante toda la noche con agua filtrada. Vierte suficiente agua como para cubrir las semillas y deja reposar. Cubre la parte superior con paño de queso o algún tipo de malla readaptada: una media de mujer, un pedazo de mosquitero o malla de alambre, cualquier cosa que puedas asegurar en la parte superior y que permita drenar el agua será perfecto.
- Cualquier tipo de frasco de vidrio limpio es perfecto para germinar brotes. Puedes readaptar frascos para encurtidos, tarros u otros recipientes de vidrio viejos para los brotes. Si aún tienes el aro de metal alrededor de la boquilla del tarro, puedes usarlo para sujetar la malla en su lugar o podrías usar un coletero, goma elástica u otra banda elástica para hacer lo mismo.
- Si quieres germinar microgreens como hierba de trigo o germinados de guisantes, también necesitarás lechos de semillas, tierra y disponer de un poco más de tiempo.
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3Escurre el agua de remojo y enjuaga tus brotes dos veces al día. Por lo general, debes enjuagar cualquier tipo de brotes cada mañana y noche, luego escúrrelos con cuidado para estimular la germinación, sin sacarlos del frasco.
- Cuando germinas legumbres, es común hacer girar un poco de agua dentro del frasco después de algunos días para separar las cáscaras y dejar que se formen los brotes.
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4Mantén el ambiente adecuado para la germinación. Controlarás la humedad enjuagando regularmente los brotes, pero también será necesario mantener una temperatura homogénea para estimular la germinación. Mantén tus brotes entre 10 y 21 °C (50 y 70 °F).
- Si tu casa es especialmente fría en cierta época del año, es posible que necesites un calefactor. Un calefactor de 8 watts para tanques de reptiles ubicado debajo de un germinador será útil sin cocinarlos y arruinar la germinación.
- Algunos brotes como el rábano germinan mejor en la oscuridad, pero necesitarán estar bajo la luz después de germinar con el fin de volverse verdes y crecer más grandes. En general, la mayoría de los brotes se encuentran muy bien bajo la luz del día y en condiciones de temperatura ambiente normal.
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5Usa los brotes frescos de inmediato. Tan pronto como estés contento con la longitud de tus brotes, disfrútalos en sándwiches, ensaladas o sopas. Estos se conservarán en el refrigerador durante cinco días, pero finalmente empezarán a volverse marrones y un poco babosos, lo cual significa que es tiempo de germinar más y tirar estos.
- Cada variedad de brote difiere ligeramente en la duración y el tratamiento adecuado de los brotes, una vez remojados y germinados durante varias horas. Algunos pueden permanecer en el frasco durante algunos días para crecer más grandes y más blandos, mientras que otros necesitarán que los vuelvas a plantar en un lecho de semilla para un óptimo crecimiento y sabor delicioso. Consulta la sección específica que se describe más adelante para obtener mayor información acerca del tipo específico de brotes que quieres cultivar.[1]
- A algunos brotes será necesario quitarles la cáscara después de germinar durante varios días. Haz girar los brotes en agua para ayudar a separar las cáscaras y asegúrate de escurrirlos después.
Método 2
Método 2 de 5:Germinar semillas
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1Empieza con 1 taza de las semillas de tu preferencia. Cualquier semilla orgánica y comestible será perfecta para la germinación. El proceso de remojado abre las cáscaras para activar el proceso de germinación, lo cual da lugar a un alimento nutritivo que no es tan diferente de la semilla original, pero está cargado de nutrientes.
- Las semillas que se germinan con más frecuencia son las semillas comestibles como calabaza, girasol y sésamo. Son de trabajo rápido y deliciosas como un alimento altamente nutritivo.
- Las semillas de verduras como trébol, alfalfa, rábano, repollo, fenogreco o col rizada producen brotes suaves y tiernos llenos de micronutrientes. Estos son el tipo de brotes que se sirven con más frecuencia en sándwiches, hilos pequeños y ligeros de verduras.
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2Remoja en agua fría entre 4 y 6 horas. Echa las semillas en el frasco de germinación y luego cúbrelas con agua filtrada fría, hasta más o menos 2,5 cm (1 pulgada). Si las semillas están muy polvorientas o cubiertas en otros sedimentos, primero enjuágalas antes de añadir el agua.
- Deja remojar durante 4 horas a temperatura ambiente. Puedes dejarlas directamente en la encimera de tu cocina. Escurre bien el agua y deja que las semillas empiecen a brotar.
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3Deja brotar las semillas comestibles entre 12 y 24 horas. Después de haber escurrido el agua, no hagas nada durante un día. Las semillas empezarán a activarse como si estuvieran preparándose para crecer y estarás en camino a producir brotes. Después de un día, estarán listos para comer.
- Después de un día, retira las semillas del frasco y extiéndelas sobre una toalla de papel para que se sequen completamente. Colócalas en un bol u otro recipiente y guárdalas en el refrigerador. Se conservarán bien durante varios días y estarán listas para comer.
- Por lo general, las semillas de sésamo se vuelven muy amargas si las dejas durante más de 6 horas. Prueba y sácalas con anticipación, luego sécalas cuidadosamente.
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4Deja brotar las semillas de verduras durante 6 días. Las semillas de verduras tardarán un poco más en alcanzar completamente su longitud deseada (más menos 5 o 6 días). Mientras sean comestibles en cualquier etapa del proceso, los brotes resultantes normalmente serán más tiernos y nutritivos después de algunos días. No dejes de enjuagarlos regularmente y de secarlos con cuidado. Almacena el frasco de preferencia boca abajo para que el exceso de humedad pueda escurrirse y mantener los brotes frescos.
- Usa tu vista y olfato para verificar la frescura de los brotes de las verduras. Empezarán a volverse marrones y a oler ligeramente a cloro cuando se echen a perder.
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5Considera germinar frutos secos para su consumo inmediato. Los frutos secos como las almendras, avellanas y otras semillas oleaginosas usualmente se remojan durante algunas horas para "activarlos" y hacerlos más nutritivos. Aunque no está comprobado el beneficio nutricional de remojar frutos secos para activar la germinación antes de comerlos, si te interesa probarlo, es un proyecto fácil.
Método 3
Método 3 de 5:Germinar legumbres
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1Elige una variedad de frijol o legumbre para germinar. Tal vez los brotes más abundantes y más famosos son los brotes de frijoles. Las legumbres producen protuberancias gruesas que son nutritivas y saben muy bien, además de estar llenas de sabor y micronutrientes activos. Las legumbres más comunes para la germinación incluyen:
- Lentejas (sobre todo las verdes o marrones)
- Garbanzos
- Frijoles mungo (los cuales encuentras mayormente en las tiendas como "brotes de soya")
- Guisantes verdes
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2Remoja las legumbres en agua tibia. Empieza con 1/2 taza de frijoles secos (estos tienden a esponjarse mientras absorben el agua y sueltan sus cáscaras). El agua no debe estar echando humo, sino tibia al tacto, como una taza de té que has dejado reposar un poco más de la cuenta. Remoja los frijoles en el frasco de germinación durante al menos 12 horas.
- Ya que las legumbres se esponjarán de manera considerable, asegúrate de que haya suficiente espacio en el frasco y cubre los frijoles hasta varios centímetros (o pulgadas) para garantizar que permanezcan sumergidos.
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3Deja brotar durante 3 días enteros. Enjuaga los frijoles dos veces al día y almacénalos boca abajo para que drenen adecuadamente a medida que crecen los brotes. A veces el primer o segundo día, podría ser necesario agitar el frasco ligeramente para retirar las cáscaras. Puedes añadir un poco de agua y hacer girar el frasco cuidadosamente para retirarlas. Si algunas no salen, no te preocupes mucho. Si es necesario, podrás sacarlas antes de comer los frijoles.
- Los frijoles adzuki normalmente necesitan cerca de 4 días para alcanzar su máximo potencial y sabor delicioso. Dales algo de tiempo adicional.
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4Seca los brotes y almacénalos en el refrigerador. Una vez terminado el periodo de germinación, puedes sacar los brotes del frasco, secarlos con cuidado y retirar cualquier cáscara adicional que aún no se haya separado o puedes dejarlas (son comestibles, pero su sabor es un poco amargo). Se conservarán bien en el refrigerador durante más o menos una semana, si los mantienes vigilados y relativamente secos.
- Los brotes de frijoles quedan muy bien como un acompañamiento para sopas a base de caldo, como el Pho vietnamita u otros platos picantes. También son perfectos para ensaladas y sándwiches.
Método 4
Método 4 de 5:Germinar granos
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1Elige un grano para germinar como una alternativa cruda. Puesto que los granos enteros no son digeribles a menos que los cocines, para los amantes de la comida cruda es difícil disfrutarlos. Sin embargo, germinar granos los hace fáciles de digerir y nutritivos. Sin necesidad de cocinarlos, puedes disfrutar granos enteros como centeno, trigo, cebada o maíz, sin quemar y descomponer sus micronutrientes.
- Germinar granos neutraliza el ácido fítico difícil de digerir, además de liberar vitaminas y nutrientes que normalmente no están presentes en los granos crudos. Esto los hace ideales para gachas, hornear y preparar harina germinada.[2]
- La avena pelada, como la que compras en la tienda para hacer avena, no germinará. Para germinar granos, es necesario comprar granos enteros con cáscara, crudos y orgánicos. Otros tipos de granos simplemente se remojarán. Puedes fermentar avena con pasta de miso durante toda la noche, para una opción rápida con cultivos vivos.
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2Remoja los granos enteros en agua tibia. Los granos triplicarán su tamaño durante el proceso de remojado, por ello es importante empezar con un frasco o bol lo suficientemente grande como para contener tres veces la cantidad de harina que pones en él para remojar. Remoja los granos durante 6 horas, luego escurre bien el agua y germínalos a temperatura ambiente durante 2 días. Enjuaga con regularidad y escurre completamente.
- El maíz necesita someterse a un proceso de pre-remojo ligeramente más largo, cerca de 12 horas antes de escurrir el agua y dejarlo brotar.
- El amaranto, la quinua y el mijo (que tienden a confundirse mayormente con variedades de semillas o arroz) en realidad son granos alcalinos y puedes germinarlos a la perfección si usas este método.
- La cebada no brotará, pero puedes activar el proceso de germinación, al igual como haces cuando transformas la cebada en malta para hacer alcohol, "germinándola" durante 12 horas. Esto activará el proceso y empezará a descomponer la cáscara.
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3Cosecha los brotes. Una vez que la punta del brote tenga aproximadamente 1,3 cm (1/4 de pulgada) de largo, ya estará lista para usarse. Enjuaga los granos una última vez, y luego colócalos sobre una toalla seca y déjalos secar. Úsalos de inmediato o almacénalos en el refrigerador.
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4Haz harina germinada. Para convertir los granos germinados en harina, necesitarás un deshidratador de alimentos y un molinillo diseñado para granos. Una vez que hayan brotado, deshidrata los granos durante 12 horas y muélelos hasta obtener una harina fina completamente integrada y tamízala si deseas. Puedes almacenar esta harina germinada en el congelador para mantener su duración y usarla como lo harías con cualquier tipo de harina para hornear.[3]
Método 5
Método 5 de 5:Cultivar germinados y microgreens
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1Germina tus brotes para un proyecto más sustancioso. El proceso para germinar un grupo pequeño de microgreens como hierba de trigo, germinados de guisantes o verduras de girasol es extraordinariamente similar (aunque requiere un poco más de equipo intensivo) a germinar en tu cocina. Sin embargo, estos proyectos te permitirán cosechar múltiples cultivos de alto rendimiento de verduras germinadas, lo cual los convierte en una buena inversión (sobre todo si estás interesado en cultivar germinados de hierba de trigo o brotes frescos para tus ensaladas).
- Germina tus brotes como de costumbre: remoja las semillas de trigo, guisantes verdes o girasoles en un frasco y déjalas germinar antes de enjuagarlas bien y trasladarlas a una bandeja de germinación.
- Es necesario que los brotes presenten raíces de 0,6 cm (1/4 de pulgada) antes de trasladarlos a la bandeja de germinación. Dependiendo de lo que vas a plantar, esto podría requerir una cantidad de tiempo variable, posiblemente 3 o 4 días.[4]
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2Consigue algunas bandejas de germinación. Un sistema de germinación al exterior normalmente consiste en bandejas para que germinen y crezcan los brotes, con una malla o agujeros en el fondo para escurrir el agua proveniente de los riegos regulares. Estos están disponibles mayormente en tiendas de jardinería o puedes hacer los tuyos propios haciendo orificios de drenaje en el fondo de cualquier tipo de bandeja lo suficientemente grande como para contener cerca de 929,03 centímetros cuadrados (1 pie cuadrado) de tierra.
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3Forra las bandejas de germinación con tierra. Forra tu bandeja de germinación con una cantidad generosa de tierra. No necesitas mucho ya que los brotes crecerán mayormente por encima y no producirán sistemas radiculares abundantes, pero es mejor tener suficiente para atrapar la humedad de modo que no necesites preocuparte de que se sequen tus brotes.
- Humedece la tierra cuidadosamente con agua y deja que se disipen los charcos antes de trasladar tus brotes a la tierra.
- También es común forrar el fondo de las bandejas de germinación con trozos pequeños de una manta para mantener húmeda la tierra desde abajo e incorporar una cantidad pequeña de vermiculita (cerca de una taza para una bandeja de 10 x 10) con el fin de promover el crecimiento.
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4Coloca los brotes en la tierra. Esparce los brotes de forma homogénea por encima de la tierra, extendiéndolos de modo que ninguno quede amontonado encima de otro, lo cual puede causar la formación de moho. Usa una bandeja para cubierta, una manta simple o algo similar para cubrir la bandeja. Presiona ligeramente las semillas para asentarlas en la tierra, pero hazlo con cuidado. No es necesario "plantarlas".
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5Riega dos veces al día y mantenlos bajo luz tenue. Unas cuantas veces al día, rocía los brotes y mantenlos vigilados de cerca. Asegúrate de que reciban suficiente agua y circulación de aire para estimular el crecimiento y mantenlos a temperatura ambiente, si es posible. Cultivar brotes en un cobertizo con abundante sombra fresca puede ser un lugar agradable para mantener tus brotes.
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6Cosecha los brotes o hierba en 10 días. La hierba de trigo será alta y verdosa después de una semana, pero dale unos cuantos días más para alcanzar su máximo valor nutricional. Los germinados de guisantes se volverán tupidos, tendrán un bello tono de verde y alcanzarán su máximo sabor y suavidad cerca del día 10. Si lo deseas, cosecha la parte superior y deja que sigan creciendo o considera plantarlos para empezar tu propio cultivo.
Consejos
- Para obtener brotes gruesos de frijol mungo, pon algo pesado encima de ellos a medida que crecen.
- Si germinas en frascos comunes o vasos en vez de recipientes diseñados especialmente para la germinación, un colador o un filtro de café Swissgold puede ser muy valioso al momento de drenar el agua de remojo y enjuagar los brotes.
- Puedes germinar girasoles a partir de semillas con o sin cáscara. Las verduras de girasol (que son una delicia) se cultivan mejor a partir de semillas negras sin pelar, durante más o menos 10 días. Por el contrario, solo debes germinar las semillas de girasol peladas durante un día después de remojarlas y puedes usarlas encima de una ensalada o en patés.
- Mezclar semillas mucilaginosas (como la mostaza o la linaza) con las semillas normalmente germinables (como los frijoles mungo y la espelta) contribuirá a que la mezcla retenga mejor la humedad y disminuirá la necesidad de enjuagarlas con mucha frecuencia. Además, las semillas de mostaza le brindarán a los brotes un sabor adicional. Aunque esto puede ser desfavorable para ti si no consumes los brotes antes del tercer día, ya que el contenido de humedad adicional puede aumentar el riesgo de que crezca moho.
- Puede ser agradable y nutritivo beber el agua que has usado para remojar y enjuagar las semillas, sobre todo si usas semillas saborizantes como el comino en la mezcla.
- Considera comprar un sistema de germinación automatizado. Este se encargará de regar automáticamente los brotes en vez de que lo hagas tú mismo.
- Añadir semillas no germinables pero sabrosas como el comino, el hinojo, el anís o el sésamo puede mejorar en gran manera la palatabilidad del producto final.
Advertencias
- No comas los brotes si están enmohecidos debido a la falta de drenaje adecuado.
Cosas que necesitarás
- Semillas orgánicas
- Un frasco de germinación, una bandeja o un germinador automatizado
- Fuente de agua y drenaje
- Un malla de alambre