La jícama, o Pachyrhizus erosus, es una vid nativa de México, aunque la mayoría de las personas están familiarizadas con su raíz, que se utiliza en la cocina. La jícama, también conocida como frijol ñame, se puede encontrar en las mesas de los restaurantes mexicanos como condimento y se usa ampliamente en recetas como ensaladas frescas, salsas y sopas. La jícama requiere una larga temporada de crecimiento para producir las raíces, o tubérculos, que producen el meollo de la planta. La jícama es una planta tropical que crece mejor en climas cálidos en toda América Central y las zonas USDA 7 a 10. Para cultivar jícama, planta las semillas, cuida la planta y finalmente coséchala.[1]

Parte 1
Parte 1 de 3:
Plantar semillas de jícama

  1. 1
    Planta la jícama después de que pase el peligro de las heladas. A la jícama no le va bien durante una helada, así que espera a plantar hasta que el clima se caliente para plantarla en tu jardín. Investiga la fecha promedio de la última helada en tu área y planta tu jícama una o dos semanas después de esta fecha.[2]
    • Es posible que la planta de jícama no crezca de manera adecuada si vives en un ambiente casi siempre frío.
  2. 2
    Consigue semillas de jícama. A menos que ya tengas semillas, deberás conseguirlas. Las semillas de jícama se pueden comprar en un vivero, en algunas tiendas de reparaciones domésticas o incluso en línea. Revisa el paquete para asegurarte de tener las semillas correctas antes de plantarlas.[3]
  3. 3
    Remoja las semillas. Pon las semillas de jícama en agua tibia para acelerar la germinación. Coloca las semillas en una sartén poco profunda con agua tibia. Permíteles asentarse por 24 horas. Luego, retira las semillas del agua.[4]
  4. 4
    Elige una buena ubicación. Busca un lugar en el jardín que reciba al menos 6 a 8 horas de luz solar por día. El lugar que elijas para cultivar la jícama afectará el resultado de la cosecha. La ubicación que elijas debe exponerse a pleno sol durante seis u ocho horas.[5]
  5. 5
    Asegúrate de que la ubicación tenga buena tierra. Elige un lugar con suelo húmedo, pero bien drenado. Asegúrate de que el suelo sea alcalino con un pH superior a 7. Puedes probar esto fácilmente con un medidor de pH comercial.[6]
    • Si deseas cultivar las semillas antes de la última helada, puedes plantarlas en una maceta en el interior. Debes usar tierra para plantar, perlita o vermiculita y un poco de musgo en una maceta mediana.
    • La maceta debe colocarse bajo una luz de crecimiento o junto a un alféizar soleado.
    • Si comienzas con las semillas en una maceta, espera a que crezcan hasta 7,5 centímetros (3 pulgadas) de altura antes de plantarlas en el jardín.
  6. 6
    Riega las semillas. Si decides plantar las semillas en una maceta antes de la helada, deberás cuidar las semillas. Una vez que las plantes en una maceta mediana con tierra para plantar, riega las semillas de manera regular hasta la última helada. Riega las semillas hasta que la tierra esté húmeda cada vez que la sientas seca.
  7. 7
    Cava agujeros pequeños. Haz los agujeros de aproximadamente 0,6 centímetros (0,25 pulgadas) de profundidad. La cantidad de agujeros que caves depende de la cantidad de semillas que tienes que plantar. Los agujeros deben estar separados por 30,5 centímetros (12 pulgadas). Si siembras más de una hilera, las hileras deben estar separadas por 0,61 a 0,91 centímetros (2 a 3 pies).[7]
  8. 8
    Coloca las semillas de jícama en el suelo. Puedes cavar los agujeros primero, o cavarlos mientras siembras las semillas. El suelo debe sentirse húmedo y cálido sin que lo riegues primero. Cubre las semillas y aplánalas ligeramente.[8]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Cuidar de las plantas de jícama

  1. 1
    Riega de forma ligera las semillas de jícama plantadas. Espolvorea agua sobre el suelo después de plantar y luego cuando se seque. No satures las semillas con agua, incluso si el suelo está seco. El suelo solo debe sentirse húmedo una vez que rocíes el agua.[9]
    • Usar una regadera ayudará a regular la cantidad de agua que viertes en el suelo.
  2. 2
    Fertiliza la jícama una vez al mes. Puedes usar un fertilizante para todo uso. Las instrucciones exactas para fertilizar dependen de las instrucciones en el paquete del fertilizante. Por lo general, solo necesitas aplicar el fertilizante alrededor de la base de la planta. Puedes comprar fertilizante en un vivero o en muchas tiendas de reparaciones domésticas.[10]
    • Pídele a un empleado del vivero recomendaciones de fertilizantes si no estás seguro de qué marca comprar.
  3. 3
    Estaca las vides de la planta de jícama. Las enredaderas de jícama crecen bastante altas, por lo que necesitarán apoyo a medida que crecen. Estaca las enredaderas cuando tengan aproximadamente 60 centímetros (24 pulgadas) de longitud. Coloca estacas de tomate de madera de aproximadamente 10 centímetros (4 pulgadas) de profundidad en el suelo junto a la vid de jícama. Ata sin apretar cada planta con una cuerda.[11]
  4. 4
    Revisa las plantas de jícama de forma diaria para encontrar tierra seca. No olvides mantener la tierra húmeda mientras cultivas la jícama. Prueba el suelo sintiéndolo con la mano o cavando de manera suave con los dedos. Solo riega cuando el suelo esté seco, ya que la jícama no funciona bien con el exceso de riego.[12]
  5. 5
    Retira las flores. Retira las pequeñas flores que florecen en la jícama. La eliminación de las flores estimula un crecimiento más fuerte de las raíces. Puedes quitarlas con la mano, tijeras o podadoras.[13]
  6. 6
    No te preocupes demasiado por las plagas. No es probable que la jícama tenga problemas de plagas durante el crecimiento. Se debe a que las flores, semillas y hojas son venenosas. Si te das cuenta que tienes un problema de plagas, elimínalas tú mismo o usa un aerosol orgánico para plagas.[14]
    • Asegúrate de saber qué tipo de plagas atacarás cuando compres aerosol para plagas.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Cultivar los tubérculos de la jícama

  1. 1
    Excava los tubérculos desde el subsuelo. Desentierra los tubérculos del suelo con una pala. Espera hasta el final del otoño, pero antes de la primera helada para excavar los tubérculos. Esto será aproximadamente 150 días desde el momento de la siembra. Desentierra los tubérculos antes de eso si la vid muestra signos de morir. Ten cuidado de no dañar los tubérculos durante la extracción. Tómate tu tiempo.[15]
    • Los tubérculos deben tener de 7,5 a 15 centímetros (3 a 6 pulgadas) de diámetro.
  2. 2
    Recoge los tubérculos. Los tubérculos deben ser firmes y redondos. Los tubérculos que son blandos y arrugados con grietas visibles o hematomas probablemente se deben tirar. Elimina los tubérculos de la tierra.[16]
    • Remójalos de manera suave o lávalos en agua para eliminar masas de lodo o tierra. Permite que se sequen.
  3. 3
    Almacena los tubérculos. Las plantas de jícama se deteriorarán si se almacenan en una ubicación a menos de 10 grados centígrados (50 grados Fahrenheit). De manera ideal, guárdalos en un lugar que tenga de 11 a 15 grados centígrados (53 a 60 grados Fahrenheit). Puedes hacerlo en un garaje o sótano con calefacción. El lugar que elijas debe estar seco. No debe estar mojado o húmedo. La jícama debe estar fresca y lista para comer por hasta dos meses si se almacena de manera adecuada.[17]
    • Puedes almacenar la jícama en tazones, estantes o sartenes.

Cosas que necesitarás

  • semillas de jícama
  • plato poco profundo
  • pala
  • estacas de tomate
  • cuerda
  • fertilizante multiusos para plantas

Consejos

  • La jícama es una planta saludable para comer. Es una gran fuente de fibra dietética, vitamina C e insulina oligofructosa. Además, es un alimento bajo en calorías.[18]
  • La jícama se usa a menudo en ensaladas, ensaladas de repollo, guisos y se sirve como acompañamiento de carne.[19]
  • Guarda la jícama en el refrigerador una vez que la cortes o rebanes.[20]
  • Busca recetas en internet de platillos sabrosos e interesantes de jícama.

Advertencias

  • No almacenes la jícama en un lugar muy frío o caliente, o los tubérculos pueden morir.

Acerca de este wikiHow

Andrew Carberry, MPH
Coescrito por:
Especialista en sistemas alimentarios
Este artículo fue coescrito por Andrew Carberry, MPH. Andrew Carberry ha estado trabajando en sistemas alimentarios desde 2008. Tiene una maestría en Nutrición de Salud Pública y, Planificación y Administración de Salud Pública de la Universidad de Tennessee-Knoxville. Este artículo ha sido visto 12 486 veces.
Categorías: Siembra y cultivos