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Los nabos son plantas de bajo mantenimiento que pueden cosecharse después de 5 a 10 semanas, además de que uno puede consumir tanto sus raíces como sus hojas. Siémbralos durante la primavera o el otoño.
Pasos
Método 1
Método 1 de 3:Parte 1: Siembra los nabos
Método 1
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1Siembra las semillas en la primavera o el otoño. Los nabos necesitan temperaturas bajas para crecer bien, así que debes sembrarlos cuando la temperatura del suelo sea bastante fría. Para cultivar nabos en la primavera, siembra las semillas al aire libre, tres semanas después de la última helada. Para cultivar nabos en el otoño, siembra las semillas a mediados del verano, unos dos meses antes de la primera helada de invierno.</ref>
- La temperatura del suelo debe ser de 4 ºC aproximadamente (40 ºF) para que germinen las semillas. Sin embargo, temperaturas de unos 10 a 21 ºC (50 a 70 ºF) son ideales para que la planta crezca rápido.
- Los nabos de otoño son más dulces que los nabos de primavera y no suelen atraer gusanos de la raíz.
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2Escoge un buen lugar para sembrar. Los nabos necesitan mucho sol para crecer, así que el lugar que escojas para sembrar tiene que tener sol durante 6 horas como mínimo, o un poco más.
- Lo ideal sería que elijas un lugar donde la tierra sea suelta y drene bien. Puedes mejorar las condiciones del suelo si es necesario, pero tu trabajo será más fácil si escoges la mejor tierra posible.
- Ten en cuenta que los nabos crecen mejor en un suelo con un pH de 6,5. La mayoría de los suelos no son demasiado ácidos o alcalinos, así que no es necesario que midas el pH del suelo. Si tienes dificultad cultivando tus nabos, lleva una muestra de la tierra a la universidad más cercana o compra un juego casero de papel para medir pH de un vivero local o una tienda de productos para el hogar.
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3Mejora el estado del suelo. Afloja entre 30 a 38 cm (12” a 15”) de tierra con un rastrillo o una pala, para luego agregar una capa de 5 a 10 cm (2” a 4”) de abono.[1]
- Para mejorar aún más las condiciones del suelo, mezcla unos cuantos puñados de estiércol con el abono.
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4Esparce las semillas. Distribuye las semillas lo más uniformemente posible. Cubre cada semilla con 6 mm (¼”) de tierra si son nabos de primavera o 12,5 mm (½”) si son nabos de otoño.
- Otra cosa que puedes hacer es sembrar los nabos en filas, con un espacio de 30 a 45 cm (12” a 18”) entre cada una.
- Toma en cuenta que cada planta tardará unos 7 a 14 días en germinar.
- Después de sembrar las semillas, asegúrate de regarlas de manera uniforme. No es bueno que estén remojadas ya que pueden salirse de la tierra, pero la parte más superficial del suelo debe estar relativamente húmeda.
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5Retira algunas plántulas. Cuando los nabos alcancen una altura de 10 cm (4”), retira los más débiles para que los más fuertes tengan espacio y mayor cantidad de nutrientes para crecer. Las variedades de nabos que crecen rápido deberían ser retiradas hasta tener un espacio de 5 a 10 cm (2” a 4”) entre cada planta, mientras que las variedades comunes deberían tener un espacio de 15 cm (6”) entre cada planta.
- Si vas a cultivar nabos por sus hojas, no debes retirar ninguna plántula.
- Usualmente, las hojas de las plantas que hayas retirado serán lo suficientemente grandes como para usarlas en la cocina.
Método 2
Método 2 de 3:Parte 2: Cuidado general
Método 2
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1Riega las plantas cuando sea necesario. Los nabos necesitan 2,5 cm (1”) de agua por semana. Si los riegas menos, las raíces se volverán duras y amargas. Si los riegas demasiado, estos podrían podrirse.
- Monitorea la cantidad de lluvia que cae en tu lugar de residencia. Durante la temporada de lluvias, probablemente no necesitarás regar las plantas. Si el clima está seco, necesitarás regarlas a mano.
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2Coloca bastante mantillo. Cuando las plantas crezcan a una altura de 12,7 cm (5”), agrega una capa de 5 cm (2”) de mantillo alrededor de cada planta.
- El mantillo absorbe la humedad; esta ayuda a que las plantas tengan mejor sabor y crezcan bien.
- Además, este ayuda a controlar la cantidad de malas hierbas que crecen en tu huerta.
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3Considera abonar la tierra. Aunque no es necesario, colocar un fertilizante orgánico una vez al mes puede ayudar a fortalecer la raíz del nabo. Elige un abono que sea rico en potasio y fósforo en vez de uno que tenga mucho nitrógeno.[2]
- Los fertilizantes con nitrógeno hacen que las hojas se vuelvan muy frondosas y que las raíces no crezcan bien como resultado.
- Busca fertilizantes que tengan boro o aplica un aerosol de boro cada cuatro a seis semanas después de la siembra.
- Asegúrate de que el fertilizante que utilices sea de grado alimentario.
- En vez de abono, puedes aplicar un poco de té de composta una vez al mes, más o menos.
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4Retira las malas hierbas. Debes retirar cualquier maleza que veas que sale del mantillo. Evita usar herbicidas porque pueden ser absorbidos por la planta de nabo, dañándola y causando que no sea apta para el consumo humano.
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5Presta atención por si encuentras hongos u otras plagas en tus plantas. Los gusanos de la raíz y los alticinos son las plagas más comunes de las que debes preocuparte, mientras que el oídio y moho son los hongos más comunes.
- Los gusanos de la raíz son un problema cuando cultivas nabos en un suelo donde cultivaste rábanos, nabos o nabicoles el año anterior. Para evitar una invasión de gusanos de la raíz, realiza una rotación de cultivos y trata la tierra con un insecticida de grado alimentario específico para usarlo contra los gusanos de la raíz.
- Mantener el pH del suelo encima de 6,0 te ayudará a evitar la mayoría de los problemas con el moho y otros tipos de hongos, como la hernia de la col. Mide el pH del suelo con papel para medir pH o llévalo a la universidad más cercana.[3]
- En general, cuando las raíces del nabo hayan sido infestadas con hongos y otras plagas, no hay mucho que puedas hacer para salvar la planta. Lo mejor que puedes hacer es retirar la planta infectada y tratar el suelo con los químicos necesarios para destruir las plagas. Tal vez puedas recuperar tu cosecha.
Método 3
Método 3 de 3:Parte 3: Cosecha tus nabos
Método 3
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1Recolecta las hojas temprano. Como regla general, puedes recolectar las hojas apenas sean lo suficientemente grandes para cosecharlas. Usualmente esto ocurre cuando alcanzan una altura de entre 10 a 15 cm (4” a 6”).[4]
- Siempre y cuando no cortes los retoños de la planta, las hojas volverán a crecer después de la cosecha.
- Si quieres recolectar las hojas y las raíces de la misma planta, solamente corta unas dos o tres hojas por planta. Si retiras demasiadas hojas, el nabo morirá.
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2Saca los nabos apenas maduren. Podrás cosechar tus nabos ya maduros después de 5 a 10 semanas. Las variedades que crecen rápido tardarán unas 5 semanas, mientras que las variedades más comunes tardan de 6 a 10 semanas.
- Puedes cosechar los nabos más pequeños a mano. Para cosechar los nabos más grandes, usa una pala de dientes para aflojar la tierra alrededor de la planta antes de sacarla.
- Puedes cosechar nabos de cualquier tamaño. Los nabos más pequeños son más suaves y dulces que los más grandes, aunque la mayoría de las personas prefieren cosecharlos cuando las raíces tienen unos 2,5 a 7,5 cm (1” a 3”) de diámetro.
- Puedes revisar el tamaño de la raíz retirando un poco de la tierra para exponerla. Si la planta parece estar lista para cosecharse, lo más seguro es que las demás lo estén también.
- Asegúrate de cosechar todos tus nabos antes de la primera helada. No permitas que crezcan demasiado, ya que los nabos demasiado maduros tienen un sabor y textura leñosos.
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3Guarda los nabos en un lugar frío. Cuando los almacenas en un lugar frío, estos duran unos 3 a 4 meses. Trata de colocarlos en una bodega para vegetales crudos, un sótano o un cobertizo y cúbrelos con paja.
- Tuerce la cabeza del nabo para retirar las hojas, dejando un tallo de 1,25 cm (½”) antes de guardar los nabos. No los laves porque la tierra que los cubre ayudará a proteger las raíces mientras están guardados.
- Puedes dejar los nabos de otoño sin cosechar hasta principios del invierno si los cubres con un mantillo grueso, pero sácalos de la tierra antes de que la misma se congele y endure.
- Puedes colocar los nabos en el refrigerador.
Consejos
- Entre las variedades recomendables se encuentran: Just Right, Gilfeather, Golden Ball, Market Express, Purple Top White Globe, Royal Crown, Scarlet Queen, Tokyo Cross, White Knight y White Lady.
Cosas que necesitarás
- Semillas de nabo
- Juego casero de papel para medir pH
- Composta
- Estiércol
- Pala de jardín o rastrillo
- Regadera o manguera de jardín
- Mantillo
- Fertilizante de grado alimentario que sea alto en potasio y fósforo
- Insecticida de grado alimentario (cuando sea necesario)
- Paja (para almacenar los nabos, opcional)