La transición de la infancia a la adultez puede ser un verdadero desafío para muchos jóvenes que aún se sienten niños. Para dejar de actuar como un niño, intenta cuidarte a ti mismo, asume responsabilidades importantes y aprende a lidiar con tus emociones. Con un poco de práctica, podrás percibir que actúas más como un adulto que como un niño.

Método 1
Método 1 de 3:
Lidiar con las emociones

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    Acepta la responsabilidad por tus acciones. Es importante que asumas la responsabilidad por tus acciones, sean intencionales o no. Esta es una señal de madurez y respeto por los demás. Todas las personas cometen errores. Al principio, puede parecer una buena idea negarse a aceptar las responsabilidades, pero, con el paso del tiempo, esto puede llegar a ser perjudicial.[1]
    • Por ejemplo, si golpeas accidentalmente el vehículo de tu vecino al sacar el tuyo del garaje, avísale inmediatamente o déjale una nota explicando lo sucedido. Corrige el error al presentar el incidente en la compañía aseguradora o haciéndote cargo de los gastos de reparación.
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    Trata a las personas con respeto. Trata a tus compañeros, familiares, amigos y extraños con respeto. Los niños suelen ser egoístas y maleducados. Sin embargo, como una persona madura, debes comprender el concepto y la importancia de ser respetuoso. Además, el respeto suele ser recíproco; si respetas, es muy posible que los demás también te respeten.[2]
    • Respeta el derecho de cada persona de tener su opinión propia, aunque sea diferente a la tuya.
    • Presta atención cuando los demás estén hablando.
    • Ten empatía y respeto por los sentimientos de los demás.
    • Cumple tus promesas y compromisos.
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    Aprende a lidiar con los conflictos con madurez. Ante cualquier tipo de conflicto, es importante que puedas manejar tus emociones. Controla la ira y evita ser agresivo o beligerante. Respira profundo, escucha a la otra persona e intenten resolver el problema juntos.[3]
    • Si estás muy enojado, tómate un tiempo para tranquilizarte. En el calor del momento, las personas suelen decir y hacer cosas de las que pueden arrepentirse en el futuro.
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    Acepta las críticas constructivas. Las personas aprenden a crecer a través de los comentarios que reciben de los demás. Acepta que no lo sabes todo y que las opiniones de alguien que entiende determinados asuntos no deben lastimarte, sino ayudarte a madurar como persona.[4]
    • Si un profesor escribe varias observaciones en tu trabajo de investigación, lee sus comentarios para ver de qué forma podrías mejorar en el futuro.

Método 2
Método 2 de 3:
Actuar de forma madura

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    Confía en ti mismo. La autoconfianza es un aspecto clave a la hora de ser exitoso en todas las áreas de tu vida. Para ser una persona segura, será necesario que comprendas tus fortalezas y debilidades, que asumas riesgos y que confíes en ti mismo. Al observar tus éxitos, ¡asegúrate de aceptarlos![5]
    • Vístete bien para transmitir una mayor confianza.
    • Párate derecho y ten una buena postura.
    • Mira a los ojos durante las conversaciones.
    • Aprende a dar un apretón de manos efectivo.
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    Evita actuar de manera impulsiva. Las decisiones impulsivas se toman sin planeamiento y sin tener en cuenta las consecuencias. La capacidad de controlar los impulsos es una gran señal de madurez.[6]
    • Por ejemplo, hacer las compras en el supermercado sin tener una lista puede hacer que compres cosas innecesarias o productos poco saludables.
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    Actúa. No esperes a que los demás tomen la iniciativa para hacer algo. En cambio, adopta una postura de líder y asume las responsabilidades. Las personas maduras saben cómo ser útiles y serviciales sin que los demás tengan que orientarlos.[7]
    • Haz más de lo requerido, tanto en la escuela como en el trabajo.
    • Asume el liderazgo de algún proyecto de servicios en tu barrio o comunidad.
    • Asume más responsabilidades en tu casa como, por ejemplo, lavar la ropa o cortar el pasto.
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    Establece y alcanza objetivos de manera regular. Las metas sirven para mantener el rumbo en todas las áreas de la vida. Determina objetivos a corto y largo plazo en el trabajo, el gimnasio o en la economía (para comprar algo que desees y sea muy caro o lujoso). Escribe los objetivos y coloca la lista en un lugar donde puedas verla todos los días. Esto te permitirá mantener el rumbo y alcanzar tus objetivos. Una vez que conquistes una meta, define una nueva.[8]

Método 3
Método 3 de 3:
Asumir las responsabilidades

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    Cuídate. Durante la niñez, los padres se encargan de prácticamente todo lo que sus hijos necesitan. Como persona madura, es tu turno de asumir la responsabilidad de cuidarte. Lleva una dieta equilibrada, realiza ejercicio físico de manera regular y tómate un tiempo para descansar. Estos aspectos son muy importantes a la hora de cuidarse.[9]
    • Aprende a cocinar.
    • Haz que la actividad física sea una prioridad. Dedícale un tiempo al entrenamiento diario.
    • Descansa bien. Duerme la cantidad necesaria de horas para estar bien descansado.
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    Conserva el orden y la limpieza. Es muy infantil dejar las cosas tiradas para que otra persona tenga que encargarse de ordenarlas, en especial si vives con otra persona o te estás quedando en la casa de alguien más. Recoge tu basura, prendas sucias y platos usados. Lava tu ropa, los platos y limpia las superficies que hayas ensuciado. Participa de la rutina de limpieza de la casa.
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    Programa y cumple los compromisos. Cuando eras niño, seguramente tus padres solían pedir los turnos por ti y llevarte a todas las consultas. Ahora que has crecido, esta es tu responsabilidad. Asegúrate de programar las consultas regulares con el médico y cumple con los compromisos y las reuniones de trabajo.[10]
    • Para evitar olvidarte de tus compromisos, anótalos en una agenda o calendario.
    • Usa aplicaciones de calendario en tu celular para recordar los horarios de los compromisos. Configura la aplicación para recibir alertas de las actividades próximas.
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    Crea un presupuesto. Haz una lista de todos tus gastos mensuales. Luego, haz una lista de todos tus egresos mensuales. Si el ingreso es menor al egreso, tendrás que definir o recortar algunas cosas o pensar en alguna forma de ganar más dinero. Utiliza la diferencia entre el ingreso y el egreso para gastar o para ahorrar.[11]

Consejos

  • Cuando estés muy enojado, tómate unos minutos para tranquilizarte.
  • Respeta para que te respeten.

Advertencias

  • El proceso de madurar puede ser largo y difícil. Ten paciencia.
  • No te dejes abatir si tienes un día difícil. Sigue hacia adelante y esfuérzate por sentirte mejor mañana.
  • Las personas con autismo es probable que actúen como niños, por lo cual les puede ser más difícil seguir los pasos para actuar como adultos. Ellos requieren al respecto mucha orientación para lograr el objetivo. En consecuencia, tacharlos de "inmaduros" es un error garrafal que denota ignorancia.

Acerca de este wikiHow

Michelle Shahbazyan, MS, MA
Coescrito por:
Coach de vida
Este artículo fue coescrito por Michelle Shahbazyan, MS, MA. Michelle Shahbazyan es la fundadora de The LA Life Coach, un servicio de coaching de vida, de familia y laboral con sede en Los Ángeles, California. Tiene más de 10 años de experiencia en coaching de vida, consultoría, oratoria motivacional y formación de parejas. Tiene una licenciatura en Psicología Aplicada y una maestría en Construcción de Edificios y Administración de Tecnología de la Universidad Tecnológica de Georgia, y una maestría en Psicología con énfasis en terapia matrimonial y familiar de la universidad Phillips Graduate. Este artículo ha sido visto 52 608 veces.
Categorías: Desarrollo personal