Los contratiempos son parte inevitable de la vida. Sin embargo, algunas veces, estos obstáculos pueden hacer que te sientas desanimado y deprimido. Enfocarte en los aspectos positivos y aprender a ver los contratiempos como oportunidades de aprender puede ayudarte a evitar que te sientas desanimado cuando la vida se ponga difícil.

Método 1
Método 1 de 3:
Escoger tu actitud

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    Visualízate logrando tus metas. Imagina cuán feliz te sentirás cuando ganes ese ascenso en el trabajo o logres bajar el peso que te has propuesto. Concéntrate en el resultado positivo de lograr tus metas en vez de desanimarte por cuán distante parece la meta.[1]
    • Por ejemplo, si quieres ahorrar para tomar vacaciones, decide cuánto dinero necesitarás para el viaje y piensa en cómo puedes alcanzar la meta. No te sientas abrumado si parece intimidante al principio. Tal vez debas dejar de tomar el café matutino o deshacerte del cable por un año para ahorrar. Imagina cuán feliz te sentirás a medida que hagas progresos para tener el dinero necesario a fin de tomar vacaciones.
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    Enfócate en los éxitos. Evita enfocar en los fracasos o en los problemas del pasado, lo cual puede ser muy desalentador. En cambio, enfócate en los éxitos y en las acciones que puedes tomar para progresar a fin de lograr tus metas.
    • Si has estado tratando de perder peso, pero comiste en exceso durante el fin de semana y no hiciste ejercicios, no te tortures por ello. En cambio, enfócate en lo que hiciste bien, como haber retomado la rutina el lunes por la mañana o haber dado a tu cuerpo y a tu mente un descanso de la semana. Enfocarte en lo que hiciste bien y no en los errores ayuda a mantenerte animado y con una mentalidad más contenta.
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    Mira los contratiempos como oportunidades de aprender. Todas las personas han fracasado en algo en algún punto. Recuerda que solo por el hecho de experimentar un contratiempo no significa que seas un fracaso. Los contratiempos son solo oportunidades para aprender que es lo que funcionó y que es lo que no funcionó para hacerlo mejor la próxima vez.
    • Si experimentas un contratiempo, trata de no pensar mucho en el aspecto negativo. Pensar mucho en los contratiempos es desalentador y poco productivo, así que trata de buscar las oportunidades en un contratiempo.
    • Por ejemplo, perder un trabajo puede ser una oportunidad para encontrar otro más satisfactorio o para volver a la universidad. El final de una relación puede ser una oportunidad para enfocar más en amarte a ti mismo y cultivar las amistades.[2]
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    Establece metas realistas. Las metas poco realistas te predisponen para el desánimo, así que asegúrate de que las metas que deseas lograr sean realistas y que se puedan completar en una cantidad de tiempo razonable. Recuerda que el progreso toma tiempo y, para la mayoría de las metas personales, los resultados no se darán de la noche a la mañana.
    • Asegúrate de dividir las metas grandes en pasos pequeños para que te sientas capaz de lograrlas. Por ejemplo, en vez de ponerte como meta correr una maratón este año, esfuérzate en lograrlo haciendo que tu primera meta sea completar una carrera de 5 km.
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    Registra el progreso. Ver pruebas físicas de los logros es importante. Tener pruebas visuales del progreso hará que te sientas mejor y te mantendrá animado para seguir trabajando a fin de lograr tus metas.[3]
    • Por ejemplo, puedes registrar la pérdida de peso en un diario, anotar cuando termines de pagar una tarjeta de crédito o tener un registro del crecimiento de tu cuenta de ahorros. Cualquier logro pequeño cuenta y documentar el progreso te ayudará a ver cuán lejos has llegado.
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Método 2
Método 2 de 3:
Cambiar tu actitud

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    Escoge el optimismo. Para superar el desánimo, debes escoger el optimismo y el positivismo. Aunque esto pueda parecer forzado o como si estuvieras “fingiendo” al principio, con el tiempo tus esfuerzos tendrán su recompensa. En vez de pensar que no podrás lograr la meta antes de empezar, creer que puedes lograrla si vas paso a paso y trabajas duro te ayudará a tener éxito.[4]
    • Por ejemplo, tener que perder 22,5 kilos (50 libras) puede parecer abrumador. Sin embargo, si reformulas la meta de perder peso en términos positivos e imaginas que solo tienes que perder 2,25 kilos (5 libras) diez veces, entonces la meta parece más asequible. Pensar de manera optimista y positiva es clave para formular tus metas y para lograrlas posteriormente.
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    Deja ir el enojo. El enojo por los errores o las injusticias del pasado te desanimará y hará que te sientas inapto. Reconoce el enojo y recuerda que, aunque está bien sentirse de esa manera, no es beneficioso para ti. Supera el enojo y enfócate en tus metas.[5]
    • El enojo suele ser una manifestación de otras emociones (como la frustración, la inseguridad, la injusticia o el resentimiento). Trata de canalizar constructivamente el enojo. Las maneras saludables de controlar el enojo incluyen la respiración profunda y tomar un tiempo de descanso.[6]
    • Las distracciones relajantes como leer o escribir en un diario también son medios para descargar las frustraciones.
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    Deja ir el temor. El temor, así como el enojo, es tóxico para el ánimo y la felicidad. Si vives con el temor de fracasar o de nunca lograr metas importantes, puedes sentir que los temores te paralizan. Incorporar técnicas para aliviar la ansiedad es esencial para superar los temores y evitar el desánimo y el temor. Es importante afrontar los miedos para que puedas lidiar con la ansiedad adecuadamente.
    • Por ejemplo, si tienes que volar por el trabajo y temes volar, esto puede afectar tus planes de lograr una evaluación excelente en el trabajo. Usar una terapia de exposición y una terapia cognitivo conductual puede calmar tus temores e insensibilizarte ante la experiencia intimidante. Usa la teoría cognitivo conductual para afrontar tus temores y ansiedades directamente.[7]
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    Evita compararte con los demás. Compararte con los amigos, con los familiares o con los colegas produce ansiedad y desánimo. No conoces los problemas y el desánimo que atravesaron esas personas para lograr lo que tienen. Solo puedes hacer tu mejor esfuerzo, así que enfócate interiormente con respecto a lo que puedes hacer para lograr tus metas. Evita las comparaciones exteriores y superficiales con los demás, lo cual solo servirá para desanimarte y distraerte de lograr tus metas.[8]
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Método 3
Método 3 de 3:
Practicar el positivismo

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    Haz ejercicios. El ejercicio combate la depresión y eleva el humor. Si te sientes triste o desanimado, haz un esfuerzo para pasar al menos veinte minutos al día haciendo ejercicios. Si es posible, sal a caminar o trotar al aire libre y bajo la luz del sol.[9]
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    Busca un mentor. Si te sientes desanimado en el trabajo, pide a un colega superior que sea tu mentor. Tu mentor debe ser alguien que sea positivo y que esté dispuesto a trabajar contigo. Evita tratar de forzar una relación con el mentor. Asegúrate de encontrar un mentor con quien creas que puedas trabajar bien.
    • Por ejemplo, si eres un profesor nuevo y te sientes abrumado, pregunta a un colega amigable cómo luchó contra el estrés y el desánimo cuando empezó. Su sabiduría y experiencia serán útiles, además te permitirá saber que otras personas comparten tus sentimientos.
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    Escribe en un diario todos los días. Registrar las metas, los contratiempos y los sentimientos te mantendrá al tanto de cómo vas progresando. Estar al tanto de tus sentimientos y de cómo te afectan ciertas situaciones es esencial para lograr el equilibrio y evitar el desánimo.
    • Por ejemplo, ¿te desanimó algún contratiempo en el trabajo de manera especial esta semana? ¿Aprobaste un examen para el que estudiaste mucho? Anota las experiencias y los sentimientos buenos y malos en el diario.
    • Un diario de gratitud es una buena forma de evitar el desánimo. Empieza un diario de gratitud y trata de escribir diariamente acerca de algo que te haya salido bien o algo por lo que te sientas agradecido.
    • Puedes descargar aplicaciones de diarios o de diarios de gratitud en tu teléfono, en tu tableta o en tu computadora, si prefieres. De lo contrario, un cuaderno anticuado servirá también.
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    Recompénsate a ti mismo por los logros. Cuando trabajes duro en algo y logres una meta, celébralo. Sal a un buen restaurante, hazte una pedicura o simplemente planifica un tiempo a solas en casa para relajarte. Sin importar cuán pequeña sea la meta, si estableces una meta y la logras, es importante que te recompenses.[10]
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    Pasa tiempo con amigos con los que tengas ideas afines. Si tratas de cambiar una actitud depresiva y abatida, entonces debes rodearte de personas que expresen positivismo y ánimo. Pasa tiempo con amigos que te apoyen y que no te cuestionen por tratar de cambiar tu actitud o de lograr tus metas. Evita especialmente a las personas que menosprecian tus metas y tratan de desanimarte.[11]
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    Habla con un terapeuta. A pesar de tus mejores esfuerzos, algunas veces pedir la ayuda de un profesional de la salud mental es necesario para que puedas superar los sentimientos de desánimo y tristeza. Los terapeutas están capacitados para ayudarte a identificar los factores que te causan estrés y pueden ser esenciales para superar el desánimo.
    • Si te sientes abrumado y desanimado, y crees que no estás mejorando por tu cuenta, un terapeuta con licencia podrá animarte y te ayudará a tener una actitud más positiva.[12]
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Consejos

  • Es probable que la depresión empeore si continuamente te sientes triste y desanimado. Si los consejos presentados en este artículo no te ayudan, entonces no tengas temor de hablar con un profesional de la salud mental. Él podrá ayudarte con terapias y medicamentos, si es apropiado.
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Acerca de este wikiHow

Amy Wong
Coescrito por:
Coach de liderazgo y transformación
Este artículo fue coescrito por Amy Wong. Amy Eliza Wong es coach de liderazgo y transformación, y fundadora de Always on Purpose, un consultorio privado para personas y ejecutivos que buscan ayuda para aumentar el bienestar y el éxito personal, y para transformar las culturas laborales, desarrollar líderes y mejorar la retención. Con más de 20 años de experiencia, Amy asesora individualmente, y realiza talleres y conferencias magistrales para empresas, consultorios médicos, organizaciones sin fines de lucro y universidades. Residiendo en el Área de la Bahía de San Francisco, Amy es instructora regular en Stanford Continuing Studies, tiene una maestría en Psicología Transpersonal de la Universidad de Sofía, una certificación en Coaching de Vida Transformacional de la Universidad de Sofía y una certificación en Inteligencia Conversacional del Instituto CreatingWE. Este artículo ha sido visto 19 798 veces.
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