Los pensamientos perturbadores, también conocidos como “pensamientos intrusivos”, son comunes y normales en la mayoría de los casos, pero pueden producir confusión o angustia. Algunas personas se obsesionan con este tipo de pensamientos y les cuesta muchísimo superarlos. Si crees haberte obsesionado con ellos, busca la ayuda de un profesional de la salud mental.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Comprender los pensamientos perturbadores

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    Comprende lo que es un pensamiento perturbador. Un pensamiento perturbador es algo que aparece en la mente de la nada. Estos pensamientos suelen centrarse en la violencia, el sexo y los eventos traumáticos del pasado, aunque no se limitan a estas categorías solamente. Los sicólogos llaman a este tipo de pensamientos “pensamientos intrusivos” porque aparecen de repente en la mente, por lo general sin aviso, y causan angustia.[1] Los pensamientos perturbadores pueden variar considerablemente de persona a persona. Algunos ejemplos de pensamientos perturbadores son, entre ellos:
    • Imaginar que sueltas o tiras a un bebé mientras lo cargas. Aunque esto es algo que nunca harías, es un pensamiento perturbador habitual.
    • Imaginar que atropellas a tu jefe con tu auto. Si tu jefe te ha alterado, quizá te encuentres pensando algo parecido a este escenario aunque es algo que nunca harías realmente.
    • Tener fantasías sexuales violentas que te excitan, aunque nunca lo harías ni te gustaría que te lo hagan.
    • Revivir una experiencia perturbadora, como un accidente automovilístico o una agresión.
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    Ten en cuenta que los pensamientos perturbadores son habituales. Muchos los tienen y pueden dejarlos pasar sin pensarlo mucho. Si bien la mayoría de las personas los han tenido, a algunos les preocupa y se obsesionan con los pensamientos que nunca llevarían a cabo, cosa que les genera angustia mental. Si te angustian tus pensamientos perturbadores, haz lo posible por recordar que no estás solo. Muchas personas los tienen.[2]
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    Ten en cuenta que tener pensamientos perturbadores no te hace una mala persona. En la mayoría de los casos, tener un pensamiento perturbador que sabes que nunca llevarías a cabo es natural y no te hace una mala persona. Muchas veces, tenemos estos pensamientos porque no queremos actuar de la manera en que la imaginamos. Las mentes en ocasiones divagan y consideran el peor escenario posible en alguna situación dada.[3]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Analizar un pensamiento perturbador

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    Reconoce el pensamiento perturbador. Si bien tu instinto inicial podría ser simplemente hacerle caso omiso, no es recomendable hacerlo. Si tratas de hacerle caso omiso o bloquearlo, podría reaparecer con mayor intensidad. Tratar de suprimir los pensamientos perturbadores podría incluso producir una obsesión enfermiza con ellos.[4] En vez de tratar de bloquear un pensamiento perturbador, reconócelo y empieza a analizarlo.[5]
    • Analiza el pensamiento perturbador. ¿De qué se trata y qué lo hace tan perturbador?
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    Escribe acerca de tus pensamientos perturbadores. Anotar los pensamientos perturbadores que tengas puede ayudarte a pensar en ellos de manera diferente. A su vez, el hecho de escribirlos puede ayudar a mantener algunos de ellos fuera de tu mente y a reducir su frecuencia.[6] [7] La siguiente vez que tengas uno, tómate un minuto y escríbelo en un diario. Mientras lo escribes, considera las siguientes preguntas para ayudarte a analizarlo:
    • ¿Qué parte del pensamiento te parece perturbador? ¿El miedo de llevarlo a cabo? ¿El miedo de si quiera haberlo pensado? ¿El estigma social?
    • ¿Con cuánta frecuencia tienes este tipo de pensamientos? Ten un registro del número de veces que aparece ese pensamiento para percatarte de cualquier patrón, por ejemplo, en qué momento del día o la semana aparece con mayor frecuencia.
    • ¿Qué desencadena el pensamiento? ¿Siempre aparece después de ver algo o alguien?
    • ¿Qué haces después de que aparece en tu mente? ¿Sigues pensando en él en detalle? ¿Hablas acerca de él? ¿Tratas de hacerle caso omiso?
    • ¿Es el mismo pensamiento o hay otros? ¿Son similares?
    • ¿El pensamiento en sí te da ansiedad o te preocupa más bien? Por ejemplo, ¿te preocupa que en realidad tires al bebé contra la pared o te molesta el hecho de haber tenido ese pensamiento?
    • ¿Te preocupa más el pensamiento en sí o la manera en que los demás puedan pensar de ti por tener un pensamiento así? ¿La posibilidad de que los demás conozcan tus pensamientos y te juzguen por ellos te molesta más que el pensamiento en sí?
    • ¿Crees que es obligatorio que pienses acerca de este pensamiento? Algunos pensamientos perturbadores pueden ser recurrentes, porque uno tiene que actuar, por ejemplo, hay que tomar una decisión en base a ellos. Otros pueden ser recurrentes debido a la ansiedad, pero no hay motivo para seguir pensando en ellos.
    • ¿Hay algo que puedes hacer para sentirte mejor? En otras palabras, ¿hay algo que puedes hacer para cambiar la situación?
    • ¿Cómo te hacen sentir esos pensamientos? Emplea palabras como “enojado”, “triste”, “emocionado”, etc. para describir estos sentimientos variables.
    • ¿Los pensamientos son perturbadores para ti o son otras personas las que te dicen que tus pensamientos son perturbadores?
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    Determina los orígenes de tus pensamientos obsesivos. Tratar de encontrar la fuente de cada uno puede ayudarte a despejar tus preocupaciones por ellos. Por ejemplo, si imaginas constantemente que alguien entra a robar tu casa y te agrede, trata de recordar cuándo fue la primera vez que tuviste ese pensamiento y de entender por qué.
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    Toma en cuenta la manera en que los medios de comunicación masivos podrían estar contribuyendo a los pensamientos perturbadores que tienes. Cierto estudio mostró que mirar la cobertura televisa de eventos violentos contribuye significativamente al estrés agudo y causa la aparición de pensamientos perturbadores con mucha más frecuencia.[8] Analiza con cuánta frecuencia miras o lees acerca de actos violentos.
    • Si ves que te expones mucho a noticas violentas y que esto podría estar contribuyendo a tu problema con los pensamientos perturbadores, deja de verlas o leerlas por un tiempo o céntrate solo en las noticias positivas.
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    Comprende el significado de los pensamientos sexuales perturbadores. En la mayoría de los casos, los pensamientos perturbadores de índole sexual no significan nada.[9] Si te parecen repulsivos o contienen violencia u otras actividades ilegales, entonces es probable que tu mente esté tratando de comprenderlas.
    • Por ejemplo, alguien podría fantasear acerca de violar a alguien imposible para él. No obstante, durante la fantasía de la violación, esa persona podría también imaginar el daño que la víctima sufriría por ese acto. Comprender el dolor infligido a la víctima hará que el otro deje de pensar en ello.[10]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Superar los pensamientos perturbadores

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    Distráete. Después de tomarte el tiempo de pensar y analizar tus pensamientos perturbadores, podrás empezar a superarlos. Prueba algunas de las siguientes actividades positivas para distraerte.
    • Ejercítate para reducer la tensión y la ansiedad.
    • Empieza un pasatiempo nuevo y mantén tu mente y tu cuerpo ocupados.
    • Sal con tus amigos.
    • Ve a algún café y lee un buen libro.
    • Escribe un poema, dibuja algo o canta una canción.
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    Determina si necesitas ayuda profesional. En algunos casos, los pensamientos perturbadores pueden estar relacionados con el comportamiento antisocial, la esquizofrenia, el trastorno de estrés postraumático o el trastorno obsesivo compulsivo. Si tienes pensamientos perturbadores con frecuencia, hazte las siguientes preguntas:[11]
    • ¿Estás considerando llevar a cabo pensamientos potencialmente perjudiciales?
    • ¿Estás considerando herirte a ti mismo o a otra persona?
    • ¿Estás pensando o planeando cómo herir a alguien a propósito?
    • ¿Oyes voces diciéndote que te hieras a ti mismo o a otra persona?
    • ¿Los pensamientos o comportamientos obsesivos afectan tu vida laboral o personal?
    • ¿Estás reviviendo experiencias traumáticas una y otra vez?
      • Si respondes afirmativamente a alguna de estas preguntas, debes buscar la ayuda de un profesional de la salud mental.
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    Únete a un grupo de apoyo si tus pensamientos perturbadores están relacionados con algo con lo que otras personas podrían también estar luchando. Si los pensamientos intrusivos que tienes son comunes y otras personas podrían estar teniéndolos, busca grupos de ayuda donde puedas contactarte con gente que te comprenderá. Por ejemplo, si han diagnosticado a tu cónyuge con cáncer, hay grupos de apoyo para cónyuges donde podrás compartir tus sentimientos y preocupaciones.[12]
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Consejos

  • No trates solamente de hacerles caso omiso. Hacer caso omiso de las cosas no las elimina y puede empeorarlas.[13]
  • No tengas miedo de buscar ayuda y hablar de tus pensamientos con alguien.
  • Recuerda que tener pensamientos perturbadores o intrusivos no quiere decir necesariamente que tengas problemas mentales. Es natural pensar a veces en cosas perturbadoras (especialmente con la cobertura mediática en la que estamos inmersos).
  • Trata de estar ocupado con un pasatiempo que te haga sentir realizado.
  • Haz meditación especial para limpiar la mente.
  • Si llegas a un punto muy malo, debes hablarlo con alguien. Lo mejor que puedes hacer es desahogarte.
  • Si las cosas se ponen muy malas, no intentes automedicarte. Busca ayuda hablándolo con un consejero, un sicólogo o un siquiatra.
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Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 10 988 veces.
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